Nihon E Youkoso Elf-san (NL)

Volumen 3: Capítulo del Antiguo Laberinto

Prologo: Transeúntes Ocupados

 

 

Nihon E Youkoso Vol 3 Prologo Novela Ligera

 

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¡Clack, clack! El sonido de las estacas siendo golpeadas se podía escuchar resonando en el aire. Los hombres que balanceaban los mazos sudaban profusamente mientras trabajaban, pero no dejaron que el calor implacable del desierto los agotara. Ella les dirigió una mirada de reojo, impresionada por su vigor, mientras continuaba caminando por el sendero cubierto de hierba.

Había algo único en las plantas de los países desérticos. Eran de tronco grueso y se parecían a las palmeras, y crecían por toda la zona. Mientras el desierto fuera bendecido con un oasis, tenía el potencial de ser más como una escapada agradable a un país del sur.

Sin embargo, muchas personas se encontraban en medio de la instalación de sus tiendas, lo que de alguna manera restaba valor al paisaje.

Sin embargo, más allá de los muchos árboles que había delante, se podía ver un frente costero color esmeralda. Era la fuente de bendiciones del desierto y su vista reluciente era como una hermosa joya. Esas bendiciones eran, de hecho, tan valiosas como una piscina llena de joyas aquí en Arilai.

La vista de la chica colocando su mano contra un árbol gigante cubierto con corteza en forma de escamas era bastante pintoresca. Sus largas orejas temblaban, como en respuesta al sonido de los mazos, y su piel pálida dejaba en claro que no era de la raza humana. Su cabello blanco como una nube fluía en el viento, brillando aún más a la luz del sol. La chica se dio la vuelta lentamente, mostrando sus dientes perlados.

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“El oasis se ve tan hermoso desde aquí. Este lugar estaba lleno de monstruos no hace mucho tiempo. Me alegro de que se hayan ido ahora. Ahora puedo disfrutar de esta vista en paz.”

Con eso, la chica extendió la mano expectante. Su piel era pálida y sus dedos delgados. Su brazo estaba envuelto en su túnica de hechicera, mientras que su otra mano agarraba un bastón impresionante.

Extendí la mano para encontrar su mano y ella la sostuvo sin dudarlo. Mientras me preguntaba qué pasaría después, ella se acercó a mí con varios pasos. Encontré sus ojos directamente frente a los míos y sentí mi pecho latir fuertemente.

Los cristales púrpuras delante de mí eran más deslumbrantes que el oasis en sí y sus suaves y pálidos labios podían encantar a cualquiera que los mirara. Siempre me afectaba lo linda y femenina que era, a pesar de su juventud casi infantil. Luego señaló con el dedo hacia la ribera.

“¡Echa un vistazo! La vista es maravillosa. Acampemos aquí por la noche. Tenemos que darnos prisa antes de que esos humanos de vista aguda tomen nuestro lugar.”

“Oh, claro. Mañana nos enfrentaremos al antiguo laberinto, así que también necesitaremos un lugar para acampar.”

“No me digas que estabas pensando en acampar al aire libre sin una tienda de campaña como de costumbre. ¿Quieres mostrar nuestro crudo estilo de vida a todos los presentes?” La chica me miró dudosa y me apretó la mejilla. No pude evitar sentir cosquillas cuando me pellizcó con sus suaves dedos.

En cualquier caso, había pensado que los elfos eran una especie cuyo estilo de vida implicaba ser uno con la naturaleza, pero tal vez mi comprensión no era del todo correcta. Mientras reflexionaba sobre este pensamiento, un gran par de ojos me miraban fijamente.

“Estamos aquí como representantes de la región de Alexei. No puedes seguir pareciendo un dormilón para siempre. Contrólate.”

La cuestión era que nací con esta cara de aspecto somnoliento y no era algo que pudiera arreglar tan fácilmente.

La implacable chica que repetidamente me pellizcaba la mejilla era Mariabelle, apodada Marie. Era una elfa semi-hada, de la que se decía que era una especie tan hermosa que aparecerían en tus sueños una vez que los vieras. Aunque tenía la expresividad de una niña, en realidad tenía más de cien años y era una hechicera espiritual, que era una clase muy poco común.

A menudo se decía que uno no debería juzgar a los demás por sus apariencias, pero ese dicho aparentemente también se aplicaba a los elfos. Su naturaleza mística nunca dejaba de sorprenderme.

“Tu cara tiene un aspecto tercamente somnoliento. No olvides que nosotros fuimos los que descubrimos ese antiguo laberinto. No podemos ceder este lindo lugar a nadie más.” La chica frunció los labios mientras acercaba su rostro. Tenía que admitir que la mente masculina era bastante complicada.

Todo en lo que podía pensar era en lo adorable que se veía a pesar de su expresión infeliz. Aunque, por supuesto, si ella estuviera realmente molesta, mi mente no estaría preocupada con pensamientos tan descuidados. Ah, pero esto era preocupante.

Estaba tan acalorada que no estaba prestando atención a la distancia entre nosotros. Sus labios estaban directamente frente a mí, separándose y cerrándose mientras se quejaba de mí. Podía sentir su aliento y oler su dulce aroma, que casi me saca de mi expresión somnolienta.

“¿Entiendes, Kazuhiho?” preguntó Marie e inclinó la cabeza mientras me miraba a los ojos. Parecía que finalmente había renunciado a cambiar mi cara por la fuerza y sus suaves dedos se alejaron de mí. Me froté las mejillas mientras miraba a mi alrededor y de repente entendí por qué estaba siendo tan insistente.

Se decía que una vez esto fue un área de excavación en la que la gente buscaba piedras mágicas. Eso explicaba por qué las montañas rocosas estaban dispuestas en forma de anillo, como si se hubiera perforado un agujero en el medio desde arriba, y había pozos de mina visibles aquí y allá.

Parecía que el agua subterránea se filtraría por las paredes de roca después de que la gente golpeara una fuente de agua por casualidad, lo que terminó haciendo que la temperatura en este pequeño rincón fuera increíblemente cómoda.

Los árboles en esta área habían sido bendecidos por este ambiente mucho antes de que llegáramos, por eso habían podido crecer tan libremente. De todos modos, no era quien para rechazar la oportunidad de ayudar a una chica adorable. Dejé caer mi bolso en el suelo rocoso y luego me di la vuelta.

“Apurémonos y vayamos a alquilar una tienda, entonces. ¿Te importaría esperar aquí para reservar nuestro lugar, Wridra?” Llamé a la mujer de cabello oscuro que había estado observando la vista desde abajo hasta ahora y se volvió en silencio para mirarnos.

Su piel pálida que se asomaba entre su equipamiento era diferente a la de un elfo y parecía acentuar el color de sus labios, que era el de una fruta madura. La mujer se llamaba Wridra. El cuerno en su frente y la cola que se movía detrás de ella dejaban en claro que ella no era solo una mujer ordinaria y bonita.

La mayoría de las personas se habrían sorprendido al saber que en realidad era una Dragona Mágica cuyo nivel era superior a 1000, si es que podían creerlo en primer lugar. Nos convertimos en compañeros de viaje en un inesperado giro de los acontecimientos y todavía me costaba creerlo. ¿Quién hubiera imaginado que me aventuraría con alguien que me había matado?

La armadura parecida a un vestido que llevaba era de un color negro a juego y sus detalles increíblemente intrincados aparecieron a medida que se acercó. Era una cabeza más alta que nosotros y sus labios se curvaron en una sonrisa después de quitarse el cabello de la cara con una mano.

“No, no me importaría. Esa roca parece un buen lugar para sentarse. Estaré descansando aquí, así que ustedes dos vayan a su preciosa cita de la mano.” Ella habló con un tono de voz seductor, pero el aire sobre ella era diferente al de un humano. Esta sensación que ella emitió probablemente se debió a su herencia draconiana, pero parecía incluso más amable y encantadora que un humano mientras sonreía.

Era extraño cuán dramáticamente cambiaba la impresión que emitía dependiendo de su estado de ánimo. Cuando me perdí en mis pensamientos, sentí a Marie apretándome la mano.

“Bueno, no hay nada malo en tomarse de las manos. No sé cómo es para los draconianos, pero los niños lo hacen todo el tiempo, e incluso tiene la ventaja de evitar que nos separemos.”

“Jaja, no quería burlarme de ustedes. Aunque encuentro adorables a los hijos del hombre y los elfos como ustedes.” Wridra se rió entre dientes, claramente divertida, con el comportamiento despreocupado de alguien que tenía hijos propios. La elfa semi-hada a mi lado frunció el ceño al ser tratada como una niña pequeña y luego se volvió hacia mí con una mirada de disgusto en sus ojos.

“Olvida sus tontos comentarios. Vámonos. No en una cita, sino solo una caminata.”

Con eso, tiró de mi mano y comenzó a caminar. Marie le sacó la lengua a Wridra mientras yo seguía a trompicones a la elfa, y la draconiana se rió alegremente en voz alta ante la impetuosidad de la chica. Ahora, era el momento de nuestra cita… quiero decir, era el momento de ir a alquilar una tienda para pasar la noche.

El viento caliente rozó nuestras mejillas y el suelo bajo nuestros pies cambió a arena seca a medida que nos alejamos más del oasis. Pero cuando miré la cara de Marie a mi lado, parecía estar mucho mejor de lo que estaba cuando atravesábamos la región del desierto antes.

Ella se había estado quejando sin parar en el camino entonces. Sus pálidos ojos morados miraban a su alrededor con curiosidad y sus oídos se alzaron como para escuchar los ruidos a nuestro alrededor.

“Hay telas por todas partes. Supongo que era de esperarse… ¡Mira, incluso tienen techos de tela entre las tiendas!”

“Deben ser para proporcionar sombra del sol. No sé mucho sobre acampar en países desérticos, pero han encontrado algunas soluciones bastante creativas. No esperaba que pusieran contramedidas para el sol antes que defensas.” Eso demostraba cuán duro podría ser lidiar con los rayos de calor que asan lentamente tu piel. La tela ondeaba y dirigía el viento del oasis hacia nosotros, lo que refrescaba agradablemente mi piel cubierta de sudor. Hombres que llevaban bolsas de arena pasaron junto a nosotros mientras se hablaban.

“Hombre, este lugar no se parece en nada a los rumores. Escuché que estaba lleno de monstruos y hacía tanto calor que podrías secarte. Debemos estar bendecidos por el Dios de la Tierra para tener un campamento tan grande aquí.”

“Y que lo digas. Apuesto a que también desenterraremos montones de piedras mágicas en poco tiempo.” Vimos a los dos reír entre ellos y comenzamos a caminar de nuevo. El “Dios de la Tierra” que mencionaron se refería a uno de los dioses que eran adorados dentro de cada país. Supuestamente, había un dios para cada país. Había viajado por todas partes, pero parecía que la cultura nunca cambiaba sin importar a dónde fuera. Había teorías sobre por qué surgió esta práctica única, pero había tantas de ellas que no podía decir cuál era la verdadera. Le pregunté a Marie al respecto y la chica me miró con sus grandes ojos. Por alguna razón, ella parecía estar de buen humor.

“Oh, me sorprende que no lo sepas cuando has viajado por todas partes. ¿Y si te dijera que nosotros, los hechiceros altamente capaces de la región de Alexei, lo hemos descubierto?”

“¿Qué? ¡¿En serio?! ¡Quiero saberlo!” Tal vez tenía algún tipo de problema médico. No podía evitar fascinarme por el mundo de fantasía, que es probablemente la razón por la que me esforcé tanto en aprender los diferentes idiomas. Marie sonrió, viéndome tan curioso por su respuesta, y se pasó la mano por el pelo blanco con una sonrisa de satisfacción.

“El brazalete que tú y yo llevamos puesto. Eso es parte de ello. Habilidades, magia y niveles. ¿No los considerarías supraterrenales? Se dice que son poderes otorgados por los dioses. Nadie sabe cuánto tiempo han estado aquí.” Asentí pensativamente en respuesta.

Nadie en este mundo realmente dudaba de la existencia de un ser divino. Al igual que yo con Cruzar Camino, una habilidad de movimiento de larga distancia que tomaba prestados los poderes del Dios del Viaje, había muchas personas que habían recibido bendiciones similares.

Un animal parecido a un caballo pasó cerca, tirando de una ruidosa carreta cargada de muchas bolsas.

Parecía que la instalación de las tiendas se había realizado en su mayoría y se habían pasado al transporte de carga. Marie extendió los brazos hacia afuera como para hacer un gesto hacia los transeúntes ocupados.

“Toma este lugar, por ejemplo. Está pasando por todo este desarrollo como si estuvieran tratando de construir un nuevo país aquí. Pero eso nunca va a suceder. Ahora, ¿por qué crees que es así?” Eh, esa frase debe haber sido por la influencia de ese concurso en el que ha estado metida últimamente. La televisión había sido una herramienta muy útil cuando se trataba de los estudios japoneses de Marie. Era un buen recurso para aprender las normas sociales y servía para estimular su curiosidad. Casi podía escuchar el tema principal cuando ella planteó la pregunta y fruncí el ceño como si fuera un concursante en el programa.

“Hmm, podría ser… ¿porque no hay ningún dios aquí?”

“Así es. Parece un poco extraño que siempre haya un dios en cada país, ¿no? Pero también puedes pensarlo al revés. Tal vez los países solo se crean dondequiera que haya un dios.”

Asentí pensativa al sentir el brazalete en mi brazo. Este sistema con niveles y habilidades parecía demasiado similar a los videojuegos en el Japón moderno. Por eso pensé que este mundo era parte de un sueño. Pero parecía que en realidad había un sistema legítimo para explicarlo todo.

“Entonces, eso nos lleva a la pregunta, ¿por qué nos prestan su poder?”

“Estoy de acuerdo. Lo mismo ocurre con el Dios del Viaje al que a menudo le pides ayuda, pero no es como si pudiéramos pedírsela directamente. Tampoco quedan registros en los libros a los que podamos hacer referencia, por lo que no sabemos cuándo comenzó todo esto. Como hechicera, me parece un poco vergonzoso que todo lo que podamos hacer sea especular.” Parecía frustrada por esto, pero tenía la sensación de que algún día sus preguntas serían respondidas.

Más allá de esta base y al otro lado del oasis había un agujero que conducía a las profundidades subterráneas. Allí yacía el antiguo laberinto, que era, como su nombre lo indicaba, un gran laberinto que había existido durante miles de años. El rugido del viento se podía escuchar desde su entrada.

Había un olor primitivo en el viento que provenía de allí que le daba a uno la sensación de que era el aliento de una civilización antigua que había vuelto a despertar. Quizás la respuesta podría encontrarse allí. Pensando en ello, no podía esperar para comenzar nuestra aventura.

Pero preparar la tienda era la prioridad inmediata, así que contuve mis sentimientos y comencé a caminar nuevamente.

En cualquier caso, llegamos a la tienda de bienes generales. El propietario y el empleado estaban allí, todavía transportando y descargando apresuradamente sus mercancías. Miré a mi alrededor y vi lo que parecía ser una tienda de campaña, así que llamé al hombre que estaba inspeccionando los productos.

“Disculpe, ¿tiene alguna tienda que le sobre? Además, ¿cuánto cuestan esas hojas de té de Arilai en ese estante de allí?” Marie me miró como preguntando por qué quería hojas de té, pero decidí dejar la explicación para más tarde. El propietario, que era un hombre corpulento que llevaba un turbante alrededor de la cabeza, se volvió en respuesta. Había una mirada dudosa en su rostro, probablemente porque claramente parecíamos niños. Sin mencionar que el color de mi piel dejaba en claro que no era de por aquí, y que estaba con un elfo, que eran conocidos por ser difíciles de tratar. Soltó un despectivo “Hmph”, y continuó revisando sus productos nuevamente.

“Este…”

“Miren. Como pueden ver, soy un comerciante que trabaja con el gobierno de Arilai. Eso significa que no llevo ningún producto barato y estoy claramente ocupado. No puedo permitirme retrasar la apertura de la tienda perdiendo el tiempo hablando con unos niños.”

“¿Qué pasa con tu actitud? Puede que no lo parezcamos, pero somos parte del grupo de incursión. Debes saber que es gracias a que nosotros descubrimos el antiguo laberinto que va a ser incursionado para empezar.” Marie frunció el ceño con enojo ante el tratamiento excesivamente grosero.

Sin embargo, ella era una elfa a la que no le gustaban los humanos y pensé que se había vuelto mucho más tranquila desde entonces.

Últimamente había estado interactuando con los vecinos en Japón, por lo que eso podría haber estado ayudando. El estado de ánimo entre el comerciante y la chica elfa se puso más tenso mientras consideraba estas cosas y me moví entre ellos.

“Como ella acaba de mencionar, nosotros somos los que descubrimos el laberinto. Puedes confirmarlo fácilmente con alguien a cargo si no nos crees. ¿Podrías por favor vendernos una tienda de campaña con capacidad para tres personas más o menos?” Bajé la cabeza y el hombre pareció considerarlo.

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Luego se dio una palmada en la rodilla y se puso de pie. Pero, para ser honesto, aquí es donde las cosas se volvían un poco tediosas. A diferencia de Japón, no había etiquetas de precio en los artículos; solo el precio de mercado acordado por los comerciantes. Me miró de pies a cabeza, sin duda tratando de averiguar cuánto podía exprimirme.

Este tipo de negociaciones era un dolor total. Solo quería divertirme en el mundo de fantasía y aliviar el estrés relacionado con el trabajo. Eso también debería haber servido para explicar por qué pasé mis días viajando en lugar de interactuar con otros.

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“Veamos… Hay una gran demanda de tiendas en este momento, y están volando de los estantes por bastante dinero. Esto también va para esa de allí. Yo diría que costaría unos…”

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“No intentes estafar a un par de extranjeros. Es vergonzoso.”

De repente fue interrumpido por una voz desconocida. Me di vuelta para encontrar a un hombre grande parado allí, mostrando sus dientes blancos con una sonrisa. Sus músculos sobresalían de la armadura de cuero que envolvía su cuerpo y su cabello negro era muy corto. Sus ojos eran casi de color gris y claramente habían visto muchas batallas en el pasado.

“¡L-Lord Zera de la Casa Mil! Mis disculpas, todavía no hemos abierto…” El hombre ignoró al tartamudeante comerciante y miró a su alrededor. Una vez que escudriñó los campamentos con sus agudos ojos, volvió a abrir la boca.

“Las tiendas se terminaron de instalar. Estas son las sobras, ¿no? La mayoría de la gente aquí vino en grandes grupos, por lo que nadie necesita tiendas más pequeñas como estas. Dime, ¿estoy equivocado?”

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“Oh, no, estas simplemente no han tenido un comprador todavía. Ciertamente no son sobras… Jaja… Debo decir que, como comerciante, admiro su ojo agudo, lord Zera.” Observamos, con los ojos muy abiertos, cómo el comerciante parecía encogerse visiblemente. Cogí un objeto que Zera arrojó sin querer hacia mí y me di cuenta de que era la botella de hojas de té de antes. Levanté la vista nuevamente para encontrar sus labios curvados en una sonrisa.

“Mis respetos por encontrar un antiguo laberinto en un lugar con nada más que arena y sol. Es una muestra de agradecimiento de mi parte. El campo de batalla está lleno de riquezas y estos comerciantes codiciosos tienen más que suficiente. Pero al menos, llevan hojas de té de la más alta calidad. Disfrútalas con esa chica de allí.”

“¡G-Gracias! Este, cuánto…”

“No, no te preocupes. Puede que no lo parezca, pero… Oh, supongo que lo habrás notado por la reacción del comerciante. Soy bastante adinerado y soy uno de los tres mejores entre los grupos de incursión.” Se jactó abiertamente, pero de alguna manera no daba una impresión desagradable debido a su actitud casual. Su cuerpo era alto y musculoso y parecía contener un calor interno, algo parecido a una pantera negra. Zera nos miró por un momento antes de volver a abrir la boca.

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“Ahora que lo pienso, armar la tienda solo con ustedes dos será un trabajo duro. ¡Ya sé! Haré que uno de mis hombres les eche una mano para que puedan prepararla en un santiamén. ¿Dónde se están quedando?”

¡Vaya, qué tipo tan bueno! Me preguntaba si debía tener cuidado de que intentara engañarnos, pero me dio la impresión de alguien que mimaba a unos turistas desorientados y todo lo que pude hacer fue asentir repetidamente. Terminó siendo fiel a su palabra. El sonido de las estacas golpeando el suelo sonó por un tiempo y la tienda pronto se instaló. Me sorprendió un poco descubrir que había gente tan amable por ahí.

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Se encendió una luz tenue y muchas tiendas se llenaron de iluminación. La vista desde lo alto de la meseta me recordó a la ceremonia de las linternas flotantes llamada “toro nagashi”. Al mirar hacia arriba, vi que el cielo al oeste había sido teñido de un rojo escarlata y el tenue contorno de las montañas se podía ver en la distancia. La tienda ahora instalada tenía una estructura circular en la base con un techo puntiagudo.

Había varias capas de tela extendidas, aparentemente para ayudar a guiar el flujo del viento. Se veía muy asiático en diseño, lo que me pareció interesante. Sin mencionar que había algo de incienso para mantener alejados a los insectos, lo que se sumó a la similitud.

“Hace bastante frío aquí. Es extraño lo rápido que hace frío por la noche en el desierto.” Marie ya se había puesto su ropa de dormir de seda, sentada en una silla mientras se cepillaba su pelo blanco. Nuestra tienda era diferente de lo que se consideraba una tienda para tres personas en el sentido moderno y estaba nombrada así por los estándares de los residentes que vivían aquí.

Me sorprendió descubrir que incluso con las sillas y el equipo para dormir que habíamos pedido prestado para usar en el interior, todavía había espacio de sobra.

“Hmm, estoy tan acostumbrado a acampar al aire libre que esto se siente demasiado lujoso.”

“Oh, pero si me preguntas, diría que eres demasiado primitivo. La gente normal entiende que una cama y una chimenea son necesidades básicas. Como nota aparte, creo que un televisor y un baño también son necesarios. En realidad, hay más. Anime, bocadillos, comida japonesa… Oh, Dios mío, puede que haya más de lo que puedo contar.” La chica había estado contando los artículos en su lista con los dedos, pero soltó un “Hmph” y volvió a cepillarse su pelo. Hmm, parecía que los estándares de la Señorita Elfa se estaban volviendo cada vez más lujosos. Tal vez solo era yo, pero me gustaba cuando las chicas guapas me pedían cosas. Algunas personas podrían haber pensado que era una especie de bicho raro, pero seguramente muchos hombres podrían entender a lo que me refería.

“Así debe ser como la gente termina malcriando a sus sobrinas.”

“¿Hm? ¿Dijiste algo?”

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La chica se volvió con una expresión dudosa y cruzó la alfombra mientras se acercaba a mí. La tela esponjosa parecía ser un poco cosquilleante en sus pies descalzos, o tal vez solo estaba emocionada por la textura lujosa, pero se acercó con un paso animado. Luego se dejó caer sobre la cama sin tener en cuenta sus modales.

“¡Ahhh, qué cómodo! Pensé que esa persona Zera podría haber sido solo un charlatán, pero parece que realmente es rico. Ven, date prisa y únete a mí. Quiero que sientas lo maravilloso que es esto también.” Se deslizó con su trasero y su cara mirando hacia mí, haciéndome espacio en la cama. Desearía que ella se diera cuenta de lo doloroso que era para mí como hombre cuando me instaba a apurarme mientras estaba en esa pose.

“Realmente nos trató muy bien, prestándonos todos estos muebles. Oh, puedo decir que esto es realmente caro por la textura.”

“Ah, así que tú también lo notaste. ¿Has oído? Zera incluso trajo sirvientes con él. La mayoría de las personas ricas tienden a ser difíciles de tratar, pero ese hombre es diferente. ¡Siento que hemos ganado mucho sin hacer nada!”

Marie, que tenía una cantidad moderada de deseos mundanos para un elfo, tenía una admiración por los artículos de lujo. Eso explicaría por qué dejó el bosque del que vino, pero no pude decir nada mientras se retorcía felizmente, y en realidad lo encontré bastante adorable. También me acosté y ella se dio la vuelta y se recostó sobre mí sin dudarlo. Parecía que se estaba acostumbrando a estar físicamente más cerca últimamente.

De hecho, su rostro estaba tan cerca que casi podía escucharla respirar por sus labios pigmentados. Y, por supuesto, era claro ver que estaba de buen humor por la expresión de su rostro.

“Nn, qué suave y cálido. Definitivamente es importante tener extravagancias en tu vida. ¿No estás de acuerdo?”

Sí, ciertamente había una yuxtaposición extrema entre esa brillante y florida sonrisa y las palabras que salían de su boca. Aunque, en cierto modo, entendía de dónde venía. El olor a incienso, que olía a especias, flotaba en el aire y las sábanas y las mantas se sentían muy bien contra mi piel. Con la chica a mi lado descansando su cabeza sobre mi hombro, no pude evitar sentirme feliz con la experiencia.

“Hm, tal vez soy yo quien se acostumbró demasiado a los lujos.”

“¿De qué estás hablando? Jeje, pero no importa. Realmente me ha gustado la cama y el incienso.” Hacer que ella frotara su cabello suave contra mí era el epítome del lujo mismo. Sus pies, que pataleaba ligeramente hacia arriba y hacia abajo, se levantaron debajo de las mantas. Luego murmuró, “Hup”, y los colocó sobre mis muslos.

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Su delgada cintura estaba justo allí cuando extendí mi mano y ella presionó su estómago contra mí. Podía sentir su suavidad junto con la temperatura de su cuerpo, pero parecía que era el único que se sentía un poco avergonzado por ello.

Ella puso su frente en mi hombro y luego se rió. Luego, aparentemente abrumada por el calor de las mantas, sus párpados se volvieron pesados. Estaba llena de energía hace solo un minuto, pero caminamos bastante para llegar a este lugar. Como una hechicera espiritual con poca resistencia, debe haber estado exhausta.

Entre las mantas de la tienda, pude ver a Wridra la draconiana sentada frente al fuego y mirando hacia el cielo despejado y azul marino. Su perfil lateral acentuaba su barbilla puntiaguda y parpadeó sus largas pestañas.

Me preguntaba si la vista que veían esos ojos tan claros como el cielo era diferente de la que nosotros veíamos. Había un elemento fantástico en esta vista y no pude evitar mirar mientras la somnolencia comenzaba a vencerme.

Su verdadera identidad era la de una Dragona Mágica, una criatura que estaba fuera del alcance de un humano común. Pero de alguna manera, sentía como si pudiera alcanzarla si extendía mi mano. Mis pensamientos se volvieron confusos y bajo la amable vigilancia de la dragona, mi visión se oscureció como si hubiera caído bajo el agua.

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