Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 6: La Rebelión

Capitulo Extra: El Señor de la Ventisca

Parte 2

 

 

“Pase lo que pase, no hagas eso. Si dejas que el núcleo de tu cuerpo se enfríe, estás acabado.”

“Ya veo…”


Un cierto porcentaje de los siervos de Rolmund estaban exentos del servicio militar, por lo que no había necesidad de que los nobles esperaran después de la cosecha para comenzar las guerras. Dado que aún quedarían suficientes siervos para cultivar. Las campañas de invierno eran duras, por lo que la mayoría de las batallas tenían lugar de la primavera hasta el otoño.

Además, al luchar en guerras durante la temporada de siembra, los generales podrían apuntar estratégicamente a las granjas de sus enemigos y matar de hambre a su oponente durante el invierno.

Todo esto significaba que Barnack, como la mayoría de los otros nobles, no estaba acostumbrado a pasar los inviernos al aire libre. De hecho, las únicas personas que estaban acostumbradas eran los cazadores que se especializaban en cacerías de pleno invierno. Por eso a Barnack le resultaba extraño que lord Doneiks supiera tanto sobre acampar en invierno.

“Realmente lo sabe todo, ¿no, Milord?”

“Si hay algo que mis enemigos saben que yo no sé, eso me pone en una desventaja fatal. Así que mi objetivo es aprender lo más posible. Eso es todo.”

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Lord Doneiks no parecía orgulloso ni avergonzado de su postura. Habló de eso como si fuera solo una cuestión de hecho.

“Ahora bien, vamos a dormir mientras podamos. La nieve ya comenzó a caer afuera.”

“Cómo…”

Barnack separó la capa que habían usado como solapa para mirar hacia afuera y vio que el viento estaba empezando a soplar. Además de eso, pequeños copos de nieve comenzaban a caer al suelo.

“Esto definitivamente se convertirá en una ventisca”, murmuró Barnack.

“Sí. Cualquiera que deambule por el exterior en este momento definitivamente morirá de frío. Asumiendo que nuestros perseguidores no son imbéciles, esperarán a que se detenga la ventisca antes de continuar la persecución.”

“Pero ¿y si se las arreglan para llegar a nosotros de todos modos?”

Lord Doneiks se dio la vuelta y respondió alegremente, “Entonces tú y yo moriremos aquí. Pero el imperio perseverará.”

La mandíbula de Barnack se abrió en estado de shock, pero su intrépido señor ya se había quedado dormido y respiraba profundamente. Es un gran noble a quien le he jurado mis servicios.

***

 

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A la mañana siguiente, Barnack se despertó antes de que saliera el sol.

“¿Estás despierto?”

“Sí, Milord.”

Antes de que pudiera superar su sorpresa de que lord Doneiks se había despertado antes que él, lord Doneiks le entregó a Barnack un trozo de manteca y un terrón de azúcar. Así como algo de agua derretida.

“La ventisca se detuvo. Y el sol saldrá pronto. Nuestros perseguidores se pondrán en marcha pronto.”

“Entonces vamos a alejarnos lo antes posible. Deberíamos poder escalar la montaña hoy.”

Barnack se tragó rápidamente el azúcar y la manteca con un vaso de agua. Sin embargo, lord Doneiks sacudió lentamente la cabeza.

“Si todavía hay perseguidores en nuestro camino, entonces son maestros de su oficio. Si solo son rastreadores promedio, entonces se habrán dado por vencidos y le dijeron a Kinitoff que probablemente morí en la ventisca.”

Es cierto, si yo fuera nuestro perseguidor, habría pensado que tampoco podríamos haber sobrevivido a esa ventisca. Cuando lord Doneiks se puso el cinturón, agregó, “Si llegamos a mi ejército con nuestros perseguidores pisándonos los talones, sabrán que tengo una fuerza aquí y perderemos el elemento sorpresa.”

“Entonces, ¿qué debemos hacer?”

Lord Doneiks sonrió levemente.

“Nos encargamos nosotros mismos de la parte divertida. Estás en condiciones de pelear, ¿verdad?”

“Como guerrero, siempre estoy listo para pelear sin importar la situación.”

Barnack palmeó su preciada espada e hinchó el pecho. Para su sorpresa, descubrió que estaba disfrutando esto casi tanto como lord Doneiks.

***

 

 

Los rastreadores persiguieron silenciosamente a su presa a la luz del amanecer. Aunque habían perdido dos de su número, todavía les quedaban diez hombres. Cada uno de esos diez hombres eran asesinos veteranos que también habían sobrevivido a cientos de batallas. Habían traído con ellos dos perros de caza. Avanzaron en una larga línea horizontal, señalándose constantemente mientras recorrían cada centímetro de la ladera de la montaña.

“La única forma en que lord Doneiks pudo haber sobrevivido a esa ventisca de anoche fue encontrando un lugar para esconderse.”

“En efecto. Y hay pocos lugares en esta montaña adecuados para acampar. Si fueras tú, ¿qué lugar elegirías?”

Uno de los rastreadores señaló un peñasco que sobresalía de un acantilado cercano.

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“Allí. Hay un profundo ventisquero allí que es perfecto para hacer una cabaña de nieve. Y a diferencia de otros cantos rodados, este es lo suficientemente resistente como para no tener que temer a avalanchas.”

“Por una vez estoy de acuerdo contigo en algo. Muy bien, revisemos ese lugar primero.”

“Sí.”

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Los asesinos se dividieron en dos grupos para pinzar el peñasco. Se acercaron con cautela, utilizando el bosque circundante para protegerse. Pero antes de que llegaran al peñasco, uno de los asesinos gritó, “¡Cuidado, ballesta!”

Todos cayeron al suelo, y un momento después hubo un ruido sordo cuando algo se incrustó en uno de los árboles. Un segundo después, los asesinos vieron movimiento cerca del peñasco.

“Esa es una ballesta para derribar ciervos. Miren, tiene mucho más poder de lo normal.”

El asesino señaló la gruesa flecha alojada en el fondo del tronco del árbol. Una ballesta necesitaba suficiente poder para atravesar un árbol si quería causar un daño significativo a un ciervo gigante.

“Esto va a ser difícil.”

“Sí. El viento sopla desde la montaña también. Nuestros arcos cortos son mucho menos poderosos que los de ellos también.”

Los asesinos habían elegido sus arcos por su portabilidad, alta tasa de fuego y facilidad de uso. Desafortunadamente, eso les había resultado contraproducente aquí.

“Pero no hay ningún lugar alrededor de ese peñasco para que podamos escondernos. ¿Qué debemos hacer?”

“Solo hay una cosa que hacer. Abrumarlos con nuestros números.”

El asesino que habló arrojó su arco al suelo y desenvainó su espada.

“Hay dos de ellos y diez de nosotros. No solo eso, sino que las ballestas tardan en recargarse. Incluso si el enemigo acierta cada vez que dispara, la mitad de nosotros aún podremos alcanzar el peñasco.”

El líder de los asesinos, un hombre mayor con el pelo blanco acarició su barba y respondió, “He oído que el caballero que protege a lord Doneiks, Barnack, es aún más hábil que nosotros. Sin embargo, lord Doneiks no es un guerrero. Si ignoramos a Barnack y nos centramos únicamente en lord Doneiks, deberíamos poder completar nuestra misión, incluso si nos cuesta la vida a todos.”

Los camaradas del asesino asintieron. Para transmitir sus órdenes al otro grupo que estaba fuera de la vista, el asesino sacó un silbato de venado. Sopló notas similares al grito de un ciervo hembra y originalmente estaba destinado a atraer a los ciervos machos para la caza. Pero los asesinos también usaban los silbatos para comunicarse. El líder asesino dio la orden de cargar.

“¡Andando!”

Los asesinos arrojaron sus paquetes de comida y abrigos pesados ​​mientras corrían, aligerando sus cargas. Pero justo entonces, escucharon un leve raspado metálico desde las profundidades del bosque detrás de ellos. Era el sonido de una espada golpeando una espada. Solo había una cosa que esto podía significar.

“¡Barnack está dando la vuelta por atrás de nosotros! ¡Debe estar luchando contra el escuadrón de Granf!”


“¡No tiene sentido ayudarlo! ¡Sigan corriendo!”

“De hecho, esto hará que sea aún más fácil para nosotros derrotar a lord Doneiks.”

Los asesinos decidieron dejar que sus camaradas lidiaran con Barnack mientras continuaban corriendo cuesta arriba.

“Espe—”

Alguien trató de gritar una advertencia, pero luego cayó al suelo. Los asesinos restantes se volvieron por reflejo y vieron—“¡Barnack!”

“¡¿Qué?!”

El único guardia de lord Doneiks, Barnack, estaba parado detrás de ellos. Excepto que debería haber estado peleando con los camaradas del asesino en otra parte del bosque. ¿Se las había arreglado para matar a los cuatro asesinos del otro grupo y llegar hasta aquí en tan poco tiempo?

“¡Imposible!”

Barnack subió corriendo la ladera de la montaña, luego saltó del tronco de un árbol cercano. Se desplazó por el aire del amanecer con su espada desenvainada, y cuando aterrizó, uno de los asesinos había perdido la cabeza. La sangre brotó de su tronco decapitado, tiñendo la nieve de rojo carmesí.

“¿Este tipo es incluso humano?” gritó el sorprendido líder de los asesinos.

“¡Hage y yo nos ocuparemos de él! ¡El resto de ustedes sigan corriendo!”

“¡Sí!”

De los cuatro asesinos restantes, los dos mayores se volvieron para mirar a Barnack mientras que los dos más jóvenes continuaron corriendo cuesta arriba. Aunque los asesinos mayores no tenían la esperanza de mantener el ritmo de los más jóvenes cuando se trataba de velocidad, sus espadas eran mucho más mortales. Por una vez, Barnack dudó en cargar. En cambio, observó a los dos hombres con cautela, esperando una oportunidad.

“Ya veo, entonces tú eres el Santo de la Espada ser Barnack. Pensar que te iría tan bien incluso contra los asesinos de élite de lord Kinitoff.”

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Barnack mantuvo su espada en alto y no respondió al líder asesino. Su arma estaba cubierta de sangre y cartílago, que rápidamente empezaban a congelarse con el frío del amanecer. No había duda de que el filo de su espada había sido opacado gracias a sus peleas anteriores. El otro asesino se acercó lentamente a Barnack y dijo, “No siquiera los veloces cortes del estilo Sashimael pueden golpear en dos lugares a la vez, ¿verdad?”

Intentaba ganar tiempo provocando a Barnack a una prisa imprudente. Normalmente, los guerreros no hablaban con sus oponentes. Barnack ya había descubierto las intenciones del asesino, y por lo tanto no se puso a la altura de las burlas. Contuvo la respiración y midió la distancia entre él y sus enemigos.

“Realmente eres un guerrero impresionante. Es una pena que tengamos que matarte.”

“Sí, realmente lo es…”

El asesino le sonrió a Barnack, y él les devolvió la sonrisa. Eso sirvió como señal para comenzar, y los tres hombres balancearon sus espadas a la vez. El sonido metálico de metal contra metal resonó en el oscuro bosque, pero los sonidos no duraron mucho. Los dos asesinos ya habían perdido. Uno había sido asesinado al instante, mientras que el líder había sufrido un corte mortal en el pecho. Barnack se lanzó con todas sus fuerzas hacia el más débil de los dos asesinos y lo mató en menos de un segundo. A partir de ahí, pudo forzar al líder a una situación uno a uno, a quien derrotó con una estocada bien colocada.

“No puedo creerlo… Eres tan fuerte como esos hombres lobo de los que hablan en las leyendas…”

Cuando el líder de los asesinos cayó de rodillas, sonrió sin miedo. Sangre goteaba de sus labios y murmuró, “Pero a pesar de tu fuerza, ¿pudiste salvar a tu señor?”

Cuando cayó al suelo, el asesino observó a Barnack correr en silencio hacia el peñasco.

***

 

 

“¡Milord!”

Al llegar al peñasco, Barnack encontró a lord Doneiks de pie en silencio en la nieve. Dos asesinos yacían en el suelo y la sangre se acumulaba debajo de ellos.

“¿Usted… hizo esto, Milord?”

“Sí, lo hice, Barnack.”

Lord Doneiks limpió casualmente la sangre de su espada y ofreció una breve oración por los dos asesinos muertos.

“Es una pena perder jóvenes talentos como estos dos. Si hubieran sido mis subordinados, nunca los habría dejado morir así.”

“Más importante, Milord, ¿cómo pudo derrotar a dos asesinos de este calibre por su cuenta…?”

“No fue difícil. Simplemente los atraje más cerca y luego le disparé al más rápido con mi ballesta.” El aliento blanco de lord Doneiks resopló frente a él mientras hablaba jadeando. “Debido a que no estaban sincronizados, pude enfrentarlos uno por uno. El segundo había necesitado esforzarse para mantener el ritmo del primero, por lo que estaba sin aliento cuando me alcanzó. Eso embotó sus movimientos lo suficiente como para que lo derrotara.”

Incluso si el asesino se había quedado sin aliento, solo un guerrero de primera clase podría haber derrotado a alguien de su calibre. Al darse cuenta de la mirada inquisitiva de Barnack, lord Doneiks envainó su espada y murmuró en voz baja, “Es bastante útil fingir que no sé cómo usar una espada.”

“¿En serio?”

“En serio. Solo tuve una oportunidad porque mis oponentes me subestimaron. Y aun así, no habría sobrevivido si hubiera habido un tercero.”


“Ya veo.”

Era cierto que los asesinos habían perdido porque habían subestimado a su enemigo. Barnack se dio cuenta por la forma en que murieron. Uno había sido cortado en diagonal, mientras que el otro tenía un perno de ballesta en la espalda.

“Veo que no solo es un excelente espadachín, sino también un excelente arquero, Milord.”

Lord Doneiks guardó silencio por un momento y luego sonrió débilmente a Barnack.

“Kinitoff me enseñó a disparar cuando era joven. En este mismo terreno de caza, de hecho.”

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“¿Es así?” Al darse cuenta de que la atmósfera se había vuelto incómoda, Barnack rápidamente trató de cambiar de tema. “En cualquier caso, este plan seguía siendo demasiado peligroso. Si hubiera escapado o muerto en la batalla, ¿qué habría hecho?”

“Calculé con precisión tu lealtad y habilidad marcial, y recompensaste la confianza que tenía en ti. Los dos todavía estamos vivos en este momento debido a eso. Eso es todo.”

“No puedo creerlo…”

Barnack estaba desconcertado. Si vas a poner tanta fe en mí, ¿cómo podría traicionarte? No sería un caballero si lo hiciera.

“Milord.”

“¿Sí?”

“La próxima vez que planee hacer algo tan imprudente, asegúrese de llevarme con usted. ¿Entendido?”

“Pero por supuesto.”

El señor y el sirviente se miraron a los ojos y luego se echaron a reír.

“Muy bien, ahora es el momento de nuestro contraataque. Sé que mi hermano odia ver a sus familiares pelear entre ellos, pero estoy seguro de que verá por qué tengo que hacer esto ahora. Es hora de que nos encontremos con mi ejército y enterremos este maldito lugar bajo la nieve.”

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“Sí, señor.”

***

 

 

La noche siguiente, el cuerpo de lord Kinitoff fue descubierto en una montaña lejos de sus terrenos de caza. Los registros imperiales afirman que se perdió mientras cazaba y fue asesinado por un oso salvaje.

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