Tokyo Ravens (NL)

Volumen 14: La Llegada Del Emperador

Capitulo 5: Advenimiento, Trasciende

Parte 4

Entonces, Harutora también le contó a Natsume sobre el problema de su alma. El alma de Natsume y el alma de Kon Hishamaru eran `la misma cosa’. “¿Tienes idea de por qué?”

Preguntó Harutora, aferrándose a una pizca de esperanza, pero por supuesto Natsume no tenía ni idea. En realidad, ella todavía no entendía realmente lo que Harutora había dicho.

…¿Kon y yo?

Se había enterado de la verdadera identidad de Kon por Yasuzumi mientras vivía escondida. Se había sorprendido muchísimo cuando oyó hablar de ella por primera vez.

Después de todo, Hishamaru era un shikigami legendario. Era extremadamente difícil de creer que fuera Kon. Pero lo que es más importante, sobre su alma, no parecía realista en absoluto que tuviera “la misma alma que Natsume”, como había dicho Harutora.

No sentía que tuvieran nada en común, excepto quizás sus sentimientos por Harutora. Lo había sentido cuando escuchó hablar de Hishamaru a través de Yasuzumi. Los sentimientos de Hishamaru por su maestro, ocultos en las profundidades de su lealtad.

Pero ella no creía que eso fuera una pista.

Natsume agitó lentamente su cabeza, la sangre desapareció de su cara.

Entonces, dijo Harutora,

“Ya veo, oh bien.”

Decididamente asintió en su lugar.

“Si lo que voy a hacer ahora es lo correcto, entonces si hay alguna pista es Hishamaru quien la tiene.”

“¿Ahora mismo…?”

Preguntó Natsume, sin entender su significado. La expresión de Harutora se volvió grave y seria.

Y después de una intensa lucha, eligió sus últimas palabras: “Natsume”.

Habló con severidad.

“Ya no es el momento de ocultar nada. Así que lo diré claramente. No tuve éxito en despertarte, así que ordené a Hokuto que conectase tu alma con tu cuerpo. Pero eso ya está llegando a su límite. Tu alma ya no puede quedarse en este mundo.”

Honestamente, ella ya se había preparado inconscientemente en ese entonces.

Pero en el momento en que Harutora se enfrentó a ella y se lo dijo abiertamente, Natsume sintió un impacto que nunca antes había experimentado. Tal vez morir sería mejor.

Ya lo había pensado antes. Pero poder volver a ver a Harutora de esta manera y que Harutora le dijera sobre su inevitable muerte estaba muy lejos de la imaginación de Natsume.

Fue una suerte que no se descompusiera por completo. Su mente se quedó en blanco. Pero,

“Pero, no me rendiré contigo.”

Harutora continuó hablando. Esa frase calentó el corazón de Natsume.

“Ahora mismo, voy a deshacer el nudo y te enviaré de ida y vuelta. Definitivamente tendrá éxito. No importa lo que pase. Así que…. confía en mí”.

Harutora no explicó concretamente lo que iba a hacer. Tal vez fue porque no había tiempo, pero se dio cuenta de que era `mejor’ si ya no sabía nada más. Qué imprudente. Quería confianza, pero era mejor que ella no supiera demasiado. Y había dicho palabras tan chocantes con cara seria. Le pareció muy extraño. Era grosero, loco e ignorante de sus sentimientos. “De acuerdo”.

Contestó Natsume.

Entonces, como si de repente pensara en lo que había pasado antes, extendió una mano al lado izquierdo de la cara de Harutora.

Ahora mismo, el lado izquierdo de la cara de Harutora estaba cubierto con un intrincado parche ocular. Una vez hubo un patrón mágico en forma de pentagrama aquí.

La marca que atrajo a Harutora al mundo de la magia.

Los grilletes que Natsume le había dado a Harutora, eso empezó todo. Mientras tocaba sus rastros,

“Confío en ti, Harutora-kun. Pero…. si puedes… no me olvides… ¿de acuerdo?”

Su voz tembló inconscientemente. Harutora, hazlo lo mejor que puedas. Ella hizo todo lo posible para sonreírle.

“Un shikigami que miente tiene que ser castigado, lo sabes.”

Harutora le devolvió la sonrisa como si estuviese intentando no llorar, y agarró con fuerza la mano extendida de Natsume.

Entonces,

“¡H-Harutora-kun! Um, ¡H-Hishamaru-sama esta…!”

Gritó Akino, aparentemente incapaz de contenerse. Vieron que el cuerpo de Hishamaru, que había sido colocado en la esquina de la plataforma de piedra por Akino, ya estaba experimentando un retraso como si estuviera a punto de desaparecer.

“…Ugh.”

Hishamaru abrió un poco los ojos, gimiendo de dolor. Ella miró a su alrededor.

“…Harutora-sama…” De repente.

Natsume sintió la sensación de que ‘ella’ estaba siendo arrastrada a alguna parte. Empezó a entrar en pánico. En el momento en que Hishamaru llamó el nombre de Harutora, sintió que su conexión con Hishamaru se hacía más fuerte.

Harutora mostró una sombría experssión que nunca antes había visto. “¡Akino, ven!”

Mientras decía eso, se quitó el Ala del Cuervo justo ahí. Inmediatamente fue rodeado por plumas negras dispersas mientras el abrigo negro se convertía en un cuervo de tres patas en un yatagarasu.

“¡Espérame! ¡Hishamaru!” Diciendo eso, volvió a agarrar los hombros de Natsume.

“Estoy empezando.”

“….Sí.”

Después de asentir con la cabeza a Natsume, Harutora se detuvo y retrocedió. Entonces, llamó a su shikigami. “¡Full Moon! ¡Ala del Cuervo!”

Habiéndose ya instruido durante su viaje aquí, Akino inmediatamente se movió detrás de la izquierda de Natsume y el yatagarasu saltó detrás de la derecha de Natsume. Harutora, Akino, y el yatagarasu formaron un triángulo alrededor de Natsume.

“……Los Yaoyorozu no Kami están presentes! …….Están presentes en todo el espacio tiempo!”

Mirando el vasto cielo nocturno que tenía sobre él, Harutora habló en voz baja como para confirmar algo de nuevo.

Entonces, finalmente,

“Hokuto, después de dar la señal…. Deja Natsume.”

Ordenó el otro shikigami. El dragón que conecta el alma de Natsume. El viento sopló en la azotea de la Academia Onmyou.

Una ligera presencia de primavera se escondía en el viento nocturno. Harutora proclamó solemnemente.

“Ahora, comenzamos el Ritual Taizan Fukun.” Natsume retrocedió sorprendida.

Magia para controlar las almas. Aunque ella ya lo había previsto, el Ritual Taizan Fukun definitivamente tuvo una mala impresión.

Basándose en el conocimiento que había aprendido sobre el Ritual Taizan Fukun de Yasuzumi, en cierto modo sabía que el Ritual Taizan Fukun no era el tipo de magia que Natsume creía que era. Pero el Ritual Taizan Fukun que Natsume conocía nunca había resultado en nada bueno, junto con toda otra magia manipuladora del alma.

…No…!

La única vez fue la reencarnación de Harutora. Reencarnándolo de nuevo al lado de Natsume.

El Ritual Taizan Fukun había resucitado al desafortunado genio Onmyouji, que había nacido antes de la guerra, en un amigo de la infancia relajado, alegre y extremadamente dulce.

“¡Está bien, Natsume! ¡Un dios me lo dijo!”

Akino, con una expresión extremadamente seria, la animó. “¿Un dios?” Preguntó Natsume. Akino asintió vigorosamente para confirmarlo. El yatagarasu graznó al otro lado. Entonces, Harutora comenzó a cantar un conjuro delante de ella. Era un hechizo más simple que cuando había mirado a Suzuka antes. Pero era más largo, más meticuloso y más poderoso.

La magia de Harutora, creada por Yakou.

La luz rodeó a Natsume. La luz conectada al cielo distante. De repente, su conciencia se alejó flotando. Su conciencia se tornó confusa.

“¡Natsume!” gritó Harutora.

Mientras estaba envuelta por la cortina de luz, ya no podía ver la figura de Harutora. Natsume miró desesperadamente hacia delante, reteniendo sus sentimientos por su amigo de la infancia, y sonrió.

“No importa cuántas veces tome, no importa cuánto tiempo, definitivamente nos encontraremos de nuevo. Porque soy tu… ¡soy tu shikigami!”

Entonces…

***

El alma de Natsume abandonó su cuerpo y voló a una tierra diferente, completando su reencarnación.

***

Esta niña no tenía nombre.

Una odiada niña, una don nadie. Fue despreciada y condenada al ostracismo. Ella siempre supo que era un ser así, incluso sin que nadie se lo explicara.

Ella no fue cuidada o amada, ella simplemente “existía” aquí día tras día. Ella creía sin duda alguna que esto se repetiría hasta que muriera. Esa era su “vida”.

Pero, no, ese no fue el caso.

Su vida estaba llena de olas, parecidas a las de otros nacidos en la misma época.

Así que este fue el comienzo. Un chico de espíritu vivaz. Se había despojado de su familia, había entrado en un almacén, había abierto una pesada puerta y había llamado a la muchacha.

“¿Eres mi shikigami? Ya veo. Eres rara.”

Un rayo de luz que brilla en la profunda y oscura noche.

El verdadero sentido de su “vida” comenzó cuando fue iluminada por la luz de aquella noche El chico parecía sorprendido, acercándose a la chica confundida.

“De acuerdo”. Con una palabra, la agarró de la mano y la sacó. Fuera del almacén.

Un mundo que ella no conocía.

Cruzaron el porche, llegando a su borde. Desde el borde llegaron al patio.

Un patio iluminado por el sol. No podía creer que hubiera algo tan hermoso en este mundo.

Miró fijamente, conmocionada al mundo que de repente se abrió.

El viento sopló sobre esa chica. “Oye, no tienes nombre, ¿verdad?”

La niña asintió con la cabeza, las orejas de un zorro temblaban. Su cola se movió hacia la izquierda y hacia la derecha, aparentemente queriendo esconderse.

El niño soltó la mano de la niña, cruzando los brazos y mirándola. Le miró fijamente las orejas y la cola, luego puso una mano sobre su frente y se quejó.

La vergüenza apareció en la cara de la chica.

Pero el chico no se dio cuenta de los sentimientos de la chica. “¡Oh!” Asintió. Entonces,

“Eres un espíritu viviente de zorro, así que tu nombre será Kon. Está escrito ‘混’. A partir de hoy, tú eres Tsuchimikado Kon”.

Kon, su propio nombre.

Fue demasiado repentino, así que no pudo procesar nada. Entonces, el niño de repente puso una expresión confusa y bajó la cabeza para mirarla.

“… ¿No estás feliz? Los zorros se vuelven ‘kon kon’, así que pensé que encajaba…. ¿Quizás un nombre más bonito sería mejor?”

Parecía que el niño finalmente se había dado cuenta de su grosería y se había puesto nervioso y perturbado.

¿Ella lo odiaría? Para el niño ansiosamente ansioso, Ella agitó la cabeza varias veces.

No era buena hablando, porque casi nunca había hablado con nadie. Aun así, hizo todo lo que pudo para hablar.

“Gracias”.

Una tranquila palabra de agradecimiento. El humor del chico mejoró inmediatamente.

“¡No hay problema! Soy Yakou. Yakou, la luz de la noche. Vamos a llevarnos bien, Kon.” El niño dio su nombre, con una cara sonriente y satisfecha.

La sonrisa como el sol la hacía sentir cálida. Eso es lo que la niña pensó mientras miraba la sonrisa del niño, cautivada.

El milagro de cierto día de verano.

En un rincón del patio de una residencia, girasoles  salvajes floreciendo observaban brillantemente a los dos jóvenes.

-FIN DEL VOLUMEN 14-