Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 12

Capitulo 3: Hacia el Sur

Parte 2

Podía adivinar la identidad de Elise en su conversación. Y podría imaginar por qué estaba eligiendo cruzar el océano en este momento.

Elise miró hacia Regis:

“Ya que estoy buscando tu protección, creo que debería confesar todo…”

“No… su identidad como ‘Miss Elise de High Britannia que vino aquí a estudiar al extranjero’ es más conveniente para mí”

“¿Eh?”

“Puede que tenga un talento modesto– pero ahora soy el estratega de la Oficina del Généralissime, que es más o menos equivalente a la ayuda del Ministro de Asuntos Militares”

“Después de todo, Argentina ha creado la Oficina del Généralissime.”

“Y entonces, sería un grave descuido si retuviera cualquier información del país. Pero no podría ser podría hacer nada si no me diera cuenta.”

“Sir Regis…”

“No soy tan bueno como todos dicen después de todo. Hay innumerables cosas que he pasado por alto.”

Jajaja, Regis se rió.

Elise bajó la cabeza profundamente.

vEn nombre de la responsabilidad que cargo y de mí misma, estoy extremadamente agradecida.”

Bastian extendió su mano derecha. “Gracias Regis.”

“Puedo entender… Cómo se siente separarse de alguien importante. Definitivamente la enviaré allí a salvo.”

Regis estaba preocupado si esto sería lèse-majesté, pero sacudió la mano extendida para reconocer la confianza que se depositaba en él.

Con lágrimas en los ojos, los hombros de Bastian comenzaron a temblar.

“Yo-yo estoy contando contigo… ¡Ugh… Ughhh!”

“¡Eso duele!”

“¡Oh, lo siento! Me descuidé y usé demasiada fuerza”

“Pensé que mi mano iba a ser un caramelo aplastado…”

Regis sacudió su mano derecha que se estaba poniendo un poco roja.

¿Bastian era demasiado fuerte o Regis demasiado débil? Probablemente ambos. Fufu, Elise se rió.

Y las lágrimas se formaron como un cristal saliendo de la esquina de sus ojos.

***

Como deseaban pasar el resto del tiempo solos, Bastian y Elise no asistieron a la fiesta y abandonaron la mansión.

Después de hacer pública su lealtad a la facción de Argentina, ya no tiene un lugar dentro del palacio, y ahora se estaba quedando con su abuelo el Marqués Bergerac.

Regis prometió notificarlos antes de que partiera el ejército. Salió de su habitación y se dirigió al comedor.

Ya era un poco tarde.

Una puerta a lo largo del corredor se abrió de repente.

Una mano delgada y pálida se acercó y agarró la manga de Regis. “¿Ehh?”

Esta esbelta mano arrastró a Regis a la habitación con una increíble fuerza. “¿¡Uwah!?”

Regis cayó al suelo y la puerta se cerró.

–¿¡Que pasó!? 

Era una habitación muy pequeña.

Como una habitación para que se hospeden los sirvientes de los invitados, o una sala de almacenamiento para el equipaje.

Para sellar el movimiento de Regis, esa persona se sentó a horcajadas encima de él. La persona era más ligera de lo que esperaba.

“Por favor, quédate quieto” Era una voz femenina.

Después de que se calmó, miró a esa persona–

Era una mujer esbelta de piel blanca y cabello claro. “…… ¿¡Jessica!?”

“Tranquilízate.”

“¿P-por qué estás haciendo esto?”

Ella estaba vestida como una dama aristocrática en este momento. Su vestido blanco realmente le quedaba bien.

Esta vestimenta no era prominente en esta mansión. Pero tal vez su belleza atraería la atención de los hombres…

Regis ya le había explicado al Cuarto Ejército quién era Jessica, y ya dejó en claro que ahora ella era una aliada. No entendía por qué estaba siendo tan contundente al ver a Regis sin ser vista por los demás.

Jessica suspiró.

“Soldados del Cuarto Ejército patrullan aquí ¿verdad?”

“Sí.”

“… Ellos saben que soy un mercenario de ‘Renard Pendu’.”

Ayer, Regis se unió al Cuarto Ejército que había establecido una formación cerca de la capital con la ayuda de los mercenarios. Evitaron chocar con el Primer Ejército gracias a esto.

“¿No que ya les dije que eres un aliado? Creo que ya entienden y se sienten agradecidos por tu ayuda.”

“¿Es así? ¿Pero es así como se sienten realmente en el fondo? Piensa en lo que sucedió en el pasado. A pesar de que ‘Renard Pendu’ perdió en Lafressange Oeste, todavía matamos a muchos soldados imperiales.”

“… Sí.”

En esa batalla, Regis creó una niebla y destruyó el equipo de suministros de High Britannia.

Aunque el Cuarto Ejército ganó, sufrieron bajas más pesadas de lo esperado. Todavía recordaba claramente la época en que atacaron su base.

Jessica miró hacia el corredor. Pasos pesados pasaron afuera.

“… Yo… no confío en otros como tú. Existe la posibilidad de que me maten por venganza si bajo la guardia por un momento”

“Aquí los guardias son veteranos habituales. Todos son soldados racionales.”

“Hay montones de mercenarios que se quedaron colgados teniendo pensaban tan ingenuos. Los mercenarios hacían cosas como ondear banderas blancas o fingir heridas para atraparlos desprevenidos. Como tramamos contra otros, tendremos cuidado con los demás que traman contra nosotros también”

“Ya veo.”

“Por ejemplo, ¿qué pasará si coloco mi cuchillo en tu cuello? Si amenazo a la princesa y le pido que cambie a mi hermano por su estratega, ¿no sería mucho más simple?”

“… Tal vez Gilbert será liberado. ¿Pero qué sucederá después de eso? Ya te dije– serás perseguida por el Imperio de Belgaria, mientras que tu reputación entre las naciones vecinas seguirá siendo pobre. ¿No sería esa una forma difícil de reconstruir? Ya lo sabes.”

“Eso es cierto. Es por eso que acordé una relación de cooperación a nivel personal.”

“Maravilloso, ya que todavía lo recuerdas, puedes alejarte de mí ahora. Eso me hará feliz.”

Ella no era pesada, pero era difícil para él calmarse.

Podía sentir el calor del cuerpo de Jessica filtrándose en él.

Incluso si ignoraba ese aspecto, tener a una mujer presionándolo con fuerza lo hacía tirando de su cicatriz psicológica, y ahora estaba sudando gotas frías.

“… Deberías ser el que necesita recordar. ¿Hacia el sur? ¿Qué hay con eso? ¡Mi hermano está en el Fuerte Volks!”

La ansiedad se filtró de la voz de Jessica.

Fue algo raro ya que rara vez mostraba sus sentimientos. Hmm, Regis lo pensó.

“Hay 700 personas restantes en ‘Renard Pendu’. No puedes rescatar a Gilbert del Fuerte Volks con estos números. Entonces, al principio, querías utilizarme como rehén. Pero después de considerarlo, ¿decidiste que era mejor ayudarme en vez de ello?”

“Sigh… Pero eso es solo bajo la condición de que mi hermano se salvará”

“¿No estás muy ansiosa?”

“No entenderás. La psique de los miembros ya está en sus límites. Solo lo soportan con la esperanza de que mi hermano sea rescatado… Pero son tipos que no pueden ocultar sus sentimientos tan bien. Rodeados de fuerzas imperiales y viviendo en tiendas de campaña en las afueras de la capital, están tan tensos como hombres con cuerdas atadas al cuello, caminando por el acantilado.”

“… ¿Es tan malo?”

“No confiamos en los imperiales. Siempre estamos en guardia de ser apuñalados por la oscuridad.”

Jessica sacó un pequeño cuchillo aparentemente de la nada. Eso se veía como un vestido normal, ¿dónde estaba escondiendo eso?

Ella presionó ese cuchillo en el cuello de Regis. “Respóndeme Regis d’Auric… ¿Me mentiste?”

“De ningún modo.”

“¿Pero quieres ir al sur?”

“… No esperaba que me presionases tan duro. Responderé a tus expectativas, tengamos una buena conversación.”

“¿Un acuerdo hablado de nuevo?”

“La situación está cambiando demasiado rápido, y los tiempos están cambiando”

“He estado esperando todo este tiempo, mientras has estado trabajando tan activamente en la oscuridad dentro de la capital, Sir Regis. Franziska incluso se lesionó, pero todavía tengo que ver un centavo. ¿Cuánto tiempo esperas que te sigamos?”

“… Cuando lo pones de esta manera, tiene sentido que te enojes. Estoy equivocado.”

Cuando Latreille intentó asesinar a Regis, Regis solo escapó de la búsqueda y regresó a la capital con su ayuda.

La comida, el agua, el saco de dormir y los guardias fueron preparados por ellos, e incluso fueron al Cuarto Ejército a pesar del riesgo de que estallara la guerra.

Los soldados imperiales recibirían una remuneración, y cuando las cosas se estabilizaran, serían recompensados de acuerdo con sus contribuciones y tal vez recibirían un ascenso.

Sin embargo, los mercenarios trabajan por el bien de las remuneraciones. Normalmente, recibirían la mitad del dinero por adelantado como depósito.

Regis dijo preocupantemente:

“… Entiendo, pero es difícil para mí darte un pago satisfactorio ahora mismo. Después de todo, el Cuarto Ejército no tiene fondos suficientes. Aunque hay un presupuesto reservado para la Oficina del Généralissime, lo más pronto que podamos conseguirlo será el próximo mes.”

“¿Estás diciendo que deberíamos esperar?”

“… solo puedo pedirte que me creas, pero tampoco viajaré solo al vacío. También te pedí que fueras al sur con nosotros”

“¿Y la razón?”

La cuchilla en su cuello se sentía realmente fría. Jessica se inclinó más cerca.

Ella era una mujer hermosa. Era difícil decir lo que estaba pensando, pero Regis podía sentir que sus emociones eran realmente volátiles.

“… Sería genial si me hubieras dicho eso antes… Ya lo discutí con la Princesa. Para devolverte el favor porque me ayudaste, aceptó liberar a Gilbert.”

Ella abrió los ojos de par en par. “¿E-eso es cierto?”

“… No sé cuántas veces he dicho esto… Pero créeme, por favor”

Él no tenía ninguna prueba escrita. Jessica parecía infeliz.

“¿Por qué no dejaste registros escritos por algo tan importante? ¿O mi hermano no es importante para ti?”

“Cuando discutes los planes futuros con el Rey Mercenario… ¿Siempre los anotas?”

“… No hay necesidad de eso.”

“Es lo mismo para nosotros” Jessica apartó el cuchillo.

Finalmente bajó de Regis.

Regis se secó el sudor frío mientras permanecía de pie. Él tocó su propio cuello. “Creo que realmente me corto.”

“… Esto es falso.”

“¿¡Eh!?”

Jessica apuñaló su propia mano con el cuchillo. Ella no sangró en absoluto.

“No soy buena para manejar cuchillos. Si te cortara accidentalmente, las cosas se volverían desordenadas.”

“… ¿Tus emociones inestables también fueron un acto?”

“Piensa lo que quieras.”

Jessica volvió a su expresión fría habitual. Regis suspiró.

“Ya le envié una carta a Gilbert. Lo liberaremos según lo prometido, pero lo que hará luego depende de él. No sé si vendrá y se unirá a nosotros”

“… En efecto.”

“Personalmente, sigo esperando tomar prestado tu poder. Es por eso que agregué la solicitud para ir al sur”

No sabía si estaría de acuerdo en unirse a ellos, así que esto era una solicitud y no una orden.

Gilbert querría la oportunidad de restaurar su reputación después de perder la última batalla. Por lo tanto, las líneas de frente del sur le irían bien.

Jessica arregló su vestido. Y parecía haberle creído.

“Si el acuerdo con mi hermano es cierto, entonces gracias… Pero no te olvides de tu promesa conmigo ¿okay?”

Ella prometió ayudar a nivel personal para intercambiar por futuros suministros para “Renard Pendu”.

“Mantendremos nuestra promesa, por supuesto. Así es, ¿quieres venir a nuestra fiesta?”

“Sir Auric… Es imposible para los nobles invitar a mercenarios como nosotros a cenar con ellos”

“¿Es así?”

“No seré feliz aunque esté invitada, así que rechazaré”

“No te forzaré”

Jessica señaló hacia la puerta como si quisiera que él se diera prisa y se fuera.

“… Más importante aún, si voy al comedor contigo, no valdrá la pena si despierto los celos de la Princesa Argentina”

Solo se fue a cambiarse de ropa, pero tardó mucho en llegar al comedor. Entró en el comedor.

En medio de la amplia y extravagante sala había una larga mesa de color beige. Las piezas de arte adornaban la pared, y los sirvientes estaban alineados allí también.

Altina estaba sentada en el extremo más alejado de la mesa.

Pensó que ya habrían empezado, pero parecía que la comida aún no había sido servida. Solo había pan y vasos en la mesa.

Altina dijo:

“¡Finalmente has llegado, Regis!”

“E-erm… ¿Han estado todos esperándome?”

“Naturalmente. Esta fiesta se celebra en honor a ti y a mí, después de todo.”

“No no no… Dejar que la princesa, que es a la vez una realeza y el Généralissime espere por alguien como yo, no es para nada natural”

“Basta de eso, ven a sentarte”

Ella lo señaló con la mano y Regis se sentó a su derecha.

Regis había estado usando honoríficos porque un extraño también estaba presente.

Eric estaba detrás de Altina. Había aceptado la propuesta de Regis y se convirtió en un fusilero de escolta. Él no sostenía un rifle ya que estaba en el interior, y llevaba una espada en su cintura.

Él asintió con la cabeza para saludar a Regis con una sonrisa.

A la derecha de Regis estaba la dueña de esta mansión, Fanrine. “¿Estará bien champán, Sir Regis?”

“Si, gracias.”

Hizo un gesto, y el sirviente vertió un líquido dorado y translúcido en el vaso. Era burbujeante.

A la izquierda de Altina estaba Eddie, quien no llevaba una espada porque había guardias en la mansión.

A su lado estaba el comandante de los caballeros Abidal Evra. Estaba vestido para la batalla, listo para la acción en cualquier momento. Para él, la capital era el territorio del enemigo.

Justo enfrente de Altina, en el otro extremo largo de la mesa, un hombre de unos treinta años estaba sentado allí.

Era un caballero vestido elegantemente al estilo de un noble. Su cabello castaño rojizo estaba peinado hacia atrás, mientras que sus cejas y barba estaban tan limpias como una pintura.

Después de encontrarse con la mirada de Regis, saludó cortésmente:

“Sir Regis, felicitaciones por su ascenso a oficial administrativo de primer grado”

“Gracias.”

“Encantado de conocerle, soy el conde Gauchen. Trabajo como gerente de una oficina bajo el Ministro de Asuntos Militares Beylard”

Él es mi supervisor– agregó Fanrine. Ella era una Oficial de Asuntos Generales dentro del mismo Ministerio.

Un gerente de oficina era un puesto que podía emitir órdenes a muchas personas dependientes del ministerio.

Él ya había alcanzado la nobleza de Conde cuando tenía poco más de treinta años, un gran logro a una edad tan temprana. Tal vez estaba relacionado con los grandes nobles, y dio la sensación de ser un élite.

–¿Lo invitó Miss Fanrine? ¿Con qué propósito?

 Mientras Regis pensaba en eso, las sirvientas servían los platos. Altina levantó su vaso.

“¡Salud!”

La anfitriona Fanrine respondió:

“Felicitaciones al nombramiento de la Princesa Argentina como Généralissime, y al ascenso de Sir Regis.”

El sonido de los vasos tintineando se superpuso. Regis levantó su copa y luego se la llevó a los labios.

Era dulce y fragante, y las burbujas estallaron en su lengua. Como si el champán estuviera tocando música animada y enérgica.

“Ahh… Este es un buen vino”

“Este es el orgullo de la casa principal. Solo 30 de este champán se embotellan cada año.”

“Esto es realmente valioso entonces”