Nihon E Youkoso Elf-san (NL)

Volumen 6: Capítulo Del Diamante

Capitulo 2: El príncipe Arruinado y la Raza Detestada

Parte 1

 

 

Así que, después de todo, acabé llorando.

Tales pensamientos pasaron por mi mente mientras tomaba asiento. Como una de las mayores del grupo, quería tranquilizar a las chicas más jóvenes, pero no pude evitar ponerme emocional. Se suponía que la calma era una de las ventajas de las razas con una larga vida, pero antes me comporté como una niña. Para ser honesta, estaba realmente avergonzada.

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Pero por alguna razón, ya lo había superado por completo. Esta era la primera vez que me sentía totalmente aliviada después de llorarlo todo. Ahora que lo pienso, había pasado un tiempo desde que me permití llorar sin contenerme. Me pregunté por qué me pasó tan fácilmente antes cuando me levanté de mi asiento.

Antes, Puseri se había declarado candidata para ser la nueva maestra del equipo.

Ella era la más hábil del grupo y nadie cuestionaba su virtud. Inmediatamente fue recibida con una ronda de aplausos, por lo que hubo mucha conversación positiva sobre cómo avanzarían como equipo y cómo los miembros contactarían a sus amigos y familiares que habían dejado atrás.

“Veo que te has calmado ahora, Eve.” Mientras Eve miraba a las demás con una suave sonrisa, Isuka se acercó a ella. Parecía que la había estado vigilando desde cerca. Eve sonrió, avergonzada, preguntándose si realmente merecía tanta felicidad por parte de sus amables amigas.

“Ah… perdón por llorar tanto antes. Estoy bien ahora.”

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“Eso parece. Ah, por cierto… Antes, hablábamos de cómo se conocieron Zarish y tú. No pudimos evitar preguntarnos cómo el príncipe arruinado de un país y una elfa oscura terminaron viajando juntos y llegaron aquí a Arilai.” Ella golpeó ligeramente el anillo de oro en el dedo de Eve. Parecía que Isuka también sentía curiosidad por el anillo.

La pregunta surgió de la nada, pero las demás se dieron la vuelta para mirar a Eve de inmediato. Aparentemente, estaban lo suficientemente interesadas ​​como para interrumpir sus conversaciones y escuchar. Pudo ver que el vino de celebración se estaba acabando. Ahora que habían terminado de hablar sobre sus planes para el futuro, tenían más curiosidad por conocer los detalles del pasado.

“¿Qué? ¿Quieren que vuelva a hablar? De ninguna manera, acabo de llorar a mares antes… Podrían terminar enojándose conmigo esta vez.”

“Eve-nyan, tengo un asiento para ti aquí mismo. ¡Vamos!” Cassey hizo una seña mientras ella acercaba una silla y las demás aplaudieron a la vez.

Eve se dio cuenta de que no le hacían caso… pero muchas manos la empujaron ligeramente por la espalda y el trasero, dejándola sin ningún lugar para correr.

Se vertió lo último del vino en una copa. Se colocó un vaso ante ella, lo que indicaba que querían que se mojara los labios y profundizara en la historia.

El conjunto de ojos coloridos la miró una vez más.

Y así, la historia no contada estaba a punto de desarrollarse ante las hermosas mujeres conocidas colectivamente como “la colección”.

La historia tuvo lugar hace muchos años, mucho antes de que Eve conociera a las demás.

***

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Un día en particular, la joven se había despertado.

Probablemente nunca olvidaría el momento en que extendió la mano hacia las estrellas del atardecer y tocó algo que cayó del cielo.

Le dio unos suaves golpecitos mientras volaba alrededor de su brazo aún joven. El espíritu sin nombre que nadie había visto antes pasó su tiempo examinando cuidadosamente a Evelyn como un pájaro que busca el lugar óptimo para anidar.

Finalmente, pareció estar satisfecho y el espíritu se hundió en su frente.

“Wow…”

El cambio llegó de inmediato. Sus sentidos se agudizaron y la vista que tenía ante ella era tan brillante como el día. El vigor se apoderó de su cuerpo, haciéndola sentir como si pudiera correr eternamente. Su piel se oscureció ante sus ojos, pero podía sentir que este cambio era “algo bueno”, haciendo que su corazón se acelerara de alegría.

Y así, el espíritu habitó dentro de su mente y cuerpo, transformando a la elfa que vivía junto a la orilla en una elfa oscura. En otras palabras, ella era compatible. Ella había logrado una hazaña que era imposible para un elfo ordinario, demostrando que tenía la aptitud para asimilar un espíritu dentro de ella.

Este era un hecho poco conocido, pero la mayoría de los espíritus recién nacidos eran terriblemente inestables y la mayoría desaparecía de la existencia. El espíritu de antes había elegido a Evelyn como su anfitriona, otorgándole un gran poder a cambio. Taumaturgia era la palabra que mejor describía estos casos. Algunos obtenían acceso a la magia, mientras que otros obtenían el poder de controlar espíritus que de otro modo no hubieran podido. En el caso de Evelyn, había adquirido una destreza física extraordinaria.

Pero debido a las anécdotas que rodean a los elfos oscuros desde hace mucho tiempo, se les desprecia como corruptos o malditos por los dioses. Esto era claramente un prejuicio que había continuado desde que algunas personas habían traicionado a sus aliados en la Guerra Humano-Demonio.

Evelyn no se enteró de este incidente hasta que regresó a su aldea. Nunca olvidaría la expresión del rostro de su madre, que una vez había sido tan amable con ella, mientras jadeaba horrorizada. Su padre tuvo la misma reacción. Su hermana menor era demasiado pequeña para entender lo que estaba pasando, pero pareció darse cuenta de que algo grave estaba pasando cuando vio a Eve atada con una cuerda.

Y así, fue incomprendida debido a lo rara que era su especie y fue abandonada incluso por su propia familia.

De repente se quedó sin otra opción que vivir sola.

Incluso hasta el día de hoy, no podía recordar claramente lo que había hecho durante algún tiempo.

Evelyn tenía la sensación de que hoy sucedería algo similar.

Dejó escapar un suspiro y gotas de agua cayeron de su túnica que estaba empapada con el rocío nocturno. Todo lo que no fueran sus ojos estaba completamente envuelto en la oscuridad y observó mentalmente cómo su atuendo se parecía mucho al del típico elfo oscuro detestado. El color se mezcló con la noche, como lo había hecho hasta ahora.





“La hora de nuestra reunión debería ser pronto…” murmuró Evelyn para sí misma mientras miraba hacia el cielo.

Rayos de luz lunar brillaban entre las hojas de arriba, iluminando los troncos de los árboles en forma de escamas. El árbol era lo suficientemente grande como para cubrir su cuerpo por completo. Suspiró, pensando en cómo tenía que esconderse todo el tiempo ahora.

Incluso los elfos oscuros necesitaban dinero para vivir.

Y la mayoría de los trabajos que se hacían tan tarde en la noche no eran exactamente los más legítimos. Este país no era el lugar más seguro y había bandidos acechando con la intención de robar a otros tanto sus objetos de valor como sus vidas. Su trabajo esta noche era guiar a esos sinvergüenzas a su refugio.

Nunca pudo acostumbrarse a la mirada de desprecio que siempre le dirigían. No, se acostumbró hasta cierto punto, pero al mismo tiempo la cambió para peor. Francamente, mantenía su contacto con los demás al mínimo para no tener que matar más su propio corazón.

Por eso la noche le resultaba mucho más cómoda. Nunca se perdía en los bosques ni en las montañas, ni siquiera en tierras desconocidas, y utilizaba sus poderes para ganar algo de dinero ayudando con búsquedas o trabajando como guía.

Mientras Evelyn esperaba, empapada en el rocío de la noche, notó que la luz de una lámpara brillaba entre los árboles.

Su cliente de esta noche se llamaba Zarish, si recordaba correctamente. Se sintió ligeramente tensa al comprobar que tenía acompañantes y un gran caballo, a pesar de ser un adolescente. Después de todo, ella no tenía mucha experiencia luchando contra hombres armados.

Evelyn respiró hondo y exhaló. Reunió el valor para alejarse del gran árbol, luego se acercó al caballo jadeante y levantó la mano.

Cuando los recién llegados desmontaron y Evelyn les abrió el camino, el hombre llamado Zarish y sus compañeros se presentaron. Los hombres vivían con su señor de un castillo cercano y estaban investigando a los bandidos alrededor del área para asegurar la región.

Evelyn no lo entendía. Alguien de alto estatus debería haber dejado el trabajo duro a sus subordinados y descansar en casa. ¿Por qué alguien le revelaría todo esto a una sospechosa figura con túnica como ella?

Sus ojos estaban cubiertos bajo su capucha profunda, pero su voz inmediatamente la delató como mujer. Probablemente por eso habían iniciado una conversación con ella. O tal vez tenían miedo del sendero oscuro en la noche ahora que la lámpara estaba apagada.

“¿Y cómo te llamas?” El hombre preguntó persistentemente mientras salían de un arbusto.

Ella se había estado moviendo a un ritmo rápido para evitar problemas, pero se sorprendió al encontrar a Zarish manteniendo el ritmo sin problemas, a diferencia de sus exhaustos asistentes. Él caminaba con un paso ligero, como si no estuviera fatigado en absoluto, lo que le dio la impresión a ella de que él estaba bien entrenado, a pesar de su esbelta complexión.

“…¿Mi sueldo aumentará si te lo digo?”

“¿Quién sabe? Pero no me importaría darte la mitad de mi comida si lo haces”, dijo, con un ojo cerrado en una expresión de suficiencia.

Había algo en la forma en que hablaba que la hizo detenerse. Las palabras de Zarish hacían parecer que no era él quien manejaba el dinero. Y a pesar de que tenía hermosos rasgos, su sonrisa parecía forzada y falsa. Ella no podía probarlo, pero sentía como si su comportamiento de pez gordo fuera todo un acto.

“Bien, te lo diré solo para que te calles. Mi nombre es Evelyn.”

“Evelyn, Evelyn… Qué nombre tan encantador. Si tan solo me mostraras tu cara, podría imaginarte cada vez que me acueste en mi cama.” Ella le había dicho su nombre cuando él le preguntó, pero ahora quería más. Evelyn dejó escapar un suspiro exasperado y Zarish bajó los hombros decepcionado. Sus asistentes vieron esto y se rieron torpemente, como si estuvieran acostumbrados. Pero el joven fue implacable.


“¿Qué te parece esto, Evelyn? Te daré una cosa que desees a cambio de que te mire a la cara. Así ambos sacaremos un recuerdo feliz de todo esto. ¿Qué dices?”

Qué idea más tonta. Ella ya sabía que su actitud daría un giro de 180 grados tan pronto como viera su piel y orejas. Se distanciaría inmediatamente de ella y luego se olvidaría de la despreciada elfa oscura en cuanto terminara el trabajo de esta noche. Tales pensamientos rodeaban la mente de Evelyn mientras caminaba agresivamente por el sendero nocturno.

Cuando el ángulo de la luna menguante cambió ligeramente, Evelyn se encontró mirando con la boca abierta. Zarish estaba lavando su espada con el agua del río mientras hablaba.

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“Muy bien, ahora es tu turno de cumplir tu parte del trato. Enséñame tu cara, ¿quieres?”

Evelyn trató de decirle que era solo una broma mientras daba un paso hacia atrás. Ella le había dicho a Zarish que le mostraría su cara si mataba a los bandidos sin la ayuda de ninguno de sus asistentes, pero no tenía forma de saber que él realmente lo lograría.

Mientras ella luchaba por encontrar sus palabras, su rostro se acercó al de ella.

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Muy cerca. Estaban lo suficientemente cerca como para sentir la respiración del otro y Evelyn no pudo evitar encogerse. No recordaba la última vez que había hablado con alguien desde tan cerca.

Zarish notó su gesto asustado y le tocó la barbilla con las yemas de los dedos. Hizo una pausa para pensar y luego sonrió como si hubiera caído cuenta.

“Ah, ya veo. Tengo diecisiete años, pero no tengo ningún problema en conseguir mujeres. Solo quería grabar tu rostro junto con tu nombre en mi memoria, eso es todo.”

“…Bien, pero desearía que lo olvidaras.” Su voz salió como una niña haciendo pucheros por el descontento y la confusión que estaba sintiendo.

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Pero este sería el final de todos modos. Ahora que había visto su rostro, nunca más se volverían a ver. Ella no quería verlo asustarse. Él daría un paso atrás, y… sí, aparecería esa expresión tensa en su rostro. Ella no quería ver esa mirada de miedo y hostilidad.

Se aferraría a su mente y se enconaría allí. El dolor se desvanecería un poco después de algún tiempo, pero las nuevas heridas se grabarían en su memoria más rápido de lo que las antiguas podrían sanar. Estas se acumulaban como capas de estrato, recubriendo su corazón tan oscuro como su propia piel.

“Aha… Realmente estoy cansada de esto…”

“¡O-Oye, espera!”

Ella estaba corriendo antes de darse cuenta.

Los rostros de aquellos que había conocido hasta ahora aparecieron ante ella. Los birló, como si quisiera alejar los malos recuerdos y corrió hacia el bosque negro.

Evelyn llegó a comprender por qué los elfos oscuros eran tan odiados. Ella nunca había cruzado la línea para cometer crímenes atroces, pero ahora, sentía que podía. Transmitiría sus emociones negativas a los demás, que continuarían extendiéndose como una maldición sobre la tierra.

Evelyn se subió rápidamente a un árbol y se subió a una rama donde nadie pudiera encontrarla y luego comenzó a llorar en silencio. Las lágrimas continuaron fluyendo incluso mientras las limpiaba, hasta que finalmente se rindió y hundió el rostro en las rodillas.

Quería echarse a llorar. Sintió que la oscuridad llenaría las profundidades de su corazón si no lo hacía. Al igual que el color de su piel que tanto odiaba.

Evelyn miró el cielo amaneciente con los ojos hinchados y dejó escapar un profundo suspiro. Entonces, recordó que algo se le había olvidado por completo.

“Olvidé recibir mi pago…”

Había completado su trabajo, pero al final solo terminó sintiéndose como basura.

Agotada, descendió del gran árbol con la mente totalmente en blanco. Sus extremidades eran poderosas gracias al espíritu dentro de ella y saltó fácilmente de rama en rama y al suelo.

Evelyn aterrizó con un ruido sordo, pero luego sus hombros saltaron inmediatamente. Podía sentir la presencia de alguien detrás de ella.

“¡Ahhh, espera!” Ella había sacado y blandido su daga, pero logró detener la hoja frente a la garganta del objetivo. Evelyn se sintió aliviada al descubrir que no había derramado sangre y sus ojos se abrieron al reconocer el rostro que tenía delante. Era Zarish, el hombre de la noche anterior.

“¡G-Guarda ya esa daga…! ¡Por favor!” Ella pensó que solo estaba rogando por su vida, pero algo estaba mal. Zarish se esforzaba por contener su brazo derecho, que palpitaba con venas abultadas. Era como si su brazo pudiera lastimar a alguien si no lo retenía así.

Evelyn enfundó su arma a toda prisa y Zarish cayó de rodillas. Respiró con dificultad durante un rato, cerró y abrió las manos varias veces y finalmente se puso de pie.

“Siento sorprenderte. Mi habilidad es tan poderosa que se le conoce como la Bestia Guardiana. La cuestión es que es difícil de controlar. Así es como vencí a la mayoría de esos bandidos antes.” Se sorprendió por el término desconocido por un momento, pero la ira de antes todavía ardía dentro de ella. Sus palabras salieron más agresivas de lo que pretendía.

“¿Me estabas siguiendo, Zarish?”

“Bueno, fui tras de ti para poder disculparme, pero no pude trepar a un árbol tan alto. Ah, pensé que podrías haber estado llorando.” Se rascó el pelo rubio corto y luego inclinó profundamente la cabeza.

Si sus asistentes hubieran estado con él, probablemente sus ojos se habrían ensanchado ante su comportamiento. Su orgullo había ido aumentando, junto con sus habilidades excepcionales, que le dieron una reputación de ser difícil de tratar. Quizás había obligado a los demás a irse a casa para que no lo vieran así.

“Toma. He añadido mi parte allí, también.”

“¿Qué? ¿No me digas que viniste aquí solo para darme esto?” Zarish empujó la abultada bolsa de cuero hacia ella. Evelyn no tenía idea de cómo sentirse al respecto. “No lo quiero. Y si eras tú, deberías haberlo dicho antes.”

“¿Eh? No podía hacer eso. Podía escucharte… No, no importa. Olvídalo. De todos modos, te pagué incluso más de la cantidad prometida. Al menos muéstrame el camino de regreso.” Daba una impresión completamente diferente a la de la noche anterior mientras le arrojaba con brusquedad la bolsa de cuero. Aun así, Evelyn encontró esto mucho mejor que esa sonrisa forzada que tenía antes. La forma en que caminaba de espaldas a ella mostraba que no le temía a los elfos oscuros como la mayoría de los demás. Vacilante, Evelyn lo llamó.

“Vas por el camino equivocado. Te llevaré de regreso. Sígueme.” Y así, los dos caminaron juntos bajo el cielo brillante.

Apenas hablaron durante todo el rato, como si acabaran de tener una discusión, pero Zarish comenzó a abrirse poco a poco. Reveló que, a pesar de tener sangre noble, el trono real estaba irremediablemente fuera de su alcance. Por eso había estado entrenando con la esperanza de ser reconocido por sus méritos en el campo de batalla.

“¿Entonces por eso atacaste a esos bandidos?”

“Sí, nada supera el combate real. Es mucho más útil que un régimen de entrenamiento predeterminado. Todo el mundo en el castillo es un cobarde al que le gusta hablar mucho.” Con eso, tomó un gran bocado de carne recién ahumada.

Fiel a su palabra de anoche, también le había dado a Evelyn la mitad de su comida. Ella había asumido que estaba bromeando y no había imaginado que alguna vez compartiría una comida con alguien de tan alto estatus.

“Asumí que estabas luchando para proteger tu tierra y pensé que eras galante”, dijo Evelyn.

“Esa es la historia, sí… pero está lejos de la verdad.” Ella había hecho un esfuerzo por felicitar a Zarish, pero él solo dejó escapar una risa de autocrítica. Luego, mordió otro trozo de su carne, claramente frustrado.

Cuanto más tiempo pasaba con él, más revelaba su lado oscuro. Preguntas surgieron en su mente, como cómo había terminado así cuando había crecido en un entorno privilegiado y poseía tanta habilidad con la espada. Quizás era la primera vez que sentía interés por un humano.

Evelyn dio un tímido mordisco a la carne ahumada y la encontró demasiado salada. Hizo una mueca y Zarish se rió a carcajadas.

Finalmente se abrieron paso a través del camino trillado hecho por animales y encontraron un solo caballo en el lugar de anoche.

A juzgar por los restos de una hoguera cercana, sus acompañantes debían de haber estado allí hasta el amanecer. Mientras Evelyn comprobaba la temperatura de los trozos de madera que se habían convertido en carbón, Zarish le habló desde atrás.

“Bueno, esto es todo. Gracias por traerme aquí.”

“Oh, no, gracias por pagarme extra… Um. Oye…” Evelyn le dijo a Zarish y él se dio la vuelta mientras aflojaba la cuerda que ataba al caballo. La elfa oscura respiró hondo varias veces para armarse de valor y luego abrió la boca para hablar una vez más.

“Este, Zarish, mi primera impresión de ti realmente horrible, pero me gustas mucho más cuando no intentas ser alguien que no eres. Es mucho más fácil hablar contigo de esta manera.”

“Jaja, ¿a qué viene eso? Solo estaba poniendo mi cara popular. Tengo que hacerlo, considerando mi posición.” Sus manos se detuvieron por un momento. Se quedó allí, como sumido en sus pensamientos y luego se puso cara a cara con Evelyn.

“La razón por la que tuve miedo cuando vi tu cara anoche es porque mi padre fue abatido por un elfo oscuro. Pero eso no fue culpa tuya y lo siento. No quise hacerte daño.” La voz del joven resonó cuando la niebla de la mañana se despejó. Había tanta sinceridad en sus palabras y podía sentir que su impresión de él cambiaba enormemente una vez más.

“Me alegro de que no seas como dicen los rumores, Evelyn. Claramente, no todos los elfos oscuros son crueles. Pero yo mismo no soy muy diferente del estereotipo de elfo oscuro. Soy alienado, odiado y temido por los demás. Parece que hace mucho tiempo que no tengo una conversación adecuada con alguien.” Con eso, montó su caballo, aparentemente ocultando su vergüenza.


Evelyn se preguntó por qué otros lo habían alienado y odiado, pero podía sentir que no les quedaba mucho tiempo para hablar. Y entonces, pronunció las palabras que no había dicho en décadas.

“Y-Yo, este, me he divertido. Gracias, Zarish.”

“Nos vemos, Evelyn. Recordaré tu nombre y tu hermosa cara cada vez que caiga la noche.” Guiñó un ojo mientras pronunciaba su línea cursi antes de irse.

Eran palabras tan baratas y muy humanas. Eran tan superficiales que ninguna mujer podría haberse sentido halagada por ellas. Y, sin embargo, Evelyn se avergonzó de admitir que sintió que una descarga la recorría, como una flecha en el corazón. Nerviosa, rápidamente se cubrió la cara con su manto, pero tuvo la sensación de que él había visto a través de ella. Debía de haberlo hecho.

Evelyn miró y puso mala cara con una expresión de insatisfacción mientras la vista de su espalda se alejaba cada vez más. Él se dio la vuelta varias veces, como si no quisiera regresar.

La elfa oscura se había enamorado ese día.

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Ella había viajado por varias tierras hasta ahora, como si hubiera estado huyendo.

No quería que nadie reconociera su rostro o su voz, así que evitaba quedarse en un lugar por mucho tiempo.

Sin embargo, permaneció en esta área durante tanto tiempo que pudo imaginar mentalmente el paisaje en toda la región. Quería saber más sobre Zarish y sintió una atracción por esta tierra que hizo que fuera difícil para ella irse.

La rueda de agua gigante era un espectáculo para la vista. Podía mirar fijamente la rueda que giraba regularmente mientras captaba el flujo en el canal durante todo el día.

Incluso disfrutaba de los colores cambiantes de las montañas y las granjas, ya que le permitían experimentar más plenamente el cambio de las estaciones. Evelyn recogió una flor que parecía algodón del sendero y la sopló mientras caminaba.

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