Nihon E Youkoso Elf-san (NL)

Volumen 3: Capítulo del Antiguo Laberinto

Capitulo 6: Pasando el Rato en Aomori

Parte 6

Creí reconocer esa mirada, pero era como antes, cuando había sido abrumada por los espíritus de las flores de cerezo. Esa mirada en sus ojos que vi momentos antes de que los coloridos pétalos giraran en el aire y ella volviera en sí. Sus pálidos ojos morados estaban justo frente a mí, con pétalos flotando sobre ella como antes.

“Marie, creo que las flores de cerezo…” Justo en ese momento, un solo pétalo aterrizó en sus labios.

“Oh”, dijo, y mis ojos se sintieron atraídos por eso. El pétalo enfatizó sus labios suaves y coloreados, y había un atractivo maduro en ella que era diferente al de una niña pequeña.

Solté un ruido involuntario. Eran mucho, mucho más suaves de lo que había imaginado y escuché un suspiro tierno que sonó como si viniera de muy lejos.

La chica se apretó contra mí como si pidiera más y tal vez el espíritu también me había afectado, porque sentí que mi cabeza se adormecía y me volví incapaz de pensar.

La gente pasaba frente a nosotros. Pero extrañamente, no pude escuchar nada de nuestro entorno; solo el latido de su corazón. Cuando volví en mí, la chica extendió su dedo hacia mí y me tocó los labios. Su dedo pálido y delgado tenía un pétalo y se rió. Todavía pasaría algún tiempo antes de que mi corazón pudiera calmarse.

Pensé que estaba en un sueño, envuelto por flores de cerezo, una elfa y un aroma dulce. Los turistas habían disfrutado del buen clima y la lluvia de flores de cerezo que caían hoy en el festival de los cerezos en flor. Probablemente sin relación con Mariabelle, la semi hada, pensamos en volver el año que viene.

***

Después, comenzamos a dirigirnos a casa sin decir mucho más. Mi cuerpo se sentía un poco febril, así que tuve cuidado al conducir de regreso. Incluso cuando la chica tenía su dedo en mis labios con esa expresión aturdida, me sentía demasiado tímido para mirarla a los ojos.

La cena que había preparado mi abuelo era deliciosa, como siempre, pero sinceramente, no recordaba el sabor. Esto fue probablemente porque el dulce sabor de la elfa aún permanecía en mis labios. La impresión que Marie y las flores de cerezo me habían dejado era así de fuerte y se negaron a dejar mi cabeza incluso cuando la sumergí en el agua. En ese momento…

Los platos estaban apilados en el fregadero. Las cortinas estaban extendidas más allá de la ventana de vidrio y escuché el ruido de los platos mientras Marie los lavaba. Mi abuelo se paró junto a ella, limpiando los platos mientras se los entregaban y guardándolos en el estante. De vez en cuando él miraba a su lado para encontrar que todavía tenía esa misma mirada vacía desde la hora de la cena, y ella ni siquiera notó su mirada. Sin embargo, el viejo sabía que no había nada de qué preocuparse. Después de todo, estaba claro para él que ella estaba de buen humor.

“¿Algo bueno pasa?”

“¡Ahh!”

La chica casi dejó caer el plato que sostenía, pero la mano arrugada de mi abuelo lo atrapó justo a tiempo, como si hubiera esperado esa reacción. Marie le dio las gracias y el viejo sonrió sin preocupación. Al ver esa expresión, Marie se dio cuenta de que le recordaba la sonrisa de Kazuhiro. La piel bronceada y arrugada era diferente, pero había una comodidad familiar en esos ojos profundos y oscuros.

“Sabes, me sorprendió. No esperaba que ese niño volviera a Aomori tan alegre.”

Marie ladeó la cabeza. Ella sabía que él estaba hablando de Kazuhiro Kitase, pero se preguntó cuán sombrío era él cuando era niño para provocar ese comentario. Bajo la tenue iluminación de la bombilla de arriba, el viejo se rió en voz baja. Todavía pensativa, la chica echó agua sobre un plato, enjuagando la grasa y las burbujas.

“Mi hija no era buena para cuidar niños, así que mi esposa y yo cuidamos a ese pobre niño.” El anciano miró a lo lejos, como recordando aquellos días, y guardó un plato en el estante. Le hizo un gesto a Marie para que le diera el siguiente plato con la mano, lo que le recordó que debía enjuagar otro.

Ella le lanzaba miradas ocasionales, esperando que continuara su historia. “No tenía ningún interés en las personas, los animales o la cocina y en cambio pasaba el tiempo durmiendo. Parecía tan feliz mientras dormía que temí que desapareciera algún día…”

La elfa se retorció en respuesta, preguntándose si sabía sobre el mundo de los sueños. Habló como si lo hiciera, pero Kazuhiro había sacudido la cabeza cuando ella le preguntó. Marie le entregó otro plato y levantó la vista. Él lo secó con una toalla y entrecerró los ojos con satisfacción mientras miraba su brillo y luego lo colocó en silencio sobre el estante.

“Pero sabes, mi esposa decía… El pobre niño sería más feliz si no volviera de sus sueños. …Eso no era cierto. Regresaría cada vez porque esa tonta hija mía lo ató aquí.” El viejo cerró el grifo, deteniendo el flujo de agua. Esto se debía a que la chica había estado tan interesada en su historia que ya no estaba lavando los platos. “Incluso cuando fue a la ciudad, pudo haber esperado ver a su madre en alguna parte. Es por eso que no pensé que alguna vez volvería, pero… Jaja, quién iba a saber que volvería con una chica tan adorable.”

Él le dio unas palmaditas en la cabeza. Su mano callosa era un poco áspera, pero había calidez. Era como si ella pudiera sentir sus sentimientos a través del calor de su toque.

Debe haber cuidado a Kazuhiro amablemente, incluso en tiempos difíciles. Marie incluso comenzó a comprender cómo debía haberse sentido cuando los saludó por primera vez en el jardín exterior. Ella puso el plato que sostenía en el fregadero y luego lo abrazó con las manos cubiertas de burbujas.

“¡Señor…!”

“Jejeje, quiero que se diviertan. Por lo tanto, no necesitas usar esos adornos para las orejas mientras estés aquí. Es un privilegio especial poder escuchar historias sobre sus aventuras en el mundo de los sueños.”

Este misterioso anciano sabía de todo eso. Kazuhiro había estado jugando en el mundo de los sueños desde que era joven, y su abuelo, naturalmente, lo había aceptado. Sorprendida por su amplitud mental, la elfa descubrió sus largas orejas. Se quedó allí insegura con su verdadera forma revelada y el viejo le puso una mano en el hombro.

“Como se esperaba de una elfa semi hada. Tan encantadora que podrías aparecer en mis propios sueños.”

Los ojos de Mariabelle se ensancharon. ¿Cuánto sabía este hombre?

Me sorprendió cuando regresé de mi baño. Después de que todos se relajaron juntos, vieron algo de televisión y se prepararon para irse a la cama, finalmente me di cuenta de que Marie tenía sus largas orejas expuestas. Cuando comencé a entrar en pánico, ella y mi abuelo se echaron a reír, y por alguna razón, me dijeron que despertara, ya que mi cara ya parecía lo suficientemente adormilada. Qué extraño… ¿Desde cuándo se habían acercado tanto? Y así, la noche en Aomori continuó.

***

Miré hacia arriba para encontrar un hermoso cielo soleado. Parecía que el clima se mantuvo incluso mejor de lo que pensaba. Por la mañana, la estación de Hirosaki tenía a muchos turistas que regresaban a casa, y se escuchaba un anuncio por los altavoces frente a la puerta de entrada. Mi abuelo sonrió con confianza y me entregó un sobre. Ladeé la cabeza y él lo colocó en mi mano, diciéndome que lo tomara.

“Solo úsalo para tus gastos de viaje. Todavía no eres un trabajador de pleno derecho en tu empresa, ¿verdad?”

“¿Eh? Pensé que estaba… Espera, ¿no es esto demasiado?” El sobre tenía más peso de lo que había imaginado y los números aparecieron en mi cabeza, calculando el total…

“Quiero que lo uses para tus vacaciones futuras, o la próxima vez que vuelvas. Supongo que todavía no has llevado a Mariabelle a visitar el Monte Iwaki.”

Él estaba en lo correcto. Había un santuario histórico, así como una pista de esquí allí. Pero incluso como un adulto trabajador, me hice muy consciente del peso de este dinero. Sin embargo, Marie también quería regresar, así que tal vez podríamos volver a saludar durante las vacaciones de invierno. Mi abuelo miró a Mariabelle.

“Regresa si alguna vez te aburres. Eres bienvenida en cualquier momento.”

“Si, gracias. ¡Definitivamente regresaremos!” Mi abuelo se sorprendió cuando Marie saltó hacia él para darle un abrazo. Ella era tan amable y sincera. Nos dieron la bienvenida y disfrutamos de nuestro tiempo aquí, y tuvimos la suerte de tener a alguien tan comprensivo como mi abuelo. Mientras acariciaba la cabeza de Marie, a la elfa le pareció que era hora de decir adiós, y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

“Ahh, esto no es bueno… Ahora estoy empezando a…” Me sorprendió verlo secándole las lágrimas, probablemente conmovido por la naturaleza genuina de Marie. Independientemente de su increíble intelecto y las dificultades por las que había pasado, él sabía que ella era pura hasta la médula.

Nos despedimos y dejamos a Aomori detrás de nosotros. Después de pasar por varios túneles, colocamos nuestros bentos en nuestros asientos en el shinkansen. El bento de vieira y el bento de zomushi, que eran especialidades de Aomori, estaban llenos de colores apetitosos.

La chica se mordió los labios apreciativamente ante la deliciosa vista, pero la sorprendí mirando por la ventana de vez en cuando. Probablemente recordaba nuestro tiempo en las profundas montañas de Aomori y los buenos recuerdos que habíamos hecho allí.

“Entonces, ¿cómo estuvo el viaje a Aomori?” pregunté mientras metía un trozo de vieira en la cesta donde estaba contenida la gata negra. Simplemente quería saber lo que pensaban en su primer viaje en el shinkansen. La chica se dio la vuelta y luego me miró a la cara por alguna razón. Ella esperó por un momento y luego me dio una hermosa sonrisa.

“Jeje, fue increíble.”

Su sentimiento más bien sucinto parecía estar lleno de recuerdos. Todo lo que nos quedaba por hacer era comer una deliciosa comida y disfrutar del resto de nuestros días libres. Atravesamos otro túnel y nos esperó un refrescante cielo azul.

Hombre, Aomori sí que fue divertido.

***

El antiguo laberinto. Justo cuando el demonio murió, había dejado un terrible regalo de despedida. Había abierto una puerta al reino de los demonios, marcando el comienzo de un completo caos.

La horda de monstruos que salió fue asesinada y la puerta fue destruida. Este proceso llevó un día entero, lo que resultó en que el líder del Equipo Diamante se quedara sin paciencia y decidiera manejarlo en lugar de dejarlo en manos de sus subordinados. Los monstruos habían sido eliminados, pero aún no había terminado. Con el maestro de piso del primer piso derrotado, el antiguo laberinto se llenó de un silencio que nunca antes había visto.

El sonido del chasquido de los zapatos reverberó desde el suelo hasta el techo, resonando por toda la habitación. El hombre estaba envuelto en un aura de energía mientras caminaba y probablemente no había nadie en todas las tierras que pudiera vencerlo en combate. La elfa de piel oscura sostuvo su estómago empapado de sangre y lo miró con ojos apasionados mientras se acercaba. Sus mejillas se enrojecieron cuanto más se acercaba y un escalofrío le recorrió la columna cuando llegó a su cara.

“…Eve, ¿estás herida?”

“Oh, no, por favor no te preocupes por eso, lord Zarish.”

El joven ladeó la cabeza, como confundido. Parecía que no era lo que había querido decir con su comentario. “Eres la única que resultó herida. Si vuelves a fallar, tendré que pensar en algo.”

“¡¿Ah?!”

Sus ojos se abrieron de golpe como si se hubiera derramado hielo sobre ella, pero el joven ya no la miraba. Él se puso de pie como si hubiera perdido el interés y luego comenzó a caminar de nuevo.

En realidad, había una mujer diferente que despertó su interés más que ella. Esa mujer que había conocido en el oasis… debido a ella, su interés en Eve había disminuido. Una draconiana y también una hechicera espiritual élfica, ambas eran bastante raras y su sospecha de que había algo en ellas se había convertido en una confirmación cuando escuchó que fueron las primeras en derrotar al maestro del primer piso. Pensando en sus diversas opciones, continuó caminando solo.

Era un famoso coleccionista, pero su colección era limitada. Tocó los muchos anillos en sus dedos; un hábito suyo desde hace mucho tiempo. Zarish entró en un lugar donde nadie pudiera oírlo, formó un círculo mágico y luego pronunció a nadie en particular:

“Ahora bien, comencemos. ¿Están todos listos?”

Su voz sonó en la pequeña habitación y luego se desvaneció sin que nadie la escuchara. Aquí, en este antiguo laberinto, era donde todo había comenzado.

-FIN DEL VOLUMEN 03-