Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 11

Capitulo 1: El Contrato con los Mercenarios

Parte 1

Cuando Latreille ordenó el asesinato y la tienda fue incendiada…

Un lugar a una colina de distancia. Ya casi amanecía, pero las colinas todavía estaban oscuras.

Regis caminó dentro del bosque.

Y por supuesto, sus pies y cabeza estaban unidos a su torso muy bien. “Hah… Hah… Qué agotador…”

“¡Tan rápido! ¡Todavía no hemos caminado ni 30 minutos! ¿¡Y te llamas un soldado!?

Caminando a su derecha estaba Franziska. Ella tenía una ballesta corta en su mano.

Fanrine a su izquierda la fulminó con la mirada. Naturalmente, ella no era un cadáver mutilado, y no tenía heridas en absoluto en su piel.

“¡Qué grosera! Sir Regis participó en una intensa batalla en el día, es natural que esté cansado”.

“¡Hah! ¿No es normal luchar en el día y huir por la noche? Como dije, las damas aristocráticas son realmente…”

“Ara ara, pensé que este era un famoso cuerpo de mercenarios, pero huir por la noche es normal, ¿eh?”

“¡Como esperaba, debería simplemente matarte! Hermana mayor, ¿¡está bien!?”

La mujer caminando delante de ellos… Jessica dijo en voz baja sin siquiera dar marcha atrás:

“… En este momento, necesitamos la ayuda de Sir Auric. Esto es por el bien de salvar al hermano mayor”.

Regis podría ser muy pasivo sobre esto, pero no estaba trabajando con ellos solo para salvaguardar su propia vida, pero por el bien de Fanrine también. Él insistió en negarse a ayudarlos si Fanrine sufría daños.

Franziska hizo un puchero.

“¡Pero esta mujer es realmente irritante!”

“… No me repetiré”.

“Ugh”.

Franziska cerró su boca después de escuchar la fría respuesta de Jessica. Regis se encogió de hombros.

“Incluso si estoy aquí, no sé si puedes lograr tus objetivos”.

“… Lo lograré”.

“¿Estás realmente segura, eh?”

“… No creo que quieras ser asesinado por mercenarios que no lograron sus objetivos. Si Sir Auric nos ayuda, definitivamente tendremos éxito”.

“¿No estás sobreestimándome?”

“… Esta es la mejor manera… Las estrellas me lo dicen”.

Ella murmuró mientras miraba hacia el cielo.

Regis asintió como si estuviera impresionado. “Ya veo.”

“¿Estrellas?” Fanrine inclinó la cabeza.

Eso podría ser así, pero lo extraño fue que no encontraron ningún centinela. Deberían poder abandonar el campamento así como así.

Regis miró a su alrededor.

Caminando frente a ellos estaba Jessica, además de él estaban Franziska y Fanrine. Seis hombres del grupo de mercenarios vigilaban el exterior, avanzando cautelosamente.

Franziska dijo engreídamente:

“Hermana mayor es increíble, ¿verdad? Todos la llaman mago”.

“Los centinelas se han ido, ¿qué clase de hechizo es ese?”

En respuesta a la pregunta de Regis, Jessica respondió. “… Soborno”.

“Qué magia tan realista”.

“… Es efectivo”.

“¿Es así? Si tomaran el dinero y luego capturaran al grupo que escapa, obtendrían el doble de la recompensa. ¿No funcionaría mejor?”

“… Envié exploradores, y sabría si algo pareciera estar mal”.

A pesar de que usó una estratagema, no tenía demasiada confianza. Puede ser lo básico de lo básico, pero su disposición fue cuidadosa y adecuada.

Como se esperaba del estratega de Renard Pendu.

Después de eso… Agregó.

“… Esas cosas deberían comprarnos algo de tiempo”.

“¿Te refieres a los cadáveres decapitados?”

Regis suspiró de nuevo.

Ese era el cuerpo de un guardia, que se disfrazó como Regis. Como su estatura era demasiado diferente, Franziska mutiló el cadáver horriblemente. Jessica fue quien ideó este plan.

Si Regis tuviera una elección, se habría opuesto…

Pero ahora, por su propio bien, y también para proteger a la mujer a su lado, al final no se opuso.

Si se resistía demasiado, los mercenarios probablemente matarían a Regis. Incluso un cadáver podría ser utilizado en la negociación. Hubo muchos ejemplos de rehenes muertos que se usaron en negociaciones exitosas.

Fanrine dijo con tristeza:

“Aun así… ¿era realmente necesario… hacer cosas tan inmorales?”

¿No había otra manera? Regis tampoco lo sabía.

Tal vez nadie visitará la tienda hasta la mañana. Incluso si se fue por su cuenta, la misión de recapturar a Grebauvar ya estaba hecha, así que no habría demasiados problemas.

Sin embargo, después de que Regis diseccionara su propia situación objetivamente, se dio cuenta de que la posibilidad de que fuera asesinado era muy alta.

Fanrine también lo pensó.

Jessica estaba absolutamente segura de que “no hay razón para dejarte regresar vivo”. Por eso ella usó el cadáver como un doble del cuerpo.

“… Si se puede retrasar el envío de la unidad de búsqueda, aumentará las posibilidades de que escapemos”.

“Es bastante difícil caminar con esto”.

Regis tomó prestado el uniforme del Primer Ejército Imperial. Era demasiado grande, aproximadamente dos tallas más grande.

Fanrine tenía varios vestidos, y ahora llevaba uno más.

El doble del cuerpo quedaría expuesto al investigarlo un poco. Después de todo, incluso el género era diferente.

Regis preguntó de repente: “¿Cuántos exploradores enviaste?”

“… Dos”.

“Ya veo.”

En ese caso, existía la posibilidad de que los descubrieran… pensó Regis.

Un pequeño grupo de exploradores puede detectar unidades grandes, pero es posible que no encuentren un pequeño grupo de centinelas. Si el centinela era mejor que los exploradores, podría dejar pasar al explorador y esperar al grupo principal.

Durante un tiempo como este, debían dejar que cuatro personas caminaran delante de ellos, justo al alcance del oído.

***

Poco después, la predicción de Regis se hizo realidad.

“¡Hey, detente!”

La persona que emergió desde la sombra bajo el bosque era un soldado imperial.

Él era solo una infantería ligera, pero tenía el uniforme del Primer Ejército Imperial. Había cuatro de ellos.

Tres de ellos estaban de pie al frente, el de atrás no tenía espada, sino un silbato. Parecían bien entrenados.

La persona en frente desenvainó su espada. “¡Premio mayor!”

Otro de ellos dijo.

Parece que dejaron pasar a los exploradores y mataron al grupo detrás. El soldado preguntó intimidante:

“¿¡Desde su ropa, son mercenarios!? ¿¡Quienes son ustedes!? ¿Cómo vienen desde el interior de la base? ¿¡Y a dónde van!?”

“… Debería preguntarles, no son soldados hospedados aquí ¿verdad?” Jessica respondió con calma, como de costumbre. Agallas impresionantes. Aunque los mercenarios a su alrededor e incluso Franziska parecían tensos. Y por supuesto, Regis estaba nervioso también.

Miró hacia la izquierda, y Fanrine estaba sonriendo por alguna razón.

— ¿¡Eh!?

“¿N-no tienes miedo?”

Cuando escuchó los susurros de Regis, ella respondió con confianza: “Por supuesto que no. Sir Regis está aquí después de todo”.

“Eh–”

Ahora que ella lo mencionó, era hora de que él asumiera el papel de negociador. Regis levantó una mano.

“Erm, lo siento, ¿puedes esperar?”

El soldado con la espada miró hacia el personaje sospechoso.

“Hah, entonces eres un soldado regular. ¿A dónde vas con tus extraños compañeros en ese momento? Indica tu unidad”.

“Bueno… soy del Cuarto Ejército Imperial. Estoy destinado al Primer Ejército Imperial en este momento…”

La expresión del soldado se torció amenazante.

“¡No digas tonterías! ¿Por qué pediríamos prestado tropas a nuestro adversario político, la Cuarta Princesa? ¡Y el Cuarto Ejército no es más que un abigarrado grupo de soldados y granjeros derrotados!”

Eso fue realmente malo.

“Ara, pero el Mariscal de Campo me lo pidió”.

“¿Mariscal de campo…? ¿Eh, el Mariscal de Campo? ¡Qué insolente!” La otra parte se agitó aún más. Qué dolor… Regis se rascó la cabeza. Fanrine dio un paso adelante.

“¿Insolente dices…? ¿De qué unidad eres?”

“¿¡Qué mujer!?”

“Soy la Oficial de Asuntos Generales Fanrine Veronica de Tiraso Laverde. El Ministerio de Asuntos Militares me envió”.

“¿¡Qué!?”

La sangre se escurrió de la cara del soldado.

Como el sistema de comando para el Ministerio de Asuntos Militares y el Ejército estaba separado, no era correcto decir que el Oficial de Asuntos Generales estaba en una posición más alta.

Pero el Ministerio de Asuntos Militares estaba a cargo de las promociones y bonificaciones, los soldados no querrían dejarles una mala impresión.

Instigado por ella, Regis sacó un pergamino desde la bolsa en su hombro. Fueron las órdenes escritas de Latreille.

“Realmente no quiero mostrar esto a otros pero…” Su corazón se sintió pesado cuando pensó en esto.

Los soldados miraron con los ojos bien abiertos al pergamino.

“¿Eh… Auric…? I-Imposible… ¿Ese, famoso…? El que guió esta guerra a la victoria, el inigualable… ¿Estratega…?

“Solo soy un estratega asistente”.

“E-entonces, ¿de verdad eres…?”

“Sí, aunque solo tengo esto conmigo”. Regis se encogió de hombros.

Fanrine entrecerró los ojos.

“¿Me estás diciendo que no le crees? Qué desagradable. Si nos traes de regreso al campamento base debido a tu ignorancia, y se demuestra que su identidad es cierta, ¿cómo vas a responsabilizarte por esto? Un simple soldado que interrumpe el movimiento de un oficial de estado mayor, ¿crees que puedes escapar de este escondite gratis?

“Ugh…”

“Otro asunto es si no tuviéramos documentos de identificación con nosotros, pero

¿ya has visto la carta de asignamiento firmada por el Mariscal de Campo y aún dudas de nosotros? Yo debería cuestionar tu lealtad”.

“No, somos soldados ligeros de la infantería número 36…” Los soldados comenzaron a entrar en pánico.

Jessica preguntó una vez más:

“… ¿Qué están haciendo todos ustedes en un lugar como este?”

En esta era, los hombres en el Imperio de Belgaria tenían una posición más alta que las mujeres, por lo que era raro ver a una mujer hablando en un tono elevado.

Los soldados parecían desconcertados y tenían una expresión de disgusto.

Sin embargo, serían castigados si el hombre ante ellos era realmente Regis.