Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 6

Capítulo 2: Una Historia Trágica – Supongamos Que Unas Vacaciones Divertidas Se Convierten En Un Viaje De Negocios

Parte 4

 

 

Y una persona temblando como una hoja. “Estaré bien… estaré bien…”

Eso es correcto, Allan. Como siempre, estaba perdiendo la cabeza justo antes de su gran momento.

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“Er, ¿estás bien?” preguntó Lloyd, Roy ahora.

“S-Sí… esto es… ¡de emoción! No te preocupes. Son todos papas. Papas… y ponerme nervioso aquí me pone peor que una papa… lo siento por todo…”

“No pareces estar bien”.

“Uh… No, lo siento, no te preocupes por mí. Hombre, esto seguro que es diferente de los nervios previos al torneo…”

“Yo también estoy asustado”, admitió Lloyd. “¡Nunca había hecho algo como esto! Estar nervioso es normal. Pero no sabes lo que puedes hacer hasta que lo intentas”.

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Allan parpadeó, mirándolo. “C-Cierto… Buen punto, Roy. Heh. Hombre, suenas como mi maestro”.

“¿Tu maestro?”

“Sí, su nombre es Lloyd. Es un tipo pequeño pero realmente lo tiene todo. Estoy orgulloso de ser su alumno”.

En este punto, el personal gritó: “Siguiente grupo, adelante”.

Allan y Lloyd respiraron profundamente y entraron juntos en la sala de audiciones.

Había una mesa larga en un extremo de la sala con un panel de jueces detrás, pasando bolígrafos por montones de papeleo. En el centro de la mesa había un hombre de cabello rubio oscuro y una sonrisa autoritaria. Hizo un gesto a los solicitantes hacia un juego de sillas.

“Que hay, todo el mundo, el nombre es Sardin. ¡Aflójense! No se estresen solo porque soy el rey. Siéntense como en casa”.

Guiñó un ojo lo suficientemente fuerte como para hacer un sonido, confundiendo a todos. ¿Qué? ¿Este era el rey de Rokujou? ¿Siéntanse como en casa? ¿Realmente iba a establecer el tono así?

Junto a Sardin había un hombre extremadamente tranquilo de cabello negro: Amidine. Llevaba un traje de primera clase, revisando documentos como un estratega militar veterano que se prepara para la guerra.

Cuando vio que todos parecían confundidos, se volvió hacia Sardin. “Su Majestad, está en público. Preséntese correctamente”.

“¡Lo siento, tuve que hacer esto para todos los grupos! ¡Supongo que lo corté un poco demasiado! No es que me falten formas de presentarme ni nada, ¡tengo un suministro interminable!”

“No importa cuántas veces lo haya hecho, esta es la primera vez que lo conoce. Tienes la responsabilidad real de hacerlo bien”.

“Lo suficientemente justo. Mi nombre es Sardin Valyl-Tyrosine. Soy el rey de Rokujou y el director de esta película. ¿Mejor?”

“No me preguntes…”, refunfuñó Amidine. Terminó de revisar los documentos y miró a los solicitantes.

“Mi nombre es Amidine Oxo”, dijo, con una sonrisa deslumbrante. “Yo interpretaré el papel principal en esta película”.

“¡El verdadero Amidine es otra cosa! ¡Simplemente sentado en una silla y te das cuenta de que es una estrella!”

En realidad, sentarse o pararse no suponía mucha diferencia, pero no hacía falta mucho para impresionar a un fanboy.

Sardin frunció levemente el ceño a Allan.

“¡Pareces más impresionado con él! ¡Eso es suficiente para poner celoso a un hombre! Como debería ser un rey”.

“Soy actor”, dijo Amidine. “Si conviertes esta película en un éxito, es posible que seas igualmente famoso”.

“¡Buen punto, Amidine! Por eso quiero que esta película funcione. ¡Con tu ayuda!” Sardin sonrió a los solicitantes. Luego se puso manos a la obra. “Tú a la izquierda, da un paso adelante”.

El soldado frente a Allan dio un paso adelante nervioso, hizo una reverencia y comenzó a leer el guion.

Sardin sonrió todo el tiempo. Amidine no se inmutó, pero su bolígrafo recorrió la página, marcando claramente las cosas. Esto sacudió al soldado… Era difícil seguir actuando cuando nadie respondía en absoluto.

Por fin, llegó al final del guion y Sardin hizo algunas preguntas. Siguió una pequeña charla, seguida de algunas cosas sobre sus puestos en el ejército, etc.

“Hmm, gracias. Toma asiento.”

El soldado dejó escapar un suspiro de alivio y se sentó.

“Su Majestad, mantenga la pequeña charla al mínimo”, sugirió Amidine.

“¡Tienes que conocerlos, Amidine!” Sardin protestó, radiante. “Especialmente con los aficionados, estarán en su mejor momento jugando ellos mismos”.

“El objetivo de actuar es ser convincente en cualquier situación… pero tienes razón”.

“¡Lo sé! ¡Siguiente!”

Allan se puso de pie de un salto. “¡Sí!”

Amidine se estremeció como si alguien hubiera dejado caer un cubito de hielo por la parte de atrás de su camisa.

Sardin miró los documentos y los leyó en voz alta con entusiasmo. “¡Hmm, Allan Toin Lidocaine! ¡Así que eres el famoso asesino de dragones que puede convocar a héroes legendarios!”

“¡Sí!”

“…… Uh, hmm. Bueno, ¡mucha suerte!” Sardin empezaba a parecer preocupado. Señaló el guion en manos de Allan.

“¡Sí!” Allan dijo, varias veces, como un disco rayado. Entonces finalmente comenzó a leer.

Unos minutos más tarde…

“Soy un fracaso… Un caparazón de hombre sin esperanza…”

Allan se derrumbó en su silla, con la cabeza agachada, blanca como una sábana. Con una cáscara hueca y quemada, parecía que había gastado los ahorros de toda su vida en la pista de carreras o que su propuesta de matrimonio fue brutalmente rechazada.

Amidine se rascó la cabeza con la pluma. “Nunca he visto a nadie disculparse por cada línea errónea…”

Y Allan había gastado sus disculpas y se había disculpado por eso, enfatizando sus líneas con tanta fuerza que su entonación estaba por todo

el mapa. Se suponía que el guion era una conversación de rutina, pero Allan lo leyó como un estudiante de primaria leyendo su ensayo en voz alta. En otras palabras, fue un desastre.

Fue el destino inevitable de cualquiera que piense que puede actuar solo porque leyó un libro al respecto.

“Oh  no…  si  un  hombre  como  Allan  se  complica…  ¡Las  audiciones profesionales son un asunto serio!”

La brutal muerte de Allan definitivamente había asustado a Lloyd. “Eso fue duro, Su Majestad.”

“Bueno, probablemente pueda manejar la acción, ¿quizás? ¡Siguiente!”

“Ese soy yo… ¡P-Presente!” Lloyd redirigió su energía y se levantó de su asiento, haciendo una reverencia a Sardin y Amidine.

“Bueno, tienes buenos modales…”

Pero  algo  estaba  mal.  Sardin  miró  el  papeleo  de  Lloyd  y se  quedó paralizado.

“¿Um?” Lloyd dijo, levantando la vista de su guion.

Amidine    parecía    igualmente    desconcertado.    “¿Algo    anda   mal,    Su Majestad?”

“… ¡Uh, no, nada! Er, Roy, ¿verdad? ¿Te importa si empiezo con algunas preguntas?”

“Uh, seguro.”

“Si alguien de otro país estuviera en problemas, ¿qué haría usted, como soldado de Azami, al respecto?”

Seguro que esto salió de la nada. Lloyd lo miró parpadeando. “Rey Sardin, ¿qué tipo de pregunta es esa?”

“No importa, solo tengo curiosidad”.

“Bueno”, dijo Lloyd. “No importa si son ciudadanos de Azami o no. Haría lo que pudiera para ayudar. Después de todo, me convertí en soldado para ayudar a la gente”.

“¿Oh? Eso es bueno escuchar.” Sardin parecía impresionado.

Amidine, completamente perdida, hizo un gesto con la mano. “Su Majestad, esto es una audición, no una entrevista de trabajo”.

“¡Lo suficientemente justo! Continúa y lee tus líneas… ¿Mm?” Hubo una conmoción en el pasillo.

“¿Qué demonios? ¿Eh?”

Mientras Amidine hablaba, la puerta se abrió de golpe y entró una mujer. “Hahhhhh… hahhh… ¡ahí estás!”

Fue Micona. Selen, Riho y Phyllo estaban pisándole los talones, tratando de detenerla.

“¡Micona, detente! ¡¿Qué estás haciendo?!”

Pero Micona se sacudió el cinturón de Selen, su respiración era tan irregular que sonaba como un monstruo. Avanzó hacia el adulto Lloyd, gruñendo.

“¡¿No es obvio?! ¡Tu destino está sellado, escolta de servicio a domicilio!

¡Nunca pensé que serías un soldado y harías una audición aquí!”

Micona pensó que el Lloyd adulto había seducido a Marie y no había podido evitar patear la puerta. Claramente no estaba dispuesta a escuchar explicaciones.

“Qué lío”, gimió Riho. “¡Sujétala antes de que empeore las cosas! ¡No me importa si tienes que despellejarla viva!”

“… Todo es culpa de Marie”, refunfuñó Phyllo, golpeando a Micona. Hubo un chasquido agudo cuando su puño cortó el aire.

Con lágrimas amargas, Micona había logrado esquivarlo. “¡No me detengas! ¡Lo mataré y tendré a Marie en el rebote!”

“¡Qué cara y sugerencia más aterradora!” Selen gimió. “¡No puedo creer que seas ni siquiera humano!”

Riho se burló. “Como si estuvieras mejor”.

Phyllo seguía balanceándose, haciendo retroceder a Micona, hacia la mesa donde estaban sentadas Sardin y Amidine.

“Ustedes, los soldados, están enérgicos… ¿Oh?”

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“¡No se quede ahí mirando impresionado, Su Majestad! ¡Ow!” La patada de Phyllo había partido la mesa en dos.

“…… Ella me esquivó.”

El papeleo llenaba el aire como confeti. Sonriendo, Sardin dijo: “¿Cómo te llamas?”

“…… Phyllo”. “¿Tu apellido?”

“…Quinona. Phyllo Quinone”.

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“Hmm… bueno, ¡me encanta tu energía!” Él sonrió, de repente muy feliz.

“¡¿Por qué está coqueteando con ella, Su Majestad?!” Amidine gimió. “¡Deténganlos!”

“¡Ha-ha-ha, no voy a coquetear con ella, Amidine! ¡Oof!”

Phyllo acababa de usar la cara de Sardin como un trampolín para dar un salto en el aire en Micona.

“¡No te metas en mi camino, Phyllo Quinone!” ella ladró.

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“…… Estás de pie ante el rey. La grosería debe detenerse con fuerza”. “¡Fuiste mucho más grosero!” Riho chilló. “¡Lo pisaste!”

La cara de Sardin estaba ciertamente bastante roja, pero su sonrisa nunca vaciló.

“¡Ha-ha-ha! ¡Tanta energía! ¡Me encanta!”

“¿En serio? Eres demasiado generoso…”

Selen se las arregló para poner su cinturón alrededor de Micona por fin, sujetándola, pero las audiciones fueron canceladas y los soldados fueron enviados a casa.

“… ¿No podrías haber hecho eso antes de mi audición?” Murmuró Allan.

Esa noche, mientras el sol se ponía sobre el distrito comercial de Rokujou… Lloyd, aún mayor, caminaba por las calles, mezclándose con la multitud de post-trabajo.

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Obviamente, no estaba aquí para aprovechar su cuerpo adulto para involucrarse en todo tipo de placeres calificados R previamente inexplorados.

“Hmm… las audiciones terminaron temprano. El jefe y Marie aún no están aquí…”

Gracias a la interrupción de Micona, Lloyd se había quedado con un tiempo libre inesperado y se encontró vagando sin rumbo fijo.

Marie sostenía su ropa habitual. Si volvía a la posada con este aspecto, todos, excepto las chicas, se sorprenderían y Micona podría volverse loca de nuevo…

Haciendo caso omiso de las llamadas de los porteros de la discoteca, Lloyd se preguntó cómo ocupar el tiempo.

Entonces, un hombre se acercó sigilosamente a él. Iba vestido como un aprendiz de artesano, pero algo en él parecía… no como los demás.

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Este tipo claramente no tramaba nada bueno.

Cuando se acercó a Lloyd… intentó deslizar un papel en el bolsillo de Lloyd con profesionalidad.

En una multitud de este tamaño, nadie se daría cuenta. Normalmente.

Pero Lloyd era todo menos normal y agarró la muñeca del hombre justo a tiempo.

“¿Eh? ¿Qué pasa?”

“¡¿Cómo?!” El hombre miró su muñeca en estado de shock, pero se recuperó rápidamente. “Así que tenía razón acerca de ti… No pensaste que me marcarías antes de que te pasara la carta”.

“¿Marcar? ¿Carta?”

“Lo siento, esta carta es de él. Se trata del trabajo, Roy Akizuki”. “¿Él? ¿Trabajo?”

El hombre trató de llevarse a Lloyd. Lloyd olvidó quién se suponía que era.

“Uh, lo siento, estoy confundido. Y se supone que no debo ir a ningún lado con extraños… podría meterme en problemas”.

Esta era una frase que sería totalmente natural viniendo de Lloyd en su estado normal, pero no de un hombre de veintitantos años. Sonaba como algo que diría un niño, así que el hombre se rio a carcajadas.

“Heh-heh, estás actuando muy divertido, ahí… Er, perdón”.

¿Actuando? Las ruedas del cerebro de Lloyd empezaron a girar.

La forma en que este hombre le había deslizado la carta era como algo en una película. También lo fue la frase sobre un misterioso “él” y “el trabajo”. Y si este tipo lo conociera como Roy Akizuki…

¿Es esto una improvisación? ¿Improvisación? ¡Él es un actor!

Para nada.

Pero la ilimitada capacidad de Lloyd para el pensamiento positivo lo estaba alejando más de la verdad.

¡Ya veo! ¡La audición aún no ha terminado! Simplemente hicieron que pareciera que se canceló, ¡pero eso fue un truco! ¡Querían ver lo adaptables que somos! ¡Pensé que se rindieron extrañamente rápido!

Esto estaba totalmente mal, pero Lloyd ahora estaba convencido de que esta era la verdadera audición.

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La sonrisa en su rostro fue tomada como aceptación.

“Me alegro de que hayamos llegado a un entendimiento. Te está esperando… por aquí”.

Lloyd recordó el consejo de Allan.

“La clave de la improvisación es nunca decir que no a lo que está haciendo tu compañero de escena. Ir en contra del flujo de desempeño es simplemente ser egoísta”.

¡Tengo que seguirlo! Será mejor que vaya a donde él me diga.

“Claro”, dijo Lloyd, bajando la voz teatralmente. Siguiendo el consejo de Allan… siguió al hombre.

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Lloyd pronto se encontró en un callejón estrecho, lejos de la calle principal. Lo llevaron a un bar que solo gritaba guarida secreta.

El camarero y los clientes lo estaban evaluando… lo que puso nervioso a Lloyd.

Miró alrededor de la habitación. Estaba realmente oscuro y siniestro, no se parecía mucho a ningún bar que había visto.

La pared estaba decorada con espadas, escudos y mosquetes, y había un mapa de Rokujou extendido sobre una mesa. Parecía una sala de reuniones militar, lo que sorprendió a Lloyd.

Armas ¿Por qué?

Todo el mundo aquí claramente había sobrevivido a muchas más batallas que un parroquiano promedio. Y por las miradas que le dieron, obviamente no pasaban por una pinta después del trabajo.

Uh… ¿qué está pasando? Se preparó. “¿Sorprendido?”

Esta voz llegó desde el respaldo de una silla detrás de la mesa. Había un hombre sentado en él y se dio la vuelta para mirar a Lloyd.

“¡T-Tú eres…!”

Era el Rey Sardin Valyl-Tyrosine, de la sala de audiciones.

No había rastro de su anterior torpeza, ahora irradiaba solemne dignidad. “Sí, soy Sardin. Gracias por venir, Roy. Toma asiento”.

Lloyd hizo lo que le dijo y se sentó en silencio. Pero por dentro…

¿Ves? ¡Sabía que todo esto era parte de la audición! ¡Una improvisación! El rey Sardin está actuando de manera totalmente diferente, ¡y hay armas y accesorios en las paredes!

… Como siempre, Lloyd estaba malinterpretando completamente la situación.

“Esto puede ser un bar, pero me temo que lo que tenemos que discutir es demasiado sombrío para ofrecerle una bebida. Mis disculpas.”

“No te preocupes, no puedo beber de todos modos”.

Puede parecer mayor, pero solo era un niño. Lloyd nunca bebería alcohol.

“Hmm”, dijo Sardin, murmurando en voz baja. “Supongo que en tu línea de trabajo, no puedes arriesgarte a beber nada que no traigas”.

Sus ojos se clavaron en Lloyd.

“El rey de Azami realmente dio un paso al frente, no solo envió a los cadetes de élite, sino a un profesional como tú”.

“¿El rey? ¿Profesional quién?”

Sardin interpretó la expresión en blanco del rostro de Lloyd como si se estuviera haciendo el tonto.

“Ha-ha-ha, no hay necesidad de actuar”. Él se rio entre dientes. “Sé que el rey te envió aquí personalmente”.


Sardin sacó la identificación falsa que Lloyd había traído consigo, la que hizo Marie.

“Mira de cerca. Está bien elaborado, pero el número de identificación es un indicio; ¡no eres tan joven! Sin embargo, este sello es real. En otras palabras, se trata de una identificación falsa, pero realizada bajo la supervisión real directa. Un mensaje oculto que solo otro rey entendería”.

¡Vaya, incluso está usando accesorios para hacer que su actuación parezca real! ¡Y le contó a esa mentira sobre la supervisión real tan fácilmente!

Eso era porque tenía toda la razón sobre los orígenes del documento en cuestión… pero para explicarle eso a Lloyd, primero tendrían que demostrar que Marie era la princesa.

Sardin le arrojó la identificación a Lloyd, quien una vez más quedó impresionado con el talento del rey para improvisar.

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