Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 14

Capitulo 1: Un Nuevo Encuentro

Parte 5

En su muñeca llevaba un brazalete para ahuyentar a los insectos y tenía sandalias de cuero en los pies. Aparte de la falta de un collar de bendiciones, estaba vestida como una mujer del borde del bosque.

“Es más fácil vestirse así para trabajar en la casa”, había dicho Bartha, pero cuando la vi por primera vez con ese atuendo me sorprendió bastante. Sin embargo, no porque no le sentara bien. En todo caso, fue todo lo contrario. Con ese atuendo, no podía ver a Bartha como otra cosa que una mujer verdaderamente madura.

Naturalmente, no había habido ningún cambio en su intenso rostro leonino, ni en sus brazos y hombros que eran tan musculosos como los de cualquier hombre. Además, su constitución seguía siendo tan corpulenta como la de Jiza Ruu, con una altura incluso mayor que la de Darmu Ruu.

Pero aun así, Bartha era sin duda una mujer. O para ser más exactos, era madre.

Su apariencia, habla y acciones no habían cambiado, pero había una mirada más amable en sus ojos que antes, y su fuerza ahora se sentía maternal. Esa era la impresión que me estaba dando.

Quizás Bartha también había tenido algún tipo de cambio de opinión después de esa lucha con Cyclaeus. Hasta ese momento, había tratado de guiar a Jeeda como cazadora, pero ahora lo haría como madre… Eso podría haber sido lo que estaba pensando.

Sin embargo, no era como si Bartha hubiera abandonado su trabajo como cazadora. Hasta que el sol alcanzó su punto máximo, mientras los giba aún dormían, entró en el bosque con Jeeda y cazó aves silvestres.

Naturalmente, habían recibido permiso de Genos. Después de todo, la giba no se alimentaba de las aves que vivían en la base del monte Morga, por lo que no había leyes contra tales acciones.

“Incluso si no son tan buenos como el barobaro, hay muchas aves hermosas volando por ahí. Realmente es un misterio por qué nadie intentó cazarlos antes”.

Seguramente eso se debía a que la gente del borde del bosque comía giba, mientras que la gente del pueblo comía kimyuus y karon, que se criaban como ganado. Y a la gente del borde del bosque nunca se le permitiría dedicar sus esfuerzos a cazar pájaros en lugar de giba, mientras que la gente del pueblo seguramente nunca pondría un pie en el bosque para empezar.

En cualquier caso, Bartha y Jeeda cazaban pájaros en el bosque y luego cambiaban su carne por monedas a través de Polarth. La carne de solo dos cazadores no sería suficiente para estropear las cadenas de suministro, y aparentemente también había un buen número de conocedores en la ciudad del castillo interesados en algo tan inusual como la carne de aves silvestres.

Luego, después de que el sol alcanzara su punto máximo, Jeeda también se unía a las cacerías de giba. Gracias a las fantásticas habilidades del niño como cazador, Donda Ruu le concedió permiso para participar.

“Pasé más de unos pocos años enfrentándome a leopardos gaaje en el monte Masara, ya sabes”, había explicado Bartha, “pero no tenía ganas de ponerme el entrenamiento necesario para cazar algo tan feroz como un giba en este momento, así que he estado ayudando a las mujeres con su trabajo”.

Ese era el estado actual de las cosas con Bartha y Jeeda.

También se había convertido en la norma que ella ayudaría a cuidar la estufa cuando regresáramos.

Por cierto, aunque Li Sudra había regresado de inmediato para ayudar con el trabajo en casa hasta ahora, dado que redujimos nuestras horas de trabajo, ahora estaba participando en esta sesión combinada de trabajo de preparación y estudio. Fue solo una extensión de una hora sobre nuestro acuerdo inicial, y como le propuse pagarle a ella también, el jefe del clan Sudra consintió.

“Estoy realmente agradecido. Gracias a ti, Asuta, he podido compartir una deliciosa cocina con los miembros de mi familia, al menos un poco”.

Li Sudra se había convertido en un miembro de primer nivel de nuestro grupo. Si bien no me atrevía a clasificar literalmente a todos ni a nada, es probable que Vina y Lala Ruu todavía no la hubieran alcanzado. Aunque no se destacó tanto como Rimee Ruu o Toor Deen, la cocina debe haber estado en su naturaleza para empezar.

Y cuando llegamos a la cocina de la casa principal, Sheera Ruu nos estaba esperando allí, trabajando en los preparativos para los asuntos de mañana. Mientras removía una olla que desprendía un aroma maravilloso, nos ofreció una suave sonrisa.

“La salsa de tarapa y el aria ya están listas, así que todo lo que queda es picar la carne y hacer las empanadas”.

“Gracias. Bueno, entonces terminemos eso juntos”.

Reina Ruu, Tsuvai, Morun Rutim y Bartha se unieron. Luego estaban Toor Deen, Yamiru Lea y Li Sudra de nuestro lado, preparando la comida para vender en los puestos del Fa.

“Está bien, Yamiru Lea y Li Sudra, les pediré que cocinen el poitan como siempre. Toor Deen y yo picaremos la carne”.

Nos ocuparíamos de la mayor parte del trabajo de preparación por la mañana, así que nos ocupamos de lo necesario el día anterior.

Gracias a la experimentación que estaba llevando a cabo la casa de Daleim, se determinó que el poitan se mantenía bien cuando se convertía en polvo, por lo que se había vuelto común hervir lo suficiente para varios días a la vez. Además, no se volvió todo seco y duro después de un día como el fuwano, por lo que no hubo problema en cocinarlo siempre la noche anterior de esta manera.

“¿Qué debería enseñarles a todos hoy…? ¿Tiene alguna solicitud, Toor Deen?” Pregunté mientras cortaba la carne de giba que habíamos dejado en la casa de Ruu en bloques.

“Hmm…” respondió la chica con una linda inclinación de cabeza. “Creo que lo que más quiero aprender es cómo utilizar nuevos ingredientes. Creo que he aprendido bastante bien cómo manejar el aceite tau y el azúcar, pero todavía no tengo idea de qué hacer con el vinagre de mamaria o la miel de panam”.

Los ingredientes que habían comenzado a circular por la ciudad postal ahora también fluían hacia el borde del bosque, poco a poco. Los condimentos en particular podrían tener un impacto dramático en el sabor de un plato con solo una pequeña cantidad, por lo que las mujeres del borde del bosque los recibieron con entusiasmo.

Y a través de las conexiones comerciales del clan Fa, Deen, Sudra y Fou pudieron comprar esos condimentos. Como pequeños clanes, Sudra y Fou tuvieron problemas para comprar aria y poitan hasta hace poco tiempo, así que ese fue otro gran cambio.

“Vamos a ver. No conozco muchas formas de usar la miel de panam más que para hacer dulces. En cuanto al vinagre de mamaria, aparte del giba agridulce, lo acabo de usar en condimentos como vinagre endulzado, ketchup y mayonesa”.

“Ya veo. Así que ni siquiera usted ha podido encontrarles muchos usos…”

“Sí. Por supuesto, estoy seguro de que hay muchos platos en los que podrían usarse, pero eso es todo lo que se me ha ocurrido hasta ahora”.

Cuando tuvimos ese intercambio, de repente comenzó a hacer ruido afuera.

Pensé que tal vez los hombres habían regresado temprano de su caza de giba, pero resultó que no era el caso. De hecho, era un hombre, pero en cambio pertenecía a los clanes bajo el mando de Ruu.

“Oye, ¿Morun ya ha vuelto? Las mujeres de la casa principal dijeron que no la habían visto, ¡así que podrían abrir esta puerta!”

“Oh, es papá”, exclamó Morun Rutim, con los ojos muy abiertos.

Después de limpiarse las manos sucias con un paño, Vina Ruu se dirigió a la puerta que conducía al exterior.

“¡Ah, perdón por interrumpirlos a todos en medio de su trabajo!”

Tan pronto como se abrió la puerta, el jefe del clan Rutim entró pesadamente.

Todavía tenía la misma amplia sonrisa de siempre, pero Dan Rutim se sostenía en un bastón de grigee de aspecto robusto y levantaba la pierna derecha del suelo. Eso fue porque lo había lastimado cuando volvimos a abrir.

Aparentemente, se había caído de un acantilado y se había dislocado el tobillo, luego caminó sobre esa pierna herida durante varias horas mientras cargaba a un compañero herido, por lo que había causado graves daños a sus músculos en el proceso. A pesar de todo eso, supuestamente se recuperaría muy bien con el tiempo, pero definitivamente era doloroso de ver.

Sin embargo, el hombre parecía bastante enérgico y estaba aprovechando la oportunidad para montar todos los días en los totos que los Rutim habían comprado recientemente.

“¿Qué pasa, papá? ¿Necesitas algo de mí?”

“¡Sí! ¡De ti y de Donda Ruu! Pero Donda Ruu probablemente no regresará antes de que el sol comience a ponerse, ¡así que pensé que primero me ocuparía de mis asuntos contigo!” Dan Rutim respondió mientras se inclinaba contra la pared de madera. “Verás, los cazadores que prestamos al asentamiento en el norte han regresado. Aparentemente, a partir de hoy, los clanes del norte se han interrumpido. Así que los cazadores que habíamos hospedado en el asentamiento de Rutim también regresan a casa”.

“¿Eh…? Entonces, ¿finalmente es hora de que nosotras, las mujeres, hagamos nuestro turno?”

El clan Rutim y el asentamiento al norte habían intercambiado cada uno a tres de sus cazadores para enseñarles a sangrar, así como a extraer y lavar órganos.

Aunque la decisión final sobre nuestros negocios en la ciudad postal se había pospuesto hasta la reunión de jefes de clan del año siguiente, Gulaf Zaza finalmente aceptó la idea de llevar comidas deliciosas a la vida de toda la gente del borde del bosque.

Y ahora que los hombres habían terminado de aprender, finalmente llegó el momento de las mujeres. Si estaban entrando en un período de descanso, eso hacía que el momento fuera perfecto.

Sin embargo, Dan Rutim negó con la cabeza, “No”, con una mirada en blanco en su rostro. “Al igual que Darmu y Ludo Ruu dijeron en el pasado, construyeron sus casas en el norte, cerca del territorio de los giba. Gracias a eso, las mujeres tienen que ser cautelosas con giba y mundt incluso a la mitad del día, por lo que no podemos prestarles mujeres Rutim así”.

“¿Eh? Entonces… ¿qué haremos?”

“Hrmm. Bueno, van a utilizar este período de descanso para despejar un poco más el área alrededor de su asentamiento y preparar las cosas para mantener alejadas a las bestias. Por eso tendremos que esperar para enviarles a alguno de ustedes, probablemente hasta que termine el período de descanso en medio mes”.

“Oh, así que ese es el plan…” murmuró Morun Rutim con una caída de hombros abatida.

No sabía las circunstancias allí, pero parecía querer desesperadamente ir al asentamiento del norte. Eso crearía una brecha en el personal del puesto, pero por lo que escuché, su cuñada Ama Min Rutim se haría cargo de ese frente.

“Y el otro asunto es algo que quería decirle a Donda Ruu, pero ¿podría dejarle un mensaje a usted en su lugar como la hija mayor de la casa principal, Vina Ruu?”

“Si, ¿qué es eso…?”

“Aparentemente, antes de que intercambiemos a esas mujeres, quieren enviar a una mujer soltera del clan Dom durante el período de descanso. No les importa si son los Ruu o los Rutim quienes la acogen, pero necesitaremos el permiso de Donda Ruu de cualquier manera como líder de nuestros clanes”.

“¿Mmm…? ¿Para qué viene exactamente esa mujer aquí…?”

“No lo sé, pero aparentemente le apasiona querer mejorar sus habilidades culinarias. Y si está dispuesta a irse y quedarse con algún otro clan por su cuenta, seguro que debe tener algunas agallas”.

Mientras Dan Rutim se reía entre dientes, Yamiru Lea y Toor Deen compartieron una mirada a mi lado.

“¿De verdad hay una mujer en el norte que le da tanta importancia a manejar la estufa…?”

“Mmm. Eso es un poco difícil de creer para mí”.

Ambos habían nacido en Suun, por lo que anteriormente también eran residentes del norte.

Aun así, los cazadores Zaza, Dom y Jeen de esa zona eran conocidos por su valentía y las pieles giba y los cráneos que llevaban encima de la cabeza. Los únicos que conocía por su nombre eran Gulaf Zaza y Deek Dom, que eran lo suficientemente grandes e intensos como para competir incluso con Donda Ruu.

Sin embargo, ¿cómo son exactamente las mujeres del norte? No son cazadores, así que no creo que lleven pieles o calaveras en la cabeza, pero aun así…

En cualquier caso, me preparé mentalmente para no sorprenderme, sin importar cuán desalentadora apareciera una mujer.

“Si Donda Ruu lo aprueba, entonces iré a tomar los totos y le diré a la gente del norte lo que está pasando. Así que asegúrate de pasar eso, ¿de acuerdo?”

“Entiendo… ¿Ya te vas, Dan Rutim…?”

“¡Sí! ¡Le prometí a Rau Lea que tendríamos una carrera de totos cuando regresara del bosque, después de todo!”

Ante eso, Morun Rutim y Yamiru Lea suspiraron en sincronía. Era el lamento modesto compartido por aquellos que estaban atrapados con jefes de clan demasiado ingenuos.

Mientras ese pensamiento pasaba por mi cabeza, Dan Rutim de repente se volvió hacia mí.

“Por cierto, Asuta, llamé a mis totos Mim Cha. Es un buen nombre, ¿no?”

“Mim Cha, ¿verdad? Suena lindo”.

“¿Lindo? Significa ‘mañana’ en la lengua oriental, aparentemente”.

“Mañana, ¿eh?”

“Sí. Tu nombre significa lo mismo, ¿verdad? Así que lo tomé en cuenta y lo llamé Mim Cha. Me hubiera encantado darle el nombre a otro hijo si tuviera uno, ¡pero no tengo exactamente planes de casarme de nuevo!”

Y así, habiéndome dejado sin palabras, Dan Rutim salió cojeando de la cocina.

***

Ahora era de noche.

Después de terminar nuestra cena, con el plato principal siendo el guiso de salsa dulce giba con el que estaba experimentando, Ai Fa y yo nos relajábamos bajo la luz de la vela como siempre lo hacíamos.

La cabeza de mi clan había soltado su cabello rubio y estaba sentada apoyada contra la pared. Me senté frente a ella en una postura relajada y relajada.

“Bueno, de todos modos, me gustaría invitar a esa chica Myme aquí al borde del bosque. Debería escuchar la respuesta de Donda Ruu mañana por la mañana, pero aun así… ¿Qué piensas, Ai Fa?”

“No me importa lo más mínimo, pero no puedo decir que me guste especialmente la idea de invitar a un extraño a mi casa cuando no estoy cerca”.

“Sí, estaba pensando que sería mejor mostrarnos nuestras habilidades preparando la cena juntos. Así que pensé que podríamos trabajar en nuestra cocina en la estufa exterior hasta que volvieras de cazar”.

“Ya veo. Entonces no tengo ningún problema. Podemos cenar juntos, y luego la escoltaré de regreso a las tierras de Turan”.

Inesperadamente, Ai Fa estaba actuando bastante amistosamente con Myme de Turan. Parecía que se sentía en deuda con Mikel, gracias al hombre que le dijo a Jeeda la ubicación de la mansión Turan. Pero, bueno, era cierto que era imposible decir qué habría sido de mí si Jeeda y Mikel no hubieran estado cerca, así que ciertamente les estaba agradecido también.

“Aun así, ni siquiera levantaste una ceja cuando dije que Myme podría ser una chef más hábil que yo. Eso hizo que Reina Ruu se enfureciera”.

“No soy una persona tan estrecha de miras. El mundo es vasto, así que pude ver cómo los chefs incluso más grandes que tú podrían existir ahí afuera”, respondió Ai Fa, mirándome con calma. “Además, cuando parecía que Reina Ruu te estaba alcanzando en la preparación de sopas, pronto la superaste una vez más”.

“Umm… entonces ¿estás diciendo que incluso si Myme es más hábil que yo, probablemente la alcanzaré en poco tiempo?”

“¿Puedes aceptar la idea de un chef más hábil que tú, Asuta?” Preguntó Ai Fa, la mirada en sus ojos no cambió. “Además, una vez dijiste que tener un oponente digno te impulsa a pulir aún más tus habilidades. ¿O eran simplemente palabras?”

“No, quise decir lo que dije, pero aun así…”

“Entonces no hay problema”.

En el pasado, Ai Fa había insistido en que creara una sopa más deliciosa que Reina Ruu, pero ahora su mirada estaba llena de absoluta confianza mientras me miraba. Ese cambio me hizo sentir feliz, y también orgulloso… En cualquier caso, parecía que su creencia de que no me dejaría quedar atrás, nadie más seguía siendo la misma.

“No tengo ninguna intención de aflojar mi entrenamiento, naturalmente. Pero no importa cuántos elogios gratuitos me hayan dado aquí en el borde del bosque o en Genos, en última instancia, sigo siendo solo un chef en formación”.

“Hmph. Sé que simplemente quieres ser modesto, pero no deberías decir esas cosas fuera de esta casa, Asuta”.

“¿Eh? ¿Porque eso?”

“Ganaste en una comparación de gustos con un chef de la ciudad del castillo, ¿no es así? Despreciarte a ti mismo se refleja aún más duramente en el hombre que perdió contra ti, ¿no es así?” Dijo Ai Fa, apartando tranquilamente su flequillo. “No es como si estuviera satisfecho con mi propia fuerza. Pero si me rebajara, eso significaría hacer lo mismo con todos aquellos que no logran cazar tantos giba como yo. Creo que la gente debería vivir con orgullo, en lugar de humillarse”.

“Cierto, y yo también estoy orgulloso de mí mismo”.

“Conozco ese hecho mejor que nadie. Es raro encontrar a alguien tan orgulloso e infeliz por perder”, dijo Ai Fa, finalmente rompiendo en una sonrisa. “Es por eso que nunca malinterpretaría tus palabras, pero existe el riesgo de que alguien que no está tan familiarizado contigo las vea como un insulto. Por eso le advierto que tenga cuidado con sus palabras”.

“Lo sé. Pareces mucho más solemne de lo habitual hoy, de alguna manera”.

“Lo haces sonar como si siempre actuara como un niño”, respondió Ai Fa con un puchero.

Ese era precisamente el lado de ella que era infantil, pero ambos lados de ella eran preciosos para mí, así que no había ningún problema allí.

“Aun así, ciertamente te mueves de una cosa a otra. Justo cuando sentí que las cosas finalmente se estaban calmando con respecto a su negocio en la ciudad postal, ahora es una joven con habilidades como chef que igualan a las suyas, si no las superan”.

“Sí, pero supongo que eso es justo lo que debería haber esperado de la hija de Mikel. Y realmente quería probar su cocina, al menos una vez”.

“Esa es la primera vez que dice algo así…”

“¿En serio? Siempre que Yang presenta un nuevo plato, yo también lo espero con ansias. Aun así, la cocina de Myme es algo completamente diferente…”

En lo que respecta a la cocina de Yang, lo que sentí fue más una curiosidad por la cocina de un chef de otro país… eh, mundo.

Pero con Myme… era más una admiración por alguien que podía hacer comida puramente deliciosa, sin importar su origen o posición. Ciertamente no tuve ni el más mínimo sentimiento de hostilidad. Sin embargo, pude sentir un gran calor subiendo alrededor de mi pecho.

Tal vez fue una sensación de camaradería hacia alguien que tenía el mismo tipo de sensibilidades, o tal vez fue la alegría de encontrar a alguien con quien pudiera tener una rivalidad amistosa que estuviera al mismo nivel.

“En cualquier caso, creo que conocer a esa chica fue algo bueno para ti”, declaró de repente Ai Fa, como si hubiera entendido bien lo que estaba pensando. “Así que me gustaría darle la bienvenida aquí también. Espero con ansias el día de su visita”.

“Sí, siempre y cuando Donda Ruu dé su permiso… De todos modos, supongo que ya es hora de que nos vayamos a dormir, ¿eh?”

“En efecto.”

Después de apagar la vela junto a la ventana, Ai Fa se acostó frente a mí. Y luego, me agarró la mano con fuerza.

“No tengas malos sueños esta noche, Asuta”.

“Ciertamente me gustaría evitarlo si pudiera, pero todo depende de la suerte”.

“No importa qué pesadilla puedas ver, estaré aquí a tu lado. Si nada más, nunca olvides ese hecho”.

Pude distinguir el brillo de la calma en los ojos azules de Ai Fa en medio de la oscuridad.

“No hay nada de qué preocuparse. Estás bien, Asuta”.

“Sí.”

Agarré la mano de Ai Fa con la misma fuerza. Todo estuvo bien.

Mientras Ai Fa estuviera a mi lado, estaría bien.

Aferrándome a ese único pensamiento, cerré los ojos con suavidad. Y esa noche, dormí hasta la mañana sin ni una sola pesadilla.