Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 3: La Unificación del Sura

Capitulo 3: Nueva Virreyna

Parte 1

Lo primero que hizo Gomoviroa después de ascender a la posición de Señora Demonio fue ordenar una retirada completa del frente norte. Su plan era utilizar las tropas adicionales para fortalecer nuestras defensas en el sur y centrarse exclusivamente en la diplomacia y la protección de nuestras fronteras. Estas fueron todas las medidas que había descrito antes en una reunión de oficiales, por lo que no hubo oposición cuando hizo la proclamación oficial.

La Maestra también declaró que el Castillo de Grenschtat se convertiría en una academia de entrenamiento para los nuevos reclutas. En realidad, el castillo originalmente había sido hecho para entrenar tropas, por lo que estaba equipado con todas las instalaciones necesarias.

Aquí, capacitaríamos a nuevos reclutas demonios de las aldeas rurales en formación, mantenimiento de armas y cualquier otro fundamento básico que necesitaran para ser buenos soldados. Si tuviera que ponerlo en términos de TRPG, Grenschtat ahora era una base para producir nuevas unidades.

También estaba planeando quedarme en Grenschtat hasta que me recuperara por completo, así que serviría como instructor militar hasta que estuviera lo suficientemente en forma como para regresar a Ryunheit. Mi objetivo principal era volver a entrenar a los sobrevivientes del segundo regimiento.

La Maestra planeaba disolver el segundo regimiento y fusionar a los sobrevivientes en el tercero. Lo que significa que, eventualmente, estarían apostados en las ciudades del sur de Meraldia.

Gracias a nuestras conquistas relativamente poco sangrientas en la región, todavía estábamos en posición de negociar con los virreyes del sur. De ahí por qué sería un problema si los demonios del segundo regimiento hicieran un alboroto allí. Mi trabajo era enseñarles cómo comunicarse con los humanos en lugar de matarlos. Y para eso, necesitaba purgarlos de la mentalidad primitiva de que el poder justifica la razón.

“Hombres, sé que experimentaron campos de batalla más aterradores que el infierno mismo durante la campaña del norte.”

Barrí mi mirada sobre los gigantes y ogros sentados frente a mí. Estábamos en una de las salas más grandes de Grenschtat que habíamos convertido en un salón de clases. Era un espectáculo bastante surrealista ver gigantes sedientos de sangre y ogros sentados encorvados sobre escritorios. El segundo regimiento sufrió pérdidas devastadoras y no fueron sus guerreros más fuertes quienes sobrevivieron a la masacre. De hecho, fueron los más débiles los que salieron con vida. Solo los cobardes y los sabios habían poseído la astucia para huir.

“No son lo mejor del segundo regimiento. Lo mejor del segundo murió durante la pelea contra el Héroe. Y estoy seguro de que ustedes lo saben mejor que nadie.”

Los demonios reunidos bajaron sus cabezas. Vaya, estos chicos realmente son tímidos. Las repetidas derrotas que habían sufrido probablemente habían marcado a algunos de ellos, pero supongo que la mayoría de estos tipos habían sido tímidos desde el principio. Y esa era precisamente la razón por la que necesitaba animarlos.

“Pero ustedes fueron los únicos que no se opusieron a la idea de retirarse. Después de aprender lo aterradores que pueden ser los humanos, eligieron huir. Y es por eso que todavía están vivos ahora. De ahora en adelante, les enseñaré aún más sobre los humanos, para que puedan seguir sobreviviendo a las batallas por venir.”

Los gigantes y los ogros intercambiaron miradas, confundidos.

“¿De qué está hablando?”

“No sé. Las clases de Veight son demasiado difíciles para mí.”

“Pero tiene razón. Esos humanos daban miedo. Nunca pensé que serían tan fuertes.”

“Sí, eran aterradores…”

No podía decir si mis palabras estaban llegando a ellos o no.

“Lo que es verdaderamente aterrador sobre los humanos es su tenacidad. Incluso si matas a su guerrero más fuerte, alguien más intervendrá para tomar su lugar. Tienen que entender que no son como nosotros.”

Después de todo, los humanos no eran dirigidos por su luchador más fuerte. Por eso podían permitirse enviar a sus mejores soldados al campo.

“Además, deben saber que, en una pelea, intentarán proteger a sus compañeros más débiles.”

Ese no siempre era el caso y definitivamente había momentos en que los humanos luchaban entre sí, pero en general, los soldados hacían todo lo posible para proteger a los civiles. Los ogros y los gigantes no formaban grupos, por lo que era un concepto extraño para ellos. Para ellos, los débiles que no podían luchar merecían morir.

Los hobgoblins al menos formaban grupos sencillos, por lo que fueron capaces de comprender a lo que estaba llegando hasta cierto punto. El resto, sin embargo, no pudo.

“¿P-Protegen a las personas más débiles que ellos?”

“¿Por qué? ¿Qué consiguen por proteger a los débiles?”

“¿No deberían proteger a los fuertes? Los fuertes pueden matar enemigos y mantener a todos a salvo.”

Debería haber imaginado que esto sucedería. Probemos un enfoque diferente.

“Está bien, ¿qué tal esto? A ustedes les gustaba el anterior Señor Demonio, ¿verdad?”

Todos aplaudieron en respuesta. Supongo que ni siquiera necesito preguntar.

“¿Y les gusta la actual Señora Demonio?”

Más aplausos.

“Muy bien, ¿y les gustan los dos porque son fuertes?”

Los demonios se miraron unos a otros, confundidos.

“¿Yo… no lo sé?”

“El anterior Señor Demonio era fuerte. Pero también era amable. Por eso me gustaba.”

“La nueva Señora Demonio es buena, también. Ella es nuestra santa, por eso me gusta.”

Parece que este método está funcionando. Perfecto.

“¿Ven? La fuerza no lo es todo. Los demonios siempre siguen a los fuertes. Pero solo porque sigas a alguien no significa necesariamente que te guste.”

Algunos de los demonios asintieron. Probablemente eran los que habían tenido oficiales al mando más autoritarios. Debido a la cantidad de valor que los demonios le daban a la fuerza, hubo muchos demonios más fuertes a los que les gustaba abusar de su autoridad. Sin embargo, la mayoría de ellos habían muerto durante el ataque del Héroe a Bahen. Fueron los primeros en ser abandonados por sus subordinados y se enfrentaron solos al ejército humano.

“Si la Señora Demonio fuera débil, ¿ya no querrían protegerla?”

Los demonios se pusieron de pie y protestaron acaloradamente.

“¡Por supuesto no!”

“¡La santa salvó nuestras vidas! ¡No hay manera de que la abandonemos!”

“¡Si alguna vez se debilitara, la protegeríamos!”

“¡Sí, arriesgaríamos nuestras vidas por ella!”

“¡¿Quién se atreve a amenazarla?!”

Algunos de los hobgoblins subieron a sus escritorios y comenzaron a gritar gritos de batalla. Realmente deseo que no se enojen tan fácilmente.

“De acuerdo, cálmense antes de que me enoje y los muerda a todos.”

Los demonios se callaron al instante. Los que se habían subido a sus escritorios se bajaron lentamente y pronto todos se sentaron obedientemente.

“Si lord Veight nos mordiera, moriríamos…”

“Sí, sus mordiscos mataron al Héroe…”

“Oigan, ¿no creen que deberíamos disculparnos antes de que él se enoje?”

Eh, chicos, solo estaba bromeando. No tienen que lucir tan asustados. Tal vez sería mejor si continuara mi clase.

“Así que incluso si la Señora Demonio fuera débil, la protegerían, ¿verdad?”

Todos los demonios asintieron en acuerdo.

“Los seres humanos son iguales. Quieren proteger a las personas que les gustan, sin importar si son fuertes o no. Así que, si matas a sus miembros más débiles, vendrán a ti para vengarse. El Héroe también fue así.”

Los gigantes y los ogros intercambiaron miradas y comenzaron a susurrarse unos a otros.

“Los seres humanos son ateeeerradores…”

“¡Son como las abejas!”

“Si no tenemos cuidado, ellos nos atacarán hasta matarnos…”

“Sí, tenemos que tener cuidado, o si no…”

Parecía que finalmente estaban empezando a entender. Aún había esperanza para ellos.

***

Mientras estaba ocupado reeducando a nuestros demonios, todo el ejército demoníaco estaba pasando por una gran revisión. El principal de los cambios fue la estandarización de la posición de vicecomandante. Hasta ahora no había habido una jerarquía clara entre los vicecomandantes. Eso normalmente no habría sido un problema, pero todos, desde los capitanes de escuadrón hasta el general más confiable de un comandante de regimiento, habían sido un “vicecomandante”.

De ahora en adelante, solo aquellos que sirvan directamente bajo el mando del Señor Demonio o de un comandante de regimiento recibirán el título de vicecomandante. La Maestra había decidido no nombrar a ningún otro vicecomandante que no fuera yo, convirtiéndome en el único vicecomandante de la Señora Demonio. Cuando Baltze escuchó la noticia, esto fue lo que me dijo:

“¿Sabías que los otros soldados han empezado a llamarte el ‘Brazo Derecho de la Señora Demonio’?”

“Siento que eso es un poco exagerado.”

“Personalmente no creo que sea una exageración en absoluto.”

¿En serio?

Con la destrucción del segundo regimiento, la Maestra había decidido reorganizar los regimientos también.

La mitad del primer regimiento y todas las fuerzas restantes del segundo, serían incorporadas en el tercero. El tercer regimiento sería entonces rebautizado como la división del sur. El plan de la Maestra era concentrar todos los esfuerzos del ejército demoníaco en la conquista de las ciudades del sur de Meraldia.

Como resultado de la reorganización, Melaine había sido efectivamente puesta a cargo de la mayoría del ejército demoníaco. Cuando escuchó la noticia, gritó: “¡¿Me engañaste otra vez, Maestra?!”

Espera, ¿te ha engañado antes? Por otro lado, Firnir estaba bastante feliz cuando le conté la noticia. Parecía haber creído que eso significaba que estaba libre de sus responsabilidades.

“Finalmente volveré a ser solo un general de campo. Es un alivio saber que de ahora en adelante solo tendré que preocuparme por gobernar Thuvan.”

Lo siento, pero no te vas a librar tan fácilmente.

“En realidad, Melaine te ha nominado para que seas su vicecomandante.”

“¡¿Qué?!” Firnir se levantó de golpe. “¡¿Por qué?! ¿Para qué necesita mi ayuda?”

“Ella necesita un teniente que le ayude a organizar los asuntos militares y manejar el campo de batalla.”

Firnir era la mejor guerrera entre los discípulos de Gomoviroa. No había forma de que Melaine pudiera dirigir el tercer regimiento sin ella. Era cierto que aún era joven, pero con unos cuantos generales dragonantes del primer regimiento que le aconsejaran, estaba seguro de que haría un buen trabajo en el manejo de los asuntos militares.

“Esta fue tu sugerencia, ¿no es así, Vaito? No pienses que voy a olvidar esto…”

“No fui yo. Si quieres quejarte, ve a quejarte con Melaine.”

Firnir sostuvo su cabeza en sus manos, con su cola moviéndose de un lado a otro salvajemente.

“Ugh, ¿por qué tengo que hacer un trabajo tan difícil…?”

“¿Qué tiene de malo ser un vicecomandante? Me gusta el trabajo, personalmente.”

“¡Tal vez tú sí, pero yo no!”

Las únicas partes del primer regimiento que no se habían unido al tercer regimiento eran los Caballeros Azure, las Escalas Carmesí y los guardaespaldas personales de la Maestra. Habían sido reformados como el nuevo regimiento de la Guardia Imperial y su trabajo era proteger a la Maestra y a los otros miembros esenciales del ejército demoníaco. Su comandante era Baltze y Shure su vicecomandante.

Era un demasiado pequeño para ser un regimiento completo, pero la Maestra planeaba rectificar eso agregando a sus soldados no-muertos a sus números. Mientras tanto, los otros hombres lobo y yo nos convertimos en las tropas personales de la Señora Demonio Gomoviroa y nuestro trabajo ahora era servir como sus ojos y oídos. Gracias a mi posición única, tenía autoridad incluso sobre el regimiento de la Guardia Imperial.

Lo que supuse que era la razón por la que todos me llamaban el Brazo Derecho de la Señora Demonio. Yo era efectivamente su representante.

***

Un mes después de la coronación de la Maestra, finalmente estaba lo suficientemente en forma para regresar al servicio activo. Los hombres lobo se curaban mucho más rápido que la mayoría de las otras razas, por lo que el hecho de haber tardado un mes en recuperarme era una prueba de que la batalla contra el Héroe casi me había matado.

Aun así, ahora que estaba curado, no había razón para seguir holgazaneando. Decidí regresar a Ryunheit junto con un grupo de soldados en camino a unirse al tercer regimiento.

Aunque Ryunheit no era mi hogar, una ola de nostalgia se apoderó de mí mientras contemplaba las puertas principales. Supongo que me he encariñado bastante con la ciudad.

Airia me estaba esperando fuera de las puertas principales, junto con los diversos generales de la Señora Demonio apostados aquí y el capitán de la guarnición de Ryunheit. Aunque todos estaban vestidos con ropa diferente y tenían diferentes apariencias, todas las personas que estaban en fila delante de mí llevaban brazaletes negros a juego.

Airia también había puesto un ramo de flores negras en su vestido de virreina ceremonial, indicando su luto por la pérdida de Friedensrichter. Cuando me acerqué a las puertas, ella dio un paso adelante y me saludó.

“Bienvenido a casa, sir Veight.”

“Gracias por preparar una recepción tan grandiosa.”

Como Airia era una diplomática oficial del ejército demoníaco, ella había sido notificada de la muerte del Señor Demonio. Sin embargo, tal vez por consideración hacia mí, ella no insistió en el tema por mucho tiempo.

“Me alegra mucho verte regresar sano y salvo.”

“Gracias. Y mis disculpas por preocuparte.”

No solo había hecho preocupar a Airia, sino que probablemente le causaría muchos problemas en un futuro cercano. Sin embargo, la muerte de Friedensrichter seguía siendo un secreto para los otros humanos, por lo que no podía entrar en detalles sobre eso aquí. Si bien no se había informado al comandante de la guarnición de la muerte del Señor Demonio, al menos a él y a sus hombres se les había informado que alguien importante había perecido. Le devolví el saludo a Airia y los dos caminamos juntos por las puertas de la ciudad. Cuando nos dirigimos a la mansión de la virreina, Airia se volvió hacia mí y me dijo, “Te ves más maduro que cuando te fuiste.”

“No me siento más maduro, solo cansado.”

Necesitaba apurarme y recuperar mi antiguo vigor para ayudar a lograr el sueño de la Maestra y Friedensrichter.