Heavy Object (NL)

Volumen 4

Capitulo 2: Navidad en una Playa de Arena Blanca >> Batalla con Permiso de Guarnición (¿?) en Oceanía

Parte 2

Es cierto que no son partidarios de las recreaciones artificiales del mundo natural.

Pero Sarasa menea la cabeza.

“La conclusión de la Asamblea Central Religiosa sobre el 89no tema concerniente a los recursos alimenticios resolvió cualquier problema con eso. Además, la Organización de la

Fe no es tan intolerante como otros parecen pensar.”

“¿En verdad?” murmura el hombre distraídamente mientras continúa moviendo sus manos sobre la plancha metálica.

Sarasa continúa diciendo, “Por ejemplo, digamos que el hombre ha creado un material que realmente no existe en el mundo natural. ¿Crees que la Organización de la Fe condenaría eso?”

“…Bueno, sí. ¿Acaso no dirían que eso niega la providencia de dios, o crea una impureza en el mundo creado por dios, o algo así?”

“No somos tan sensibles como para levantarnos en armas por la creación del plástico.” Sarasa sonríe levemente. “Llegaríamos a algún acuerdo. Si usas oxígeno e hidrógeno para crear agua, los materiales que usaste fueron tomados del mundo que dios creó originalmente. Por esa razón, el agua que creaste no es nada más que un resultado de lo que dios ha creado. No es que hayas creado una impureza en el mundo creado por dios. El mismo razonamiento puede usarse con los plásticos o los tubos de carbono.”

“Ya veo.”

“Nosotros no comenzamos conflictos porque lo deseemos. Si fuéramos capaces de llegar a acuerdos, lo haríamos para evitar conflictos innecesarios.”

En ese momento, toda expresión desaparece repentinamente del rostro de Sarasa y murmura algo en voz muy baja.

“(Pero cuando las personas ponen pie en un territorio que no permite llegar a acuerdos como ese anciano, los asesinamos sin importar nada más.)”

“¿…?”

El dueño del restaurante no parece haber escuchado lo que ella dijo.

Con la conversación terminada pero con la atención del hombre aún sobre ellas, Sarasa cambia de tema y pregunta algo.

“¿Qué tal por barco?”

Con esa oración, es difícil saber de qué está hablando.

Sin embargo, el hombre responde inmediatamente.

“No puedo contar con eso. Recientemente, probablemente hubiera sido suficiente con pescar algo, pero ahora no hay muchos botes. Por supuesto, eso significa que tengo un montón de clientes de esos grandes grupos, así que no me quejo.”

“… ¿Y qué te parecería por aire?”

“¿Intentas transportar personas u otros productos en vez de pescado? Eso sería difícil. Estamos en Oceanía. Varios poderes mundiales tienen Objects aquí. Si envías un helicóptero de afiliación desconocida, será derribado por un láser antiaéreo. Y si logras que un poder mundial te deje pasar, uno diferente podría negarse.”

Después de rebanar el pescado cocinado, el hombre agrega una salsa que huele fuertemente a sangre. Sarasa inserta su tenedor en las rebanadas y pregunta algo.

“Dijiste que un bote hubiera funcionado en estos días. ¿Qué fue lo que cambió?”

“El Reino de la Legitimidad,” responde el dueño de la tienda mientras saca un pepino de mar del refrigerador y lo rebana con su cuchillo. “Un Object suyo…Baby Magnum, creo que se llama…se encuentra reposando cerca de la playa, así que la distribución de su red de vigilancia ha cambiado bastante. Por lo que he escuchado, las rutas conectando a Oceanía con las islas cercanas han sido bloqueadas. Pero como dije, el ejército trae consigo a un gran grupo de clientes, así que los recibo con los brazos abiertos.”

“¿Entonces los cargamentos provenientes del distrito Loyauté no pueden llegar aquí?”

“Exactamente. Para ser honesto, es espeluznante lo rápido que pueden ser desplegados los Objects. Un área que era totalmente segura ayer puede convertirse en las líneas frontales hoy.”

“…”

Sarasa entrecierra levemente los ojos mientras mira la espátula metálica moviéndose frente a ella.

Ellas fracasaron en esa isla.

Lo que significa que su objetivo ahora es…

***

Ha sido un día espantoso.

El momento en el que Quenser y Heivia se encuentran cerca de la zona base de mantenimiento, el atardecer está cerca.

“… ¿Cómo estuvieron las cosas hoy para ti?”

“¿Qué hay de ti?”

Gracias a ese intercambio de palabras, queda claro que ambos dejaron escapar enormes oportunidades.

Quenser suspira y dice, “¿Qué fue lo que hice mal? El escenario era perfecto. ¿Entonces qué fue…? ¿Qué salió mal…?”

“Después de regresar a una chica rica que no sabe cómo funciona el mundo a sus guardaespaldas, esos mismos guardaespaldas me persiguieron con armas en mano durante 3 horas…”

Las dos fatigadas almas sienten que sus aparatos portátiles vibran repentinamente cuando reciben un correo.

“¡No quiero leerlo! ¡¡Esa debe ser señal de que las ridículas peticiones de Froleytia comenzarán otra vez!!”

“Quenser, te prestaré mi rifle, ¿así que podrías dispararme en la pierna?”

Incluso están preparados para tomar esas medidas para poder evitar más trabajo, pero se encuentran con algo totalmente diferente cuando leen el correo electrónico.

Quisiera tener una fiesta de Navidad para darnos a todos un descanso, pero no puedo permitir que un camarero civil entre a la base de mantenimiento.

Por esa razón, todos excepto el mínimo requerido para la vigilancia en turno se reunirán en el punto YI. Perdamos el control bebiendo toda la noche.

“…”

“…”

Quenser y Heivia intercambian una mirada silenciosa.

Entonces ambos aprietan sus puños lenta pero fuertemente.

“¡¡Aún tenemos una oportunidad!!”

“¡¡Espera, espera, espera!! Será una fiesta de Navidad con la princesa y nuestra comandante de enormes pechos. ¡¡Y diciembre es época veraniega en Australia!! ¡¡Nunca veremos a una Santa Claus normal aquí!! ¡¡Aquí veremos piel desnuda, minifaldas, muslos descubiertos, y pechos rebotando!!” El Punto YI no está lejos de ahí.

De ninguna manera habrá tráfico que los haga perderse del evento.

Tal vez no hayan logrado ver ningún traje de baño, pero aún existe la posibilidad de ver a una Santa sexy.

Los dos idiotas llamados Quenser y Heivia toman acciones inmediatamente para llegar a ese paraíso de probabilidades cambiadas.

Un autobús rojo brillante y un taxi azul se estacionan frente a ellos.

“¡¡Tomaré el autobús rojo!!” dice Quenser.

“¡¡Entonces sólo por diversión, tomaré el taxi azul!!”

Y de esa forma sus destinos quedan divididos…

***

Cuando Quenser llega al punto YI en donde se llevará a cabo la fiesta, mira alrededor.

No se encuentra dentro de alguna tienda.

Debido a que el “paisaje citadino” conformado en su mayoría por carpas y RVs, no hay tiendas en las que uno pueda esperar sentado cómodamente.

Una parte del mercado tiene un espacio abierto formando una plaza y un gran número de mesas cubiertas con platillos han sido llevadas. La libre movilidad de las tiendas que conforman el “paisaje citadino” es una gran ventaja. Seguramente despejaron ese espacio para que cupieran sus preciados clientes.

(Parece ser que Heivia aún no ha llegado.)

Soldados usando el mismo uniforme que Quenser ya han comenzado a servirse comida y alcohol, pero Heivia no aparece por ningún lado.

“Oh, pero si es la anciana.”

“¿Qué? ¿No deberías hablar con alguien más joven en una fiesta como ésta?”

“Pensé que estarías en área de mantenimiento en caso de que el Object tenga que ser utilizado.”

“La princesa tiene el día libre, así que no tendría mucho sentido. Esta es una fuerza de coalición, así que otros Objects se encargarán de la defensa. … ¿Pero no crees que esta sería una oportunidad perfecta para que estudies el Object?”

“No hay mucho qué aprender cuando nadie trabaja en él. Necesito verlo cuando realmente está peleando. Si solamente me dedicara a ver su superficie, bien podría entrar a un sitio de informes militares.”

“Qué aburrido eres. A tus ideas les falta estilo. Eres el tipo de persona que no pediría ningún recuerdo de alguien viajando al extranjero.”

“Me gustaría un poco de platino como recuerdo de Oceanía. He escuchado que han estado extrayendo bastante últimamente.”

“Veo que pretendes ser un mercader pudiente otra vez. Y lo del platino ya es historia vieja. Los días en los que tenía un valor estable han acabado. Las investigaciones sobre métodos para fabricar platino industrial han progresado.”

“¿Eh? ¿Piensan usar platino para uso industrial?”

“También se usa en los Objects. Necesitas prestar más atención, estudiante.”

Mientras los dos charlan, Froleytia se acerca por detrás de ellos con una copa de martini en la mano.

“¿Oh, aún no empiezan a comer? Quién sabe cuándo tendremos otra oportunidad para comer algo además de esas raciones insípidas. Deberían comer algo mientras pueden.”

“¿Entonces no podrías hacer algo acerca de esas racio-…? ¿¡Bfh!?”

Quenser tiene una razón para quedar inmóvil el momento en el que se da la vuelta.

Su comandante Froleytia Capistrano se ha convertido en una Santa con minifalda. Además, la parte superior de su cuerpo no está cubierta más que por una prenda estilo bikini que tiene muy poca superficie de área. Su escote y abdomen están totalmente a la vista.

Después de haber vivido un fracaso tras otro con la situación del traje de baño de la princesa, Quenser casi pierde el control de sus emociones ante toda esa piel descubierta. “¿¡Un ataque sorpresa!?”

“No tengo idea de qué es a lo que te refieres, pero esos uniformes militares difícilmente son adecuados para usarse en el desierto.”

“En serio, comenzará a hacer frío una vez que se oculte el sol. No podrás culpar a nadie más que a ti misma si atrapas un resfriado por vestirte así,” dice la anciana un poco irritada, pero hay un rastro de entretenimiento en su rostro.

Con expresión confusa, Froleytia pregunta: “Espera, ¿en dónde está Heivia? ¿Aún no ha llegado?”

“Lo que sucede…”

Justo cuando Quenser comienza a responder, un débil tono electrónico resuena desde su radio.

(¿Quién podrá ser? ¿Alguien de la base de mantenimiento?)

Quenser se aleja de su comandante y presiona el interruptor de la radio.

“¡¡Soy yo!! ¡¡Soy yo!! ¡¡Heivia!!”

“¿En dónde estás? Yo ya estoy en la fiesta. Debiste haber abordado el autobús rojo…”

“¡¡Quedé envuelto en un tipo de incidente!! ¡¡Hoy, me tocará ser el héroe!! ¡Pero tengo algo qué pedirte!”

“¡¡Si necesitas ayuda, olvídalo!! ¡¡No me alejaré de esta fiesta!! ¡¡Y si quieres saber por qué, es porque hay una Santa de excelente figura justo frente a mí!!”

“¡¡Está bien, está bien!!”

“¿…?”

“No sé cómo podría evitar un tiroteo en medio de la ciudad. Pero no estamos en una batalla ahora mismo, así que esto técnicamente es un trabajo para la policía. …¡¡En concreto, podríamos meternos en problemas si esa comandante de enormes pechos se entera de esto!!”

“No, „podríamos‟ no. ¡¡Esta vez yo no tengo nada que ver!!”

“¡¡Después de lo sucedido en el distrito Loyauté, está sería la tercera tarjeta amarilla!!”

“¿En verdad hemos acumulado tantas tarjetas amarillas?”

“¡¡Como sea, estaremos en verdaderos problemas si nos ganamos una más!! ¡¡Me encargaré de este problema por mi cuenta, pero necesitas ganarme algo de tiempo!!”

“… ¿Hm? Es raro que te escuches tan motivado. El problema es que tu motivación no siempre es por algo bueno.”

La extensa conversación por radio debe parecerle sospechosa, porque la Santa que seguramente le provocará algunos sueños húmedos frunce el ceño y pregunta,

“¿Quenser, con quién estás hablando? Casi todos están aquí.”

“¿Eh? O-oh, um…”

“¡¡Simplemente distrae a esa comandante de enormes pechos!! ¡¡No permitas que se dé cuenta de que no estoy ahí!! O de otra forma estaremos en problemas. ¡¡Si no me encargo de esto, los civiles de Oceanía estarán en peligro!!”

(Esperen. Si Heivia está trabajando motivadamente en algo en vez de venir a la fiesta, debe tratarse de algún problema de nivel sin precedentes. Si aparece un Object, realmente ignoraré esto.)

De cualquier forma, la situación se ha vuelto problemática.

Para empezar, Quenser no puede pensar en alguna manera de derrotar a Froleytia Capistrano usando métodos normales.

“Quenser, responde mi pregunta. ¿Con quién has estado habla-…? …Cof.”

Tal vez el viento arrastraba un poco de arena consigo porque Froleytia se lleva una mano al cuello.

(¡¡Ésta es mi oportunidad!!)

Quenser toma un vaso lleno con un líquido transparente de una bandeja siendo llevada por un mesero pasando por ahí.

“¿Estás bien, Froleytia? Ten, bebe un poco de agua.”

“Oh. Gracias, Quen-… ¿¿¿¡¡¡Bbhhh!!!???”

Cuando la Santa con minifalda bebe el contenido del vaso de un trago, emite un sonido que Quenser nunca hubiera pensado en escuchar de su parte.

La razón es simple.

“Que-… ¡¡Tú!! ¡Esto es vodka! ¡¡Y vodka puro además!!”

“¡¡Disculpa, Froleytia!! ¡Debí haber tomado el vaso equivocado! ¡¡Toma, aquí hay té de oolong!”

“En serio, no puedo creer que tú-… ¿¡ugbhh!? ¡¡E-esto es whisky de malta!!”

“¡¡Oh, no!! ¡Froleytia, me equivoqué otra vez! ¡¡Esta vez, es agua mineral!!” dice Quenser mientras le entrega un vaso lleno de tequila.

(¡¡Vamos, embriágate!! ¡¡Embriágate totalmente!! ¡¡Si continúa tomando de estas bebidas con alto grado de alcohol y a este paso, incluso una bebedora experta como ella tiene que embriagarse!!)

“…Hic.”

Después de unas cuantas bebidas, Froleytia agacha la cabeza en silencio. Gotas de sudor bajan por su pecho cubierto con un bikini y su piel se ha sonrojado un poco. Su cuerpo ha perdido algo de fuerza y se tambalea de atrás hacia adelante a pesar de encontrarse inmóvil.

(¿¡Mi plan tuvo éxito!?)

Quenser piensa celebrar primero, pero otro pensamiento entra en su mente.

(Espera, ¿qué sucederá ahora que está ebria?)

Esa pregunta comienza a carcomer la mente del chico.

(Esto es malo. ¡Tal vez esto sea realmente malo! ¡¡Cuando está sobria, Froleytia es toda una tirana, ¿entonces qué sucederá ahora que sus limitantes han sido retirados por el alcohol!?)

“…Qwensher…”

El bajo tono de voz y la incorrecta manera en la que pronuncia su nombre lo asustan.

Mientras un incómodo sudor comienza a fluir del cuerpo de Quenser, el chico no puede hacer nada más que mirar con atención.

“¿¡S-sí!? ¿¡Qué sucede, comandante!?” Por un instante, Froleytia no dice nada.

Ya se encuentra bastante cerca de Quenser, pero continúa aproximándose silenciosamente pero sin detenerse.

Quenser piensa seriamente que lo tomará por el cuello de su uniforme.

Y entonces…

Justo frente a él…

Froleytia Capistrano abre la boca para hablar.

“Uu. ¿Por qué siempre eres tan cruel conmigo, Quenser?”

“¿¿¿¿…????”

Los pensamientos de Quenser se detienen por un instante.

Ese no es el papel de la cruel comandante conocida como Froleytia. Esa es una línea digna de una tímida amiga de la infancia que siempre lleva consigo un animal de peluche.

Pero el chico se percata de lo que está sucediendo poco después.

“¿¡A-acaso es del tipo que se entristece cuando se embriaga!?”

“¿Estás molesto, Quenser? ¿Lo estás? Lamento ser una comandante tan horrible. Lo lamento. Siempre necesito que me salves. Sé que no está bien. Si hiciera un mejor trabajo y aprovechara todo el potencial de la princesa…”

“¡¡Espera, espera!! ¡¡No puedes comportarte así frente a otras personas!! ¡¡Éstas son personas que tomarán fotos con sus celulares, así que necesitas tener un poco de autocontrol!!”

“… ¿Estás molesto, Quenser?”

“¡¡Gyaaahhh!! ¡No te recargues sobre mí de esa forma!! ¡¡No envuelvas tus brazos alrededor de mi cuello!! ¿¡Has olvidado cómo estás vestida!?”

“…Estás molesto…”

“¡¡No!! ¡¡No estoy molesto!! ¡Maldición, no tengo más opciones ahora que estamos en público! ¡Tal vez no lo haría, pero si estuviéramos a solas probablemente se me ocurriría hacer todo tipo de cosas!!”

“¿En verdad no estás molesto?”

“¡¡No!! ¡En verdad! ¡Confía en mí!”

“…”

Froleytia presiona sus enormes pechos contra él y acerca tanto su rostro que probablemente Quenser podría besarla con el simple hecho de fruncir los labios, pero la chica se queda en silencio y no continúa acercándose.

Todo esto provoca una enorme tensión mental en Quenser, pero Froleytia finalmente habla una vez que ha analizado algo dentro de su mente.

“Quenser…eres como un hermano mayor para mí.”

“¿¡Ahora interpretas el papel de una hermana menor!?”