Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 11

Capitulo 4: El Periódico del 12 de Agosto

Parte 2

Después de murmurar a sí mismo por un tiempo.

“Entiendo… te ayudaré. Perderé… una parte de mi fortuna entonces”.

“… Puedo garantizar tu seguridad personal. Un carruaje llegará en 30 minutos, por favor ten la preparación para partir para entonces”.

“¡E-espera! ¿¡Carruaje!? ¡Eso es imposible!”

“¿Por qué?”

Miró hacia la ventana a regañadientes.

“Los soldados no solo están aquí para protegerme… sino también para evitar que escape”.

“Es verdad.”

“¿Tienes otra idea? Algún tipo de plan de respaldo, ¿cierto? ¡Una estrategia de algún tipo!”

“No te preocupes, hice arreglos”.

Sin embargo, Beclard aún se cubría la cara con ambas manos. “Ahhh… ¡No está bien después de todo!”

“Hah…”

¿Qué era ahora?

“Tengo una nieta… viviendo en otra casa. No puedo abandonarla y huir por mi cuenta…”

“Investigamos ese lado también. No lo mencionaste antes, me preguntaba si te preocupabas por ella en absoluto”.

“No quiero que ese niña esté implicada”.

“… Bueno, en ese caso, en lugar de riqueza, debes aumentar el número de camaradas en los que puedes confiar”.

“Ughhh… También hay soldados que sellan esa casa. ¿De verdad tienes un plan?

Regis suspiró.

“Parece que tengo que contar contigo”.

Dijo mirando hacia el lado donde Bastian se levantó del sofá. “¡Déjamelo a mí! ¿Cuántos soldados hay?”

“De acuerdo con los sirvientes que frecuentan allí, hay alrededor de diez soldados acorazados pesados vigilando en esa casa”.

“Dame unos 10 minutos para hacerlo”

“Perdón por tener que correr ese riesgo”.

“¿Me estás tomando el pelo? Ni siquiera voy a romper en sudor por solo 10 de ellos”.

“Por favor ten cuidado de todos modos”.

“Entiendo los peligros, no te preocupes. No volveré a bajar la guardia nunca más”.

Para sacar a la nieta de Beclard, Bastian confirmó dónde estaba esa casa desde las ventanas del pasillo, y luego caminó con calma.

Beclard regresó a su sala de estudio.

Regis lo siguió desde entonces. De todos modos, no tenía sentido quedarse en la sala de estar.

Metió los documentos de su bóveda en una bolsa de viaje, mientras que el mayordomo lo ayudó en silencio desde un costado.

“Maldita sea… maldita sea… ¿¡Por qué tengo que…!?”

“… Título de propiedades eh. Si corres, el Príncipe Latreille congelará tus activos ¿no?”

“¡Están ocultos bajo diferentes nombres! El dinero encerrado en las bóvedas no tiene valor, no genera interés. El dinero debe fluir para traer beneficios”.

“Estoy de acuerdo con tu evaluación”. Regis recogió un contrato que cayó al piso.

“Esto es… ¿un préstamo para un comerciante?”

“Para aumentar la riqueza, la mejor manera es prestarla. ¡El dinero que le presté a los comerciantes equivale a más que la fortuna del Emperador!”

“¿A pesar de que este dinero se obtuvo a través de sobornos?”

“Mucha gente comenzó a hacer negocios con este dinero o expandió su tienda. ¿¡No es esto una obra de caridad!?”

“En lugar de Jefe Chambelán, tal vez seas más apto para ser el Ministro de Finanzas”.

“No seas tonta. ¿Qué hay de bueno en aumentar la riqueza del país? ¡Prefiero aumentar mi propia riqueza! ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Pon ese paquete en otra bolsa!”

“… ¿Eh?”

“¿Dijiste que detendrás al Imperio de dirigirse a un camino de guerra? ¡Alguien capaz de eso no puede ser solo una periodista!”

“O-Ohh…”

Él estaba inesperadamente tranquilo (Regis). Cuando Beclard estaba involucrado con cosas relacionadas con el dinero, estaba lleno de vida.

“¡No importa cuáles sean las circunstancias, el dinero es lo más importante!”

“… Hah”.

“¡No hay dinero bonito ni sucio! ¡Te prometo compartir todo lo que podamos salvar! ¡Así que hazlo rápido! ¡¡El carruaje llevará esto con nosotros!!”

“Hmm… Bueno, el Príncipe Latreille usará lo que sea que dejemos aquí de todos modos”.

Una bolsa llena de dinero no valía mucho para una gran organización, pero una bolsa llena de títulos de propiedad sería una cuestión diferente.

Tal vez podrían recibir ayuda de los comerciantes que mejoraron su sustento con sus préstamos–

***

“¡¡Fuera de mi camino–!!”

“¡¡Uwah!!”

Los soldados gritaron.

Bastian dijo su nombre, pero ninguno de los guardias lo escuchó. Porque ya los había golpeado a todos.

Él ya había decidido a no contenerse e incluso matar si necesitaba proteger a alguien, pero evitaría hacerlo, si no fuera necesario.

Dio una patada para abrir la puerta cerrada y entró a la casa.

“Hmm, ¿dónde está ella? Maldita sea, ya olvidé su nombre… Hey, uhm ¿nieta? ¿Responde si me oyes…?”

Caminó por el pasillo hasta que escuchó el canto detrás de una puerta.

Llamó primero, pero después de esperar una respuesta que no llegó, derribó la puerta.

“¿¡Hey, eres la nieta!?”

Una mujer de unos 20 años de edad estaba dentro de la habitación apoyada contra la ventana de la reja y cantando con una voz aguda.

Ella era una belleza, a pesar de que su nariz se parecía un poco a la de Beclard. Sin embargo…

Ella sonrió al ver a Bastian.

“Ara, Papá, ¿me estás buscando?”

— Hey hey.

“Erm… ¿Eres la nieta de Beclard?”

“¿El abuelo está aquí también?”

“Nos vamos de inmediato, empaca tus cosas. No regresaremos de nuevo, así que llévalos completamente”.

“¡Ajá! ¿Vamos a salir? ¡Okay–!”

Ella solo tenía un oso de peluche en sus manos–

Una gran cantidad de ciudadanos se reunieron fuera de la mansión mientras tanto.

“¡Hey, explícame esta noticia!”

“¡Trae al marqués aquí afuera!”

“Está escondido en la mansión ¿¡verdad!? ¡Váyanse de aquí ahora!”

Los periódicos en sus manos eran similares al que Regis le mostró a Beclard, con el testimonio de que Latreille asesinó al emperador.

Cuando vieron el informe, los soldados perdieron su agresión.

Todavía no permitieron que los ciudadanos ingresaran a los terrenos, pero dudaron sobre usar la fuerza para dispersar a la multitud enojada.

Podrían enfatizar con los ciudadanos enojados, ya que también esperaban que alguien aclarara las circunstancias. Este pensamiento permaneció en el aire.

Después de todo, le juraron lealtad al Príncipe Latreille, y ahora el Jefe Chambelán testificó que el Príncipe asesinó al Emperador. Era un asunto grave.

Un soldado gritó:

“¡El marqués no ha salido de la mansión! ¡Ningún periodista ha pasado esta entrada! ¡Retrocedan ahora! ¡Esto debe ser un malentendido!”

“¿¡Entonces dónde están las sirvientas desaparecidas!?”

“¿¡Es mentira el incidente con el médico de la 6 ° esposa!?”

“¡Ni idea! ¡Ve a preguntar al Ministerio Ceremonial y a la prensa sobre eso!”

“¡Si ese es el caso, entonces Beclard es imperdonable!”

“¡Eso es correcto!”

“¡Arrójalo de esa mansión!”

No mostraron miedo incluso con las puntas de lanzas apuntando hacia ellos. Parecían estar realmente enfurecidos.

No sorprendía que los soldados se hubieran intimidado por la masa de personas enfurecidas.

En este momento, un carruaje se precipitó a la escena.

“¡Abran el camino! ¡Este es el Primer Ejército Imperial! ¡No se mostrará misericordia a nadie que bloquee nuestro camino!”

No era un carruaje militar, pero aun así rugían mientras perseguían a la gente que se cruzaba en su camino y se acercaban a la puerta.

Los soldados se recuperaron y persiguieron a los ciudadanos reunidos con sus lanzas.

El carruaje se detuvo justo en frente de la puerta. El conductor se asomó.

“¡Órdenes de arriba, debemos llevar al Marqués Beclard al palacio de Le Branne!”

“¿¡Son las órdenes del Mariscal de Campo!?”

“¡No, es el jefe estratega!”

El conductor ofreció un pergamino después de decir eso.

El comandante de los guardias tomó el pergamino. Las órdenes escritas ni siquiera tenían un sello de cera, pero sí la firma de Germaine.

A juzgar por la situación actual, los ciudadanos indignados podrían entrar pululando. ¿Entonces el estratega jefe quería tomar la iniciativa? Al menos esa era la interpretación del comandante.

“¡Cierto! ¡Abre la puerta! ¡Ten cuidado de no dejar que nadie más se meta!”  La puerta se abrió, y el carruaje se movió rápidamente dentro del área vallada. Como si acabara de recordar algo, un soldado preguntó:

“¿Por qué no es un carruaje militar?”

“Eso es…”

“¿Por qué usar un carruaje normal?”

“Esto fue organizado por el jefe estratega, no sé por qué tampoco”.

“… ¿Es así?”

El carruaje atravesó la puerta y se dirigió a lo largo del camino que conducía a la entrada.

***

Como el Príncipe Bastian también estaba en el carruaje que se dirigía hacia el palacio, los soldados no los interrogaron.

Los ciudadanos que pululaban por la mansión también desempeñaron un papel importante, ya que al dejarlos ya se habían llevado todo lo que tenían.

Dentro del carruaje–

La nieta de Beclard cantaba alegremente, lo que sería bueno y todo si no fuera el momento equivocado para hacerlo.

Ella se sentaría en cuclillas cuando viera flores, y desaparecería si dejabas de mirarla por un momento. Gracias a ella, Bastian parecía exhausto.

*(Otra media retrasada xd)

“Hah… Llevarla al carruaje fue más agotador que luchar contra los soldados…”

Beclard mantuvo la cabeza baja y, además, llevaba una capucha negra para evitar que la gente de afuera viera su rostro.

“¿Q-qué hay con esta conmoción? ¿Ya se ha publicado ese periódico?”

“Los que están aquí reunidos son amigos de cierta señora”.

Bastian golpeó el asiento del carruaje como si estuviera tratando de ahogar las palabras de Regis.

“¡Pero realmente ahora! ¡Los soldados en realidad le concedieron el pasaje al carruaje!”

“De hecho… ¿Por qué los soldados dejaron pasar el carruaje?” Beclard estaba igualmente confundido.

Regis quería rascarse la cabeza, pero eso arruinaría su peluca, por lo que colocó su mano sobre su rodilla.

“… Erm… porque hice una orden por escrito de ‘Traer al Marqués Beclard al palacio por orden de Lord Germaine’.”

“¿Puedes dejar de bromear? Dejando a un lado a la milicia de los barrios lejanos, ¿por qué un oficial del Primer Ejército Imperial sería engañado por tal orden?”

“Jaja… Este es el mal hábito del Primer Ejército… las órdenes del Mariscal de Campo Latreille siempre se sellan con cera y se manejan con cuidado. Sin embargo, Lord Germaine emitía muchas órdenes en su nombre también. También hubo un incidente donde movilizó unidades por su propia discreción”.

“¿Oh?”

“Latreille confía en su subordinado y le permite hacerlo, pero las órdenes de Lord Germaine eran inesperadamente informales. Incluso llegó al punto de que sería aceptado si la firma parecía ser genuina”.

Beclard inclinó su cabeza.

“¿Qué está pasando? ¿Has falsificado una orden por escrito? Eso no es…”

“No es una estrategia increíble ¿verdad? Simplemente guardé una copia de las órdenes que recibí de Lord Germaine, e imité su firma. Incluso sabía qué bolígrafo usaba. Si recibo ayuda de amigos en la prensa, hacer esto es fácil”.

“¿¡En serio…!?”

Beclard se sorprendió mientras Bastian se reía. Regis se encogió de hombros.

“Casi me matan… Tomar algunos recuerdos a cambio no es demasiado”. Beclard finalmente lo miró seriamente por primera vez.

“¿Q-quién eres… tú…?”

“Jaja… Aunque estoy vestido así, en realidad soy Regis d’Auric. No estoy con mi unidad ahora, pero soy el estratega de la Princesa Argentina”.

“¿¡El estratega de la Cuarta Princesa!?”

“Bueno, la única facción que podría resistirse al Príncipe Latreille sería ella”.

“Hmmm…”

“Ah, y por supuesto, este carruaje no se dirigirá al palacio… ¿¡Eh!?”

Cuando estaban a punto de abandonar los terrenos de la mansión, el carruaje disminuyó la velocidad de repente.

El conductor abrió una pequeña ventana y dijo:

“¡Jefe! ¡Hay tropas!”

“¿¡Qué!?”

Regis asomó la cabeza por la ventanilla del carruaje y miró hacia adelante. Y también lo hizo Bastian.

Beclard mantuvo a su nieta cerca, pero ella no reaccionó a la situación en absoluto, todavía cantando canciones en este momento inoportuno.

Los caballeros se formaron frente a ellos, como si estuvieran inundando los caminos. Había alrededor de 300 caballeros con su estándar elevado.

“… No que son los Caballeros Liebre Blanca… Wah, Lord Batteran está aquí también”.

Regis murmuró.

Bastian echó la cabeza hacia atrás y se cruzó de brazos.

“Esto es malo. No soy optimista acerca de luchar contra una cantidad tan grande de caballeros”.

“Hmm… Se movieron más rápido de lo que esperaba. Deben haber planeado con anticipación cualquier incidente inesperado”.

“¿¡Qué debemos hacer!?”

“… Bueno, probablemente no esperarán que el Marqués esté en este carruaje”.

“Pero ella es realmente prominente ¿verdad?”

Bastian señaló a la nieta. Aunque el ejército se acercaba, todavía cantaba alegremente por la ventana.

Regis le habló con una voz tan suave como pudo: “Erm… Hey, ¿conoces una historia como esta?”

“¿Hmm? ¿¡Qué pasa, mamá!?”

“¿¡Mamá!? Ah, no… es… una historia sobre tres hermanos oso”.

“¡Wah, señor oso!”

Una mujer adulta gritando como un niño se sintió realmente extraño.

No sabía las circunstancias detrás de esto… Pero Regis contó su historia con suavidad, como si narrara un cuento de hadas para un niño.

La nieta de Beclard escuchó con ojos brillantes.

El carruaje pasó junto al ejército, mientras el sonido de la armadura tintineaba reverberando dentro del carruaje. Algunos caballeros también estaban mirando el carruaje.

Bastian llevaba sus gafas de sol, Regis vestía de mujer y le contaba un cuento de hadas a la nieta con pasión y Beclard llevaba la capucha baja, fingiendo estar dormido.

Había algunas bolsas en el techo del carruaje haciendo ruidos chirriantes. Los Caballeros Liebre Blanca–

Se dirigían a la mansión de Beclard justo a través de la multitud de asedio, persiguiéndolos sin atacar.

— Pasamos a través eh.

Regis exhaló profundamente. La nieta inclinó la cabeza.

Bastian se quitó las gafas de sol también.

“Phew ~… Podemos volver a la prensa así ¿verdad?”

“Sí, tal como lo planeamos, Sir Claude entrevistará al Marqués para su testimonio, y publicaremos un nuevo informe. Uno que no está hecho… Aun así, este informe será un ataque impresionante”.

“¡Esto no es solo un golpe, sino un ataque total!”

“Necesito hacerle saber que esta no es una era en la que pueda ocultar la verdad simplemente con su autoridad”.

“¡Oh!”

Beclard todavía llevaba puesta su capucha, pero desde abajo podía oírse un llanto silencioso. ¿Fue alivio por escapar de este peligro vivo, o llorar por perder su estatus y la mayor parte de su riqueza?

Regis murmuró:

“… Comienza ahora, finalmente tengo las piezas necesarias para atacar”.

“¿Qué pasa con la historia del señor oso?”

Fue forzado a continuar su historia.