Musume Janakute Mama ga Sukinano! (NL)

Volumen 1

Capitulo 6: Verdaderos Sentimientos y Excusas

Ese día, Ta-kun vino a casa para darle clases a Miu a la hora habitual.

Mientras los dos estudiaban en el segundo piso, yo estaba en el primer piso haciendo quehaceres como limpiar y lavar ropa… Y entonces, recibí una llamada de Oinomori-san.

Fue solo una pequeña llamada para confirmar un poco de trabajo, así que fue muy rápido.

Sin embargo…

“Jajaja. Vaya, parece que muchas cosas interesantes pasaron sin que me diera cuenta. No puedo creer que el universitario de la casa de al lado se te haya confesado”, se rió alegremente.

Ahh, quizá no debí abrir la boca.

Después de discutir los detalles del trabajo, quise pedirle un pequeño consejo sobre Ta-kun, diciéndole, “No se trata de mí, se trata de una amiga”, pero ella inmediatamente vio a través de mi mentira y me sacó toda la información en un instante.

Como era de esperar de una habilidosa mujer de negocios.

Sus habilidades de conversación son increíbles.

…Bueno, supongo que mi guardia laxa también tuvo mucho que ver.

“Takumi Aterazawa-kun, eh… Ahora que lo pienso, ya me habías hablado de él antes. Si no me equivoco, es el chico de al lado que le da clases a tu hija. Y habías dicho que serías muy feliz si él comenzara a salir con ella.”

“……”

“Sin embargo, Aterazawa-kun no estaba interesado en la hija… sino en la madre. Kuku. Jajaja, esto es simplemente increíble.”

“…Esto no es un asunto de risa.”

“Ah, lo siento.”

Después de mis palabras, Oinomori-san se disculpó.

Pero su voz seguía igual de alegre.

“Sin embargo, qué amor tan puro. Ese chico estuvo enamorado de ti durante 10 años, ¿verdad?”

Eso parece.

Y ahora que lo menciona… ciertamente es un amor puro.

Incluso demasiado puro.

“Qué envidia, yo también quisiera que alguien pensara tan sinceramente en mí así.”

“¿Envidia…? Cielos. No te burles de mí, Oinomori-san. Estoy consultándote seriamente.”

“¿Hm? No me estaba burlando”, dijo sorprendida. “¿Y consultándome…? Hmm. ¿Me estabas consultando? Pensé que solo estabas presumiendo… Bueno, entonces, ¿qué quieres consultarme?”

“Pues… ¿Qué crees que debo hacer ahora?”

“Sal con él”, respondió Oinomori-san.

En un tono… que no parecía broma.

Su tono fue muy normal, como si estuviera dando una respuesta naturalmente.

“Por lo que he oído, él es sincero y serio, y parece un muy buen tipo. Intenta salir con él. Y si no funciona, simplemente rompe con él y ya.”

“…N-No es así de simple.”

“Es así de simple. Más bien, ¿no eres tú la que lo está pensando demasiado?”

“……”

“Katsuragi-kun, parece que estás preocupada por la diferencia de edad… Pero él ya tiene veinte años, ¿no? Creo que estás siendo grosera al tratarlo como a un niño.”

“Puede que tengas razón en eso… Pero para mí no es tan simple.”

“¿Hm?”

“Pensándolo con sentido común, es imposible para mí salir con un chico que es diez años más joven que yo… No creo que las cosas funcionen…”

“…Pfft. Jajaja. ¡Jajajajaja!” Oinomori-san se rió.

Fuerte y desenfrenadamente.

“¿O-Oinomori-san?”

“Jajaja. Ah, lo siento, lo siento. No pude evitar reírme. Nunca pensé que dirías ‘pensándolo con sentido común’.”

“……”

“Hace diez años… Me pregunto quién fue la que, a sus veinte años, tomó la decisión de tomar y criar a la hija de su hermana fallecida”, dijo Oinomori-san. “Acababa de conseguir un trabajo y no tenía ningún ahorro. Tampoco tenía experiencia criando niños… Y aun así, decidió acoger a Miu-chan. ¿No fue una mujer llamada Ayako Katsuragi la que tomó una decisión tan descabellada después de pensarlo con ‘sentido común’?”

“……”

De repente lo recordé.

Lo que pasó hace diez años.

Cuando decidí acoger a Miu en el funeral… Me pregunto si en ese momento pensé con “sentido común”.

No, no lo hice.

No pensé en nada y me moví impulsada por mis emociones.

“Madre mía. Parece que has cambiado mucho en los últimos diez años.” Con voz sarcástica, continuó, “En ese entonces… todavía eras joven. Y debido a eso, pudiste entregarte a las emociones que brotaban en ti sin pensar en las consecuencias. Estuviste dispuesta a dar tu vida por alguien más. Y todo porque… Porque no tenías nada que perder.”

“¿Nada que perder…?”

“Los que no tienen nada que perder pueden hacer cualquier cosa. Pueden afrontar cualquier desafío. Pero cuanto más tiempo vives, más te acomodas. Y empiezas a preocuparte de que puedas perder algo. Dinero, familia, amigos, orgullo o autoestima… Eso es lo que llamamos ‘envejecer’.”

“……”

“Cuanto más envejeces, más miedo tienes de actuar”, dijo Oinomori-san. “La razón por la que fuiste capaz de criar a tu sobrina fue porque eras ‘joven’. Pero… ahora eres diferente. Has envejecido. Y en estos diez años, has ganado cosas que no quieres perder.”

Hace diez años…

Mis parientes discutiendo sobre quién se haría cargo de Miu volvieron a mi mente.

Para ser honesta… los aborrecí en ese momento.

Sentí decepción y resentimiento hacia ellos, que solo pensaban en sí mismos y no podían pensar en Miu en absoluto.

Pero.

Ahora, en retrospectiva, probablemente solo estaban desesperados.

Estaban desesperados por proteger sus vidas y mantener sus preciosas vidas con sus familias. No era que no pensaran en Miu, sino que tenían una familia a la que debían priorizar más que a los hijos de sus parientes… Algo que no podían permitirse perder.

Pero yo… No tenía nada de eso.

Por eso fui capaz de actuar según mis sentimientos.

Puede que haya sido amabilidad, amor o un sentido de justicia. Puede que haya sido un sentimiento de nobleza para ser contado como una historia conmovedora.

Pero… fueron esos sentimientos que tuve los que me impulsaron a moverme.

Porque no tenía nada que perder.

Porque todavía era muy joven…

“A menudo se dice que ser un héroe significa estar solo. Y eso es cierto. No puedes ser un héroe si tienes una familia. ¿Qué clase de héroe serías si pones a tu familia por delante de las masas? E inversamente, ¿qué clase de héroe serías si ignoras a tu familia? No importa cómo lo mires, no puedes ser un héroe si tienes una familia.”

“……”

“Es muy diferente a hace diez años cuando podías actuar libremente y no tenías que preocuparte por nadie, Katsuragi-kun. Pero ahora… Miu-chan es tu familia. Es la familia que has construido en estos últimos diez años y tu día a día. Tienes una buena relación con tus vecinos, y una posición y responsabilidades muy diferentes en el trabajo a las de hace diez años cuando eras una recién llegada. Tales circunstancias te hacen usar la palabra ‘sentido común’ porque hay muchas cosas que no quieres perder. Porque ‘sentido común’ es una de las palabras favoritas de los adultos”, dijo Oinomori-san. “Bienvenida, Katsuragi-kun. Al mundo de los adultos aburridos.”

Sus palabras irónicamente mordaces me apuñalaron.

***

Después de terminar la llamada, me senté como ausente en una silla por un rato cuando la puerta de la sala se abrió.

“Mamá. ¿Terminaste tu llamada?”

“Ah… sí. ¿Dónde está Ta-kun?”

“Ya se fue. Como estabas al teléfono, se fue sin despedirse.”

Miré mi reloj y ya eran más de las nueve de la noche.

Parece que estuve parloteando por bastante tiempo.

“Oye, mamá.”

Mientras cerraba y guardaba mi laptop, Miu se sentó frente a mí.

Me miró directamente y dijo en un tono serio:

“¿Ya decidiste qué vas a hacer con Taku-nii?”

“¿Que qué voy a hacer…? No voy a hacer nada. Lo he dicho muchas veces, pero es imposible que él y yo salgamos…”

“No me refiero a eso”, Miu se rascó la cabeza y suspiró profundamente.

Y con una voz que exudaba irritación y consternación, continuó.

“Mamá, después de su confesión… solo has estado huyendo.”

“¿Eh…?”

“Siempre estás diciendo cosas como, ‘pensándolo con sentido común, es imposible’, y ‘me siento culpable ante la familia Aterazawa’, como si solo te preocuparan las apariencias. Además de eso, comenzaste esa extraña estrategia de mostrar tu lado desagradable para hacer que él te odiara. Solo estás huyendo.”

“N-No estoy huyendo.”

“Estás huyendo.”

Sus fríos ojos me miraron.

Quería mirar hacia otro lado, pero no pude. Sus silenciosos y furiosos ojos no me permitieron escapar.

“Solo usas esas palabras superficiales para huir. Mamá… Ni una vez has hablado de tus sentimientos.”

“……”

Después de sus palabras, caí en cuenta.

No estaba consciente de ello.

Pero ciertamente, sin saberlo, no había hecho nada más que huir.

Desde el principio, traté de fingir que la confesión no había sucedido y seguí actuando como siempre.

Utilicé la conveniente excusa del sentido común para ocultar mis verdaderos sentimientos y negarme a enfrentarlo, y al final, hice una cosa cobarde como “mostrarle mi lado más desagradable para que se desilusionara”, esperando que él se rindiera.

No podía objetar sus palabras.

Sí.

No he dicho nada todavía.

No he dado ninguna respuesta.

Yo… solo he estado huyendo.

Desde que Ta-kun se me confesó, he estado huyendo todo el tiempo…

“Mamá. Deja de huir y dime la verdad. Dime lo que realmente piensas.”

Miu me miró con una mirada acusadora.

“El sentido común, las apariencias y… yo. Déjate de todos esos pretextos molestos y dime qué piensas de Taku-nii como hombre.”

“……”

No supe qué decir.

El reproche de Miu y la ironía de Oinomori-san giraban en mi cabeza y turbaron mis pensamientos.

Mi cabeza estaba hecha un caos… Pero aun así, pensé desesperadamente.

Tenía que pensar.

No huir… sino pensar.

Tenía que enfrentar la confesión de Ta-kun y a mi propio corazón.

Y entonces…

“…Lo amo”, dije. “Por supuesto que me gusta. Siempre he amado a Ta-kun. Sé muy bien cuán sincero y amable es, y… es más o menos mi tipo. Creo que cualquier mujer sería muy feliz si pudiera salir con él. Y estoy muy contenta de gustarle tanto a un chico tan maravilloso como él.”

“……”

Por un momento, Miu levantó una ceja.

Estaba a punto de decir algo, pero…

“Pero”, continué, antes de que ella pudiera decir algo. “No puedo percibir a Ta-kun… como hombre.”

Esa era mi respuesta y lo que realmente pensaba.

No era una excusa, sino mis verdaderos sentimientos.

“Realmente amo mucho a Ta-kun… Pero estos sentimientos, cómo decirlo… Es más como el amor de una madre por su hijo. No me gusta Ta-kun en un sentido romántico.”

He estado observando a Ta-kun desde que él tenía diez años.

Aunque creció y se volvió bastante varonil… no puedo verlo como un hombre. Simplemente no puedo verlo de esa manera.

“Miu, yo… siempre quise que tú y Ta-kun estuvieran juntos. Pensé que hacían una buena pareja. Por supuesto, esto era solo un deseo egoísta mío como madre… Pero debido a que me sentía así, empecé a ver a Ta-kun como un hijo y no como un hombre.”

“……”

“Además, Miu… Los verdaderos sentimientos y las apariencias, todo eso no es tan simple.”

Oinomori-san dijo que era simple.

Pero no para mí.

No podía pensar que lo fuera en absoluto…

“Miu, antes dijiste que me dejara de pretextos y dijera lo que realmente pensaba… Pero eso es imposible. No puedes separar una fachada y la verdad tan fácilmente.”

Si te despojaras de tu fachada, solo quedarían tus verdaderos sentimientos… Cuán fácil y conveniente sería todo si fuera así de simple.

Pero una fachada es más que una simple cubierta para la verdad.

Si fueras un niño, entonces todo sería más simple.

Podrías desprenderte fácilmente de tu fachada, como si estuvieras pelando una fruta.

Pero… en el mundo de los adultos, eso es imposible.

La fruta va madurando cada vez más… La cáscara y el fruto, los pretextos y los verdaderos sentimientos se vuelven uno.

Los pretextos desdibujan los verdaderos sentimientos.

Y en ocasiones, los sentimientos más importantes se integran con los pretextos.

“Sabes, Miu… ya tengo más de treinta años. No puedo enamorarme solo confiando en mis sentimientos e impulsos. Necesito pensar en mi vida actual y en mi vida futura. No puedo abrir mi corazón y compartir mis sentimientos tan descuidadamente.”

Tenía que pensar en los riesgos.

Y todo lo que podía ver eran riesgos.

Cuán riesgoso sería para esta casa si saliera con el chico de al lado que es diez años más joven que yo.

Si la relación saliera a la luz, quién sabe lo que la gente pensaría de nosotros.

Si fuera solo yo, no me importa.

Pero si empezaran a mirar a Miu extrañamente…

“……”

Al final, como dijo Oinomori-san, pienso como un “adulto aburrido”.

Si nos fijábamos en los pros y los contras, solo había contras. En lugar de pensar que podía obtener algo más, tenía más miedo de perder lo que ya tenía. Una mentalidad cautelosa, prudente y conservadora típica de un adulto que tiene miedo a intentar algo nuevo.

Pero eso está bien.

Soy una madre.

No puedo seguir siendo una niña.

Hace diez años, decidí convertirme en una adulta.

“En conclusión… No puedes salir con Taku-nii”, dijo Miu después de una pausa.

Con una voz sorprendida y resignada.

“…Sí. Así es.”

“……”

Miu cerró los ojos y suspiró profundamente. Tenía una expresión como de enfado, de tristeza, una emoción compleja que no podía ser explicada en una palabra.

Sin embargo.

Las palabras que dijo después hicieron que mi corazón se detuviera.

“…¡Ya la oíste, Taku-nii!” gritó Miu de repente.

Me volví hacia el pasillo.

Después de unos segundos, la puerta de la sala se abrió lentamente.

Y entonces, él apareció…

“¡¿T-Ta-kun…?!”

Ta-kun entró vacilante en la sala. Con la mirada hacia abajo como culpable y con ojos llenos de tristeza.

“¿Por qué…? Se suponía que ya te habías ido a casa…”

“…Lo siento.”

“Taku-nii no tiene la culpa. Yo le rogué que lo hiciera”, dijo Miu, interrumpiendo su disculpa. “Le dije que pretendiera irse a casa y escuchara mientras yo averiguaba tus verdaderos sentimientos.”

“…¿P-Por qué hiciste eso?”

“Porque… sentía mucha pena por Taku-nii.”

Su voz era muy fría.

“Él reunió el coraje para confesarse y finalmente te transmitió los sentimientos que había guardado durante mucho tiempo… Pero tú solo has estado dándole excusas vagas.”

“P-Pues…”

“Puede que estuvieras tratando de encontrar una manera para que nadie saliera herido… Puede que estuvieras siendo amable… Pero creo que es injusto.”

“……”

No pude decir nada. No pude responder nada. “Injusto”. La palabra que pronunció mi hija penetró en lo más profundo de mi corazón.

“Ayako-san…”

Y finalmente, Ta-kun habló.

“Yo… lo siento mucho.”

Lo primero que soltó fue una profunda disculpa.

“Debido a mi confesión… te he dado muchos problemas… Como resultado, le causé problemas a Miu también… Arruiné nuestra relación por mis razones egoístas… Lo siento mucho. Pero, bueno… M-Muchas gracias.”

Y luego soltó palabras de gratitud.

“Estabas pensando seriamente en mí… Gracias por eso. Incluso si escuché a escondidas, descubrí tus verdaderos sentimientos… Y me alegro por eso. No era la respuesta que quería, pero me alegro de haber obtenido una respuesta. Jajaja.”

Y entonces, Ta-kun… sonrió.

Fue una sonrisa seca y vacía.

Obviamente forzada.

Una sonrisa dolorosa que me oprimió el pecho al mirarla.

“Jajaja… B-Bueno, sabía desde el principio que era imposible. No tenía oportunidad. Un mocoso como yo no está a la altura de una mujer tan maravillosa como tú.”

Con una voz alegre, antinaturalmente alegre, Ta-kun habló.

“Cuando dijiste que no me percibías como un hombre… no tenía nada que responder a cambio. Era predecible. Porque así es como me has tratado todo este tiempo. Para ti, es como si tu hijo se te hubiera confesado, ¿no? Por supuesto que debió ser incómodo. Debí parecerte… realmente desagradable… Has sido tan buena conmigo porque somos vecinos… porque soy un niño, y sin embargo, yo todo este tiempo te he estado viendo como una mujer… Soy realmente horrible…”

Su falsa voz alegre comenzó a romperse gradualmente.

“…Ajajaja. Olvida todo lo que pasó, Ayako-san. Hagamos de cuenta que estos últimos días nunca pasaron… Dejemos todo como antes… Como ha sido hasta ahora…”

Su voz se fue acallando.

Y Ta-kun… comenzó a llorar.

Lágrimas corrían por su rostro sonriente.

Al darse cuenta de esto, se cubrió la cara con una mano y dijo, “Lo siento”, y salió de la sala.

“¡E-Espera! Espera, Ta-kun—”

“¡Mamá!”

Intenté seguirlo por reflejo, pero una voz fría y firme me detuvo.

“¿Qué harás después de alcanzarlo?”

“¿Q-Que qué haré…?”

¿Qué iba a hacer?

¿Cuál se supone que era el plan?

Alcanzarlo, disculparme, consolarlo… ¿Y luego qué?

Abrazar al chico profundamente herido y llorar con él … ¿Y luego qué?

¿Qué sentido tenía?

Eso era nada más… para mi propio consuelo.

Para mi propia satisfacción, para justificarme un poco por el daño que le hice.

“Eso no es justo, mamá”, dijo Miu con reproche.

No pude decir nada. “No es justo”. Yo también lo pensaba. Inconscientemente traté de actuar injustamente, hasta el punto de que estaba disgustada conmigo misma.

Me derrumbé y caí de rodillas en la sala.

Tenía lágrimas en los ojos, pero hice todo lo posible por contenerlas.

Pensé que fingir ser una víctima y derramar lágrimas sería imperdonable.