Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 15

Capítulo 6: Regreso al Estrato Inferior

Parte 2

“Aah, así que aquí es donde te has estado escondiendo.”

“¿Dónde está el atún? No se lo han comido, ¿verdad?”

Mukuro y Yoroi llegaron a la forja justo cuando estábamos dando los últimos toques a la katana.

“Aww, en serio, ¿Lord Ban ya ha terminado de forjar su katana? Pero se ve tan genial y serio cuando está trabajando en la forja…”

Semery también estaba con ellos.

“¿Qué, estabas haciendo una katana para el niño?”

“No, esto es para mí.”

La vampiresa que la pidió se llevó la espada recién terminada al pecho.

Mirando con “Visión Miasma”, vi un aura negra que se arrastraba alrededor del cuerpo de la vampiresa, como si la acariciara, lo cual era un poco extrañamente sexual.

“La he apodado ‘Hoja de la Niebla Negra’. Úsala con cuidado.”

“¡Sí, Lord Ban!”

La vampiresa le dio las gracias a Ban y se alejó para cubrir la empuñadura.

“Aww de verdadddd…” Semery la vio irse, refunfuñando de celos.

“¿Realmente sacaste algo de ver la herrería de Ban?”

“No me gusta tu tono.”

El señor de los vampiros frunció el ceño ante Yoroi.

“No puedo usar la Magia de Sangre, por supuesto, pero me enseñó mucho sobre la herrería.”

He aprendido mucho, ya que hasta ahora he estado inventando muchas cosas en base a lo que recuerdo haber visto en mangas.

Aunque intenté tocarlo un poco cuando Ban usó Magia de Sangre, no fui capaz de adquirir la habilidad. Según él, era una especie de fusión entre Magia Oscura y Magia de Agua, entre otras.

“Estoy deseando ponerlo todo en práctica cuando vuelva a la superficie.”

“En efecto. Ven a visitarme cuando tengas una espada terminada para mostrarme.”

Cuando mejore un poco en su fabricación, quizá pueda crear una espada ninja para Tama.

“Olvida esa basura. Es hora del sashimi de atún y del sushi.”

Mukuro nos empujó fuera de la fragua, y acabé convirtiéndome en el chef oficial de sushi en un espacio para banquetes recién montado en la terraza.

Era demasiado para hacerlo por mi cuenta, así que los chefs del Castillo de la Noche Eterna me ayudaron.

“Uho-ho-ho, este ootoro se derrite en mi boca.”

“Aah, esto es la perfección. Has hecho un wasabi condenadamente bueno.”

“El sashimi de platija y dorada también está delicioso.”

“Kuro, sin wasabi en el mío, por favor.”

Volví a sonreír a Yoroi, Mukuro y Ban mientras se relamían de placer, y serví la petición de Yuika Número 3.

Pero mientras que los reencarnados dieron una cálida recepción a la fiesta…

“Aunque sea la preferencia de Lord Ban, preferiría no participar de esas cosas…”

“No sé nada de esto.”

“……”

… Las vampiras le dieron al sushi y al sashimi un amplio margen.

“¿Comer pescado crudo como los animales? Eso es demasiado repugnante para mí.”

“¿Semery?”

“¿Estás diciendo que Lord Ban es un animal?”

“… Prepárate para comerte esas palabras.”

En cuanto Semery pronunció una crítica al señor de los vampiros, todas las demás vampiras se volvieron contra ella y la arrastraron fuera de la terraza con múltiples Látigos de Sangre.

Supongo que la usaban como excusa para alejarse del fuerte olor a pescado y arroz avinagrado.

Shirahime, en particular, se aferraba a un pañuelo en la cara todo el tiempo.

“¿Esto es ternera hervida con salsa de soja?”

“Casi, pero es ballena, no ternera.”

“Oh, ballena, ¿verdad? Qué nostalgia…”

Cuando respondí a la pregunta de Mukuro mientras trabajaba en el rollo de atún sin wasabi para Yuika Número 3, de repente se congeló a mitad de la frase.

“… ¿Has dicho ballena?”

“Sí. Tengo toneladas, si quieres un poco.”

Llevamos un rato comiendo como locos, pero aún no nos hemos acercado a terminar la primera ballena.

Supongo que es de esperar con una ballena gigantesca de mil metros de largo.

“¿Qué quieres decir con ‘sí’?” Mukuro imitó mi tono. “Por ballena no te refieres al pez monstruo gigante Tobkezerra, ¿verdad?”

“Ese mismo. ¿Por qué? ¿No te gusta la carne de monstruo?”

“Mukuro, ¿realmente sigues sorprendido? ¿O has olvidado que este es el loco bastardo que casualmente se cargó a Cabeza de Perro?”

“Bien, bien…”

Esa fue una reacción un tanto grosera.

“Claro, dame un poco de carne de ballena. Te deberé un favor por ello, ¿sí? Si alguna vez tienes problemas con los dioses, ven a verme.”

“Ciertamente lo haré, gracias.”

Me pareció un gran trato para ofrecer una parte de mi casi interminable suministro de carne de ballena.

El señor de los vampiros me dio algunos materiales raros del Castillo de la Noche Eterna, como perlas de sangre y piedras de sangre, Yoroi me ofreció una de las estatuas de machos de su base, y Yuika accedió a poner una barrera como la del castillo alrededor de mi casa de vacaciones del laberinto y las termas.

Odio decirlo, pero realmente no necesitaba lo que Yoroi quería darme.

“Por cierto, ¿no hay makizushi envuelto?”

“Puedo hacer maki de pepino, pero eso es todo.”

“¿Y tekkamaki?”

“Sólo quiero makizushi normal.”

Por “regular”, Yuika Número 3 se refería evidentemente al futomaki, un makizushi enrollado grueso, con calabaza seca (kanpyou).

“Lo siento, pero no tengo tofu liofilizado ni calabaza seca.”

“Hay tofu liofilizado en el castillo de Ban.”

¿Oh?

Había adquirido un poco de tofu normal en la antigua capital, pero no pude averiguar cómo hacer la versión liofilizada, el koya tofu.

El equipo del Castillo de la Noche Eterna que me ayudaba a cocinar accedió a enseñarme la receta; decidí hacerla de inmediato una vez que volviera a la superficie y darle un poco a Arisa.

“Además…”

Justo en ese momento, el señor de los vampiros dejó caer de repente una enorme revelación sobre mí como una bomba.

“Encontramos calabazas para hacer kanpyou cuando buscábamos tomates.” ¿Qué?

Usé “Warp” para acercarme a Ban y preguntarle dónde lo había encontrado.

Muy educadamente, por supuesto.

“¡¿Dónde lo has encontrado?! ¡Escúpelo!”

“¡Kuro, retrocede, quieres! ¡No tengo ningún interés en un romance entre hombres!”

Parecía reacio a compartir su información; quizá le había costado encontrarla.

Sin embargo, parece de mala educación apartar la cara de alguien cuando sólo te está haciendo una pregunta amablemente.

“Espera. No tengo un mapa, pero debería ser bastante sencillo de encontrar.”

“¿Y dónde está?”

Si pudiera acotar un poco la ubicación para mí, debería ser capaz de localizarla utilizando mi función de búsqueda en el mapa.

¡Por fin podré volver a comer el makizushi que tantas veces almorcé!

“Conoces el gran río del este del Reino de Shiga, ¿verdad?”

“Por supuesto.”

Dudo que alguien en el Reino de Shiga no conozca el río que corre junto a la antigua capital.

“Primero, debes viajar río arriba hasta la fuente.”

Incluso más al norte que la ciudad de Gururian, ¿eh?

“Si cruzas las montañas más allá de allí y te diriges al norte-noroeste…”

Espera, ¿noroeste…?

“Encontrarás el gran pueblo del bosque donde habitan los gigantes del bosque. Crece libremente en sus dominios.”

Espera… ¡esa es la Aldea de los Árboles de la Montaña!

¿Quién iba a pensar que podría encontrar calabazas kanpyou en el pueblo de los gigantes, donde ya había viajado antes?

“Sin embargo, esos gigantes son un grupo difícil. Aplastaron a bastantes de los lobos de fuego y engendros que engendré para mi exploración.”

El progenitor se ofreció a ayudarme si pretendía invadir su territorio.

***

Está bien, gracias. Podría tener una idea.”

Tenía amigos en la aldea de los gigantes del bosque. Aunque el jefe de la aldea, Martillo de Piedra, no supiera dónde encontrarlas, probablemente podría pedir al pequeño líder gigante Lank y a los demás aldeanos que rastrearan las calabazas.

Quería dirigirme allí de inmediato, pero al día siguiente nos íbamos a la capital real, así que probablemente era mejor esperar hasta que hiciéramos algo de turismo allí y nos instaláramos un poco.

“Definitivamente traeré algo la próxima vez que venga de visita.”

“Estoy deseando que llegue.”

Le prometí a Yuika que le haría el mejor makizushi de la historia.

***

“Vaya, ¿así que el Laberinto Celivera existe desde hace tanto tiempo?”

“Precisamente por eso los señores de demonio como Cabeza de Perro vienen a menudo a acumular poder aquí.”

Mientras comíamos el mochi que había traído como postre, los reencarnados que vivían en el estrato inferior me contaron que éste era el laberinto más antiguo del continente.

“La mayoría de los señores de demonios sólo viven una vida, pero algunos de los famosos, como Cabeza de Perro, el Señor de los Escorpiones, el Señor de los Bichos y el Señor de las

Tempestades, han sido revividos y han vuelto en varias ocasiones.”

Explicaron que los señores demonios revividos reaparecían en este mundo como cuerpos espirituales, y se manifestaban desde allí en cuerpos físicos utilizando depósitos de miasma espesa.

“Así que estos últimos mil años, los héroes vienen a investigar sólo una vez por generación.”

“Aunque la mayoría no viene hasta aquí.”

“Está muy bien que un héroe nos confunda con los señores de demonios y venga a atacarnos, ya que eso puede ser entretenido, pero me gustaría que no pisotearan tanto el jardín con sus sucias botas.”

Ahora que lo pienso, incluso en Ciudad Laberinto, la consejera del gremio de exploradores, la señorita Sebelkeya, tenía la errónea impresión de que el Señor del Hueso, el Señor de la Sangre del Abismo, el Señor del Acero y la princesita ogro eran también señores demonios.

Sospechaba que estos nombres se referían en realidad a Mukuro, Ban, Yoroi y Yuika, respectivamente.

“Parece que hay leyendas sobre ti en la superficie.”

“… ¿Leyendas? ¿Son historias de terror, o románticas, quizás?”

“Es una historia sobre el rey ancestral Yamato llamada ‘Las profundidades de Celivera’.”

“Ah, ese viejo conjunto de chismes.”

“Como si un vago despreocupado como ese pudiera ‘exorcizar’ a Mukuro y a mí…”

El rey ancestral Yamato era un “perezoso”.

“Entonces, ¿la parte de la lucha contra el Rey Ogro también es inventada?”

“¿Hm? Todo lo que hice fue enseñar a Yamato a hacer miso y salsa de soja.”

¡Qué revelación tan impactante!

Así que fue Yuika la responsable de transmitir el miso y la salsa de soja al Reino de Shiga. “Oh, eso me recuerda, Kuro. ¿Conseguiste un elixir de Ban?”

Yoroi, que había estado masticando todo tipo de mochi y bebiendo sake Shigan mientras los demás hablábamos, sacó de repente un nuevo tema.

“¿Necesitas elixires?” Preguntó Ban. “Tengo varios en la bodega del sótano. Ve y toma lo que necesites.”

“No, no podría aceptar algo tan valioso.”

Debería ser capaz de producirlos en masa en otros tres meses más o menos, y mientras tanto tenía suficientes para Arisa, que sería quien más los necesitaría.

“Está muy bien. Cazo a los amos de piso del estrato inferior con regularidad, así que adquiero un nuevo elixir cada pocos años aproximadamente.”

¿Los cazan regularmente?”

“Tengo que hacerlo cada año, o Mukuro se preocupa.”

“¿Sobre qué?”

¿Quizás sea como preocuparse por no cazar un monstruo raro cada vez que lo ves?

“Su novia es muy valiosa para él.”

“¡Cállate!”

Mukuro frunció el ceño ante las palabras del vampiro progenitor.

No estaba seguro de entender qué tenía que ver la preocupación de Mukuro por su esposa con cazar regularmente a los amos de piso.

“¿Cómo es ella?”

Dado que es la esposa de Mukuro, ¿tal vez sea una reina momia?

“¿La esposa de Mukuro, quieres decir? Ella es la DM, duh.”

Yoroi dio una respuesta inesperada.

“¿DM? ¿Te refieres al maestro de la mazmorra?”

“Sí, es cierto. Un tipo como tú ya debe haber vencido a uno o dos maestros de mazmorras, ¿no? ¿Sabes la parte del discurso de invocación que dice: ‘Pronto vendré a ti con tres pruebas en la mano’? Bueno, ese ‘a ti’ se refiere al maestro de la mazmorra. Por eso siempre cazamos a los amos de piso del estrato inferior, para que nadie pueda reunir las tres pruebas y poner al DM en peligro.”

Vaya, ¿su esposa es el maestro del calabozo? Eso es impresionante.

Definitivamente tenía un poco de curiosidad por saber cómo empezó ese romance en particular.

Oh, espera un minuto…

“En ese caso, ¿hay alguna posibilidad de que puedas conseguir un Orbe de Regalo con

‘Canto’?”

Si pudiera conseguirlo, podría usar la magia con más libertad.

“… Oh, vaya.”

“Idiota.”

“Déjalo, chico.”

Lord Ban, Mukuro y Yoroi retrocedieron a la vez.

“¿He dicho algo malo?”

“Idiota. Mi esposa es un alma rebelde, ya sabes. Si dices algo así…”

“Ho-ho-ho, entonces definitivamente nunca lo conseguirás.”

¿Qué? Eso es tan malo.

“Es lo que llaman un ‘sensor de deseo’.”

No, creo que es otra cosa.

“¿No te queda un orbe o dos en tu casa del tesoro, Ban?”

“Me temo que no. Se los doy a las esposas o siervas que los quieran.”

Yoroi me dio esperanzas por un segundo, pero Ban las derribó rápidamente.

Hmm…

“¿Hay alguna forma de reunirme con ella para que pueda pedírselo? Estaría dispuesto a pagar cualquier precio, por supuesto.”

“¿Cualquier precio, eh…?”

El rostro de Mukuro era adusto.

“Conociendo a la mujer de Mukuro, es muy posible que te pida que caces un dios como pago.”

“Oh, seguro. Ella odia a los dioses.”

“Uho-ho-ho, podría verla diciendo eso.”

¿De verdad…?

Independientemente de que pueda derrotar a un dios o no, no creo que sea capaz de matar a alguien con quien no tengo nada en contra sólo para conseguir algo que quiero.

Vamos, no dejes que te deprima.”

Yoroi me dio una palmada en la espalda para animarme.

Como sus manos son de metal, fue bastante doloroso.

“Yuika, ¿puedes ver dentro del castillo de Ban?”

Levanté la vista a mi pesar cuando escuché la pregunta de Mukuro.

Si su barrera era lo suficientemente fuerte como para interferir con mi Magia Espacial, tal vez podría defenderse también de las miradas indiscretas del maestro de la mazmorra.

Sintiéndome un poco esperanzado, miré a Yuika… Pero ella sólo me devolvió la mirada con una expresión de desamparo.

Evidentemente, ha vuelto a convertirse en la tranquila Yuika Número 1.

“No estoy tan segura… Pondré a la original a cargo.”

La Yuika Número 1 se cambió por la Yuika Número 3, la original.

“El único lugar en el que no puedo ver es la base secreta de Mukuro, tontos. Sería cruel dejarla fuera, ¿no?” Luego se llevó una mano al pecho y recitó: “La intimidación es mala, no importa qué.”

En cualquier caso, parecía que mis posibilidades de encontrar un orbe con “Canto” en este laberinto eran prácticamente inexistentes.

“Bah, sólo se necesitan diez años más o menos para aprenderlo.”

“Sí, en efecto.”

“Es como dice mi lord. Aparte de las que abandonan su entrenamiento a mitad de camino, todas las siervas de aquí han logrado aprenderlo en cinco años más o menos, ocho como máximo.”

Después de recibir una mirada mordaz de Ban, la sierva principal, la señorita Fedoralka, intervino para tranquilizarme.

“Muy bien. Seguiré con mi entrenamiento de ‘Canto’.”

Ya estaba practicando con los niños del orfanato, así que quizás sería vergonzoso para un adulto como yo tomar el camino fácil buscando un Orbe de Regalo para ello.

Finalmente, me despedí de mis amables amigos del estrato inferior y regresé a la superficie.