Nihon E Youkoso Elf-san (NL)

Volumen 6: Capítulo Del Diamante

Capitulo 2: El príncipe Arruinado y la Raza Detestada

Parte 3

Zarish se despertó y se encontró en un bosque.

En la distancia se podían ver tierras de cultivo en llamas y una línea defensiva que se derrumbaba y dondequiera que mirara estaba lleno de humo. Fue gracias al humo que pudieron ocultarse, pero Evelyn se sintió en conflicto.

Este lugar ya no sería habitable hasta que terminara la guerra. La rueda de agua estaba envuelta en llamas y el paisaje que había admirado durante tanto tiempo se había desvanecido sin más. Mientras Evelyn miraba, estupefacta, Zarish se acercó a ella. Se volvió hacia él y vio su rostro demacrado mirando a su alrededor, tratando de comprender la situación actual.

Luego, habló débilmente.

“Está bien. Esta ni siquiera es mi tierra ni nada. Yo tampoco nací aquí. Todos pueden morir, por lo que a mí respecta.” Con eso, Zarish se dejó caer al suelo.

Evelyn no estaba segura de si debería dejarlo estar, pero tentativamente preguntó, “¿Qué quieres hacer ahora?”

“…Estoy harto de todo. Estoy cansado de intentar complacer a los demás y dejar que otros controlen mi destino.” Zarish recogió la hierba del suelo frente a él. Estaba pálido y había una oscuridad en sus ojos, como si ya estuviera muerto. Se sentía como si perecería en ese mismo momento si Evelyn lo dejaba allí y ese pensamiento le dolió.

“¡Maldita sea, maldita sea! ¡Ninguno de ellos tuvo siquiera las agallas para enfrentarme de frente! A esos malditos cobardes les encantan sus conspiraciones, ¿no es así? ¿Cómo se atreven a mirarme desde arriba…?” exhaló, con los hombros temblorosos. Evelyn lo abrazó suavemente, pero él le golpeó bruscamente la mejilla con el puño. Ella lo ignoró y volvió a abrazarlo y esta vez no se resistió.

“Quiero matarlos… ¡Quiero matar a todos los que intentaron matarme!” Evelyn derramó lágrimas al escuchar su voz tensa. La oscuridad dentro de él se había vuelto mucho más profunda desde la última vez que se vieron. Le envolvía tan completamente que ni siquiera podía ver al Zarish que una vez conoció. Si uno quería vivir por mucho tiempo, tenía que matar sus emociones. Esto era válido tanto para la elfa oscura como para Zarish.

Era tan desafortunado. Una vez fue un joven tan amable.

Evelyn luego robó dos caballos y partió con él para cruzar la frontera.

Habiendo sido drenado de su espíritu, Zarish simplemente hizo lo que Evelyn le indicó. Pero su tristeza la inquietaba, como ver un estofado hirviendo continuamente bajo presión. Y así, muchas veces trató de hablarle alegremente como se había imaginado en sus sueños.

“Escuché que hay un país muy lejano donde no hay nada más que arena. ¿Quieres ir a verlo juntos?”

“……”

“Oh, me pregunto si este caballo estará bien allí. Dicen que el suelo es muy caliente.”

“Cállate, elfa oscura.”

Me gustaría que me llamaras Evelyn. No se atrevió a decir las palabras.

Un día, los gastos de viaje de Evelyn se agotaron. No quedaba nada que pudiera intercambiar por bienes y no quería perder mucho tiempo cazando animales con perseguidores persistentes tras ellos. Lo único que le quedaba era el anillo dorado en su dedo anular.

“Este, iré a vender esto en un pueblo cercano.”

“…Hazlo. De todos modos, es inútil.” Él estaba en lo correcto. Este anillo supuestamente iba a establecer su habilidad primaria cuando su amor floreciera. Eso significaba que era inútil en este momento, por lo que podría haber sido más beneficioso venderlo. Pero por alguna razón, se encontró sollozando y las lágrimas nublaron su visión. Ella misma no entendía por qué, pero parecía que estaba triste por ello.

¿Qué era esta cosa? ¿Por qué adquirió algo que se marchitaría sin siquiera florecer? El sonido de las aves migratorias batiendo sus alas. Un topacio verde encontrado en el río. Estos y su anillo eran sus cosas favoritas que siempre había esperado con ansias cuando se acostaba para dormir por la noche. Iba a perder una de las cosas preciosas para ella.

Mientras Evelyn sostenía las riendas de su caballo y avanzaba hacia el pueblo, Zarish la llamó. Pero no fue por consideración a su pérdida.

“Espera, elfa oscura. Eres como ellos, ¿no? Estás pensando en venderme.”

“¿Qué? Por qué tú… Yo nunca haría eso.” Sintió que le temblaban los hombros. Sus ojos eran como los de una bestia y la forma en que la miraba como a un enemigo la asustaba. Pero él interpretó mal la razón por la que ella estaba temblando. Había reafirmado sus sospechas.

La agarró por el cuello y la empujó contra el suelo antes de que pudiera levantar la voz. La carretera estaba cerca y, si gritaba, alguien podría oírla y ayudarla, si tenía suerte. Pero algo le dijo que eso solo terminaría mal para Zarish.

Y así, Evelyn renunció a todo cuando sus manos se cerraron alrededor de su cuello.

Ella había vivido como un elfo oscuro, odiada por otros, solo para ser asesinada por el hombre que amaba al final. Quizás era un final apropiado para ella. Bueno, era mejor que ser asesinada por un extraño. Pero la forma en que la miró como un enemigo mientras la estrangulaba la entristeció horriblemente.

Tristeza. Qué tristeza tan profunda.

Le dolía pensar que él perdería la voluntad de seguir adelante y morir poco después.

Mientras todo se volvía gradualmente rojo, sus últimas palabras salieron de su boca sin pensarlo conscientemente.

“Za… rish… Adiós… No mueras… Por favor, sé… feliz…”

Eso fue todo. No había otras palabras que dejarle en este mundo. Ella quería que él siguiera viviendo. Ella quería que él fuera feliz. Y quería que se riera de nuevo, como lo hizo hace tanto tiempo. Por eso se había armado de valor para atravesar aquel campo de batalla.

La mano de Zarish tembló y la presión sobre su garganta desapareció de repente. Presionó su cabeza contra ella, dejando escapar un grito gutural.

“Uuurgh… ¡Evelyn! ¡Aghhh!” A punto de desmayarse, Evelyn jadeó repetidamente en busca de aliento mientras sostenía su cabeza contra ella.

Él fue el único. Él fue el único que le habló con amabilidad. Zarish lloró como un niño grande y sus lágrimas calientes cayeron sobre ella mientras lloraba. Ella aceptó su calidez con amor, agarrándose con fuerza a su cabeza con ambos brazos. No quería que su corazón se rompiera nunca más.

“¡Quiero mi propio país! ¡Urgh, todo para mí…!”

No necesitas un país. Además, ya lo sé… Eres una persona muy amable. Te asustas fácilmente y huirías de inmediato si no tuvieras tus espadas a tu alrededor.

Cumpliste tu promesa y compartiste tu carne ahumada conmigo.

Eres una persona extraña que esperó todo el tiempo a que un elfo oscuro dejara de llorar, a pesar de que todos nos odian. Hiciste lo que pudiste para sobrevivir, usando esa máscara de confianza a pesar de tener tanto miedo. Y recordaste mi nombre y mi rostro después de tanto tiempo, tal como prometiste.

Finalmente lo entiendo ahora. Tan pronto como sostuve su cabeza entre mis brazos, lo entendí. Siempre me pregunté qué es el amor. Amor… es conocer a alguien. Es cuando alguien es precioso para ti incluso después de conocer todas las partes puras y oscuras de ellos.

Es el tipo de hombre que intentó asfixiarme, por lo que probablemente no sea una muy buena persona. Incluso arriesgué mi vida para salvarlo. No puedo creer que hiciera tal cosa y he escuchado a gente decir que este es el tipo de hombre que hace a las mujeres miserables.

Pero sigue siendo precioso para mí. No quiero que muera. Quiero que coma algo delicioso, duerma bien y esté tan animado como en ese entonces. Las cosas se pondrán difíciles con los perseguidores detrás de nosotros, pero me encantaría volver a comer algo de carne ahumada contigo en algún momento. ¿Qué piensas?

Antes de darme cuenta, las lágrimas mojaron mi rostro mientras rodaban por mis mejillas. Me pregunté por qué lloraba tanto, pero luego me di cuenta de que era porque las lágrimas de Zarish también caían sobre mis mejillas.

Tomé sus manos suavemente. Pensé para mí misma que todo estaría bien. Probablemente éramos los únicos que entendíamos lo que era ser despreciados, condenados y maltratados hasta que nuestros corazones se destrozaran.

En ese momento, algo brilló cerca. Era el anillo en mi dedo anular, brillando como si hubiera estado esperando este momento todo el tiempo. Zarish y yo abrimos los ojos con sorpresa.

“¿Qué es esto?”

“Es mi habilidad principal, creo”, susurré.

La luz dorada pudo haber nacido de su pureza.

Para proteger a un ser querido. Para proteger a alguien como su amo. Para unir a dos personas en una sola después de exponerse y comprenderse mutuamente. Tales eran los efectos de esta Habilidad Primaria.

Evelyn se quitó el anillo del dedo y lo separó en dos piezas. Se dio cuenta de que esta debía haber sido su verdadera forma, destinada a conectar a una persona con su amante.

“Toma, Zarish. Este es para ti. Es muy especial, ¿de acuerdo?”

Y así, cada uno usó los anillos a juego, y Zarish volvió a su antigua y amable personalidad. Bajo la bendición de Evelyn, la paz había vuelto a su mente una vez más.

Pero quizás solo sirvió para suprimir la otra mitad de su carácter dual. El largo período que habían pasado juntos en paz en su viaje desde entonces fue como un sueño, pero su naturaleza viciosa había permanecido al acecho debajo.

Tales fueron los eventos que ocurrieron mucho antes de que se formara el Equipo Diamante. Una historia del príncipe arruinado y una detestada elfa oscura. Los eventos de esta historia estaban conectados directamente con el presente.

Y así, la historia contada a las joyas de la mansión llegó a su fin en silencio.

***

Las copas de cristal estaban bien pulidas y los platos habían sido organizados pulcramente en los estantes.

La cocina sin luz estaba completamente en silencio, salvo por el sonido del viento afuera. En el alféizar de la ventana había una sola flor iluminada por la luna, balanceándose suavemente con el leve viento que entraba por la ventana entreabierta. Los residentes de la mansión sabían que estas flores eran una ofrenda del pueblo en honor a su antiguo rey.

Una vez concluida la cena y la historia, las bellas mujeres de la llamada colección se fueron a dormir plácidamente.

Luego, apareció un intruso, escaneando sus alrededores con cautela. El hombre de mediana edad se coló sin hacer ruido con su atuendo sucio y cabello descuidado.

“¡Urgh!”

De repente, la luz llenó la habitación, revelando el rostro sorprendido del hombre. Se quedó allí, congelado en su lugar y luego sus ojos se volvieron hacia la mujer que controlaba el espíritu de luz. Allí estaba Eve, la elfa oscura, con la mano en la cintura.

“Gozlov, ¿has estado escondido todo este tiempo?”

“Sí… Un rufián como yo no debe estar en un jardín lleno de mujeres.” El hombre llamado Gozlov parecía preocupado por la expresión de insatisfacción en el rostro de la chica.

Él fue la única persona que no tuvo un anillo durante el reinado de Zarish. Había sido testigo de lo que habían pasado las mujeres y también del abuso hacia Evelyn. No habría sido sorprendente que tuvieran hostilidad hacia él. Por eso había estado escondido a pesar de ser miembro del mismo equipo.

Eve suspiró y luego le mostró el paquete que tenía en la mano.

“Esto es lo que estás buscando, ¿verdad? Te preparé todas las sobras y un poco de vino. Me preguntaba por qué desaparecía la comida últimamente. Si fuera alguien más, lo habría notado de inmediato.”

“¡Ah, gracias! Te conozco desde hace mucho tiempo, pero eres un partidazo, Eve.”

Eve no pareció sentirse halagada por el cumplido e hizo una mueca incómoda mientras le entregaba la botella a Gozlov. Cada uno acercó una silla, uno frente al otro, y el hombre tomó un sorbo de vino. Parecía ser de buena calidad y sus ojos se agrandaron ante el sabor.

El hombre suspiró como si los recuerdos de los viejos tiempos lo inundaran. Sirvió el vino en un vaso cercano y se lo ofreció por costumbre por haber trabajado con ella durante tanto tiempo.

“Hombre, cómo han cambiado las cosas. Podía escuchar la alegría aquí desde el exterior.”

“Sí, fue divertido. Todas están tan llenas de vida. Estoy segura de que lograremos mucho en los laberintos.” Evelyn apretó el puño en un gesto de determinación y el rostro del hombre se arrugó mientras sonreía. Él estaba hablando de la propia Evelyn, pero parecía que ella no se dio cuenta. Su piel sana y su sonrisa deslumbrante eran tan atractivas que casi hacían que su cabeza diera vueltas.

Gozlov estaba realmente sorprendido por el hecho de que el dominio de Zarish había llegado a su fin y ella había recuperado el control sobre él. El monstruo que había matado todo a su paso era lo suficientemente aterrador como para poder controlar a Gozlov incluso sin usar un anillo.

El aliento del hombre olía a alcohol cuando hizo una pregunta.

“Entonces, ¿dónde está el jefe ahora?”

“Dijo que estará durmiendo en el cobertizo por un tiempo. Según él, no quiere asustar a las chicas.” La mirada de ella le dijo que se sentía un poco conflictiva y él emitió un gruñido evasivo como respuesta. A juzgar por su elección de palabras, parecía que Zarish podía actuar por su propia voluntad sin recibir órdenes. Cuando las mujeres fueron esclavizadas, todo lo que hicieron fue prestar atención a cada palabra de Zarish.

“Vaya, has cambiado. Bueno, eso está bien. Me preocupaba cuándo moriría el jefe.”

Zarish tenía una naturaleza algo autodestructiva. Evelyn lo sabía y no negó el comentario mientras bebía un sorbo de vino.

“De todos modos, realmente me sorprendiste, Eve. No eres tan diferente si tienes ese anillo puesto o no. No tenía idea de que estuvieras tan enamorado del jefe.”

“Jeje, puede que no lo parezca, pero supongo que soy así. Podría seguirlo para siempre.” Gozlov se rió entre dientes. Él habría estado encantado de ser seguido por una mujer tan encantadora y atractiva para siempre.

El camino a la destrucción se había desvanecido, dejando solo esta belleza. Gozlov pensó que, en ese sentido, quizás Zarish estaba más feliz de estar bajo control y tomó otro trago de vino.

***

“Pareces estar terriblemente sobreequipado para alguien que va al cobertizo.” Una voz llamó a Zarish mientras intentaba salir por la puerta principal.

Puseri se reveló lentamente de la oscuridad. La forma en que su cabello ondeaba como innumerables rosas negras y el aire frío que expulsaba le dio una impresión completamente diferente a la de la cena. Su piel pálida se podía ver en marcado contraste con su cabello crepuscular.

Zarish sabía que probablemente esta era su verdadera naturaleza. Comprensiblemente, sus emociones estaban completamente expuestas hacia el hombre que había matado a su familia. Sus ojos estaban llenos de intento asesino y probablemente quería hacer trizas a su despreciado enemigo en ese mismo momento.

Pero alguien más habría resultado herido si ella lo hiciera. Evelyn, que todavía lo amaba, sufriría un trauma devastador y dejaría la mansión si mataban a Zarish. Puseri Blackrose era el tipo de maestra que protegería a los demás mientras ocultaba su propio dolor.

“Lady Puseri, tengo la intención de cumplir con mi deber ahora”, declaró Zarish concisamente y Puseri dejó escapar un pequeño grito ahogado. Decía que iría al castillo y confesaría sus crímenes. Teniendo en cuenta la gravedad de sus crímenes, esto probablemente era aterrador para él.

“…¿Eve te ordenó que hicieras esto?”

“No, mi señora. Pensé que esto sería lo mejor. Para todos y para mí. También les explicaré sobre el anillo. No quiero arrastrar esta maravillosa mansión a todo esto.” En otras palabras, tenía la intención de admitir que él era el que estaba detrás de todo el plan. En cierto sentido, el hecho de que hubieran estado bajo el control del anillo era conveniente. Serviría para demostrar la inocencia de las mujeres que vivían en la mansión.

Los dos se miraron durante un tiempo en completo silencio.

Puseri comprendió que se trataba de una situación peligrosa. Estaban en un estado precario en el que todas, incluida ella misma, intentaban ser consideradas con Evelyn, pero temían a Zarish al mismo tiempo. Parecía que él era el único entre todos que se dio cuenta de la mejor solución.

A pesar de encontrarlo detestable, una pequeña parte de ella se sintió aliviada. Quizás, pensó, Zarish había cambiado después de todo.

“Te acompañaré. No puedo dejar que un hombre camine solo por la noche.”

“¿No suele ser al revés? Oh, pero sería un honor para mí, por supuesto.”

Puseri se paró junto a Zarish, que estaba visiblemente nervioso e incómodo. Si se conocieran los planes de Zarish de que había estado coordinando en secreto con el país vecino, habría supuesto un duro golpe para todo Arilai. Y, sin embargo, sus pasos no vacilaron.

Probablemente sufriría una tortura indescriptible. Puede que incluso acabara siendo condenado a muerte. Pero si superaba este peligro, tal vez el Equipo Diamante podría finalmente reformarse en serio.

El fruto de sus esfuerzos solo llegaría después de una cantidad insondable de tiempo y paciencia. Y así, los dos se adentraron en la noche como primer paso hacia ese objetivo.