Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 7

Epilogo 2: Una Chica Que Reza A Diez Mil Millones De Estrellas

Su visión era blanca.

El suelo, el techo y las paredes habían sido pintados de un blanco estéril. Incluso la cama en la que estaba acostada era blanca.

―…¿Dónde está este lugar…? Ouch.

En cuanto se levantó, sintió un dolor que le recorría la parte posterior del cuero cabelludo. Dudó en tocar el pequeño bulto que tenía en la cabeza. Algo la había golpeado, lo que le había hecho perder el conocimiento.

―¿Iska? ―Su voz debilitada sonó vacía en la habitación―   ¿Comandante

Mismis? ¿Nene? ¿Jhin?

¿Dónde estaba la unidad imperial que la había protegido?

Había estado huyendo por su vida del ejército privado de Lord Talisman en la villa. Pero no recordaba nada de los acontecimientos posteriores.

―Ngh. No ―La princesa más joven tragó saliva cuando volvió a escudriñar la habitación.

No había puertas. ¿Cómo había llegado a esta habitación? ¿Por algún tipo de poder astral? ¿O había una puerta oculta en alguna parte?

—…… ―El temor comenzó a invadir a Sisbell.

Iska y el resto de la unidad imperial no estaban aquí. La habían metido en esta habitación sola, y ni siquiera había una puerta para salir de ella.

Había una cosa que podía adivinar sobre la situación…

―… ¿Fui… secuestrada. ?

Intentó volver mentalmente sobre sus pasos. Se habían enfrentado a los Hydra, lo que significaba que probablemente se trataba de la Aguja Solar. No sería extraño que tuvieran una o dos habitaciones ocultas.

¿Pero qué planeaban hacer ahora que la habían capturado? Ella habría expuesto con Illumination que Casa de Hydra había estado tratando de matar a la reina. Así que ella era una amenaza para ellos.

¿Era esto un intento de silenciarla? No. Si ese fuera el caso, no la habrían encerrado en esta habitación oculta. ¿Era un rehén para usar contra la familia Lou? ¿O iban a intentar ganársela y utilizar su poder para uno de sus planes?

―Esto no es gracioso. ¿Quién los obedecería?

Todos sus gritos rebotaron en las paredes. Aunque sabía que era en vano, Sisbell continuó, forzando la voz. Lo hacía para darse ánimos a sí misma, para no sucumbir al miedo que estaba a punto de invadirla.

…No voy a perder. Tienes que ser valiente, Sisbell.

…No es la primera vez que lo hago, ¿recuerdas?

Ya había experimentado algo similar en el pasado. Recordó el miedo que la había aplastado después de haber sido atrapada y amenazada con una muerte espantosa. ¿Qué tenía que temer realmente? Comparado con eso, esto no era nada.

―… ―Sisbell se puso la mano en el pecho y calmó su corazón.

Recuerda. En aquel entonces, alguien llegó a ayudarla. Había sido un excéntrico soldado imperial que la liberó de la prisión imperial.

“Quédate tranquila. Voy a dejarte salir ahora mismo”. “¿Por qué… me dejas escapar…?”

Desde ese momento, creyó -y siguió creyendo- que la Unidad 907 nunca la abandonaría.

―…¿De qué servirá perder la fe ahora?

Apretó el dobladillo de su manga, temblando. Sus labios temblaban.

―Poderes astrales que guían este planeta, te lo ruego.

Rezó a las estrellas.

Si las oraciones tuvieran poder, ella ofrecería todas las que necesitara.

―¡Por favor, entrega mi mensaje a la Unidad 907…!

-FIN DEL VOLUMEN 07-