Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 6

Capítulo 4: Un Giro De La Trama Discordante – Supongamos Que Una Película Sentimental Termina Con Una Línea De Comedia De Serie B

Parte 1

Una hora después de que Amidine se fuera…

Un manto inquieto se había asentado sobre el set.

“Director,  Amidine  aún  no  ha  regresado…  y  varios  miembros  de  la tripulación desaparecieron con él”.

“Hmm… Todos eran miembros veteranos de la tripulación que Amidine contrató personalmente. ¿Qué está pasando aquí?”

Sardin se quedó agarrándose la cabeza.

En medio de irse era una cosa, pero ¿llevar a una docena de miembros de la tripulación con él? Esto estaba retrasando el rodaje, y estaba perdiendo la cabeza tratando de arreglar las cosas.

“Tengo a Roy leyendo el guion en espera, pero… argh, ¡y Mina tampoco ha aparecido! ¡¿Por qué está pasando esto?!”

Los cadetes de Azami estaban merodeando, esperando instrucciones. “¿Mm? ¿Qué estamos esperando? ¡Mi alma clama por iluminación!”

Allan estaba levantando una tabla de rebote como si estuviera levantando pesas.

“¡Deja de agitar eso! Sigues destellando luz en mis ojos. Creo que estamos esperando a Mina. ¿Se despertó?” Preguntó Riho.

“… Si Mina no se presenta, alguien más tendrá que tomar su parte”, agregó Selen. “¡Jadear! ¡¿Dios está cuidando de mí?!”

Ninguna  situación  podría  hacer  que  Selen  cambiara  su  Selen-ness esencial.

“Ni siquiera bromees sobre eso, Selen Hemein. Solo quiero terminar la filmación e ir a ver a Marie…”

Micona era muy similar.

Entonces un revuelo recorrió el set.

“¿Qué, Amidine ha vuelto?”

Una miembro de la tripulación corrió hacia Sardin, sin aliento. Ella sacudió su cabeza. “Hah… hah… no, señor.”

“¿Entonces qué?”

“Uh… Tenemos a alguien quejándose, pero no estoy seguro de por qué”.

Incluso mientras hablaba, escucharon una voz fuerte que gritaba como alguien que ha tenido demasiados.

¿Qué? ¿Un borracho? Todos se volvieron para mirar…

“¿Fue un gran problema? ¡¿Cuánto tiempo me vas a tener esperando?!

¿Día tras día y nunca te contactas? ¡¿Eh?!”

Un instructor de la Academia Militar Azami… Coronel Choline.

Había sido enviada a Rokujou con órdenes secretas y había estado en espera en la posada todo este tiempo, esperando que Sardin la contactara… lo que nunca hizo. Estar encerrada en su propia ciudad natal la había desgastado… y ahora estaba más allá del punto de no retorno. Sin el beneficio del alcohol, estaba preparándose para una pelea.

Cuando sus ojos se fijaron en Sardin, se dirigió directamente hacia él, agarrando un puñado de su camisa.

“¡Tú!  ¡Sardin  Valyl-Tyrosine,  el  Tonto  Dandy! ¡¿Nos  pediste  que  te ayudemos, pero estás sentado filmando tu estúpida película?!”

“¡C-Coronel! ¡No digas eso tan alto!”

“¡Seré tan ruidosa como quiera! ¡¿Nos pediste un favor, pero nunca te molestaste en ponerte en contacto?! ¡¿Por qué no iba a gritar?! ‘¡Por favor ayuda! ¡Rokujou está en problemas! ¡El Rising Blue Dragon está detrás de mí!”

“¡Me comuniqué contigo! ¡Hablé con el Sr. Akizuki!”

“¡No me mientas! ¡No tenemos Akizukis!”

Esta situación era claramente un gran lío, pero los cadetes no habían sido informados sobre nada de esto, por lo que solo podían mirar con horror.

Otro revuelo recorrió el set.

“T-Tu eres—”, gritó un miembro de la tripulación. Todos se volvieron a mirar.

“Lo siento, necesito hablar con el rey Sardin”.

Mina estaba colgada del hombro de Phyllo, abriéndose paso entre la multitud.

“Su Majestad, tengo noticias urgentes…”

Antes de que pudiera terminar, Choline le bloqueó el paso, frunciendo el ceño.

“¿Verdad, bella dama? ¡Demasiado! ¡Estoy ocupada hablando con este Tonto Dandy! ¡Fuera! ¡Vamos, fuera! Ganaré esta demanda, confíe… en miiiiiiii…”

Phyllo silenciosamente había puesto a Choline en una posición de sueño. Se desmayó, todavía con el ceño fruncido y se arrugó como una marioneta que ha perdido sus hilos.

“¿Uh, Phyllo? Eso es un poco exagerado”. “……Medidas de emergencia.”

“Emergencia o no, acabas de noquear a un oficial superior, Phyllo Quinone.

¡Y ahora se ve muy tonta! ¡Has arruinado sus perspectivas de matrimonio en el futuro previsible!”

Micona agregó suavemente el insulto a la herida. Incluso sin despertar, las lágrimas se formaron en los ojos de Choline.

Pero Phyllo simplemente susurró: “… Esto es una emergencia. Para Rokujou… y nosotras dos”.

“¿Nosotros? ¿Tú y Mina? ¿Cuándo se acercaron tanto las dos?”

“……. Bueno, Mina es mi hermana.”

“””¿Eh…?”””

Phyllo extendió la mano y le dio un tirón al cabello de Mina. “¡Augh, Phyllo! No estoy lista para—”

La peluca rizada se desprendió… de la cabeza de Mena.

“““¡Ahhhhh!””” Gritaron todos los cadetes de Azami.

“Mena Quinone… ¿qué está pasando aquí?” Micona demandó.

Mena   estaba   totalmente    perdida.   Ningún   rastro   de   sus            payasadas habituales.

“Argh, no voy a salir de este, ¿verdad? Bien, les informaré a todos”.

Los  ojos  de  Mena  se  volvieron  sonrientes,  volviendo  a  su  posición predeterminada, pero rara vez sonaba tan seria.

“Lo  siento,  es  una  larga  historia.  Rey  Sardin,  tú  también  deberías escucharlo”.

“Estoy escuchando.” Sardin miró de Mena a Phyllo y viceversa. Mena respiró hondo… y soltó una bomba enorme.

“El jefe del Rising Blue Dragon… es Amidine Oxo”. “¡¿Qué?!”

“Yo también he estado tras ellos. Y…”

Mena explicó por qué se había disfrazado de Mina, investigando a la mafia y qué males había descubierto.

“Suponiendo    que   Amidine   sospechaba,   me   convertí   en                        actriz para acercarme a él”.

Choline se despertó a la mitad de esa línea, escuchó que Mena era actriz y volvió a desmayarse.

“¿Pero por qué no nos lo dijiste?” Preguntó Selen, sonando herida. “Quiero decir, entiendo que es un problema familiar, pero…”

Mena se rascó la mejilla, luciendo culpable. “¡No quería que nadie supiera que estaba actuando! ¿Eh, Phyllo?”

Phyllo  se  había  inclinado  muy  cerca,  luciendo  tan  inexpresiva  como siempre, pero… había un toque de tristeza allí.

“……  Si  mamá  está  involucrada…  incluso  si  es  peligroso…  deberías hacérmelo saber”.

Los ojos de Mena se agrandaron; luego ella hizo una mueca. “Lo siento. Pero si mamá resultaba muerta, no quería decepcionarte… y si fallaba… pensé que dolería menos si desaparecía”.

“¡Pero…!” Phyllo comenzó a protestar.

Riho la agarró del brazo. “Ponte en sus zapatos, Phyllo.”

Phyllo se tragó las palabras. Una mirada sombría se apoderó de ella. “¿Es cierto que mamá está bajo el hechizo de un nigromante?”

“Sí, y quiero salvarla y frustrar los planes de Amidine. Sé que es un poco tarde, pero… ¿me ayudarás, Phyllo?”

“… Mm. No más actuar sola. Salvemos a mamá juntas”.

Desaparecida toda la fricción entre ellos, juntaron las manos. Quienes los conocían sonrieron con aprobación.

“Yo también ayudaré. A cambio, todo lo que necesito es un autógrafo de una actriz prometedora”, dijo Riho.

“Si le dices a todo el mundo que conoces lo urgente que es que hagan una película protagonizada por Sir Lloyd y yo, con mucho gusto te ayudaré”, intervino Selen.

“¡Ningún jefe dejaría jamás que el mal permaneciera!” Gritó Allan.

Uno de esos fue extra extraño, pero Mena lo ignoró, las lágrimas se formaron en sus ojos.

“Gracias, chicos… ¡Oh! Casi lo olvido. Antes de que Amidine me llevara, hubo alguien que cayó en su mano. Roy, el pobre Roy Akizuki”.

Mena contuvo las lágrimas, recordando su cuerpo tendido sobre los ladrillos, su rostro quemado… y nada que pudiera hacer para salvarlo.

La tristeza la abrumaba.

Detrás de ella, Lloyd, un adulto, levantó la vista del guion que había estado escribiendo y, ajeno a lo que estaba sucediendo, se unió a los demás.

“Oh, lo siento, estaba tan concentrado en el guion, ¿qué estamos haciendo?”

“¡¿Comoooooooooooo?!”

El propio hombre muerto apareció con toda la brisa de una estrella real en un programa de imitadores de celebridades.

Mena soltó un aullido como quien se da cuenta de que su cinturón de seguridad no está abrochado justo cuando la montaña rusa llega a la cima de la primera colina.

En la forma de Roy, la amable sonrisa de Lloyd nunca vaciló.

“¿Mmm? Mina, ¿te cambiaste el pelo? ¡Se ve bien! Me recuerda a alguien…”

“¡¿Estás vivo?! ¡Te disparó a quemarropa con una bazuca! ¡Estabas enterrado bajo una enorme pila de escombros!”

Riho estaba empezando a entender la esencia y pensó que ahorraría tiempo si dejaba que Mena se metiera en el truco.

“Uh, creo que esto lo explicará todo, así que… este es Lloyd”. “¿Eh?”

“Tienen una runa que lo hace parecer mayor. Pensé que sería un buen aspecto para las escenas de acción”.

Mena parpadeó un par de veces, pero era muy consciente de que en lo que a Kunlun se refería, todo era posible. Su cerebro lo procesó todo con bastante rapidez.

“Oh, entonces eres Lloyd. Eso explica—”

Luego, el resto de los recuerdos la atraparon. Una serie de tiernos y románticos momentos con Roy pasaron ante sus ojos.

“¡Eeaaaaaaaaaaaaaaaughhhhhhhhhhhh!”

“Er… ¿pareces aún más sorprendida?” Riho dijo, desconcertada. Luego, entrecerró los ojos. “¿Paso algo? Oh no… no quieres decir… no sabías quién era, así que…”

Antes de que pudiera continuar, Micona rompió su silencio. “¡Ni una palabra más, Riho Flavin!”

“¿Cuál es tu problema, Micona? ¡Vale la pena explicar algunas cosas! ”

“… Ella escuchará”.

“¿Quién escuchará?”

Micona abrió una tapa de alcantarilla y usó el poder del treant que albergaba dentro de ella para enviar raíces al interior, arrastrando hacia afuera…

“¡Maldita sea! Estaba siguiendo a esa estúpida abuela y me perdí… ”

Marie… cubierta de barro de pies a cabeza. El medidor Marie de Micona se había disparado y ella la había pescado.

“¡Ahhh! Marieee! ¡Nunca imaginé que te encontraría en el extranjero! ¡Esto es, ya sabes, una señal de Dios de que deberíamos celebrar la ceremonia aquí!”

“Vritra, átala”.

“… Eso parece ser todo lo que hago últimamente”.

Una vez que el cinturón había salvado la castidad de Marie una vez más, Lloyd corrió hacia ella.

“¡M-Marie! ¿Por qué estás aquí?”

“Oh, Lloyd… eh, bueno, la rabia de Alka no cesa, y había estado corriendo por todo el lugar toda la mañana, y luego me perdió en una cueva subterránea, y no pude encontrar la salida y accidentalmente entré en alguna extraña guarida de la mafia y fue horrible”.

“¡¿Una mafia extraña?!” Sardin gritó.

“¡Oh, las minas de piedra mágica!” Exclamó Mena. “Así que se han estado escondiendo bajo tierra… ¡no es de extrañar que sean tan difíciles de encontrar!”

“Parece que no tenemos un momento que perder”, dijo Sardin con toda la dignidad real que pudo reunir. “Amidine ha ocultado su verdadera naturaleza durante años… y si ha revelado su mano ahora, ¡entonces cualquier cosa que esté haciendo debe detenerse a toda costa! Y luego… Ubi será…”

Su voz se redujo a un susurro ante su nombre. Pero Mena y Phyllo lo escucharon alto y claro.

“…… ¿Ubi? ¿Por qué sabes el nombre de mamá?” Phyllo preguntó, inclinando la cabeza hacia un lado.

“Rey Sardin,” dijo Mena, acercándose, “quería preguntar sobre eso. ¿Cuál es tu relación con nuestra madre?”

“Er, um…”

“Cuando estaba tratando de ayudarme a escapar, me dijo que fuera contigo. Pero, ¿cuál es tu conexión con ella?”

Sardin dio un paso atrás, inquieto. Varias expresiones cruzaron su rostro: vacilación, pena, anhelo.

Claramente, no era algo que pudiera explicarse en una palabra.

“¿Uh, director? ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué todos son tan intensos?”

“¡Oh, el momento perfecto, Roy! Verás—”

Sardin se volvió hacia Lloyd, espiando un escape. Las miradas de Mena y Phyllo permanecieron clavadas en él, pero rápidamente comenzó a explicar las fechorías de Amidine y cómo tenían que detenerlo.

“¡Oh!” Lloyd gritó. “Lo entiendo.”

Se veía muy serio. El destino del país estaba en juego. La tensión dejó una gota de sudor corriendo por su frente.

“No hay necesidad de enfatizarlo, señor”, le aseguró Sardin. “Tú y tus amigos estarán bien. ¡Haré todo lo que pueda para ayudar!”

“¿L-Lo harás?” Preguntó Lloyd, sorprendido. Luego tomó una decisión y se golpeó el pecho. “¡Muy bien! ¡Abordaré esta misión con cuerpo y alma!”

“Gracias, Sr. Akizu—”

“El guion puede haber cambiado mucho, pero como actor principal, ¡tengo que dar un paso al frente!”

“Er… ¿guion?”

Sardin parpadeó varias veces. Extraño. Esta conversación no cuadraba. Lanzó a Lloyd una mirada larga y escrutadora.

“Aprecio tus preocupaciones, ¡pero creo que entiendo la esencia! ¡Amidine en realidad estaba jugando al villano! ¡Pero engañaste a todo el elenco y al equipo con un guion falso! ¡Creando un giro impactante en el último carrete!”

Dada la convicción de Lloyd de que todo esto era parte del proceso de realización cinematográfica, había que admirar lo flexible que era el funcionamiento interno de su mente.