Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 13

Capítulo 10: Drama En El Lugar De Trabajo

Parte 2

Como es lógico, hacía tiempo que la bombardeaban con cumplidos. Eso me hizo sentirme muy bien por dentro. A veces tenía que resistir el impulso de hinchar el pecho y decir ¡Esa es mi maestra, sabes!

“Eh, hola, Rud…”

“¡Oh, lo siento! ¡Voy a poner la comida en marcha! No fui muy útil en esas batallas, pero puedo encargarme de esto. ¡En realidad, soy bastante bueno cocinando!”

“…”

El único inconveniente era que tenía que esquivar a Sara de vez en cuando.

No dejaba de mirarme mientras trabajaba en la comida, pero estaba claro que entablar una conversación sólo empeoraría las cosas.

A veces es mejor evitar los problemas por completo, ¿no?

Sí. Sólo estaba haciendo mi parte para mantener el estado de ánimo positivo. Mi discreción era la única razón por la que todo había ido tan bien.

De acuerdo, eso no era exactamente cierto.

No había aportado mucho al grupo. Todas las amazonas eran muy hábiles, y Roxy había encajado perfectamente en su grupo. Eso no nos había dejado mucho que hacer a Sylphie y a mí en nuestro camino hacia el santuario.

La princesa de Ranoan se encontraba en el interior del edificio con su caballero personal, ofreciendo una especie de oración formal. Una vez que terminara, sólo teníamos que volver a la ciudad y nuestro trabajo estaría hecho. Todo el mundo se iría a casa contento, y la reputación de Roxy daría un gran salto hacia arriba, acercándola a su primer ascenso en la Universidad de la Magia.

“…”

“…”

Por supuesto, Sara no estaba muy contenta con esta situación. Llevaba diez minutos seguidos mirándome en silencio.

No podía culparla. La gente tiende a volverse un poco arisca cuando la ignoras por completo. Pero tenía que asumir que sacar a relucir el pasado sólo empeoraría las cosas.

Estaba a punto de pedirle ayuda a Sylphie, que estaba sentada a mi lado, pero ella también llevaba un rato muy callada. De hecho, parecía que también me estaba mirando.

Tal vez estaba preocupada por mí. Tal vez le preocupaba que la engañara de nuevo.

O tal vez no aprobaba la forma en que estaba ignorando deliberadamente a Sara.

De una manera u otra, el silencio estaba empezando a ser pesado. Como, dolorosamente pesado. Pesado como un agujero negro. Me empezaba a picar la piel.

Finalmente, Sylphie se inclinó y me susurró al oído. “¿Por qué no hablas al menos con ella, Rudy?”

Bueno, eh… no es que me importe tener una conversación normal con ella. Quiero decir, su actitud parecía bastante casual al principio, y me encantaría dejar el pasado atrás…

Sin embargo, no estaba seguro de poder reírme de esos recuerdos. Las heridas todavía estaban en carne viva. Tal vez debería haberle presentado a Sylphie y Roxy desde el principio. Pero a estas alturas, ya ni siquiera intentaba hablarme.

Debería haber hecho algo antes de que las cosas se pusieran tan mal. Ahora tenía un agujero del que salir.

Hmm… tal vez tengo que decir algo.

Cuanto más pensaba en ello, más me parecía un error mi política de ignorar completamente a Sara. Todo lo que había conseguido era cabrearla. Siempre podría haber mantenido la conversación de forma totalmente profesional.

Dicho esto, era un poco difícil para mí tratar de cambiar mi enfoque ahora.

El mayor problema era que básicamente no tenía nada que decirle. Los únicos temas que se me ocurrían estaban relacionados con nuestro pasado juntos, lo que inevitablemente llevaría a una discusión sobre nuestra fea ruptura. Eso sólo nos pondría a los dos de pésimo humor. Tampoco sería muy agradable para Sylphie escucharlo.

Permanecer en silencio parecía preferible a eso.

Siempre podría disculparme con ella por hacer las cosas incómodas una vez que volviéramos a la ciudad. Estaba dispuesto a soportar algo de sufrimiento por el bien del ascenso de Roxy.

“Señorita Roxy, ¿le importaría enseñarme un poco más sobre la magia antes de que dejemos esta ciudad? ¿Por favor? ¿Por favor?”

“Será un placer”.

“¡Muchas gracias! ¿¡Está bien si te llamo Hermana Mayor!?”

“¿Eh? Er, yo… supongo que sí. Si quieres”.

“¡Si! ¡Gracias, Hermana Mayor!”

Las cosas parecían tan agradables y felices al otro lado del grupo. Quería formar parte de esa conversación. Tal vez podría convencer a Roxy de probar un pequeño juego de rol real la próxima vez que pasáramos la noche juntos…

“Aah… sabes, mi garganta se está secando terriblemente”.

De repente, Ariel había roto el silencio en nuestro lado del grupo.

La miré, un poco confundida. Después de todo, teníamos mucha agua para todos. Me devolvió la mirada de forma significativa.

“Había unos bonitos frutos amarillos que crecían un poco más atrás, ¿no? Odio ser una molestia, pero me gustaría probarlas”, continuó Ariel, dirigiendo su mirada a Sara. “¿Te importaría recoger algunas por mí?”.

Sara parecía un poco suspicaz acerca de por qué le había llegado esta petición, pero se encogió de hombros y se puso en pie. “De acuerdo. Veré lo que puedo hacer”.

“Gracias. Aunque supongo que no sería seguro que recorrieras el bosque tú solo. Rudeus, Fitz… ¿podrían acompañarla, por favor?”

Oh, hombre. Así que de eso se trata realmente, eh… Supongo que la Princesa se había hartado de nuestra torpeza. Esta fue su manera de decir “vayan a hablarlo entre ustedes ya”.

“Creo que Rudy puede manejarlo por sí mismo. Yo me quedaré aquí con usted, princesa Ariel”.

Para mi sorpresa, Sylphie había optado por no hacerlo.

“¿Oh? ¿Crees que estará bien solo?”

“Está bien. No es el tipo de hombre que se esconde del peligro”.

¿Era eso lo que estaba haciendo? ¿Esconderme?

Sí, era cierto. Me había estado escondiendo, tanto de Sara como de nuestro pasado juntos.

Pero no había necesidad de seguir haciéndolo. Ahora tenía a Sylphie y Roxy en mi vida.

Mis problemas de rendimiento eran cosa del pasado. Ahora tenía una familia, incluso una hija. “Muy bien”.

Era hora de dejar de actuar como un cobarde.

***

Sara y yo volvimos a atravesar el bosque hasta el lugar donde habíamos pasado por aquellas frutas amarillas. Las encontramos fácilmente y cogimos unas cuantas de los arbustos bajos en los que crecían.

Era el momento de encontrar la manera de iniciar la conversación. Sylphie me había enviado aquí con su bendición; no podía acobardarme ahora.

Bien, replanteemos la situación. Somos viejos amigos que se encontraron por casualidad. ¿No sería un poco triste si hiciéramos el trabajo sin siquiera hablarnos?

Sí, eso funciona.

“Así que… seguiste como aventurero, ¿eh?”

No fue la mejor frase de apertura del mundo, para ser honesto.

“¿Qué se supone que significa eso?”

La respuesta de Sara fue comprensiblemente cortante. Sin embargo, no podía dejarme intimidar.

Respira profundamente, Rudeus.

No era mi intención insinuar nada sobre sus habilidades como aventurera. Ella misma lo sabía. Era simplemente su forma de ser, en realidad.

“Bueno, Counter Arrow se disolvió cuando Suzanne y Timothy se casaron, ¿verdad? Me he estado preguntando qué hacían Patrice y tú, eso es todo. ¿Sabes qué pasó con él?”

“Se unió a otro grupo cuando nos separamos. No sé dónde está ahora. Probablemente siga siendo un aventurero, suponiendo que no esté muerto o lisiado”.

Patrice había sido un guerrero de primera línea en Counter Arrow. Era un tipo fácil de llevar, pero eso era básicamente lo único que recordaba de él.

“¿Y tú, Sara?”

“Estuve rebotando por un montón de grupos durante un tiempo. Este grupo me recogió justo después de alcanzar el rango A, y he estado con ellos desde entonces”.

Por lo que parecía, había pasado algún tiempo con las Amazonas.

Ahora que lo pensaba, probablemente eran el grupo más bonito que había conocido. Su musculosa líder tenía un rostro hermoso, y la sublíder hacía que esa cicatriz se viera bien. La joven maga era una especie de mocosa, pero definitivamente estaba en el lado bonito.

Pero ninguna de ellas podía compararse con Sylphie o Roxy, por supuesto.

“Sabes, no creo haber visto antes un grupo de mujeres”.

“Sí, bueno, hay muchas en los rangos inferiores, supongo. Pero una vez que pasas el rango C o así, todo el mundo busca la habilidad más que otra cosa, así que no es demasiado común.”

“Huh…”

No recordaba haber visto ningún grupo de género en el Continente Demoníaco, ni siquiera en los rangos inferiores. Pero ese lugar era una especie de caso especial, dado lo fuertes que eran los monstruos allí.

“Es la primera vez que participo en uno, pero definitivamente tiene sus ventajas, déjame decirte. Te da acceso prioritario a algunos clientes, para empezar. Como éste”.

“Ah, sí. Puedo ver por qué querrías un grupo de mujeres para vigilar a una princesa”.

Podría ser un poco arriesgado confiar una cosa joven y bonita como esa a una banda de hombres malolientes y agresivos. Muchos aventureros estaban a un paso de ser matones callejeros. La gente tiende a ser más profesional en los rangos más altos, pero un grupo de mujeres ofrece cierta seguridad de que las cosas no pueden ir demasiado mal. No es que las mujeres sean siempre amables entre sí, por supuesto…

“También es menos estresante en general. No tienes que preocuparte por todo el drama romántico, ¿sabes?”

Sonreí incómodamente ante eso. Si hubiera acabado uniéndome formalmente a Counter Arrow y emparejándome con Sara, habríamos sido nosotros los que hubiéramos puesto las cosas difíciles a los demás.

Sin embargo, también me encontré pensando en el miembro más joven de las Amazonas. Cada vez que nos deteníamos para descansar, se lanzaba sobre el líder o el sublíder del grupo con chillidos de afecto. Y cuando se daba cuenta del talento de Roxy, se le echaba encima. Tenía la costumbre de sacarme la lengua mientras apretaba a mi mujer entre sus brazos.

“…No hay romance, ¿eh? ¿De verdad?”

“¿Eh? Oh, ella. Bueno, sí que hay chicas así, pero es un problema menor”, dijo Sara encogiéndose de hombros. “Ayuda que nadie se quede embarazada ni nada, ¿sabes?”

Huh. Es bueno escuchar que el grupo se llevó bien, por lo menos.

Los dos teníamos algunos recuerdos dolorosos en nuestro pasado, pero por lo que parecía, Sara estaba disfrutando de su vida sin problemas.

Me alegré por ella. Y un poco aliviado, tal vez.

“De todos modos, ¿qué hay de ti?”

“Um… ¿qué pasa conmigo?”

“He oído que ahora estás casado y con un hijo, ¿verdad? Suena como si estuvieras disfrutando”.

“Oh. ¿Quién te dijo eso?”

“Suzanne. Ella me envió una carta hace un tiempo, ¿sabes?” El tono de Sara estaba empezando a sonar un poco acusador.

Toda la razón por la que habíamos roto era mi total incapacidad para rendir en la cama con ella. Y aquí estaba yo, casado con dos mujeres diferentes cuya compañía disfrutaba regularmente. Podía ver cómo eso podría agriar el estado de ánimo de alguien.

Por aquel entonces yo sufría un grave caso de disfunción eréctil, pero no estaba seguro de que Sara lo supiera. No creo que haya dado tantos detalles a Suzanne.

Además, no era una excusa para mi comportamiento. Sea cual sea la causa, había acabado comparando desfavorablemente a la chica con una prostituta en público. Esa era una manera infernal de tratar a alguien que sentía algo por ti.

Toparse con un imbécil así en el trabajo pondría de mal humor a la persona más amable del mundo. Especialmente si trataban de fingir que no existías.

“Bueno, eh… lo siento, Sara.”

“¿Qué? ¡No te estoy pidiendo que te disculpes!”

Con esas palabras, Sara se puso en pie de un salto. Su cara estaba sonrojada; sus labios estaban fruncidos y temblorosos.

Mierda, ahora la he cabreado. Tal vez esto era una mala idea después de todo… Bueno, basta. Ya es demasiado tarde para eso. ¿Qué se supone que debo hacer?

“Err…”

Antes de que pudiera encontrar algo que decir, Sara se giró y se sentó de nuevo dándome la espalda.

Me levanté lentamente, tratando de no provocarla, y di un paso adelante para poder ver su cara.

Tenía la mirada fija en el suelo con expresión hosca. Para mi sorpresa, parecía más deprimida que enfadada.

“¿…Sara?”

“¿Sí? ¿Qué?”

“Sé que no quieres que me disculpe, pero lo haré de todos modos. La forma en que rompimos no fue… no fue la mejor, ¿verdad? Así que… no sabía qué decirte, supongo. Pero eso no es excusa para ignorarte. Lo siento mucho”.

Suspirando con cansancio, Sara me miró. “Mira, te acabo de decir que no quería una disculpa, ¿de acuerdo?”

Si no quería una disculpa, ¿qué quería? Empezaba a arrepentirme de no haber pedido consejo a Sylphie.

“¿Te importa si me siento a tu lado?”

“¿Oh? ¿No se enfadará tu mujer contigo?”

“No. Le contaré lo que ha pasado cuando traigamos la fruta”.

“…Espera, ¿así que es ella? ¿La chica de las gafas de sol?”

“¿No la describió Suzanne en la carta?”

“No, sólo mencionó que se llamaba Sylphiette. Y quiero decir… no pensé que fuera una guardaespaldas real, ¿sabes?”

¿Así que Suzanne se había olvidado de describir su belleza? Una pura negligencia, realmente.

“Supongo que eso explica por qué ustedes dos parecían tan amigables”, continuó Sara.

“Tampoco es sólo ella. La chica demonio de pelo azul es mi otra esposa”.

“¿Qué, ella también? Hmm. ¿No es interesante…?”

Mientras Sara reflexionaba sobre esto, yo tomé asiento con cautela a su lado. Mientras me acomodaba, percibí su aroma, que aún me resultaba familiar por el breve tiempo que habíamos pasado juntos años atrás.

Ninguno de los dos dijo nada por un momento.