Nihon E Youkoso Elf-san (NL)

Volumen 4: Capítulo de la Esclavitud

Capitulo 3: El Encuentro con el Candidato a Héroe

Parte 2

Las primeras impresiones de la hermosa chica feérica y yo, un chico de aspecto somnoliento, fueron destrozadas por la emocionante presentación del asistente. Honestamente, quería acercarme a él con una sonrisa y decirle que parara.

“Hmm, a veces eres extrañamente competitiva, ¿lo sabes?”

“Jeje, no hay nada malo en ser competitiva de vez en cuando. Es inaceptable que no recibamos aplausos después de todo el trabajo que hicimos. Ya nos ignoraron cuando llegamos aquí, así que no dejaré que vuelva a suceder.” Ella no parecía darse cuenta de que su sonrisa florida hacía que la atención de la multitud fuera aún mayor. Incluso a mí me encantaba mirarla, así que a la multitud seguramente no… Ah, sí, todos tenían esa mirada embelesada en sus caras.

Sin que lo supiéramos, Zarish, del Equipo Diamante, también nos había estado mirando fijamente, pero no nos estaba mirando ni a la gata ni a mí. Mantuvo su sonrisa mientras interactuaba a medias con los que lo rodeaban, pero sus ojos estuvieron fijos en la elfa todo el tiempo.

La chica que tenía la rara clase de Hechicera Espiritual… Según los informes de su gente, las trampas que ella preparó habían arrasado a cientos de monstruos y atrapado con éxito a un demonio de nivel 82. Si se añade a la draconiana a la mezcla, derrotar al maestro de piso debe haber sido una tarea simple.

Zarish, de quien se decía que era el candidato a Héroe, estaba bastante preocupado por el hecho de que no había visto a esa hermosa mujer de cabello negro desde aquella vez. Supuso que ella había renunciado a ese chico de aspecto incompetente y lo había abandonado.

Fue un pez bastante grande el que dejó escapar de sus manos. Yo no cometeré el mismo error.

Su fría sonrisa se ensanchó.

La elfa de piel oscura que formaba parte de su grupo estaba de pie a cierta distancia y un escalofrío le recorrió la espalda cuando vio la expresión en su rostro. Se sentía como si su maestro, Zarish, la estuviera comparando con esa otra elfa.

“Esa mocosa elfa te ha vencido, ¿no te parece?” El hombre que estaba junto a ella le dijo al oído y su corazón palpitó tan fuerte en su pecho que le dolió. Era solo una broma, pero dio casi en el clavo.

Y así, la fiesta continuó hasta la noche.

***

Dejé escapar un suspiro de admiración mientras miraba la vitrina.

Una armadura completa estaba orgullosamente en exhibición. Incluso sus articulaciones estaban completamente reforzadas con metal y su forma poderosa, pero delicada era nada menos que impresionante.

“El último trabajo de Veiron… Se ve increíble.” No era una armadura cualquiera, por supuesto; el metal del que estaba construida fue extraído de gigantes. Esto significaba que, a pesar de su apariencia rígida, tenía una elasticidad, y al agregar magia a la mezcla, tenía la capacidad de soportar la forma humana. Cuando la usa un usuario competente, uno puede patear ligeramente el suelo y saltar a los tejados.

“Tienes algunos pasatiempos extraños, ¿sabes? No entiendo lo entretenido de mirar esto”, dijo Marie mientras miraba la armadura confundida.

De todos modos, era demasiado bajo para usarla y habría deshabilitado algunas de mis habilidades debido a que excedía el límite de peso… pero el equipo medieval como armaduras y escudos era algo que admiraba desde la infancia.

“Me pregunto por qué mi equipo es solo de tela. Tal vez debería empezar a entrenar mis músculos.”

“Por favor no lo hagas. Si tuvieras un cuerpo musculoso con esa cara, podría abandonarte.”

…¡Espera, ¿en serio?! Reaccioné conmocionado después de una breve pausa y rápidamente me di vuelta para mirar a Marie. Pero alguien que parecía un hechicero le habló por casualidad en ese momento, por lo que nunca tuvo la oportunidad de reírse de ello como una broma.

“…Sí, lo investigaré.”

“Espero tener noticias tuyas con una respuesta positiva.” Al verla hablar, la gata y yo soltamos un suspiro.

Debido a nuestra entrada innecesariamente visible, todo tipo de personas habían venido a hablar con ella. Reclutamiento por parte de otros hechiceros, preguntas sobre cómo habíamos derrotado al demonio, ofertas para unirse a un grupo de maestros, entre otras cosas. Apenas podíamos caminar por las conversaciones persistentes.

Marie se tronó el cuello cuando regresó. Su estado de ánimo había empeorado progresivamente desde que habíamos entrado.

“¿Ves? Sabía que deberíamos habernos presentado discretamente.”

“Odio admitirlo, pero lo lamento ahora. Hubiéramos podido disfrutar de esta cena en paz si hubiera decidido vivir como un marginado como tú…”

Espera, ¿desde cuándo soy un marginado? Parecía estar angustiada, pero estaba bastante seguro de que yo lo tenía peor.

El salón tenía unas escaleras donde podíamos mirar el bullicio de abajo. Cuando volví a mirar, Marie parecía estar exhausta. La semi hada odiaba absolutamente estar en multitudes ruidosas y sabía que tener que entretener a tantos extraños en la conversación le causaba mucho estrés.

“¿Por qué no descansamos en ese balcón de allí? Tendremos que irnos pronto de todos modos.”

“Sí, esa es una buena idea. Ahora que lo mencionas, mañana es otro día laborable.” De hecho, no podíamos quedarnos demasiado tiempo en un día laborable. Sin mencionar que no había días festivos en junio, por eso lo llamamos “el mes maldito” en mi hogar.

“Las personas que se casan en esta época del año se llaman Novias de junio, ¿verdad? Lo vi en la televisión una vez. ¿Por qué a los humanos les gusta dar estos apodos a todo?”

“¿Eh? ¿Sabes sobre eso? Bueno, es porque la gente realmente no quiere reunirse en la temporada de lluvias, por lo que es un nombre elegante para engañar a la gente…” Oh, eso podría ser una cosa grosera de decir, considerando dónde estamos.

Marie tenía la costumbre de hablar mal cuando se encontraba de mal humor. Tenía que priorizar llevarla a un lugar tranquilo en lugar de centrarme en la conversación. Cerré la boca y la tomé de la mano.

El aire nocturno era fresco en el balcón y Marie dejó escapar un suspiro de alivio para encontrar la paz lejos del bullicioso lugar. La lluvia cayó suavemente en el lado opuesto de la barandilla, con una suave brisa que soplaba. No había nadie en el área de descanso, ya que esta era una reunión social importante. Hice que Marie se sentara en una silla larga y su rostro melancólico se volvió hacia mí.

“Te traeré una bebida o algo de fruta. ¿Qué te gustaría?”

“Frutas dulces de Japón…”

Jaja, ella sigue hablando de eso… Bueno, creo que la dulzura refrescante de las fresas la animaría más que nada en este momento. Habrían estado fuera de temporada en junio, pero era posible que todavía estuvieran en existencia en algunas tiendas. O tal vez sería mejor conseguirle un pastel…

Reflexioné sobre estos pensamientos mientras agitaba mi mano hacia Marie y a la gata, y comencé a caminar de regreso al interior.

Tal vez estaba demasiado preocupado pensando en ella. Ni siquiera me di cuenta de que alguien nos había estado observando. El hombre que se escondía detrás de un pilar susurró fuera del alcance del oído e informó a alguien en voz baja.

***

La habitación que había sido preparada para nuestra estancia estaba parpadeando con una luz blanca azulada.

El hombre parado en medio del círculo mágico no era otro que el que se decía que era el candidato a Héroe, Zarish. Poseía un nivel de poder que estaba a otra escala que el de la mayoría de los demás y se decía que todo lo que tenía delante sería eliminado tan pronto como desenvainara su espada. Su sonrisa se ensanchó mientras hablaba al vacío.

“…¿Se están moviendo las cosas en ese lado? Sí, sé que necesitamos más números. Eso se resolverá pronto. He estado trabajando para que las cosas avancen por mi lado también.” Recordó las figuras prominentes del Gremio de Aventureros con los que acababa de hablar antes. Había mantenido sus deseos ocultos bajo la superficie, observando y disfrutando en secreto lo que ganaría pronto.

“Se moverán tan pronto como termine la celebración, pero por ahora céntrense en ralentizar la invasión. Sí, yo me encargaré del resto.” Estar dentro del círculo impedía toda capacidad de detección o análisis y lo mantenía completamente a salvo. Esto significaba que el círculo apagaba todo el sonido de su área.

“Buena suerte. Las cosas se pondrán muy ocupadas a partir de mañana.” Con eso, la conversación terminó. El pálido parpadeo se desvaneció y Zarish suspiró emocionado.

Justo entonces, le llegaron mensajes privados mediante el enlace mental. Parecía que alguien había estado tratando de contactarlo varias veces mientras él estaba en el campo defensivo.

“Ah, estaba teniendo una conversación con una dama. Entonces, ¿hubo algún movimiento?”

“Sí. Ese niño se alejó del objetivo. La elfa está sola en el balcón.” Zarish se acomodó el cuello de su camisa y abrió la puerta, dejando entrar el ambiente animado de la fiesta. Se podía ver a un niño de aspecto somnoliento caminando por el pasillo y Zarish le envió un mensaje privado a la mujer de piel oscura cercana.

“Comienza la misión. Eve, no me decepciones más.”

“…Sí, señor. Me aseguraré de cumplir con tus expectativas.” Había formado un grupo con algunos miembros de antemano, permitiéndoles comunicarse a través del enlace mental. Comenzaron a caminar hacia adelante. Para ellos, esta no era una ocasión para celebrar; era un campo de batalla. Como de costumbre, Zarish activó silenciosamente sus habilidades, como las que evitarían que otros lo detectaran.

“Jefe, ¿no vas a utilizar tu método habitual?”

“No hay necesidad. Es solo una chica con la que estamos tratando. Encárgate de ese niño, Eve.”

“…Sí, señor.” Eve no estaba contenta con la tarea que le habían asignado. Existía la posibilidad de que esa persona terminara reemplazándola y le habían pedido que ayudara a eso… pero si no cumplía, sería expulsada de su colección con seguridad.

Ella chasqueó la lengua con frustración, miró al niño mientras él tomaba su bebida y luego se levantó lentamente.

La sala estaba llena de una tranquila emoción. Los artistas comenzaron a tocar música tradicional que había existido desde tiempos antiguos. La multitud escuchaba con una expresión de ensueño y aquellos que no vinieron solo con fines de entretenimiento, comenzaron a hacer negocios en los pasillos con voces calladas.

“Escuché que los países vecinos se han estado preparando para la guerra.”

“No son más que salvajes de descendencia demoníaca. No sorprende que sean… Oh, pero si es lord Zarish.” Los traficantes de armas inclinaron la cabeza a toda prisa y Zarish pasó después de asentir. Cuanto más se acercaba uno a la fortaleza de la familia real, más se enteraba uno de los tratos turbios.

Pero un pensamiento cruzó la mente de Zarish.

Ahora se dio cuenta de que desestimar a la elfa como una niña y dejarla hacer lo que quisiera era un error de su parte. Desde hacía tiempo conocía la clase Hechicero Espiritual, pero no había esperado que ella pudiera acabar con una cantidad tan enorme de enemigos. No, había algo especial en esa elfa.

Cuando Zarish salió al balcón, vio a la chica mirando la lluvia con un animal desconocido en su regazo. Sus ojos fueron atraídos por su cuello delgado y su perfil lateral sofisticado, confirmando lo que su intuición le había dicho antes.

Ella era como la reina de las hadas.

A pesar de la oscuridad, su cabello y piel parecían brillar en la noche. Su piel era pálida y su cabello suelto era más blanco que cualquier otro que hubiera visto antes. Ella se destacaba sobre el resto y tenía un aire distinto sobre ella como si estuviera madurando de una niña a una adulta.

…Ella es perfecta para mi colección. También quería a esa draconiana, pero… Oh, bueno.

Los draconianos eran tan raros que solo se podían encontrar en registros escritos. Se decía que eran muy volubles, con un temperamento asombrosamente corto, pero poseían un vasto poder más allá de la imaginación.

Todo era por culpa de ese chico de aspecto tonto. El odio hervía en Zarish y quería abofetear a ese chico por no poder mantenerla cerca por unos días más.

Cuando él dio un paso adelante, la mascota en el regazo de la niña reaccionó y ella también se volvió para mirarlo.

“Esta lluvia es una bendición sobre esta tierra desértica. ¿Estás sola?”

“Ah, lord… Zarish.” Los ojos de la elfa se abrieron de par en par y ella trató de levantarse apresuradamente, pero Zarish hizo un gesto para que permaneciera sentada.

En una esquina de su visión, vislumbró a Eve corriendo hacia el niño. La bebida que tenía en la mano se derramó por todo su vestido y él los miró de reojo mientras continuaba caminando hacia adelante.

La presencia de Zarish exigía tanto respeto que incluso los extranjeros se dirigían a él con un título. No se le atribuía simplemente a su alto nivel, sino también a su vasta fortuna, educación, etiqueta y apuesto rostro que podía cautivar a las mujeres. Su presencia exudaba un aura de éxito que las mujeres no podían evitar notar.

Zarish sonrió con calma y luego habló con voz suave.

“Vine aquí para tomar aire fresco. ¿Te importaría que descanse a tu lado?”

“Para nada, tómate tu tiempo. Estaba a punto de regresar adentro.” El proceso de pensamiento de Zarish se congeló por un momento.

Muchos habrían arriesgado su vida por la oportunidad de pasar tiempo con él. Él tenía un gran poder, y cualquier cosa que deseara, podía hacerla realidad. A pesar de eso, la chica se levantó, se inclinó con gracia y se movió para pasar junto a él.

“A-Ah… quiero decir, hay algo que deseo decirte”, espetó, y la chica se dio la vuelta con una expresión perpleja. Ahora estaban más cerca el uno del otro, y él pudo ver sus ojos color amatista y sus labios suaves y vívidos con mayor detalle.

“Acabo de oír antes que has estado desafiando el antiguo laberinto con solo un grupo de dos. Quiero saber por qué él pone a una chica tan encantadora como tú en una situación tan peligrosa.”

“¿Él? ¿Te refieres a Kazuhiro?” Ella lo miró, sorprendida por el comentario. Parecía que el niño al menos se había ganado el mínimo de su confianza, a juzgar por cómo no parecía esperar que alguien le mencionara esto.

En ese caso, el asunto sería simple.

“En efecto. Normalmente, un líder debe tener el máximo cuidado para garantizar la seguridad de su equipo. Sin embargo, ha abandonado completamente su responsabilidad de hacerlo. Estoy seguro de que te ha puesto en situaciones en las que tu vida ha estado en peligro antes.” Teniendo en cuenta que solo había dos de ellos, tres cuando esa draconiana estaba presente, no había forma de que no se hubieran topado con situaciones peligrosas en el camino. No importa cuán poderosa fuera como Hechicera Espiritual, el grupo ni siquiera tenía un tanque para mantener a raya a los enemigos.

“Si fuera yo, podría prometer tu seguridad y una vida llena de comodidad y riqueza.” Parecía que el título de Zarish tenía poca importancia para la elfa que había venido de un país extranjero. Por lo tanto, decidió hacer que se imaginara un estilo de vida de lujo más allá de sus sueños más salvajes.

No importa de qué raza fueran, las mujeres tendían a ser mucho más realistas que los hombres. Cuando se les presentaran dos caminos diferentes, considerarían seriamente cuál sería más beneficioso y este pensamiento afectaría su decisión de alguna manera. Dichas negociaciones eran claras y fáciles de entender. Si se equilibraran las opciones en una balanza, sería obvio cuál era la más beneficiosa.

La chica lo pensó por un momento y luego intercambió una mirada con su mascota con una expresión turbada. Ella separó sus labios bellamente bien formados.

“No realmente. No tengo ni un rasguño. Jeje… Extrañamente, he oído rumores de gente que se ha lesionado en tu equipo.”

“Eso… fue mi culpa, por no ver que ella se sentía mal.” Él sintió que algo lo cortaba. Su respuesta había rebotado en la balanza que él le había presentado y se preguntó si ella no había sentido su valor, a pesar de que él había sido elogiado como el candidato a Héroe. La pureza que exudaba claramente la hacía parecer una joven inocente, pero había una sensación de intelecto profundo que contradecía esa energía.

Zarish estaba honestamente sorprendido.

Es por eso que los elfos salvajes son difíciles de tratar… Muy bien, me tomaré mi tiempo.

“Eve, ¿cuánto tiempo más puedes mantenerlo ocupado?”

“…Si lo ordenas, puedo llevarlo a mi habitación, pero…”

“Hazlo ahora.”

Cortó la conversación privada rápidamente y sonrió a la chica que lo miraba. Su apuesto rostro debía haberle parecido sacado de un cuento de hadas. Puede que fuera demasiado para una chica que creció en un bosque sin nombre.

“Ah, Mariabelle, solo deseo ser tu amigo. Esto casi me hace sonar como si hubiera venido a hablar mal de tu líder.”

“¿Amigo…? Um, no, gracias… No necesito más de esos.”

¿No gracias? ¿Ella piensa que estoy tratando de venderle algo? Mantuvo su sonrisa, pero internamente luchó por comprender lo que estaba sucediendo.

Estaba frustrado por su incapacidad para controlar el flujo de la conversación. No conseguía resultados tanto si empujaba como si tiraba, y su irritación solo se fue acumulando cada vez más. ¿Cómo podía ser esto, cuando tenía el estatus, la apariencia, el poder y la experiencia en el manejo de mujeres?

Y así, él decidió ir directamente a ese apagado corazón suyo.

La agarró por el brazo y la jaló por la cintura. Su espalda se arqueó naturalmente, como arrastrada a un baile, y la dejó posicionada de modo que sus labios brillantes estuvieran justo frente a los suyos.

Pero sus esbeltas caderas y su piel suave enviaron una emoción por su columna vertebral… Sus ojos estaban muy abiertos y brillantes con un destello de amatista, estimulando su deseo de hacerla parte de su colección.

Sí, él quería hacerla suya.

Quería obligarla a obedecerlo incuestionablemente, dándole el castigo ocasional y formando un vínculo entre amo y sirviente. La emoción recorrió su cuerpo, saliendo de sus caderas. Era una sensación que no había sentido en mucho, mucho tiempo.

“Perdóname. He sido demasiado torpe en mi acercamiento. Mariabelle, no pude dejar de pensar en ti desde el momento en que te vi. Tus ojos son demasiado hermosos para olvidarlos.” Por un momento, se preguntó si había sido su propio corazón el que había sido tomado por ella. Sintió claramente su propio deseo y se acercó para acortar la distancia entre sus labios y los de ella.

Le encantaba lo lento que todo parecía moverse.

El latido de su corazón era como el de un pajarito y disfrutó de la sensación de su suave pecho presionado contra él. Su hermoso rostro se alejó del suyo y… Espera, ¿se alejó?

¡Crack! Su linda frente fue embestida directamente en su nariz.

“¡Oaaargh!” Instintivamente soltó a la elfa y buscó su nariz en un estado de completo shock. No sintió ningún dolor, por supuesto. El nivel de uno lo era todo en este mundo y no podía mostrar una vista tan patética como tener una nariz ensangrentada.

“¡Eso es suficiente! ¡Voy a llamar a los guardias!” La elfa gritó con evidente enojo, con su frente enrojecida por el impacto.

No había esperado que ella amenazara con llamar a los guardias al hombre que se convertiría en el Héroe algún día. Tenía la capacidad, por supuesto, de eliminarlos con facilidad si la situación se reducía a eso. Pero él permaneció allí, inmóvil, con su autoestima de hierro aplastada.

Observó el dobladillo de su manga ondeando mientras ella corría de regreso adentro. Después de mirar fijamente por un tiempo, sus labios se curvaron en una sonrisa retorcida.

…Ah, que así sea, entonces. Solo tendré que disciplinarla como lo haría con un caballo salvaje. Pasaré tiempo contigo todas las noches y te haré incapaz de pensar en otra cosa que no sea yo.

Zarish se echó a reír en voz baja, sintiendo las oscuras llamas del deseo encendiéndose dentro de él.

No se había dado cuenta, pero había una posibilidad de que su corazón hubiera sido tomado por la elfa, aunque solo fuera un poco. Por eso su deseo por ella nunca se desvaneció y solo continuó hirviendo a medida que pasaban los días.

Había algo más que no notó. La gata negra que estaba con la chica había estado mirando sus anillos.

Cada uno de los ocho anillos que llevaba ​​en sus dedos, excluyendo sus pulgares, tenía sutiles diferencias en su intrincada ornamentación. El familiar de la Archidragona Wridra los observó con gran interés, con un ligero destello brillando en sus ojos.

***

“Lo siento, pero necesito volver a trabajar… digo, volver a casa pronto.”

“¿Qué? ¿Me estás diciendo que me vas a dejar toda empapada así? Solo cállate y llévame a esa habitación de allí.”

“Prometo pagarte más tarde por la ropa que arruiné. Ahora, si me disculpas.” La actitud del niño había cambiado repentinamente y ya no escuchaba nada de lo que ella decía. Se preguntaba por qué su comportamiento había sufrido un cambio tan abrupto cuando la noche apenas comenzaba y se había puesto rojo cuando ella mostró su amplio escote no hace mucho tiempo.

Sin saber qué hacer, ella agarró su hombro, pero terminó agarrando el aire. Él se movió como si se hubiera teletransportado unos pasos más adelante, dejando a Eve atrás.

Ella se quedó estupefacta mientras la elfa en cuestión aparecía desde el balcón. El niño y la elfa se tomaron de la mano y comenzaron a bajar las escaleras.

“Un momento, ¿dónde está lord Zarish? Ah, se fueron…” Su comentario silencioso se desvaneció de inmediato en el clamor de la fiesta.

Lo que no había entendido era que las horas de trabajo de un asalariado eran absolutas. Ellos marchaban al trabajo en una fila ordenada, incluso si estaban en medio de un terremoto, como samuráis modernos. Sin embargo, esa tendencia había estado cambiando últimamente…

De todos modos, los dos se subieron a uno de los carruajes previstos para llevarlos de regreso y luego rápidamente se metieron en la cama para dormir un poco.

Si hubiera sido un fin de semana, la historia podría haber sido completamente diferente. Pero Wridra regresaría de su licencia de maternidad mañana por la noche y las cosas avanzarían rápidamente a partir de ahí.