Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 4: La Princesa de la Guerra

Capitulo 4: Una Vez que Tengamos a Meraldia en Nuestra Manos

Parte 8

 

 

Caminamos hacia el sur durante la noche, parando solo cuando llegamos a la relativa seguridad de Welheim. Sin embargo, incluso entonces, no entramos en la ciudad. En cambio, esperamos en la carretera mientras Mao se adelantaba y se reunía con los otros miembros de su caravana. Afortunadamente, pudieron proporcionarnos un carromato y mantas frescas.

“Mao, ¿preparaste todo esto de antemano?”

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“A diferencia de ustedes los hombres lobo, los humanos no podemos correr de Krauhen a Zaria en una sola noche. Hay carne seca y pan por si tienen hambre.”

Nos amontonamos en el carromato y finalmente pudimos descansar por un rato. Sin embargo—

“Oye, Mao, muévete.”

“Te das cuenta de quién te proporcionó este carromato, ¿verdad, Jerrick? Si te sientes apretado, te sugiero estirar las piernas hacia Kite.”

“¡Espera, entonces yo no tendré espacio! ¡¿Por qué este carromato es tan pequeño de todos modos?!”

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“Porque usé los más grandes para almacenar toda la sal que pude.”

“¡Maldito comerciante codicioso!”

Las discusiones de estos tipos hacían que fuera difícil dormir. Traten de llevarse bien, chicos, estoy muy cansado para esto…

Afortunadamente, los soldados de Rolmund no nos persiguieron y pudimos regresar a Zaria y de allí a Ryunheit. Convoqué una reunión de emergencia del consejo tan pronto como regresé y le conté a los virreyes de la Mancomunidad lo que había aprendido.

“Rolmund, ¿eh? Todo lo que sé sobre ellos es lo que leí en algunos registros antiguos”, dijo Petore, el virrey humano más viejo, con el ceño fruncido. El virrey de Veira, Forne, asintió en respuesta.

“Incluso la información que hemos recopilado del norte tiene poco que decir sobre Rolmund. Y ciertamente he gastado todos mis recursos en recopilar información.”

Todos juntaron lo poco que sabían de Rolmund. Después de unir toda la información que teníamos, pudimos obtener una imagen general del estado del imperio. Hace trescientos años, Rolmund había sido una república gobernada por un Senado.

La esclavitud también había sido legal y los ciudadanos del norte de Meraldia eran descendientes de los esclavos de Rolmund.

Desafortunadamente, teníamos poca o ninguna información que detallara cómo se convirtió en el imperio que es ahora. Melaine se sentó en el borde de la mesa, pensando en silencio. Oh sí, Melaine solía vivir en el norte cuando era humana, ¿verdad?

“Cuando era niña, la gente hablaba a menudo de cómo los viajeros habían dejado de cruzar las montañas. Parece que solía haber al menos algún contacto entre el imperio y Meraldia hasta entonces.”

“Hace cuánto tiempo fue—¡Ouch!”

Firnir intentó hacer una pregunta un tanto grosera y se encontró con un coscorrón antes de que pudiera terminar. Cosechas lo que siembras. Después de que terminó de castigar a Firnir, Melaine murmuró, “Incluso entre los vampiros, no hay muchas personas que hayan vivido más de un siglo. P-Para que conste, yo tampoco.”

Dado que todos los demás vampiros son tus familiares, ¿no es prácticamente una garantía de que eres la más vieja? Al final, casi no teníamos información, así que nuestra primera prioridad era reunir información.

“Tengo espías en Krauhen, Draulight y las tres ciudades que los demonios conquistaron. Voy a buscar algunos muchachos más confiables y los enviaré a las otras ciudades.”

Gracias a la destreza financiera de Lotz, Petore podía permitirse el lujo de mantener a un séquito de espías en la nómina. Garsh asintió y agregó, “También tengo unos chicos explorando el norte, así que espero obtener pronto información útil.”

Fue reconfortante oír eso, pero había otra cosa que no podíamos olvidar.

“La chica que se hacía llamar Eleora dijo que no tenía intención de interferir con la Mancomunidad, pero definitivamente no se debe confiar en ella.”

Lo mejor sería fortalecer las defensas de cada ciudad.

“Me gustaría centrarme especialmente en reforzar las defensas de las cuatro ciudades que bordean el norte. ¿Estarían dispuestas las cuatro ciudades del sur a proporcionarles ayuda militar?”

“Por supuesto. Shardier enviará todos los suministros y tropas que pueda.”

Aram, quien había perdido mucho peso recientemente, aceptó con entusiasmo mi propuesta. Los virreyes de las otras tres ciudades también asintieron. Mientras discutíamos los detalles, Shatina ladeó la cabeza y preguntó, “Pero, Maestro, ¿no entrará pronto el norte en invierno? No sé mucho sobre la nieve, pero ¿no es difícil movilizar las tropas?”

Buena pregunta.

“En los lugares como Krauhen nieva lo suficiente como para enterrar a un hombre durante el invierno. Así que tienes razón, movilizar tropas en invierno no es nada fácil. Sin embargo, el ejército de Rolmund tiene numerosas herramientas mágicas a su disposición. Es posible que puedan atravesar la nieve rápidamente, por lo que no podemos bajar la guardia.”

Hasta que no tuviéramos una mejor idea de las capacidades tecnológicas de Rolmund, no podíamos asumir que la nieve nos protegería.

“Además, cuanto más al sur vayas, menos nieve habrá. El ejército de Rolmund está acostumbrado a luchar en la nieve, por lo que la insignificante cantidad que caiga cerca de Vongang y demás probablemente ni siquiera sean un obstáculo para ellos.”

“Tienes razón en eso. Debemos asumir que están muy familiarizados con batallar en la nieve.”

Airia asintió y luego agregó, “No podemos actuar directamente contra las fuerzas de Rolmund en este momento, pero debemos aumentar nuestras fuerzas y prepararnos para la guerra. Recomiendo que todas las ciudades mejoren sus muros y se preparen para un asedio.”

Garsh asintió en acuerdo.

“Exacto. Deberíamos establecer un sistema de retransmisión para que podamos enviar ayuda de emergencia. Le daré a Ryunheit unos cuantos soldados más, así que úsenlos como quieran.”

¿Estamos a punto de recibir otra afluencia de tipos con mohawk?

***

 

 

 

—Las Expectativas de Mao—

Retrocedamos en el tiempo y volvamos al punto en el que Veight estaba investigando los pozos mineros abandonados de Krauhen. Mao y Kite, quienes se habían quedado en la posada, se estaban mirando fijamente.


“Oye, ¿qué están haciendo tus lacayos? No los veo por ningún lado.”

El investigador del Senado, Kite, me miró con suspicacia. Es una regla personal mía decir la verdad cuando mentir no me beneficia, así que no veo razón para engañarlo.

“Cuando llegaste, hice que mis hombres regresaran al sur. Ya no es seguro aquí y carezco del poder para protegerlos.”

Ya que Veight había venido aquí en persona, no tenía dudas de que estaba a punto de causar un alboroto. Kite parecía sorprendido por mi respuesta.

“¿Los evacuaste? Qué sorpresa.”

“¿Y qué es exactamente lo sorprendente de eso?”

“Simplemente pensé que, conociéndote, no tendrías reparos en abandonar a tus subordinados…”

Qué grosero.

“No hay nada que desprecie más que los cobardes que abandonan a sus empleados.”

“Sí, esto realmente es una sorpresa…”

De veras necesitas aprender algunos modales. Realmente no quiero que uno de mis aliados malinterprete quién soy, especialmente uno que trabajaba para el Senado. Creo que tengo que dar una explicación.

“En mi juventud, fui tratado como un peón desechable por uno de mis empleadores y eventualmente dejado de lado.”

“¿De verdad?”

Por favor, deja de dudar de todo lo que digo. No nací siendo un comerciante astuto, ¿sabes?

“¿Nunca te pareció extraño que mi nombre fuera Mao?”

“¿Hm? Oh sí, supongo que Mao no es un nombre de Ryunheit. ¿Naciste en Shardier?”

Sonreí tristemente en respuesta.

“No, no soy de Meraldia. Nací en una nación diferente. Una que se encuentra más al este de las Dunas Ventosas.”

Ante eso, la mirada de Kite se volvió sospechosa de nuevo.

“¿Así que creaste problemas en tu tierra y tuviste que huir a Meraldia?”

“Se podría decir que sí. Sin saberlo, fui involucrado en una operación de contrabando de drogas. Si me hubieran atrapado en mi tierra natal, me habrían ejecutado, así que huí hacia Ryunheit.”

Desde entonces, he sido meticulosamente minucioso en asegurar que ningún proveedor trate de introducir contrabando entre mi mercancía. La experiencia me ha enseñado que el polvo blanco dentro de un frasco de sal puede no ser necesariamente sal. Ni siquiera cuando ese frasco de sal me lo entregó mi empleador. Al menos aprendí una valiosa lección ese día. Aunque pagué un precio bastante alto por aprenderla.

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“Mi antiguo empleador era un rico comerciante que hizo su fortuna con el contrabando de drogas. En público, era venerado como un aliado del hombre común y un comerciante con una visión empresarial impecable. Pero sé que es un monstruo insensible que desecharía a sus hombres sin pensarlo dos veces.”

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“Ya… veo.”

Las palabras de Kite sonaron algo sombrías. Había escuchado que sufrió un destino similar a manos del Senado. Teniendo en cuenta lo corruptos que se han vuelto, puedo ver fácilmente cómo un hombre íntegro como él podría ser una carga para ellos.

“Por eso, hice un voto de que nunca trataría a mis propios hombres como si fueran peones. Yo seré el que emprenda misiones verdaderamente peligrosas como esta.”

“Eres un comerciante corrupto, ¿no es así? ¿Por qué te preocupas tanto por ellos?”

“Incluso los comerciantes corruptos tienen su orgullo.”

Esto es algo en lo que nunca me echaré atrás. Si rompo este voto, no seré mejor que los comerciantes repugnantes que desprecio. Kite asintió con admiración y dijo, “Entonces, ¿qué tal si dejas de sobornar a la gente y te conviertes en un comerciante honesto?”

Suspiré.

“Realmente eres un niñito ingenuo.”

“¡Oye, eso fue innecesario! Finalmente estaba empezando a respetarte un poco.”

“Tú nunca lo entenderás.”

Por eso prefiero hacer tratos con nuestro estimado general hombre lobo. Posee una fuerza y ​​una autoridad sin igual, sabe cuándo ser cauteloso y cuándo ser audaz, y sobre todo, es un hombre verdaderamente amable en el fondo. El equilibrio perfecto de los atributos necesarios para ser un líder eficaz.

“Fufu…”

“Oye, ¿de qué te ríes?”

“Oh, nada. Ahora bien, supongo que deberíamos prepararnos para partir.”

Kite ladeó su cabeza mientras empacaba mis pertenencias.

“Pero Veight y su amigo todavía no han regresado.”

Este hombre realmente no entiende nada. Suspiré de nuevo.

“Viendo que él ha venido aquí en persona, está claro como el día que habrá un gran alboroto. Necesitas ser más perceptivo, o morirás antes de tiempo.”

“¿D-De verdad?”

“Sí, de verdad.”

Veight es un hombre lobo extraordinario. No importa si se enfrenta al Senado, a un virrey o al propio Héroe, derrotará a cualquiera que se interponga en su camino y obtendrá lo que quiere. Como comerciante, sus formas imprudentes me causan un sinfín de problemas, pero también hay una parte de mí que quiere ver hasta dónde llegará.

“Él es el Rey Negro de los Hombres Lobo de Ryunheit y el representante de la Señora Demonio, después de todo. Aunque es bastante problemático.”

“Si él te causa tantos problemas, ¿por qué sonríes así?”

“No lo estoy. Ahora vístete. Si sales así, te congelarás hasta morir. Tengo un abrigo de piel de liebre de montaña de sobra, así que ponte eso. No solo es cálido, sino que también te ayudará a mezclarte en la oscuridad.”

“Oh, gracias.”

Al ver la vacilación de Kite al coger el lujoso abrigo, me dieron ganas de molestarlo un poco.

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“Son ciento setenta monedas de plata, por favor.”

“¡¿C-Ciento setenta?! ¡Espera, ¿me estás cobrando por esto?! ¡¿Pensé que éramos aliados?!”


“No recuerdo haberme aliado con un inspector puritano como tú, pero supongo que, si estás dispuesto a aliarte conmigo, te lo puedo dejar gratis.”

“¡Solo quieres que acepte tus sobornos!”

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***

 

 

Este año, como cualquier otro, llegó el invierno a Meraldia. Un día, Mao entró en mi oficina con una expresión de exasperación en su rostro.

“El Senado ha prohibido la venta de sal marina en el norte. Afirman que no quieren que sus enemigos se beneficien de ellos.”

“¿En serio? Pero Krauhen tampoco les está proporcionando sal de roca. ¿Cómo van a conseguir la sal los ciudadanos?”

Mao se encogió de hombros.

“He escuchado rumores, pero estoy seguro de que nuestro informante del Senado conoce la historia completa.”

Kite estaba sentado a un lado, soplando con fuerza su taza de té verde. Supongo que tiene una lengua sensible. A pesar de que había traicionado a sus empleadores en secreto, parecía que el Senado lo consideraba como “el único hombre capaz de negociar en igualdad de condiciones con el Rey Negro de los Hombres Lobo”. Era gracioso lo poco que sabían. Kite tomó un sorbo de su té y respondió, “Krauhen suavizó su postura. Dijeron que estarían dispuestos a olvidar el incidente de la Werewolfsbane. Pero a cambio, exigieron el control sobre el comercio de la sal.”

“Es por eso que el norte prohibió la importación de sal y está comprando solo sal de roca a Krauhen.”

El norte en realidad no importaba mucha sal, por lo que el gesto era más una formalidad que reconocía la autoridad de Krauhen que cualquier otra cosa. Sin embargo, el hecho de que Krauhen estuviera aliado con Rolmund lo cambiaba todo. Mao masticó una galleta y dijo con voz grave, “Como el Senado ya no importa sal del sur, están supeditados a Krauhen. Si Krauhen traicionara al Senado en este momento…”

Las ciudades del norte de Meraldia no tendrían sal. La cantidad de sal que aparecía en varios mercados del norte ya estaba empezando a disminuir. Lo más probable es que no tuvieran mucha sal almacenada. Me preocupaba cómo eso impactaría las vidas de los civiles, pero no había mucho que pudiera hacer desde aquí.

“Además, Bahen y Aryoug son los graneros del norte. Si traicionan al Senado junto con Krauhen, la Federación Meraldiana estará prácticamente acabada.”

“Sobre todo porque la mayoría del ejército del Senado está situado en Schverm. No tengo idea de cuáles son los planes de Schverm, pero si también capitulan ante Rolmund…” Kite se calló.

“Dividir las ciudades según su función terminó volviéndose en contra del Senado”, respondió Mao con una sonrisa sardónica. Claramente quería que el Senado cayera. Le sonreí a Kite y dije, “Entonces, honorable inspector que teme por el destino del norte, ¿por qué has venido hoy aquí?”

“El Senado quería que te diera esta carta. Es una prueba de su deseo de amistad, o eso dicen.”

Probablemente solo quieren adularme para que me aísle de mis aliados. Kite desplegó la carta y resumió su contenido.

“Parece que quieren darte un palacio en Ioro Lange para que lo uses como embajada de relaciones diplomáticas. Supuestamente está atendido por veinte mujeres hermosas.”

“No, gracias.”

Prefiero un apartamento de una habitación con acceso a Internet y aire acondicionado a un palacio. Mao se encogió de hombros.

“Solo quieren que aceptes para que puedan comenzar a difundir rumores de que estás conspirando secretamente con el norte. ¿Estoy en lo cierto?”

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“Sí”, respondió Kite malhumoradamente. Parecía que estaba harto de cuán juveniles eran los intentos del Senado.

“Por supuesto, el Senado piensa que su plan para abrir brechas entre la Mancomunidad del Sur está progresando sin problemas. Ya que eso es lo que les estoy informando.”

“Gracias. Estás haciendo un buen trabajo.”

De hecho, me sentí un poco mal por hacer que Kite se convirtiera en un traidor, considerando cuán íntegro era.

En esta época del año, Krauhen estaba enterrado en la nieve. Solo estaríamos en problemas si ya habían terminado su túnel hacia Rolmund, pero no tenía suficiente información para saber con seguridad si lo habían hecho o no.

“¿El Senado no sospecha nada?”

“Sí, pero nadie quiere ser el primero en admitir que han pasado algo por alto.”

La primera persona que mencione oficialmente la posibilidad de que Krauhen estuviera tramando algo turbio probablemente tendría la responsabilidad poco envidiable de averiguar qué era.

Fue por esa razón que los miembros del Senado tendían a ignorar deliberadamente sutiles insinuaciones de que algo estaba mal. Como resultado, la mayoría de las personas que trabajan para los senadores eran hombres acríticos, que rara vez expresaban sus propias opiniones.

La compañía para la que trabajé en Japón había sido similar, por lo que podía entender el disgusto de Kite. Incluso si intentara alertar al Senado sobre la inminente invasión de Rolmund, mi mensaje probablemente nunca llegaría a ninguno de los senadores.

***

 

 

Por otro lado, la Mancomunidad hizo tantos preparativos como pudo durante el invierno. Naturalmente, entrenar a más soldados era parte de esos preparativos, pero también intentamos reunir la mayor cantidad posible de líderes talentosos. Hoy estaba enseñándole a Shatina sobre la situación dentro de Meraldia.

“Dentro de la Federación del Norte, Bahen, Schverm y Aryoug probablemente cambiaron de bando y se unieron a Rolmund.”

Shatina levantó la mano para hacer una pregunta.

“Maestro, ¿cómo es que Rolmund solo negoció con esas tres ciudades? ¿No habría sido más fácil para ellos convencer a todas las ciudades de que se unieran a ellos?”

“Imagino que no tenían suficiente gente. Por lo que parece, la princesa Eleora solo trajo algunos subordinados con ella. De los cuales, aún menos son diplomáticos.”

Shatina asintió en comprensión y agregué, “Además, si intentan influir en todas las ciudades, las posibilidades de que su plan quede expuesto al Senado aumentan exponencialmente. Así que limitaron sus objetivos a aquellas ciudades que creían que podían ser convencidas.”

Señalé tres ciudades en el mapa.

“Estas tres ciudades una vez fueron ocupadas por el ejército demoníaco, por lo que sienten que no pueden confiar en que el Senado las proteja. También saben que los demonios son una amenaza mayor de lo que esperaban. Además, todavía están en medio de la reparación de sus muros, por lo que no están en condiciones de luchar.”

“¿Así que lo último que querrían es que las negociaciones se rompan y sean invadidos por Rolmund mientras son vulnerables?”

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“Correcto. Nadie quiere sufrir dos invasiones sucesivas.”

Si en realidad se habían cambiado de bando o no dependía de la destreza diplomática de Eleora, pero era mejor prepararse para lo peor y asumir que las tres ciudades también se habían cambiado de bando. Shatina miró el mapa y asintió.

“En ese caso, Rolmund controla cinco ciudades, la Federación del Norte cuatro y nosotros ocho. ¿No nos convertiría eso en la potencia más fuerte de la región?”

“No, no necesariamente.” Negué con la cabeza. “Gracias a las políticas de la Federación, el norte tiene más población que el sur. Nuestras ciudades son mucho más pequeñas que las suyas. Eso, más el hecho de que tienen un ejército más experimentado significa que no hay mucha diferencia entre nosotros.”

De hecho, estábamos en desventaja ya que teníamos muchas más tierras que necesitábamos proteger que las otras dos facciones. Teníamos que cubrir la mayor parte del territorio con la menor cantidad de tropas. Nuestras dos ciudades más grandes, Beluza y Lotz, se enfocaban más en su armada que en su ejército, por lo que el ejército demoníaco tendría que compensar la diferencia de alguna manera. Si realmente llegara la guerra, estaríamos en una situación difícil.

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