Tokyo Ravens (NL)

Volumen 14: La Llegada Del Emperador

Capitulo 4: Lucha

Parte 4

 

 

Mientras el shikigami defensivo había estado luchando, Harutora había rociado con sal la herramienta mágica escondida por sus pies una roca envuelta en hojas de bambú.

“¡Por el verde de estas hojas de bambú, por el marchitamiento de estas hojas de bambú, que el verde muera! ¡Y por la sequía de esta sal, marchita! Y por el peso de estas rocas,¡húndete!”





El arte secreto que Ohtomo había usado contra Ashiya Doman antes, la ‘Maldición de la Jaula de Bambú de Ocho Vías’.

La magia de Harutora guió las líneas mágicas de energía y el flujo espiritual del altar reparado para convertirse en una prisión que enjauló a Miyachi. Miyachi estaba encerrado en la jaula junto con la llama que le rodeaba, y dentro había poderosas maldiciones, varias maldiciones que Harutora trajo a través del flujo espiritual usando su magia.

El interior de la jaula se convirtió instantáneamente en un crisol de maldiciones y llamas. “¿Qué?”

Sorprendido, Miyachi convirtió su llama en un escudo. La llama del Demonio de Fuego quemaba constantemente la masa de maldiciones que se habían recogido de todo Tokio.

Miyachi no podía moverse en ese estrecho espacio, y quemar solo las maldiciones le agotaba.

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“¡Miyachi!”

Gritó Kurahashi, apretando los puños.

Pero Kurahashi no pudo hacer nada.

Ni siquiera Kurahashi con todo su poder pudo destruir la jaula formada por las líneas mágicas de energía y el flujo espiritual.

Con las líneas de poder espiritual y el flujo del espíritu cortado, el altar del Ritual Tenchuuu Chifu también detuvo su trabajo. Sus planes se habían detenido.

Sólo quedaba una cosa que podía hacer, remover la roca bajo los pies de Harutora del hechizo. Por supuesto, Harutora no le dejaría hacer eso.

…¡Bien!

Harutora se había dado cuenta antes de la batalla que el Demonio de Fuego, llamado el más fuerte de los Doce Generales Divinos, sería un obstáculo.

No es posible que no hubiera venido con contramedidas para el Onmyouji que se había enfrentado solo a Ashiya Doman.

Esta fue la contramedida que Harutora había preparado para sacar al Demonio de Fuego del tablero.

¡Kakugyouki!

“Sí.”

En el momento en que Harutora gritó, Kakugyouki volvió al campo de batalla desde donde le habían disparado.

Ignorando al atrapado Miyachi, caminó hacia el inclinado camino del altar.

El simple hecho de acercarse a este aura demoníaca hizo que Kurahashi se sintiera increíblemente presionado.

Kurahashi mantuvo la guardia alta, su expresión sombría, pero la iniciativa ya era de Harutora. Hasta que se le ocurrió algo que podía hacer, solo podía combatir el aura demoníaca de Kakugyouki.

Harutora no podía darle una oportunidad a Kurahashi. “¡Hishamaru!”

“¡Sí!”

Hishamaru cayó grácilmente del aire y saltó sobre el camino del altar. Kakugyouki atacó a

Hakuma y Kuroun con un aura demoníaca, deteniéndoles temporalmente e impidiéndoles que persiguiesen a Hishamaru.

…Ahora….

Kumomaru no estaba aquí ahora mismo. Yashamaru no podía moverse debido al altar, y Takiko estaba indefensa dentro del altar. Mientras Hishamaru atravesara Kurahashi, la victoria de Harutora estaba esencialmente garantizada.

…¡Podrían hacerlo!

Al menos Harutora pensó.

Un corte que podía cortar todo lo que pasaba por Hishamaru y cortar el camino del altar en dos.

Gritó Hishamaru, sorprendida por la presión espiritual de la barra. Kurahashi casi fue enviado volando también. Las mangas de su sokutai ondeaban en el furioso viento.

“… ¿¡Qué!?” gritó Harutora.

Esta temible habilidad con la espada no era peor que la de Kogure. Pero esto no era Kogure. Un Divino General que llevaba una gran espada apareció en el campo de batalla con una siniestra sonrisa.

“¡Kagami!” Gruñó Harutora.

Kagami miró fijamente a Harutora. “…Yo.”

Una sonrisa insufriblemente arrogante apareció en su cara.

Apresuradamente recuperando el equilibrio, Hishamaru apareció ante Zuishin-mon, mirando incrédula a Kagami.

…¿Era realmente Kagami?

Uno de los Doce Generales Divinos. Exorcista de la Independencia, el “devorador de ogros” Kagami Reiji. Alguien que había estado involucrado con todo Harutora, Hishamaru, y Kakugyouki.

En particular, para Hishamaru era el enemigo jurado que se había robado el ojo izquierdo de su señor.

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Pero el hombre que tenían ante ellos era completamente diferente de los Kagami del pasado. Su apariencia exterior no había cambiado. Pero internamente, la naturaleza del aura dentro de su cuerpo había cambiado dramáticamente. La espuma del aura chaotica dentro de su cuerpo no parecía algo que un humano debería tener. Era como magma hirviendo.

Para ser honesto, era extraño que aún estuviera vivo.

Se sentía como si lo estuviera reprimiendo a la fuerza. Quizás era incluso menos estable que la condición de Hishamaru.

Aún así, era capaz de usar una fuerza tan poderosa, era una fuerza que se sentía comparable a la de Miyachi.

¿¡Su limitador había sido removido!? Eso era lo que sentía.

“¡Hishamaru!”

Gritó Kakugyouki. Hishamaru recobró el sentido común e instantáneamente saltó delante de su camarada. Kagami no lo persiguió.

Estaba presumiendo, como si no tuviera resistencia. Su condición parecía extremadamente pobre.

Pero Hishamaru se puso la piel de gallina al enfrentarse a él. El actual Kagami tenía alguna condición anormal y desprendía una sensación extremadamente peligrosa.

Por otro lado, “Kagami… Tú…”

Kurahashi también se quedó en silencio ante la transformación de Kagami. Kagami suspiró mientras miraba despreciativamente a Kurahashi.

“No está mal, jefe. Fue mejor de lo que pensaba. Esos tipos que han sido atrapados hasta ahora definitivamente se sorprenderán”.

“… El sello se ha roto, pero esa apariencia…” Kagami se rió del estupefacto Kurahashi.

“Honestamente pensé que iba a morir. Ni siquiera podía usar Paso Lejano, así que terminé llegando tarde a la fiesta…”

Kagami giró su cuerpo mientras hablaba, mirando a los protegidos Hishamaru y Kakugyouki en medio del camino del altar. Además de Hishamaru y Kakugyouki, miró fijamente a Harutora a la distancia de Yushima Seidou.

Kagami se rió alocadamente. “Bien, soy yo, hago lo que quiero.” Diciendo eso, miró a Kurahashi.

Kurahashi ya había llamado a sus dos shikigami defensivos. Los leones gigantes eran tan altos como los hombros de Kurahashi. Sólo por estar allí, evocaron el miedo instintivo, pero Kagami era el equipo con más presión.

Pero Kagami rápidamente se giró hacia Harutora y lanzó una katana. “…Bueno, esto es raro, así que tú eres el primero.”

Gruesa aura flotaba alrededor de Kagami. Su cuerpo se inclinó un poco hacia delante, Kagami enseñó sus dientes y miró fijamente a Hishamaru y a los demás. “¡Bastardo!” La rosa de pelo de Hishamaru.

Pero,

“Está bien.”

Kakugyouki caminó hacia delante sin dudarlo.

Liberó su aura demoníaca de poder total sin retener ni un ápice. Cada uno de sus pasos aplastó el suelo de la carretera del santuario y la vasta energía mágica azotó un viento rugiente. Hishamaru inconscientemente se protegió de las ondas de choque.

“¡Hah!”

Kagami se rió, apuñalando a Higekiri entre sus pies y rugiendo. El poder espiritual surgió.

Fue prácticamente increíble. Verdaderamente, era una fuerza comparable a la de Miyachi. Kagami refinó su energía mágica y la vertió en Higekiri. Higekiri emitió una luz plateada y formó una enorme espada, cortando el aura demoníaca porosa.

La cascada de aura demoníaca de Kakugyouki fue completamente limpiada. Hishamaru se quedó en silencio. Kakugyouki chasqueó su lengua.


“Nuestra compatibilidad sigue siendo tan mala. Eso es lo que pasa cuando algo obtiene una afinidad espiritual”.

Kakugyouki enseñó los dientes, moviendo ligeramente su brazo. Ya veo, la espada de ese tipo….

La espada de Kagami Higekiri era de la era Heian, la hoja usada por el samurai Watanabe no Tsuna. El nombre Higekiri proviene de la leyenda de que lo había usado para luchar contra un oni. La leyenda dice que Higekiri le cortó el brazo izquierdo a ese oni.

Ese oni se llamaba Ibaraki-doji. Ese era uno de los nombres que Kakugyouki había usado en el pasado.

“Siento lo de antes, pero pasará mucho tiempo antes de que las cosas mejoren.” Kagami se rió mientras preparaba a Higekiri.

“Pero este tipo está en excelentes condiciones ahora mismo. Bueno, parece que está fuera de control. ¿Por qué no te peleas conmigo?”

Kagami levantó a Higekiri mientras decía eso. Kakugyouki gruñó. “¿Kakugyouki?”

Kagami refinó su poderosa energía mágica, la vertió en la espada, y la tiró.

Cuando el aura demoníaca de Kakugyouki se hinchó, el Higekiri lanzado bailó en el aire y un joven que sostenía la empuñadura de Higekiri se materializó.

Este hombre de pelo desordenado y ondulado y con una expresión alegre y arrogante era el barco de Higekiri, Shaver, el shikigami de Kagami.

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“¡Yaaaaah!”

Shaver se balanceó hacia Higekiri mientras emitía un extraño grito. Kakugyouki esquivó un instante antes de ser cortado, pero la explosiva presión de la espada produjo un retardo por todo su cuerpo. Hishamaru se protegió apresuradamente mientras la presión de la espada la empujaba hacia atrás.

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“¡Recuerda esto!”

Gritó Shaver. Sus ojos brillantes estaban llenos de intención asesina y se fijaron en su objetivo Kakugyouki sin apartarse.

“¡Incluso te has metido conmigo antes! ¡Muere! ¡Te mataré, Ibaraki-doji!”

Corrió hacia delante, riendo a carcajadas y se encorvó tanto que casi se arrastró sobre cuatro extremidades. Movió rápidamente su gran katana. El cuerpo gigante de Kakugyouki saltó agitadamente. Evitó la veloz espada mientras suprimía a Shaver usando un aura demoníaca y buscando una oportunidad para golpear.

Las barras cortan continuamente el cielo nocturno mientras la energía mágica de la espada y el aura demoníaca del oni se desatan.

El aura demoníaca se convirtió en una blancura que explotó con una patada de casa redonda. Un agudo rezago se extendió sobre el cuerpo de Shaver, pero el shikigami apuñaló alegremente con su espada, para impacientarse por esperar a recuperarse del rezago. Kakugyouki volvió a chasquear su lengua y desvió la espada usando la armadura de su brazo.

Con las diferencias de estatura, la batalla entre Kakugyouki y Shaver fue como la lucha entre un toro y un matador.

La lucha fue pareja, pero Kakugyouki, conocido por su poder, estaba evitando un choque frontal. La mala afinidad parecía ser cierta.


…¡No es bueno!

Hishamaru formó un sello de mano, planeando cubrirle. Pero,

“¡Hishamaru!”

Justo cuando Harutora gritó desde detrás de ella, la magia del Reino de Fuego de Kagami atacó. El Reino del Fuego es mágico sin pronunciar un conjuro y esencialmente sin ninguna preparación. Pero esta magia del Reino del Fuego contenía energía mágica que se acercaba a la de Miiyachi. La expresión de Hishamaru cambió cuando apenas se levantó. Se dio cuenta de su error sólo después de saltar.

“Tú y yo aún no hemos terminado. Déjame vengarme de ti por lo de antes”.

Kagami controló el fuego, haciéndolo saltar sobre Hishamaru en el aire. Se trataba de una variada magia ‘al azar’, controlada sin un sello de mano o un mantra y aparentemente a punto de colapsar en cualquier momento. Pero debido a que fue al azar, fue rápida y pudo reaccionar ágilmente. Incapaz de evitarlo, Hishamaru instantáneamente puso una barrera en el aire. La llama envolvió tanto al espíritu del zorro como a la barrera, ardiendo con fiereza.

Asaltada por olas de calor, el rezago se extendió por todo el cuerpo de Hishamaru. En primer

lugar, su aura estaba en un estado inestable. Aunque se sentía preocupada y ansiosa, no podía atravesar la magia del Reino de Fuego.

“¡El agua conquista el fuego, orden!”

Los varios amuletos de elementos de agua que sobrevolaban debilitaron el poder del Reino de Fuego antes de que la barrera se quemara. Era Harutora.

La mágica corriente de agua se convirtió instantáneamente en vapor. Hishamaru escapó del Reino del Fuego a través del vapor mientras se dispersaba por todas partes, descendiendo a un edificio que aún no se había derrumbado.

Aunque inmediatamente se preparó para otro ataque, no llegó. Kagami suspiró mientras miraba a Harutora al otro lado de la carretera del altar.

El poder espiritual que había obtenido al liberar el sello era la fuerza original de Kagami. Pero era extremadamente inestable. Aunque era muy poderoso, la inestabilidad de este poder lo hizo sentir como si pudiera fallar.

Su control del poder no era perfecto, o mejor dicho, este aura había sido bastante extraña desde el principio. Kagami tenía actualmente una herida que prácticamente destruyó su cuerpo espiritual. No estaba en ningún estado para luchar en una batalla mágica.

Pero,

…¿¡Está haciendo esto con ese cuerpo…!? 

Kagami estaba haciendo todo lo posible para usar su poder espiritual y luchar en esta batalla mágica con su cuerpo espiritual en un estado cercano a la muerte.

Lo logró gracias a la fuerza de voluntad.

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Pero de lo que tenían que estar más alertas era de su obsesión. Su poderosa obsesión por la victoria, por derrotar al enemigo.

La obsesión de Kagami era su pilar de fuerza, sosteniendo su aura y su espíritu de lucha. Kagami inhaló profundamente, estabilizando con fuerza el aura dentro de su cuerpo. “¿¡Qué pasa, zorra!? ¡Ven hacia mí!”

Formando de nuevo un sello de mano, desató la magia del Reino del Fuego apuntando a Hishamaru en el tejado. Hishamaru saltó con cuidado para evitar el ataque, y se dirigió a la calle de los gritos mientras pateaba las paredes exteriores de los edificios en llamas.

A su lado estaba la pelea entre Kakugyouki y Shaver. Kakugyouki ya había luchado contra Miiyachi, por lo que estaba bastante cansado. Harutora no podía moverse porque estaba sellando a Miyachi. Kurahashi continuó al mando de Hakuma y Kuroun mientras observaba la situación. En esta situación, atacaba Harutora para salvar a Miyachi cada vez que se le presentaba la oportunidad.

En otras palabras, Hishamaru tuvo que atacar a Kagami para romper con la situación actual. Ella y Kagami estaban en condiciones que distaban mucho de ser perfectas. Kagami estaba en este campo de batalla gracias a su dedicación a la victoria, el pilar que apoyaba su voluntad de luchar.

Pero al igual que Kagami, Hishamaru no tenía planes de echarse atrás.

…Para mi amo.

Hishamaru preparó su cuerpo, su pelo hasta la cintura flotando en el aire como si no estuviese afectado por la gravedad.

Aura llenó su cuerpo, serenamente cubriéndola mientras miraba a Kagami. Su belleza seductora se escabulló cuando sus ojos se volvieron redondos. Parecía un zorro salvaje que estaba a punto de atacar.

Desintimidado, Kagami sonrió y se mojó los labios con anticipación, golpeando su palma con su puño. Al ver la determinación de Hishamaru, Harutora gritó “¡Hishamaru, detente!”. Pero Hishamaru conscientemente sacó de su mente la voz de su señor.

Ya estaba muy claro que el tiempo era precioso. No es necesario decir que la propia Hishamaru también sabía que necesitaba tratar con el enemigo a cualquier precio para su propio cuerpo.

“…Ven.”

Dijo Kagami. El cuerpo de Hishamaru estaba salpicado por una seductora y bella hoguera azul.

Pero Hishamaru, que estaba completamente absorta en la batalla anterior, no se dio cuenta de que las orejas de su cabeza se movían.

Aunque había dos shikigami luchando cerca. Todos y cada uno de los edificios cercanos estaban ardiendo y emitiendo humo negro. Harutora detrás de ella estaba recitando la “Maldición de la Jaula de Bambú de Ocho Vías”, y la llama de Miyachi seguía ardiendo ferozmente dentro de ella.

Pero ese sonido llegó a los oídos de Hishamaru cuando incluso había desechado la voz de su señor.

El sonido de un motor y el escape de una carretera en la distancia.

Entonces, ella lo oyó. “…Harutora-kun!”

Cuando escuchó esa voz, una explosión de varias emociones brotó del corazón de Harutora. Conmoción, felicidad, anhelo, amor, todo muy poderoso. Se convirtieron en una fuerza motriz que hizo vacilar a Harutora.

Pero la emoción más fuerte que lo asaltó fue el miedo.

Se había preparado para limpiar la escena antes de que ‘ella’ llegara, y en el peor de los casos, si no podía llegar a tiempo, se retiraría inmediatamente. Como en Ogikubo. Definitivamente no pudo conocerla. Pero ahora mismo eso era imposible. Kagami ya estaba en estado de batalla, y Kakugyouki no estaba en condiciones de vigilar su retaguardia. Era incapaz de hacer nada con’ella’.

Lo más importante es que el ritual de Tenchuuu Chifu se celebraba en las cercanías. El Ritual Tenchuuu Chifu que fue el más alto entre los Rituales Tenzan Fukun. El ritual ya estaba afectando la naturaleza espiritual de los alrededores. También estaba empezando a afectar lentamente a las almas cercanas.

Recordó el día de verano de hace dos años.

Cuando terminó esa larga noche, el amanecer en la azotea del edificio de la academia había sido recibido por una evocación silenciosa.

Desde entonces, Harutora había vagado por el océano de la magia para deshacer el nudo que había encontrado entonces. Para pensar en una forma de resucitar ese nudo a su estado anterior. Para que ese hilo quede entero e intacto.

Pero…

***

 

 

Ella lo vio.

En ese momento, Natsume gritó el nombre de Harutora.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que apareció el altar en la ciudad? Hama corrió por la carretera asfaltada. Natsume se puso en pie en el asiento del pasajero, señalando y mirando la escena que tenía ante ella.

Ella no tenía ni idea de cuál era exactamente la situación, pero Harutora y los demás habían atacado el Santuario Kanda desde el sur, y la gente había venido a detenerlo. Luego, Hama había conducido por el lado derecho de la carretera Hongo, en dirección a una parte visible de Yushima Seidou, una azotea con tejas en lo profundo de los árboles.

Y en esa azotea de tejas, ella vio una figura. Una figura vestida de negro.

“¡Primer sello, libera!”

Natsume soltó su sello y un aura draconómica se entretejió alrededor de su cuerpo. Entonces,

“¡Segundo sello, libera!”

“¡Shikigami, levántate! ¡Orden!”

“¡Hakuou! ¡Kokfuu!”

Touji, que había liberado su sello de la segunda fase y se había convertido en un espíritu vivo, saltó del asiento trasero al techo abierto. Al mismo tiempo, Suzuka también se subió a un shikigami volador para ponerse en posición y Kyouko convocó a su shikigami defensivo Yaksha tipo G2 a la derecha y a la izquierda de Hama.

“¿¡Eh!? ¿Es esa la cosa que Ohtomo-sensei usó contra Doman?”

“¡El Demonio de Fuego es el que está siendo sellado! ¿Y dónde está ese Bakatora…?”

“¡Los otros están todos en el camino del santuario! En ese caso, Natsume, ve a Harutora. ¡Suzuka y yo iremos al camino del santuario! ¡Tenma y Kyouko, quédense en el auto!”

“¡Eso depende de la situación!”

“¡Estoy de acuerdo con Tenma!”

“¡Entonces mantén a Hakuou y a Kokfuuu detrás para defenderte! Hama, ten cuidado tú también, ¡no te estrelles!”

Gritaron fuerte mientras corrían hacia sus propios campos de batalla. Sus corazones latían mientras la adrenalina llenaba sus cuerpos. Ahora que estaban aquí, sentían un alto grado de tensión y nerviosismo que les hacía sentir ganas de vomitar. Pero no hubo tiempo para prestar atención a esas cosas cuando Hama llegó a la parte delantera del altar.

El chirrido de los frenos se elevó.

Natsume y Touji saltaron del coche y Suzuka voló hacia el cielo en un shikigami. Shikigami Hakuou y Kokfuu protegieron a Hama a la izquierda y a la derecha, preparando su katana y su lanza.

Todos se miraron unos a otros momentáneamente.

Touji se dirigió al camino del altar, observando el campo de batalla como si estuviese en guerra. Su mirada se movió hacia arriba y hacia un lado. “¿¡Kagami!?” Los ojos de Touji se abrieron de par en par. Kagami también se fijó en él y sonrió.

“¡Oh, Touji! Eres tan lento, espíritu viviente.”

Gritó con desdén. Touji no le dijo nada al transfigurado Kagami.

Suzuka tampoco tenía palabras que decir desde el cielo. Delante de sus ojos había una batalla mágica en proceso, pero ¡qué increíble batalla de alto nivel! Entendía las cosas hasta cierto punto al contemplar el camino del santuario.

La ingeniosa magia que sella a Miyachi, y el poder del aura demoníaca que desprende el oni manco. Aún así, lo que más le robó la atención fue la transformación de Kagami y Shaver.

Desde un punto de vista espiritual, él era una persona completamente diferente de antes. “¿Podría ser….” Suzuka se murmuró inconscientemente. “El sello…”

Kyouko también saltó del asiento trasero cuando Hama se detuvo por completo. El camino del altar ardiendo en llamas ante ella la hizo callar, y después de que las palabras de Touji la hicieron notar a Kagami y a la persona que estaba detrás de él, el nerviosismo y el miedo hicieron que su cuerpo se endureciese.

El hombre que llevaba sokutai ordenó a dos leones que reconoció. “¡Otou-sama!” gritó. “¿Kyouko?” Dijo Kurahashi con expresión adusta.

Tenma no miró al campo de batalla, sino a la espalda de Natsume. Luego, miró a su querido amigo Harutora y sonrió con naturalidad. Pero después de notar la compleja expresión en la cara de Harutora, su sonrisa desapareció lentamente. “¿Harutora-kun?” Su pregunta estaba mezclada con ansiedad.

Y en cuanto a Natsume

Natsume estaba de pie en el camino del altar, mirando el Salón de Adoración de Yushima

Seidou. Desde el techo del Salón del culto, Harutora miró hacia el camino y hacia Natsume.

Finalmente.

Finalmente, ella lo había encontrado.

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Originalmente había tenido muchas otras emociones, pero en el momento en que se encontró con los ojos de Harutora, solo ese simple pensamiento permaneció en el corazón de Natsume.

Harutora llevaba el Abrigo del Cuervo y un parche en el ojo izquierdo. Parecía un poco más alto, y su pelo era más largo que antes.

Había cambiado, pero no había cambiado. Seguía siendo Harutora delante de ella. La amiga de la infancia que siempre había estado buscando.

Ha sido genial. Ella pensó.

Pero Harutora estaba gritando algo. No podía oír con claridad. Parecía que intentaba desesperadamente decirle algo, pero por alguna razón no le llegaba a los oídos.

Entonces, sintió esa mirada. Una mirada la señaló directamente desde detrás de su espalda.

Natsume lentamente giró su cabeza. Harutora estaba gritando algo como si intentase detenerla pero eso no impidió que Natsume girase la cabeza.

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Entonces…

La dueña de esa mirada estaba a sus espaldas, girando su cuerpo como para mirarla. Varias miradas se cruzaron momentáneamente.

Al final.

Las miradas de Natsume y Hishamaru se superponían lentamente. Correcto ‘Ella’ inexplicablemente pensó…

Su alma comenzó a resonar.

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