Nihon E Youkoso Elf-san (NL)

Volumen 5: Capítulo de la Esclavitud II

Capitulo Extra: Conociendo a Mariabelle, la elfa Semi Hada

Parte 2

 

 

Estaba en un dilema.

Salté después de ver la sombra de alguien cerca, pero cuando aparecí entre los arbustos, encontré a una niña pequeña acurrucada frente a mí. Parecía tener más o menos la misma edad que yo y me preocupó ver que temblaba mucho mientras se agarraba los hombros, como si hubiera visto algo horripilante. Pero este no era el momento para observaciones pausadas. Parecía que la niña no podía pararse y se arrastraba hacia un río que fluía rápidamente debido a la tormenta del otro día.

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“Me pregunto si está herida o algo así.”

Arrojé el hacha de piedra hecha a mano a un lado y corrí hacia la chica. A diferencia del mundo real, actuaba rápidamente mientras estaba en mis sueños. Después de todo, me despertaría en Aomori incluso si pasaba algo. Era un error pensar de una manera tan relajada. El rostro de la niña se contorsionó por el miedo cuando se dio la vuelta y gritó “¡Nooooooooo!” con voz chillona tan pronto como me vio.

Un momento, ¿es esta la chica que vi en el sueño de anoche? Ella tenía ojos morados… Más importante aún, estaba aterrorizada, como si hubiera un monstruo cerca.

“Lo entiendo, ¡debe haber sido atacada por un monstruo!” Lamentando un poco mi decisión de descartar mi hacha antes, rápidamente me agaché sobre una rodilla y me coloqué para cubrir su espalda. Pero para mi confusión, no parecía haber nada detrás de nosotros.

“…¿Eh? ¿No hay nada aquí?” No, eso no era cierto. Sentí algo desde lejos. Claramente podía sentir el deseo de un monstruo de matarme desde algún lugar. Los pájaros volaron con un graznido y miré hacia la cascada en respuesta. En ese momento, una hermosa voz como el son de campanas se escuchó detrás de mí.

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“¡******!”

Tal vez era un encantamiento en élfico. Primero escuché un chapoteo, como un pez saltando en el agua. Miré para encontrar un pez ultramarino semitransparente allí, impulsándose por el aire con su aleta caudal. Observé con asombro la maravillosa vista y luego escuché varias salpicaduras más a mi alrededor.

“Oh, esto es malo.” Tenía bastante sentido común para estas cosas. Antes de que pudiera procesar el pensamiento, estaba lleno de agujeros como anoche y morí. Sí, eso pensé. Teniendo en cuenta cómo estaba vestido, debí haber parecido bastante sospechoso desde el punto de vista de un elfo.

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No sabía cuántas veces había experimentado la vista de mi sangre rociando el aire. Habiendo pasado por otro escenario de pesadilla, vi mis extremidades colgando flácidamente a mi lado mientras mi conciencia se desvanecía.

Una respiración agitada reverberó en los alrededores.

En el río cerca del hogar de los elfos, una joven pateó frenéticamente el suelo con sus sandalias para alejarse del cadáver. Ella miró con los ojos muy abiertos, respirando erráticamente, cuando algo sucedió. La sangre en el suelo, así como el cadáver, comenzaron a desvanecerse en semitransparencia y luego comenzaron a parpadear con una luz misteriosa.

Entonces, todo desapareció. Fue como si se hubiera apagado una vela. Todo ocurrió tan rápido.

El rostro de la niña palideció como una sábana. Sintiendo que había visto algo que se suponía que no debía ver, salió corriendo con todo el color drenado de su rostro. Gritó histéricamente mientras corría.

Finalmente, el silencio volvió a la cascada sagrada. Solo se podía escuchar el sonido de un río fluyendo, el musgo verde vivo y los helechos mojados por el agua que salpicaba.

Entonces, una hoja fue pisoteada. Era un pie tan grueso como un barril y estaba cubierto de pelo áspero. La criatura exhaló por la nariz con un resoplido bestial. Parecía un animal mientras olfateaba los alrededores.

***

 

 

Me senté y me desperté de golpe. Estaba en un dormitorio oscuro y la luz de la luna difusa entraba por la puerta corrediza de papel. Respirando con dificultad, podía sentir una gran cantidad de sudor corriendo por la parte posterior de mi cuello. Aspiré el olor de los tatami y solté un gran suspiro de alivio.

“Así que acabo de despertar de mi sueño…”

Estaba de regreso en la casa de mi familia en Aomori, después de haberme mudado aquí desde Tokio. Me había quedado dormido entre mi abuelo y mi abuela, pero parecía que un sueño aterrador me había hecho despertar de un salto.

Hombre, eso me tomó por sorpresa. Esa chica era bastante impresionante. Puede que estuviera completamente desnudo, pero siendo de nivel 16, todavía tenía una cantidad decente de vitalidad. Ella logró matarme instantáneamente dos veces seguidas. ¿Cómo generaba tanto poder? Consideré esta pregunta mientras me escabullía de mi manta teniendo cuidado de no despertar a mi abuelo.

Estaba acostumbrado a despertarme después de morir, pero mi corazón latía tan rápido que no habría podido volver a dormirme por un tiempo. Caminé por el pasillo descalzo y luego noté el sonido del agua goteando de un grifo. Agarré una taza y abrí el refrigerador.

La luz era tan brillante que me lastimaba los ojos, así que tomé la botella de jugo de manzana que estaba buscando y rápidamente cerré la puerta del refrigerador.

“Hombre, estoy sediento. Me alegro de que el abuelo me haya comprado esto.”

Tomé un trago. El jugo de manzana fresco se sintió bien mientras recorría mi cuerpo caliente. La mezcla de dulzura sutil y acidez fue simplemente sublime.

Luego, regresé por el pasillo, con una taza en mano. En lugar de volver al dormitorio, abrí la puerta de al lado y me senté en la veranda.

Era verano, así que las noches de Aomori no eran demasiado frías. Pasaría otro medio mes más o menos antes de que los mosquitos comenzaran a salir en serio. Mirando hacia la luna que parecía un agujero que había sido cortado en el cielo, dejé escapar un largo suspiro.

“Pensé que estaba equivocado, pero ella realmente estaba controlando múltiples espíritus a la vez. Los elfos son realmente increíbles.” Ocasionalmente había escuchado rumores de un poderoso usuario de espíritus entre los elfos. Pero a lo largo de todo mi largo viaje en mis sueños, esta era la primera vez que conocía a uno en persona. Mi corazón latía como un tambor, pero probablemente no era solo por miedo.

“Ella era como una hermosa joya. Parece que tiene mi edad, pero me pregunto cuántos años tendrá. Escuché que viven mucho tiempo, así que realmente no puedo decirlo.”

Todas las casas tenían las luces apagadas, por lo que la luna estaba muy brillante esta noche. La clara luz de la luna iluminaba la noche casi tan intensamente como el sol durante el día. Esta era una vista que nunca podría haber presenciado en la gran ciudad. Me senté allí con mis pies descalzos balanceándose, sintiendo que me calmaba cada minuto.

“Sin embargo, espero no asustarla. Debería disculparme si vuelvo a ver el mismo sueño.”

Pero había un problema que abordar antes de que pudiera disculparme. No tenía ni idea de lo que me estaba diciendo.

“Debe ser el idioma de los elfos del que escuché en los cuentos populares. Es la primera vez que lo escucho, pero suena tan bonito.” Me cautivó el lenguaje parecido a una canción, que puede haber sido parte de la razón por la que terminé muriendo.

Hmm… quiero aprender a hablar el idioma de los elfos.

Tenía que empezar haciendo mi ropa de nuevo y tenía que asegurarme de estar presentable esta vez. Las cosas estaban a punto de ponerse difíciles, pero estaba emocionado. Dejé escapar un bostezo y luego bebí el resto de mi jugo de manzana. Su refrescante dulzura aún tenía un sabor delicioso.

Pero todavía era un niño en este punto y no era demasiado bueno en el pensamiento crítico. Y así, repetí el ciclo de ser derrotado y volver a la vida, sin detenerme ni una sola vez a considerar su miedo mientras continuaba acercándome a ella.

***

 

 

Huff, huff, huff…

Mariabelle movió sus brazos y piernas desesperadamente mientras corría y tragaba saliva. Los montones de hojas por todo el suelo le proporcionaban un cojín mientras daba cada paso con sus sandalias. Sintió pánico por no poder correr tan rápido como de costumbre y parecía que se tropezaría en cualquier momento.

“¡Ah!” La niña elfa miró hacia atrás mientras corría y cayó al suelo después de todo.

Sus mechones de cabello blanco cayeron al suelo antes que el resto de su cuerpo y polvo voló en el aire cuando aterrizó. Se encontró en un lugar soleado sin árboles por encima de su cabeza y repetidamente inhaló bruscamente mientras estaba acostada boca abajo. Mariabelle siempre había pasado su tiempo leyendo libros del almacén del anciano, por lo que era una corredora lenta y tenía menos resistencia en comparación con los demás. Sin embargo, se levantó y miró hacia el cielo brillante.

Este bosque tenía una larga historia.

Cada uno de los árboles se extendía muy por encima y el cielo se podía ver a lo lejos.

Y aquí, en este lugar donde la luz se derramaba entre el follaje, había una fruta que parecía tener toda la luz del sol para sí misma. Un dulce aroma emanaba de esta fruta con forma de gota de agua conocida como lagi. La luz del sol disipó la niebla de la mañana e iluminó el bosque y se podían ver pájaros cantando y llamando a sus amigos en busca de desayuno. Seguramente podrían disfrutar de las frutas todavía mojadas por el rocío de la mañana.

Esta era una aldea de elfos en un bosque siempre verde.

Una tierra de paz y tranquilidad, donde sus habitantes habían creado su propio mundo único viviendo y pensando como los espíritus. Por eso a los inestables y peligrosos humanos no se les permitía entrar… o eso creían.

Finalmente, comenzando a recuperar el aliento, Mariabelle notó un ciervo que la estaba mirando mientras masticaba algunos brotes. Se quitó el polvo de las hojas de la ropa y se puso de pie, sonrojándose levemente.

No había tiempo para lamentarse por la suciedad de su ropa. Todavía sentía ojos en su espalda y cuando entrecerró sus ojos morados… vio por primera vez un hacha de piedra entre los árboles.

El portador era un hombre semidesnudo que vestía nada más que una falda de hierba y murmuraba “Enséñame, lenguaje”, que podrían haber sido palabras del lenguaje humano, pero no tenían sentido para ella.

Su atuendo era ligeramente diferente al de antes, ahora con varias flores adornadas en su falda de pasto… ¿Era esta su idea de vestirse? El hombre se quedó allí mirándola, lo que solo aumentó aún más su sensación de miedo.

“¡Nngh!” Cogió una piedra cercana y se la arrojó al intruso. Se desvió salvajemente de su objetivo y se sintió avergonzada cuando el hombre medio desnudo y el ciervo salvaje la miraron. Luego, volvió a salir corriendo. Mariabelle se dirigía a la aldea para reagruparse con los demás. Un poco más lejos y los adultos estarían esperándola. Con ese pensamiento, se puso de pie.

La niña tenía un talento particular. Desafortunadamente, no era un talento para correr, pero podía interactuar íntimamente con los espíritus y hacer que la ayudaran. Los espíritus residían en todas las cosas y eran seres bastante volubles. Cuanto más uno intentaba mirarlos, se derretían como un terrón de azúcar en el agua. Normalmente, uno ni siquiera podía ver o tocar uno sin el entrenamiento adecuado. Pero esta niña y su padre eran diferentes.

Con esos ojos morados mirando por encima de su espalda, podía ver y reconocer cosas que otros no podían. Desde su perspectiva, podía ver el brillo dorado de la vida misma y los seres conocidos como espíritus a su alrededor.

“Realmente es un ser humano… pero hay algo extraño en él.” Mariabelle arrugó sus lindas cejas y murmuró para sí misma. Luego redujo la velocidad de su paso. Se dio cuenta de que el humano se mantenía a cierta distancia, al igual que antes.

Mariabelle se recompuso respirando profundamente y luego miró al niño humano. Ella había sentido que algo andaba mal en él cuando vio que los espíritus que lo rodeaban eran diferentes a los demás. Antes le tenía tanto miedo porque asumió que era un fantasma de algún tipo, pero se sentía más tranquila ahora que tenía algo de tiempo para observar desde la distancia.

Mariabelle se secó el sudor de la frente y lo miró mientras continuaba hacia su aldea. Él seguía repitiendo lo que sonaba como “Enséñame, lenguaje”, lo que la hizo preguntarse si estaba tratando de decirle algo.

“Oh, bueno. El anciano no permitirá que un humano entre, de todos modos. Solo mira. Encontrarás un final apropiado para un humano inmundo como tú.” La mirada en sus ojos era tan fría como el hielo mientras hablaba en voz baja.

Esto no era exclusivo de los elfos, pero los residentes de una colonia solían mirar a los forasteros con ojo crítico. Permitir que los extraños entraran entre ellos casi nunca terminaba en resultados positivos. Había habido historias de alimentar a un extraño y tratarlo con amabilidad, solo para que él terminara siendo un espía que pretendía invadir su hogar. Tales enseñanzas fueron transmitidas de los adultos de manera fácil de digerir, y siendo la niña diligente que era, nunca pensó en cuestionarlas. En su mente, los humanos eran seres malvados que traían desgracia a todos los que los rodeaban.

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La aldea de Mariabelle apareció a la vista. Pensando que el terror finalmente estaba llegando a su fin, dejó escapar un suspiro de alivio y aceleró el paso.

El visitante de esta tierra probablemente se sorprendería por la gran extensión de vegetación aquí. Frutas noctilucentes colgaban de las parras que conectaban los grandes árboles y ramas llenas de hojas crecían libremente por encima, cubriendo completamente el espacio por encima.

El agua que fluía cerca era sorprendentemente clara y el trampolín al que Marie saltó estaba completamente cubierto de musgo. La aldea de los elfos era un bosque que encajaba claramente con las criaturas fantásticas. Tras una inspección más cercana, las cortezas de los árboles funcionaban como techos y estaba claro que alguien vivía allí.

El rostro de un hombre se asomó directamente debajo del nido de un búho.

“¿Qué pasa, Mariabelle? ¿Te encontraste con un jabalí o algo así?” preguntó el hombre.

“¡Hay un humano allí! ¡Por favor, mátalo!” dijo Marie.

“Está bien, entonces tendré que invitarte a un estofado humano esta noche.” La vio hacer una mueca de disgusto y él se rió entre dientes. Luego agarró un arco que estaba apoyado contra una pared e inspeccionó su cuerda. Para cuando el hombre salió de la entrada, Mariabelle ya se había ido. Se rascó la cabeza mientras murmuraba para sí mismo.

“¿Un humano, eh…? Hace ya un tiempo que no aparece uno. Entonces supongo que el altar debe haberse roto por esa tormenta.” El cazador se frotó la barbilla y luego miró en la dirección a la que se había ido Marie en lugar de la dirección que había señalado. “Necesito preguntarle qué altar se rompió primero.”

Se colocó un sombrero de cuero en la cabeza y comenzó a caminar con los movimientos ágiles de un cazador bien entrenado. Pensó que, si Mariabelle podía escapar, este intruso no podría haber sido una gran amenaza.

Mientras tanto… Mariabelle había advertido a los adultos del peligro mientras caminaba por la aldea, pero sus reacciones fueron decepcionantemente indiferentes. Se habrían sorprendido más si ella les hubiera dicho que era un jabalí. De hecho, el niño apareció de detrás de los árboles e intentó provocarla saludando, pero los demás siguieron sin sorprenderse.

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“Oh, ella tiene razón. Es un niño humano. Qué inusual ver uno aquí. Me pregunto si está perdido”, dijo una mujer.

“Hmm, parece bastante educado. Cariño, todavía nos sobró algo de sunebi, ¿no? Apuesto a que le encantaría comer algo.”

“E-Ellos ni siquiera están desconcertados por el hecho de que está medio desnudo… Miren, está armado con un hacha. Debe haber sido poseído por un troll.” Ella señaló para resaltar el peligro que representaba el humano, pero respondieron de manera tibia.

“Un hacha de piedra, ¿eh…?” Bueno, era cierto que no daba demasiado miedo tras una inspección más detallada. Mariabelle negó con la cabeza.

“¡No hay tiempo para ser tan complaciente con esto! Ese chico no es un ser humano común y sabe dónde está nuestra aldea. ¡Voy a avisar al anciano!”

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Señalaron que ella era la que había traído al humano aquí y le desearon buena suerte y luego miraron hacia donde estaba el humano. Sin embargo, el niño se había ido.

Quizás los elfos habían perdido la capacidad de detectar el peligro después de vivir en paz durante tanto tiempo. Tales pensamientos pasaron por la mente de Mariabelle después de ver la mala reacción de los demás. Trató de advertir a un joven que trabajaba en los campos, pero se quedó atónita al descubrir que ya estaba sentado junto al humano.

“Ohh, aprendes rápido. Sí, así es como se pela la cáscara.” El objeto que se estaba pelando era una especialidad del bosque conocida como sunebi. Cuando se secaban y pelaban, emitían un aroma similar al de las especias y proporcionaban un agradable sabor cuando se usaban en sopas o se trituraban.

Pero al ver que el chico humano era el que estaba pelando, la cara de Mariabelle se contrajo mientras tartamudeaba.

“¡¿Qu-Qu-Qué…?!”

A pesar de todo lo que estaba pasando, el chico humano simplemente la miró con una sonrisa amistosa. El trabajador de campo le dio una expresión de perplejidad, que encontró bastante irritante.

“¿Hm? ¿Qué pasa, Marie?”

“¿Me estás preguntando que qué pasa? ¿Qué estás haciendo? ¿No ves que es claramente un humano? ¿Por qué no tienes miedo? Morirás si te ataca.” Mariabelle dijo con una expresión tensa, pero… “¿Él?” respondió el hombre. La elfa asintió repetidamente. “Ya veo…” murmuró él y asintió con una expresión seria.

“Este humano es bastante útil. Oh, no, así no. Tienes que pelarlo en la dirección opuesta o se echará a perder.”

“¡¿Es-tás-es-cu-chán-do-me?!” Mariabelle levantó ambos puños y luego los bajó con su arrebato.

Alguien estaba parado cerca, viendo cómo todo esto se desarrollaba. El observador llevaba el pelo largo recogido de manera ordenada y sostenía un gran bastón en la mano.

“¿Es ese?” le preguntó al cazador a su lado y luego se acercó a ellos.

El hombre de cabello largo y blanco golpeó el suelo con su bastón. Mariabelle debería haberlo notado acercarse y darse la vuelta, pero estaba tan ocupada con sus gritos.

“¿Realmente estás haciendo que este humano trabaje en el campo? ¡Deja de perder el tiempo!” Ella no se dio cuenta de que estaba allí a pesar de que el trabajador de campo le indicó que mirara.

El cazador y el anciano se miraron el uno al otro, sin saber qué hacer, pero se encogieron de hombros, pensando que ella eventualmente se daría cuenta.

A juzgar por su apariencia, no había necesidad de entrar en pánico por este extraño. De hecho, los humanos tenían un lado bárbaro, pero eso no significaba necesariamente que fueran todos de esa manera. De hecho, Mariabelle era la que actuaba de forma desconcertante mientras gritaba y despotricaba.

“No serás capaz de actuar tan despreocupadamente por mucho tiempo. Acabo de enviar a un cazador experto para que vaya tras él. Te va a disparar en poco tiempo.” Ella apuntó su dedo directamente a la punta de la nariz del chico, pero él solo ladeó la cabeza en confusión. Un hombre que empuñaba un arco que parecía un cazador estaba parado justo detrás de ella, por lo que quizás se preguntaba si había un cazador diferente en algún lugar de esta aldea.

Mariabelle todavía no se había dado cuenta.

Se sentaron en las escaleras cubiertas de musgo y comenzaron a preparar té con manos expertas. Invocaron a una salamandra y lentamente movió sus cuatro patas para meterse debajo de la olla. Habían vivido con estos espíritus desde hace mucho tiempo, por lo que sabían qué hacer sin órdenes directas. Por supuesto, era una cortesía común darles un poco de madera aromática como agradecimiento.

Mientras la salamandra lamía el trozo de madera fragante con su pequeña lengua, el agua comenzó a hervir en la olla y el aroma de las hojas de té comenzó a llenar el aire. La elfa había estado despotricando todo el tiempo, pero comenzó a olfatear cuando notó el aroma. Entonces, finalmente se dio la vuelta.

“Ah, Mariabelle se fijó en nosotros”, dijo el anciano.

“Entonces parece que gané nuestra apuesta. Eras demasiado optimista para pensar que ella se daría cuenta antes de que se hiciera el té, anciano”, respondió el cazador.

“Sí, esta vez me ganaste, ¡jajaja!” se rió jovialmente. El anciano luego sacó algunas piezas de plata del bolsillo de su pecho y le entregó algunas al cazador. Al ver esto, Mariabelle estaba visiblemente enojada cuando se acercó a los dos hombres.

“Padre… digo, ¡anciano! ¡El juego está prohibido en el pueblo! ¡Por no mencionar que están usando monedas humanas!”

“Te pareces a tu madre, incluso cuando haces esa cara. Y como ella, sé que en realidad eres bastante amable, a pesar de lo seria que pareces.”

El hombre que tenía el mismo cabello blanco que Marie era el líder de este bosque, conocido como el anciano. La túnica que significaba su alto rango tenía un bordado púrpura cosido y combinaba bien con su largo cabello. El bastón que tenía en la mano estaba hecho de acebo, amado por los espíritus. Lo presionó contra el suelo para ponerse de pie. Ahora que su deber estaba completo, la salamandra se despidió y desapareció.

“Ven, Marie. Y ese humano de allí también.” Su voz ahora era severa, en completo contraste con su comportamiento anterior. A pesar de la barrera del idioma, se pudo entender su intención. El chico humano semidesnudo se puso de pie, se sacudió las cáscaras de su atuendo y luego se acercó. El rostro de Mariabelle también se volvió solemne y le lanzó una mirada al chico antes de pararse frente al anciano. Inclinó su pequeño cuerpo hacia atrás en una pose arrogante.

“Hmhm, finalmente te han atrapado. Estoy segura de que estás a punto de ser arrojado a una olla con esos sunebi que estabas pelando y… ¡Ay! ¡A-Anciano, mi oreja!” Se agitó cuando el anciano le pellizcó la oreja. Al ver que los ojos de Mariabelle se llenaron de lágrimas, el anciano dejó escapar un suspiro de agotamiento.

“Parece que mi hija ha sido bastante grosera contigo. No recuerdo haberla criado para que fuera violenta, pero nuestras enseñanzas pueden haber sido un poco exageradas”, le dijo al niño, quien lo miró con los ojos muy abiertos. Había bondad bajo la severidad de su mirada. Se quedó mirándolo un momento más y luego volvió a hablar. “Hm, ¿no me escuchaste?”

El chico finalmente abrió la boca.

“¡Puedes hablar el idioma universal!”

“He aprendido todos los idiomas principales. Después de todo, el conocimiento nunca será una carga. Aunque en tu caso, parece que tienes muy poco para que sea una carga en absoluto.”

El chico parecía querer decir algo, pero se detuvo. No podía simplemente explicar que se había ahogado en la corriente del río y que la propia hija del hombre lo despedazó. El anciano lo miró con curiosidad por un momento, luego se dio la vuelta y le indicó al niño que lo siguiera.

Mucho más allá de las líneas dispersas de escalones y la suave pendiente ascendente, había un edificio que parecía ser ruinas cubiertas de musgo.


Había muchos agujeros en el techo por donde entraba la luz del sol. A medida que las raíces de los árboles continuaban infestando las ruinas, eventualmente se derrumbarían sin haber sido reparadas. Nadie sabía si esto tomaría cientos o incluso miles de años.

Los ojos del niño brillaron mientras miraba los adornos de plata y las piedras preciosas que adornaban los pilares. Pero considerando cómo simplemente disfrutaba de la vista sin intentar tocarlos, parecía que la admiración no provenía simplemente de su valor monetario. Quizás era un fanático de esta vista fantástica.

El sonido de pisadas se podía escuchar mientras caminaban. Había grietas por todo el edificio y era lo suficientemente brillante durante el día. Las malas hierbas y las flores crecían libremente en el pasillo e incluso los pájaros habían hecho sus nidos allí. El chico volvió a mirar con fascinación la vista que tenía delante. En ese momento, la voz severa de la niña elfa resonó en las ruinas.

“¡Anciano, estos son terrenos sagrados! ¡No podemos permitir que un humano ponga un pie aquí!”

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“Ahora, ¿es realmente solo un humano? Esto es mera intuición, pero parece que solo existe parcialmente en este mundo. Bueno, no importa. Siéntense allí, ustedes dos.” Hizo un gesto hacia una mesa de piedra. Parecía que se usaba a menudo, a juzgar por la superficie pulida como un espejo, y había frutas frescas en una canasta colocada allí. Observó a los dos jóvenes sentarse en las sillas hechas de vid tejida y luego se sentó él mismo. Se podía escuchar el canto de los pájaros desde el cielo, y después de un tiempo, el anciano abrió la boca para hablar.

“Soy Ozbell, el anciano de este pueblo. Primero, me gustaría preguntarte por qué viniste aquí y el motivo de tu viaje.”

“Me sumergí en un río para escapar de un monstruo y terminé en esta tierra. Estaba en medio de mi viaje, pero me topé con este lugar por casualidad”, le contesté.

“Me pregunto si eso realmente no es más que casualidad. No, puedo decir que fue una coincidencia al mirar tu expresión. Pero este lugar había sido sellado para que nadie pudiera entrar desde el exterior. Puede que una tormenta haya pasado recientemente, pero es muy poco probable que el altar se haya roto justo antes de tu llegada.”

El anciano contempló un poco más. Puso un dedo en una pequeña arruga de su frente y luego miró al cielo con sus ojos claros. Allí, se podían ver pájaros aferrados a una gran rama. La vista de los pájaros piando para conversar con sus compañeros fue una vista bastante pacífica. Ozbell pensó un rato más antes de volver a hablar.

“…Hm, supongo que no tiene sentido pensar en eso ahora. Más importante aún, ¿por qué te desviaste de tu camino para llegar a esta aldea si no tenías un objetivo en particular? Podrías haberte ido si quisieras.”

“Bueno, esperaba aprender élfico, si es posible.” El chico respondió sin dudarlo y el anciano no pudo evitar sonreír ante la mirada desesperada en su rostro. Parecía que se había dado cuenta de que el chico estaba tan lleno de curiosidad como parecía. Se permitió bajar la guardia un paso más antes de volver a abrir la boca.

“Entiendo la emoción de aprender un idioma desconocido y el élfico es un idioma que está estrechamente relacionado con la comunicación con los espíritus. Si tienes el talento para ello, es posible que algún día aprendas a controlar los espíritus.”

El simple comentario hizo que el corazón del niño danzara de curiosidad. Fue muy divertido ver que la expresión del niño se volvía cada vez más alegre en contraste con la de Mariabelle, que estaba sentada allí con el ceño fruncido y haciendo un puchero. Entonces, el anciano pensó en algo. En secreto pensó para sí mismo que esta podría haber sido la oportunidad perfecta para resolver un problema que había sido un gran dolor de cabeza.

“No tengo dinero para ofrecer, pero lo pagaré con mano de obra. ¡Así que, por favor, déjenme vivir aquí por un tiempo!” dijo el chico.

“Muy bien, acepto. Oh, no es necesario mostrarse tan confundido solo porque acepté tan fácilmente. Da la casualidad de que hay algo que me ha estado preocupando”, respondió el anciano. El anciano se rió entre dientes y luego miró en silencio a la chica a su lado. Allí estaba sentada Mariabelle con el cabello atado en dos coletas y la confusión se mezcló con su expresión de puchero cuando los dos la miraron.

“Es bastante adorable, como puedes ver, pero la he consentido demasiado. Como resultado, su odio por los humanos se ha vuelto bastante excesivo y su crecimiento físico ha sido mucho más lento que el de sus compañeros.”

“¿Qué? ¿Su crecimiento? ¿Qué quieres decir con eso?” preguntó el chico. El anciano comenzó a explicar lentamente.

A diferencia de los humanos, los elfos no crecían simplemente con el paso del tiempo. Debido a su fuerte conexión con los espíritus, su cambio de apariencia se veía afectado en gran medida por su crecimiento espiritual, más que por su edad. Seguirían siendo niños si tuvieran una mente juvenil y aquellos que vivían por tanto tiempo que dejaban de pensar terminarían pereciendo naturalmente en el rincón del bosque.

Y así, Ozbell tuvo una idea. Si ella tuviera la oportunidad de interactuar con un humano que venía del mundo exterior, podría superar su odio por los humanos, aprender sobre otras culturas y crecer como resultado. Se llevó una jarra de sirope de agua a la boca y luego volvió sus ojos plateados hacia el chico.

“Como pago, debes enseñarle a Mariabelle el idioma de los humanos. Hmhm, es una chica bastante terca que incluso se niega a aprender de mí. No será fácil.”

El niño aceptó felizmente de inmediato, pero la última mitad de la declaración del anciano le dio qué pensar. La mirada del anciano se volvió hacia Mariabelle, que había llegado tan lejos sin intentar aprender otros idiomas. La chica lo miró a los ojos y luego abrió la boca para hablar.

“Anciano, ¿ha decidido ya cómo deshacerse del humano?”

“Sí, pasará tiempo contigo a partir de ahora. Debes enseñarle a hablar nuestro idioma.”

“…¿Eh?” preguntó Mariabelle.

“A cambio, tendrás la oportunidad de aprender el idioma de los humanos. Qué maravilloso para ti. Podrás leer aún más libros de la biblioteca. Me imagino que ya no te quejarás del aburrimiento.”

“¡¿Quuuuué?!”

Su hermosa sonrisa se convirtió inmediatamente en una expresión de sorpresa y el chico a su lado casi saltó por su repentino arrebato. Los pájaros también volaron sorprendidos y solo Ozbell mantuvo la sonrisa en su rostro.

El dedo de un hombre tocó un trozo de piedra desmoronada.

El musgo había crecido por toda el área alrededor de la cascada debido a la humedad, pero la sección transversal donde la roca se abrió era completamente nueva.

El cazador que llevaba el sombrero de cuero en la cabeza se veía completamente diferente de antes mientras observaba como un halcón. Por lo que podía decir, no había nada fuera de lo común. Estaba atento a cualquier signo de destrucción deliberada. Parecía que el altar simplemente no pudo soportar la tormenta del otro día después de todos estos años. Habiendo llegado a su conclusión, se puso de pie lentamente.

“Solo el anciano puede arreglarlo si está tan dañado. Hm, entonces supongo que volveré a mi trabajo principal por un tiempo.” Sus labios se curvaron en una sonrisa.

Su trabajo principal era estar atento a los intrusos que se dirigían a la aldea aislada e intimidarlos o herirlos fatalmente cuando fuera necesario. Los conjuradores protegerían la aldea y los cazadores protegerían a los conjuradores. Habían continuado con esta forma de vida durante mucho tiempo.

Sin embargo, no muchos podían responder por qué las cosas se arreglaron de esa manera. El cazador se volvió y las ruinas donde se encontraba el anciano se podían ver a lo lejos.

“¿Es aquí por donde Mariabelle estuvo corriendo…? No, no lo creo. Dudo que ella tenga el pelo tan grueso.”

Cogió un bulto de pelo corto que parecía pertenecer a una especie de bestia. El cazador lo olió y luego se volvió hacia el bosque. Sacó una flecha de su cintura y reajustó su sombrero, sus ojos se volvieron aún más como los de un ave de caza.

Solo él podía sentir el escalofrío que de repente cayó sobre el bosque.

***

 

 

El clima en las montañas era voluble. Eso es lo que se decía desde hace mucho tiempo y ahora que he estado viviendo al pie de las montañas de Aomori en el mundo real, lo he estado experimentando por mí mismo. Pero esto probablemente no era solo el resultado del terreno. Los árboles eran tan altos que bloqueaban la vista del cielo, lo que dificultaba notar los cambios en el clima de inmediato. La sombra del cielo daba una impresión helada y el aire olía a lluvia.

“Quizás va a llover pronto. Pero estaba soleado hasta hace poco…” Me comenté a mí mismo, pero obviamente iba a sentir frío cuando todo lo que llevaba puesto era una falda de hierba. Estornudé y los ojos violetas que me miraban eran tan fríos como el clima.

“********” La chica dijo algo en élfico mientras se volvía, así que no pude entender lo que estaba diciendo. A juzgar por la expresión de su rostro, probablemente significaba “Eso es lo que te pasa por vestirte así” o “No te perdonaré si me contagias alguna enfermedad humana”. La chica, que volvió el ceño fruncido y se alejó, se llamaba Mariabelle. No era ella quien me lo había dicho, sino el anciano de los elfos y el padre de Mariabelle, Ozbell.

Cuando me di la vuelta, vi que las ruinas en las que estábamos estaban aisladas de la vista, con tantos árboles en el camino.

El área estaba llena de vegetación y las mariposas descendían del cielo. Había flores que brotaban de viejos troncos cubiertos de musgo en el suelo. Las mariposas debían haber estado allí para chuparles la miel. Cada una se reunió para descansar sus alas y extendieron sus bocas con forma de pajita para darse un festín.

Miré hacia adentro y jadeé en silencio. Había un cuerpo de agua muy transparente y me sorprendió que pudiera ver la parte profunda con la luz del sol atravesándola. Podía ver paredes de roca ornamentadas cubiertas de raíces de árboles, pero no podía decir hasta dónde se extendían. Había un mundo completamente diferente al otro lado de la superficie del agua y no pude evitar soltar un “Wow”.





La aldea de los elfos era asombrosa. Sentí como si hadas pudieran aparecer en cualquier momento aquí. El anciano mencionó que la aldea por lo general estaba cerrada a los forasteros. La dificultad de entrar en las aldeas élficas incluso se relataba en textos escritos. Escuché que una tormenta había destruido su altar, pero no pude evitar estar feliz por el desafortunado evento.

En ese momento, finalmente noté que la mirada fría se dirigía hacia mí. A lo lejos, en la distancia, Mariabelle me miraba fijamente, como diciendo “Bien, piérdete entonces” y se dio la vuelta para alejarse.

“¡Ah, espera, espera!”

Era un mal hábito mío ensimismarme mirando un paisaje fantástico como este. Esto había sido un problema durante años, así que tal vez no cambiaría incluso cuando me convirtiera en un adulto. Aunque tal vez eso no sea tan malo.

Mariabelle siguió caminando con paso rápido, pero la alcancé rápidamente debido a su falta de resistencia. Su largo cabello blanco se agitó cuando se dio la vuelta. Sus grandes ojos eran tan vivos como piedras preciosas y su piel era notablemente pálida.

Era una pena que su expresión de disgusto le quitara la belleza. ¿Por qué se quedó sin aliento tan rápido cuando vivía en un bosque como este?

Sentí que me había estado dando muchos comentarios de reproche, pero no entendía su idioma en absoluto y el líder de los elfos mismo, el anciano Ozbell, se lo había ordenado. Resignada a su destino, apartó la nariz de mí y siguió caminando.

Me pregunté si su ropa estaba hecha a mano. La tela que cubría su pecho estaba colgada de una cuerda, que estaba teñida de un color rosado.

Justo debajo de su bonita espalda había una pequeña bola que parecía seguir el modelo de la cola de un conejo. Se balanceó hacia la izquierda y hacia la derecha en contraste con sus pasos enojados, lo que me pareció adorable. Mientras seguía mirando la cola, llegamos a lo que parecía ser la residencia de Mariabelle.

Sombras cayeron a nuestro alrededor. Habíamos entrado a la sombra de los árboles. Los árboles que nos rodeaban estaban completamente secos, pero era un poco extraño ver una puerta con una manija en medio. Justo al lado de la entrada había un hongo que le llegaba a la cintura y… Un momento, ¿qué? Era más grande que cualquier hongo que hubiera visto antes y estaba allí como si fuera un mueble normal.

Traté de pincharlo, pero ella me apartó la mano.

“¡Tieto! ¡Chitti-to, onodo!” ¿Me acaba de regañar? Parpadeé y froté mi mano. No dolió, pero me tomó por sorpresa. Probablemente me estaba diciendo que no lo tocara, pero tal vez “Tieto” significaba algo como “¡Oye!”. Yo también quería averiguar las conjunciones, pero ni siquiera entendía los sustantivos todavía, así que eso tendría que venir más tarde.

No era una forma de pensar muy parecida a la de un estudiante de primaria, pero no solo me interesaba el idioma principal de este mundo, sino que también había estudiado sus lenguas antiguas. Así era como me había entretenido desde que era joven. Quizás yo era diferente a los otros niños en ese sentido.

No podía esperar para aprender a comunicarme. La idea de hablar con elfos como los de los cuentos de hadas en su propio idioma era fascinante y me emocionaba desde el fondo de mi corazón.

Me preguntaba si ella se sorprendería si le dijera que conocía un puñado de frases en el lenguaje de los monstruos.

La puerta se abrió con un chirrido, dejando al descubierto una escalera con poca luz que conducía al subterráneo. Pero cuando la chica pronunció algo, una fuente de luz apareció repentinamente de la nada. Una sombra bailó por el aire y dejó partículas de luz a su paso: un espíritu de luz.

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Tuve que mirar dos veces, sin estar seguro de si realmente había visto lo que pensaba que había visto.

No, fue demasiado rápido.

Había visto personas que podían controlar a los espíritus antes, pero diría que los espíritus eran seres bastante volubles. Debería haber sido casi imposible invocar a uno con tanta facilidad.

“¡Liesom!” La chica me dejó parado ahí en mi sorpresa y me llamó por las escaleras. Entonces, la puerta en el otro extremo se abrió y apareció una mujer. Se parecía tanto a Mariabelle que era inmediatamente obvio que era su madre. Pero su cabello contrastaba completamente con el de su hija: negro azabache y ondulado, con la frente expuesta. Sus ojos eran de color ámbar, como las llamas de una antorcha encendida.

La mujer jadeó levemente y luego sacó algo de una bolsa junto a la puerta. Sacó un cuchillo que se extendía hasta alrededor de su codo, cuya hoja brillaba con la iluminación del espíritu de la luz.

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