Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 5: El Imperio de Hielo

Capitulo 5: Señor Demonio

Parte 12

Me despedí y salí al pasillo. Me aseguré de que no hubiera nadie más cerca y luego me dirigí a Barnack.

“¿Qué opinas de ese hombre que vino de Meraldia?”

“No soy más que un humilde espadachín. No poseo la perspicacia necesaria para juzgar a las personas.”

“A quién le importa. Quiero saber qué piensas de él.”

Barnack escogió sus palabras con cuidado.

“Tiene muy buenos ojos.”

“¿Qué quieres decir?”

“En una batalla real, no hay reglas. Lo que significa que es de suma importancia predecir las acciones de tu oponente en función de sus movimientos preliminares. Pero leer esos movimientos requiere una vista increíble. Las personas con ojos como lord Veight son una en un millón.”

“¿Es tan raro?”

No pude evitar sonreír.

“¿Pero no eres tú también alguien bendecido con una vista divina?”

“Me pregunto cuánto durará esa vista… Aunque son las piernas las primeras en desaparecer con la edad. Después de eso viene la vista. Finalmente, incluso tus manos se atrofian. En ese momento, ya no puedes luchar con una espada”, suspiró Barnack. “He notado que mi velocidad ha disminuido un poco últimamente. Mi declive como espadachín ha comenzado.”

“Sí que dices algunas cosas pesadas. Personalmente, me gustaría que sigas siendo el espadachín más fuerte del imperio durante un tiempo más. Ya que eres mi maestro y todo eso.”

“No soy digno de tales elogios, joven señor. Pero gracias de todos modos.”

No hay muchas personas que sean extremadamente hábiles y confiables. Barnack es la única persona en la que siempre puedo confiar para respaldarme y al mismo tiempo asesinar personas por mí. Él me miró y dijo, “Hay otra cosa. Lord Veight tiene un nivel de fortaleza inhumano. Incluso en un duelo a muerte, parece tan tranquilo como si estuviera descansando junto a la chimenea. Ningún humano normal tiene ese tipo de nervio.”

“Oh sí, ese tipo tiene agallas. Es como si no le importara su vida en absoluto. ¿Qué tipo de camino tomó para llegar a ser así?”

“Eso no lo sé. Su vida hasta ahora debe haber sido tumultuosa, por decir lo menos.”

“Aún más tumultuosa que la tuya, ¿eh? Y estabas dispuesto a matar al favorito del príncipe heredero y arriesgarte a ser exiliado solo por lealtad.”

Ni siquiera puedo imaginar qué clase de vida se necesita para llegar a ese nivel. Definitivamente es un tipo interesante, pero si Eleora no está dispuesta a renunciar a él, entonces es una amenaza. Una amenaza para toda la familia Doneiks. Aun así, asesinar a un diplomático meraldiano no sería bueno para Rolmund en general.

Hay un dicho que a mi viejo le gusta mucho. “Un conspirador superficial caerá en sus propias trampas”. Si quiero tratar con lord Veight, necesitaré una estrategia adecuada. Además, si podemos ganarlo en lugar de eliminarlo, tendremos una poderosa carta de triunfo de nuestro lado.

Podremos repartir la tierra de Meraldia a otras personas. Todos los nobles sin tierra e incluso algunos de los nobles terratenientes que están cansados ​​de administrar los confines más septentrionales del imperio aprovecharán la oportunidad de servir bajo de nosotros, ya que tendremos tierras de sobra. Además de eso, el mismo Veight es un tipo bastante capaz. Parece tranquilo, pero es fuerte y tiene coraje. Eventualmente, lo haré mío.

***

Actualmente enfrentaba mi mayor crisis desde que vine a Rolmund.

“Conde Honorario Veight Gerun Friedensrichter, ¿puedo sentarme a tu lado?”

“Mi nombre es Inunso. Soy la segunda hija del Barón Mikhaila. ¿Puedo llamarte simplemente maestro Veight?”

“He oído que eres un maestro no solo de la espada, sino de todas las cosas relacionadas con la guerra, maestro Veight. ¿Te importaría compartir algunas historias conmigo?”

Estaba rodeado por una docena de damas nobles. Honestamente, no podía entender por qué estaban tan interesadas ​​en un pueblerino como yo.

“Maestro Veight, ¿cómo terminó conociendo a la princesa Eleora?”

“Vamos, lady Kviche. Es una pregunta demasiado personal.”

“Supongo que sí, ufufu.”

Las damas juntaron sus cabezas y se rieron entre ellas.

Aunque eran nobles, actuaban como colegialas adolescentes. Claro que había un poco más de refinamiento en su forma de hablar, pero por lo demás, no eran diferentes. Después de reencarnar, la mayor parte de mi tiempo lo pasé con alguien que había vivido durante más de cien años, por lo que la juventud de estas mujeres me desconcertó.

También hizo que lidiar con ellas fuera algo incómodo. Quería ahuyentarlas, pero mi guardia de confianza, Kite, estaba siendo detenido por otra multitud de chicas nobles.

Parece que tiene seis de su lado. Buena suerte deteniéndolas, mi confiable vicecomandante. Tengo mis manos llenas aquí, así que no puedo ayudarte.

“Mis disculpas, pero todos estos duelos me han cansado.”

“Vaya, simplemente no podemos permitir eso. Permítame llamar al médico de mi familia.”

No necesito uno. Si realmente estuviera cansado, podría usar magia para borrar mi cansancio. Hombre, qué dolor. Mientras lamentaba mi destino, un joven noble se dirigió hacia mí. Una de las damas se acercó a saludarlo y él la agarró del brazo y le susurró algo al oído. Debido a lo ruidosa que era la gente a mi alrededor, no pude entender lo que dijo. Su cara se sonrojó y les hizo señas a las otras damas que estaban a mi alrededor.

“Mis disculpas, maestro Veight, pero debo despedirme. Espero poder verte otro día.”

“Sentimos molestarte mientras estás cansado. Te dejaremos para que te diviertas.”

¿Divertirme con qué? La mitad de las damas prácticamente huyeron mientras que la otra mitad se marchó a regañadientes. La única persona que quedaba en el jardín era el sonriente noble. ¿Qué tipo de magia había usado para deshacerse de todas ellas?

“Es un placer conocerte. Soy ser Lekomya Hinokentus Wikran, un caballero.”

Ese nombre me sonó. Oh, sí. Él es el otro tipo con el que se suponía que me enfrentaría hoy. Me había olvidado por completo gracias a la visita del príncipe Woroy.

“Mis disculpas por hacerte esperar, ser Lekomya. Prepararé los terrenos para el duelo de inmediato.”

“No, eso no será necesario. He completado mi objetivo de hoy.”

¿Qué objetivo?

“Todo lo que quería era una oportunidad para hablar a solas contigo.”

Le di una mirada escéptica y le ofrecí una silla. Se sentó e instantáneamente le hice la pregunta más importante en mi mente.

“¿Cómo lograste ahuyentar a todas esas damas nobles?”

“Fue simple. Les dije que eras un virulento homosexual.”

Oye, espera. No voy a dejar pasar esto por alto. Mientras pensaba en la mejor manera de eviscerar socialmente a Lekomya, él agitó su mano casualmente y dijo con una sonrisa, “No temas, la homosexualidad es una práctica común entre los nobles. Yo también soy uno.”

Parece que no puedo aniquilarlo socialmente. Así que será asesinarlo.

“Ah, pero mi interés en ti es puramente platónico, lord Veight. En todo caso, tu vicecomandante es mucho más de mi gusto.”

Kite, cuidado. Hay un depredador sexual detrás de ti. La sonrisa de Lekomya se ensanchó.

“Por favor, estaba bromeando.”

Espera, ¿cuánto de eso fue una broma? Será mejor que me lo digas o no escucharé nada de lo que tengas que decir. Sin embargo, Lekomya siguió hablando sin esperar una respuesta.

“Su Alteza Eleora desea fortalecer su facción, ¿correcto?”

Su facción, ¿eh? Dentro de Rolmund, las únicas personas que apoyaban a Eleora eran los investigadores de la universidad, los ingenieros militares y su familia en Rolmund Este. Me sentía mal diciendo esto, pero ninguno de ellos sería de mucha ayuda en una batalla política. Incluso los nobles de Rolmund Este eran todos nobles nuevos que solo habían obtenido sus puestos después de que terminó la guerra civil.

Rolmund Este había sido el último lugar en caer ante el ejército imperial, por lo que los nobles que gobernaban allí tenían los árboles genealógicos más cortos.

Eran considerados advenedizos por aquellos en el palacio y menospreciados por los duques de áreas más prestigiosas. Por otro lado, los nobles sin tierra los envidiaban, por lo que eran odiados en todas partes.

Lekomya se cruzó de brazos y suspiró. “Mientras pueda poner mis manos en tierra, no me importa de dónde venga. Rolmund Oeste, Norte o incluso Este está bien para mí.”

Decidí hacerle una pregunta inquisitiva.

“¿O tal vez, Rolmund Sur?”

La sonrisa franca de Lekomya regresó.

“Sí, incluso con eso bastaría. ¿Estarías dispuesto a otorgarme tierras, lord Veight?”

“Eso no es algo que pueda decidir solo con mi autoridad.”

Casualmente eludí la petición de Lekomya. Era un tipo bastante interesante. Sintiendo que había llegado a un callejón sin salida con esta línea de investigación, cambió de táctica.

“La mayoría de la gente piensa que yo, como la mayoría de los nobles sin tierra, soy parte de la facción de Su Alteza el Príncipe Ashley.”

“¿Pero en realidad?”

“Apoyamos a Su Alteza, pero hay muchos nobles que esperan recibir tierras de él. Simplemente servirle no me distinguirá lo suficiente como para que se me conceda tierra una vez que sea emperador.”

Rolmund tenía vastas extensiones de territorio, pero la mayor parte de la tierra no era apta para la agricultura. Incluso si intentaras desarrollarla enviando siervos allí, cualquier pueblo que establecieras allí se moriría de hambre en unos pocos años.

Y toda la tierra cultivable ya había sido distribuida a los nobles existentes. Es decir, la única forma en que los nobles sin tierra podían obtener algo era si un noble terrateniente existente fuera despojado de su posición, o su familia entera fuera eliminada. Sin embargo, eso no significa que puedas comenzar a mirar hacia Meraldia…

Lekomya agregó, “Su Alteza espera mejorar la tecnología agrícola de esta nación y abrir más tierras para la agricultura. Pero sus métodos consisten principalmente en prueba y error. No se sabe cuántos años pasarán antes de que tenga éxito.” Suspiró. “Podría intentarlo con lord Doneiks, pero la mayoría de sus partidarios son de Rolmund Norte. Un extraño como yo no será bienvenido allí.”

“Entonces, ¿has decidido ver cuán atractiva es tu tercera opción potencial?”

“Jaja, exactamente. La facción de los Doneiks tiene gente como el vizconde Schmevinsky, así que no es un lugar muy cómodo para estar de todos modos.”

Oh sí, el Conde de la Matanza. La sonrisa de Lekomya volvió de nuevo.

“Hay muchos dentro de la facción de los Doneiks que creen que los hombres altivos y crueles como él son los nobles ideales y los hombres entre los hombres. Nunca podría llevarme bien con esa gente.”

La vida humana no valía mucho en este mundo, pero eso era especialmente cierto aquí en Rolmund. Afortunadamente, parecía que Lekomya poseía cierta decencia humana básica.

El mayor peligro de atraerlo a nuestra facción era que podría ser un espía para la facción de Ashley. Sin embargo, el príncipe Ashley no me pareció una persona particularmente peligrosa, por lo que probablemente no había necesidad de ser tan cauteloso.

Después de sopesar mis opciones, decidí reclutarlo. Lekomya probablemente preferiría que fuera yo quien lo invitara en lugar de que él rogara por su inclusión.

“¿Te gustaría jurar lealtad a Su Alteza la Princesa Eleora, ser Lekomya? Si le sirves bien, puedes terminar siendo un señor meraldiano.”

“¿Estás seguro de que puedes confiar en alguien que acabas de conocer?”

“Su Alteza será quien decida tu confiabilidad.”

En verdad, sería yo quien haría eso, pero no había necesidad de decírselo. Lekomya sonrió e inclinó la cabeza.

“Me encantaría. Como prueba de mi lealtad, permítame compartir contigo una información.”

“Eso sería muy apreciado. Su Alteza es conocida por recompensar ampliamente a quienes la ayudan. Has venido al lugar correcto.”

Eleora no era demasiado buena para ganarse a la gente, pero aquellos que sí se ganaba, confiaban en ella completamente. Ella nunca abandonaba a un compañero y se aseguraba de recompensarlos por sus esfuerzos. Buenas cualidades para alguien que iba a ser emperatriz.

***

—El Plan de Lekomya—

Tengo un sueño. No es un sueño muy ambicioso. Solo quiero mi propia parcela de tierra. Eso es todo.

En este momento recibo un estipendio del palacio, pero no es suficiente para mantener a mis viejos padres ni a mis hermanos menores.

Tengo que pagar los gastos de mantenimiento de mi mansión y el salario de mis sirvientes también. En caso de guerra, también necesito mantener un suministro constante de caballos y armaduras. Además, necesito contratar a un mozo de cuadra y un lancero. También me gustaría una esposa refinada y hermosa, pero necesitas estatus y riqueza para atraer a las pretendientes.

Si se me permite ser codicioso, también me gustaría algunas obras de arte, para que pueda parecer un noble adinerado. Y, por supuesto, necesito hacer donaciones regulares a la iglesia, o el sol me castigará. Necesito más dinero.

Si pudiera conseguir un pueblo pequeño, podría poner a trabajar a un par de docenas de siervos y granjeros arrendatarios. Entonces todas sus ganancias me pertenecerían. Por supuesto, no podría utilizar sus ingresos tributarios únicamente para mis propios fines. Necesitaría gastar un poco en mejorar la industria del pueblo.

Pero ni el príncipe Ashley ni Su Majestad el Emperador Bahazoff me hacen caso. Hay docenas de otros nobles que tienen prioridad sobre mí cuando se trata de concesiones de tierras. A pesar de que podría sacarle el doble de ganancia a la tierra que esos tontos incompetentes. Todo lo que tengo que hacer es cultivar remolacha azucarera como lord Kastoniev y seré capaz de hacer una fortuna.

No tiene sentido cultivar solo trigo. El emperador ha estado hablando sobre cómo necesitamos más trigo en caso de que haya una hambruna, pero el trigo simplemente no se vende.

Cultivaré cultivos caros, haré una fortuna y luego usaré ese dinero para comprar mejores herramientas agrícolas y ganado. De esa manera, incluso los siervos de mi tierra serán felices. Incluso podría conseguir que hagan cerámica y cosas en su tiempo libre para vender por dinero extra. Y podría usar ese dinero extra para conseguir más alcohol. O hacerles casas nuevas.

Una buena gestión de la tierra consiste en hacer que tus siervos sean más eficientes, dándoles un mejor entorno de vida. Tengo muchos planes para administrar la tierra de manera eficiente. Así que, alguien, quien sea, por favor, denme un pedazo de tierra. Incluso haré un trato con el diablo si eso es lo que se necesita. Trabajaré en los campos del infierno si es necesario.

Hay rumores de que Meraldia ha jurado lealtad a Rolmund. Sobre el papel, siguen siendo independientes, pero parece que la realidad es que todos sus señores son lacayos de la princesa Eleora.

No tengo idea de si eso es cierto o no, pero al menos ese extraño noble extranjero, Veight, parece estar siguiéndola. Ese hombre posee mucha previsión y es bastante sabio. Además de eso, se ve adinerado.

De ninguna manera lo dejaré ir. En este momento, todo lo que puedo ofrecerle es mi lealtad y la escasa información que he reunido. Ah, y mi vida, supongo. Te estoy dando todo lo que tengo, así que por favor solo bendíceme con algo de tierra y tal vez un poco de gloria. En realidad no. Ni siquiera necesito eso. Solo dame una oportunidad. Una oportunidad. Haré algo con esa única oportunidad, ya verás.

***

Miré por la ventana mientras escribía otra carta para Airia. El sol de la tarde proyectaba una luz suave y cálida en la habitación. Muy al sur del paisaje debajo de mí, más allá de lo que podía ver, estaba Meraldia. Estaba empezando a sentir un poco de nostalgia. Espero que todos estén bien.

“¿Qué pasa, Veight? ¿Echas de menos nuestro antiguo pueblo en el bosque? ¿O extrañas Ryunheit?

Fahn se rio para sí misma y ​​yo sonreí vagamente.

“Ambos, creo. Quiero terminar esto rápido. Esperemos que podamos volver en primavera.”

El corto verano de Rolmund había terminado y se acercaba el otoño.

“Eleora ha estado obteniendo un montón de nuevos aliados últimamente. Pero ahora hay tanta gente a su alrededor que es difícil protegerla.”

“Sí, pero yo soy el que ha tenido que hacer el ridículo para conseguirle a esa princesa malhumorada todos estos aliados…”

Mi estilo de diplomacia a través de los duelos me había hecho ganar el cariño de muchos nobles en la capital y eso se había traducido en personas que venían a Eleora para unirse a su facción. Por supuesto, la mayoría de ellos solo venían a ella por interés propio.

Los nobles tenían el deber de mantener a su familia y criados. A su vez, esos criados trabajaban duro para hacer de su noble elegido emperador.

El pegamento que mantenía la relación entre los nobles y sus sirvientes juntos era la recompensa. Antes, Eleora no había estado en condiciones de recompensar a nadie y por eso tenía pocos seguidores. Pero ahora ella tenía la bala de plata conocida como yo. Todos querían la tierra de Meraldia, así que unas vagas promesas de mi parte eran suficientes para que se les hiciera la boca agua. De todos modos, mejor vuelvo a esta carta.

***

—Carta de Veight a Airia IV —

Querida Airia,

Como predijiste con tanta agudeza, me he involucrado en otros duelos. Pero no demasiados y nada que pudiera poner en peligro mi vida, así que no te preocupes. Es gracias a esos duelos que mi nombre se ha extendido por la corte imperial de Rolmund.

El otro día, me reuní con el sobrino del emperador, el príncipe Woroy. Es un individuo bastante interesante. Aunque es muy ambicioso, es divertido hablar con él.

Supongo que las personas nacidas en altas posiciones ven el mundo de una manera diferente. He aprendido mucho hablando con la gente de aquí. Tanto el príncipe Ashley como el príncipe Woroy eran diferentes de lo que esperaba.

Estoy empezando a pensar que Eleora podría haber sido demasiado cautelosa con los dos. Por supuesto, tiene buenas razones para ser cautelosa, pero no puedo entrar en detalles aquí.

Además, aún no he conocido a lord Doneiks, así que no debería sacar conclusiones precipitadas sobre todos los que compiten por el trono.

En este momento, todos los nobles de Rolmund tienen sus ojos en Meraldia. Quieren nuestra tierra cálida y fértil. Sin embargo, su deseo abrumador ha facilitado el reclutamiento de aliados. Nuestro progreso ha sido lento, pero constante. Así que espero que me perdones por continuar con los duelos. ¿Por favor? Por supuesto, de ahora en adelante planeo reducir mis duelos.

Es hora de que comience a negociar directamente con los nobles de mayor rango. Hay mucho por hacer para expandir la influencia de Eleora.

Oh sí, muchas gracias por el dinero que me enviaste. En Rolmund, me han otorgado el título de Conde Honorario y me ha costado mucho mantener las apariencias. Los Condes Honorarios no reciben un estipendio de la corte, y honestamente, creo que el título solo existe como una forma de extorsionar a los dignatarios extranjeros. Haré todo lo posible para recuperar todo el dinero que gasté aquí. Tengo muchas ganas de estar contigo para el próximo festival de la cosecha de Ryunheit.

En este momento estoy trabajando duro para asegurarme de que podamos tener uno pacífico el próximo año. Espera mi próximo informe.

Sinceramente, Veight.

***

Justo cuando terminé de escribir mi carta, llamaron a mi puerta y Eleora entró.

“¿Entonces aquí es donde estabas, lord Veight?”

“Oh, ¿es hora de cenar?”

No vendría hasta tu habitación solo para llamarte para cenar. En caso de que lo hayas olvidado, esta es mi mansión. De todos modos, he venido a decirte que voy a posponer mi regreso al Fuerte Novesk.”

Eso fue inesperado. Eleora había sido la que más quería regresar. Fahn y yo intercambiamos miradas.

“¿Qué pasó, Eleora?” preguntó Fahn.

Eleora se volvió hacia ella con un suspiro.

“Mi tío… lord Kastoniev va a venir aquí. Se estaba preocupando porque no había regresado, así que decidió venir a verme.”

Tu tío sí que es un preocupón. Sin embargo, esta era una buena oportunidad para preguntar algo que había estado en mi mente durante un tiempo.

“Personalmente, creo que lord Kastoniev es un aliado confiable, pero ¿tienes razones para creer lo contrario?”

Eleora se sentó y miró a lo lejos.

“Quiero creerle, pero no puedo hacerlo. ¿Recuerdas cómo te dije antes que mi nodriza intentó asesinarme?”

Sí, ¿no dijiste que la volviste a ver después de diez años e instantáneamente fue tras tu vida? Eleora se cubrió la cara con las manos y dijo con voz dolorida, “Nunca pude averiguar quién ordenó el asesinato, pero mi nodriza había estado al servicio de lord Kastoniev.”

Sí, definitivamente es una buena razón para sospechar.

“Lord Kastoniev había sido quien la había asignado como mi nodriza y cuando tuve la edad suficiente, la llamó de regreso a su castillo.”

Si tenías una buena razón para sospechar de él, debería habernos dicho antes. Abrí la boca para decir lo mismo, pero luego me detuve cuando vi la expresión angustiada de Eleora.