Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 12

Prologo: La Reunión de Guerra que fue Tardía

El Cuarto Ejército se formó en la colina oriental. Tenían 500 unidades de caballería y 4.000 de infantería.

Para interceptarlos, el Primer Ejército montó una formación al pie de la colina.

1.000 unidades de caballería y 10.000 de infantería.

Ya se tratara de números, entrenamiento o equipamiento, el Primer Ejército tenía la sartén por el mango.

Sin embargo, las valientes victorias que el Cuarto Ejército ganó en la Guerra contra High Britannia ya se habían extendido por todo el Imperio.

Aunque Latreille sería coronado como el nuevo emperador mañana, la capital imperial, Versailles, estaba envuelta en una atmósfera tensa.

La Cuartel General del Cuarto Ejército— Eric, el fusilero escolta preguntó:

“Su Alteza, ¿qué deberíamos hacer?

Altina se paró en la colina y miró al Primer Ejército. “¡Cargar contra ellos!”

“¿¡Ehhh!?”

“– Si dijera eso, me puedo imaginar la cara de Regis mientras hace su mejor esfuerzo para detenerme. Si él estuviera aquí, definitivamente se opondría a esto”.

“Eso podría ser así… Después de todo, luchar contra el Primer Ejército es demasiado precipitado. Y tampoco tenemos la justificación adecuada para apoyar nuestra campaña ¿no?”

“Si no tienen una conciencia culpable, ¿por qué hicieron tanto escándalo y movilizaron a sus tropas?”

“No, no, somos nosotros quienes trajimos un ejército aquí en primer lugar”.

“¡Entonces voy a interrogar a Latreille por mi cuenta!”

“¡Por favor, no hagas eso!”

Eric suplicó con un chillido y luego habló sin rodeos.

“Erm… Princesa, eso sería imprudente. Si el Mariscal de Campo Latreille no tuviera escrúpulos, sería como poner la cabeza en la boca del león”.

“Lo sé.”

Mientras Altina estaba hablando con Eric, dos hombres caminaron hacia la base.

Estaba Eddie, quien tenía el título de Emperador Espada, y Abidal Evra, el líder de los Caballeros Gorrión Volador.

Aunque a Eddie se le asignó quedarse en el fuerte, tenía sus propias ideas al respecto y lideró a la infantería que partió más tarde y se encontró con Altina.

“¡Yo!” Levantó una mano a modo de saludo. “Argentina, ¿cuánto tiempo planeas enfrentarlos?”

“Eso es lo que estamos discutiendo. Eric dijo que no puedo interrogar a Latreille sola.”

“¿No es obvio? ¿Cómo podemos enviar al mejor comandante de la nada? En momentos como este, un mensajero normalmente sería enviado”.

Altina abrió mucho los ojos.

“Eso me sorprendió… ¿¡Eddie, en realidad diste una opinión correcta!?”

“Tengo algo de experiencia en el campo de batalla después de todo… Sigh, ¿tus palabras parecen implicar que me estás mirando en menos?”

Abidal Evra bajó la cabeza.

“Mis terribles disculpas. Es un viaje de 8 días desde el Fuerte Volks a la capital… Debería haber esperado tal situación y propuse un camino a seguir”.

Tuvimos 8 días de tiempo, ¿entonces por qué no pudimos decidir un plan? — Altina se reprochó a sí misma también.

“Hmmm… Si Latreille moviliza su ejército, tomaremos represalias, ¿qué tal eso?” Eric suspiró.

“¿Cómo podemos atacarlos de repente?”

“Durante la guerra civil, es común que ambas partes permanezcan en un callejón sin salida”.

Eddie asintió con la cabeza. Altina hizo un puchero:

“¿¡E-entonces, no hay nada que podamos hacer!? Nunca peleé una guerra civil antes”.

“No tengo experiencia tampoco…”

A los ojos del cauteloso Eric, la acción de Altina carecía de una reflexión cuidadosa y estaba llena de riesgos.

Eso podría ser así, como escolta, debía evitar levantar opiniones que fueran en contra del comandante. Y no podía pensar en ninguna buena idea como Regis…

Eric cerró la boca.

Normalmente, Regis controlaría el flujo de la conversación en ese momento… Pero su discusión en este momento estaba funcionando como un caballo salvaje sin remilgos.

En este momento, Eddie atrapó la cola de ese caballo.

“De todos modos, ¿creo que deberíamos enviar un mensajero primero?”

“¿Es suficiente? Entonces enviaremos uno… ¿a quién deberíamos enviar?” Altina pidió la opinión del otro.

Eddie dio un paso atrás.

“Yo no. Sería una historia diferente si esto fuera parte de un plan de Regis, pero Latreille parece tener una venganza personal contra mí”.

“Es verdad. Tú fuiste quien escapó de la mano del palacio con Auguste”.

“Ehh… Eso es verdad”.

¿Por qué dos hombres adultos actúan así? — pensó Eric en su corazón.

Aunque el Primer Príncipe Auguste era en realidad la Quinta Princesa Felicia disfrazada, este no era un acto entre dos hombres.

Ni siquiera los oficiales del equipo sabían sobre el disfraz. Eric solo lo sabía porque había visto a través del disfraz travesti de Felicia.

Dejando eso de lado, Eric señaló otros problemas.

“Si enviamos al duque Eddie Fabio de Balzac, que es famoso como el mejor espadachín en el Imperio, la otra parte podría no ser capaz de saber si él es un mensajero o buscar un duelo uno a uno…”

“No, no, no mato gente”.

Eddie odiaba la sangre fluyendo. Él no quería matar.

Aun así, él tampoco quería que lo mataran.

Por lo tanto, entrenó y obtuvo poderosas habilidades para reprimir a otros sin morir o matar a la otra parte. Esto también fue gracias a su talento y la destreza de ‘Defendre Sept’.

Altina se cruzó de brazos.

“¡No dejaré que Eddie los desafíe a duelo!”

“No, me refiero a que el equipo del Mariscal de Campo Latreille podría malinterpretar…”

“¡Si es un duelo, entonces debería ir yo!”

“¡Ya dije que no puede!”

Decirle a un comandante que “no” estaba sobrepasando sus límites, un tabú de acción para los escoltas… A pesar de eso, Eric tuvo que decirlo.

Altina agitó su mano.

“L-lo entiendo. También he crecido mucho y sé que no puedo iniciar una guerra civil sin una justificación adecuada para apoyarla”.

“Por favor, considérelo en serio. El sol se va a poner”.

“¿Quién crees que debería ir, Eric?”

“… Si, me da la palabra, estaré feliz de complacerla”.

Eso no funcionará, Eddie negó con la cabeza.

“Eric es el oficial de escolta, ¿cómo puedes dejar el lado del comandante?”

“Eso es…”

“Y a Argentina le gustas mucho. Si te despacha como mensajero y te matan por el otro lado, el comandante perderá la calma. No podemos permitir eso”.

“¿¡Gustar!?”

“¿No pasas mucho tiempo con ella y Clarisse, e incluso actúas como una sirvienta?”

“¡S-soy un hombre!” (En algún momento descubriremos la verdad trapito…) “Jajaja… Eso es cierto, pero no puedo evitar sentirme así”.

“P-por favor, no digas eso, Lord Eddie”.

Deseó que Eddie no tocara el asunto central tan despreocupadamente. Eric se secó el sudor frío.

Altina inclinó la cabeza.

“Hmm–… si vamos a enviar un mensajero, ¿qué deberíamos decirle a Latreille? Preguntarle ‘¿Mataste a Regis?’… ¿Qué hacemos si él dice ‘no lo hice’?”

Eddie se encogió de hombros.

“Si él dice que no lo hizo, ¿no quiere decir que no lo hizo?”

“¡Eso no servirá para nada!”

“¿Entonces qué vas a hacer, Argentina? ¿Estás segura de que está mintiendo?”

“Bueno…”

Altina se sumió en una profunda reflexión.

Lideró a su ejército aquí de improviso, pero ni siquiera pensó en cómo cuestionaría a Latreille.

Eric sostuvo su cabeza.

“Ahh, si solo Sir Regis estuviera aquí…”

“¡Eso es correcto, si solo Regis estuviera aquí! Pero, él dijo que Regis está muerto con solo un pedazo de papel… Eso es increíble, ¿¡cierto!?”

“Es verdad…”

“Es un estratega amable. El héroe que salvó al Imperio… ¿Cómo se volvió de esta manera, Príncipe Latreille?”

Eddie suspiró.

La batalla de la ciudad fortificada de Grebauvar fue un sitio* que ganaron. A pesar de que su base no fue asaltada, Regis, quien era un estratega, murió en la batalla. Era natural sentir que se trataba de un asesinato.

*(Por sitio aquí se refiere a sitiar la ciudad, asediar, etc)

De repente, Abidal Evra señaló hacia el norte

“¿Hmm? ¿Una unidad de infantería se acerca a nuestro flanco…? ¿¡Podría ser un ataque furtivo!?”

“¿¡Qué!?”

Altina miró rápidamente.

Una unidad se dirigía hacia ellos mientras levantaba una tormenta de polvo. Eran unos 700.

No era demasiado numeroso, pero tampoco podían ser ignorados.

Si su flanco era atacado y los soldados caían en confusión, serían derrotados si el Primer Ejército usaba esta oportunidad para atacarlos.

Sin embargo, sus frentes se adelgazarían si enviaran demasiadas tropas al flanco. La mente de Altina era un desastre.

“¡Ugh ~ Envíen 700 infanterías para interceptar!”

“¿Vamos a igualar sus números? ¡Su Alteza, nuestra formación se derrumbará si rompen nuestro flanco!”

Cuando escuchó el consejo de Abidal Evra, ella reconsideró. “El doble del número entonces”.

“1.400, entendido. ¡Moveremos a 400 hombres de la unidad en el frente! “¡Sí!”

“¡Espera!” Gritó Eddie.

“No parece un ataque sorpresa”.

“¿Eh?”

En un segundo vistazo, esa unidad estaba izando una bandera blanca. Rendición. O tal vez, un mensajero.

Eric se sintió preocupado y dijo:

“¿Qué está pasando? Es difícil imaginar el envío de 700 hombres para ser mensajeros”.

“¿Y parecen ser mercenarios?”

Eddie murmuró. Él tenía una gran vista.

Después de que se acercaron, Altina también pudo ver por su equipo. Sus armas y armaduras eran una mezcla caótica, no como una unidad imperial.

“¿Ellos… parecen mercenarios?”

“En ese caso, no podemos bajar la guardia, incluso si tienen una bandera blanca”. Abidal Evra comentó.

Había muchos mercenarios que actuaban como bandidos.

En el campo de batalla, se prohibía lanzar un ataque sorpresa después de levantar una bandera blanca o fingir ser víctimas.

Sin embargo, a los bandidos no les importarían esas reglas. No pertenecían al ejército, y era una organización criminal.

“… No.”

Altina dijo suavemente.

Aunque no entendía por qué, su mente estaba llena de una extraña sensación de nostalgia.

“… ¿Podría ser, Regis?”

¿¡Ehh!? La gente a su alrededor gritó de sorpresa.

Poco después, se dieron cuenta de que el instinto de Altina demostraba ser correcto.