Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 2: La Amenaza del Héroe

Capitulo 2: Las Alcantarillas se Tiñen de Rojo

Parte 9

Sin embargo, vi a mucha gente con uniformes de soldados. ¿Quiénes son exactamente esos tipos? En el camino de regreso, tuve que sufrir las quejas del escuadrón de Hamaam.

“Comandante, ¿por qué no podemos simplemente matar a ese virrey?”

“Sí, los cinco podríamos haberlo matado fácilmente.”

“Pensé que finalmente podríamos causar un alboroto.”

¿Matar a todos estos tipos es lo único en lo que piensan? Suspiré y Hamaam murmuró, “Tengan más fe en el vicecomandante. Ya ha demostrado que es un maestro estratega, incluso si sus métodos son insondables.”

Los hombres de Hamaam intercambiaron miradas, luego asintieron el uno al otro.

“Eso es cierto.”

“Confiamos en ti, jefe.”

Realmente estaba bendecido por tener tan buenos subordinados. Pero no era un maestro estratega ni nada, solo un hombre lobo que había sido humano en otra vida.

Solo después de regresar a Ryunheit, supe por qué Aram se había negado a albergar a las tropas de Meraldia. Según los rumores que me trajeron los mercaderes de Mao, él estaba formando su propio ejército privado. El Senado de Meraldia había enviado a unos 120 hombres para servir como guarnición de Shardier. Eso fue menos que incluso Ryunheit. Lo más probable es que esta era la forma en que Meraldia menospreciaba a Shardier por sus acciones durante la guerra de unificación, pero aun así eran muy pocos hombres.

Los nómadas que vagaban por el desierto circundante no formaban parte de Meraldia. Lo que significa que Shardier a menudo tenía que lidiar con ataques y asaltos nómadas a sus caravanas comerciales. A menudo también intentaban extorsionar a los viajeros con un peaje. Si bien no eran violentos mientras obtuvieran su dinero, ninguna de las personas de la ciudad confiaba en los nómadas. Por esa razón, Shardier necesitaba un ejército considerable.

120 hombres apenas podían patrullar la ciudad. Y una ciudad comercial como Shardier necesitaba más soldados de lo habitual para abrir las puertas e inspeccionar las mercancías que llegaban. Técnicamente, Meraldia había prometido que enviarían al ejército regular si Shardier alguna vez enfrentara una verdadera emergencia, pero si ese ejército no podía llegar a tiempo, era inútil.

En el momento en que Aram asumió el cargo, comenzó a usar su vasto tesoro para reclutar mercenarios y aventureros para su causa. Esos hombres que había visto en Shardier habían sido parte de su ejército privado. Nadie sabía el alcance exacto de las fuerzas de Aram, pero se rumoreaba que tenía alrededor de 200 hombres. Además, por lo que pude ver, estaban tan bien entrenados como las tropas de guarnición de Meraldia y también muy disciplinados.

Sin embargo, crear un ejército privado como este violaba las leyes de Meraldia. Aram no había querido las tropas de Meraldia en su ciudad porque le preocupaba que lo atraparan. No me sorprende que pareciera tan tímido cuando lo conocí por primera vez. Para ser un cobarde, seguro que hizo algunos movimientos audaces. Parecía del tipo de los que se dejan engañar por sus propios planes. Sin embargo, su debilidad era algo que el ejército demoníaco estaba en una posición perfecta para explotar. Si pudiéramos convencerlo de nuestra fuerza, se uniría de seguro a nosotros. Le haré otra visita pronto.

La siguiente vez que pude alejarme un poco del trabajo, volví a visitar Shardier. Aunque esta era una visita mucho más pacífica que la anterior, parecía que no era bienvenido. Los rumores de mis exageradas atrocidades se habían extendido por toda la ciudad. Hizo que conversar con alguien fuera difícil. Porque no importaba lo que dijera, era malinterpretado de una manera siniestra. Con el corazón apesadumbrado, me dirigí a la mansión de Aram. “Mis disculpas por las repetidas visitas sin previo aviso.” Le eché un vistazo a Aram, que parecía tan pálido como antes.

“Mis disculpas, pero me temo que aún no hemos tomado una decisión…”

“No temas, no vine aquí para pedirte una respuesta. Solo vine aquí para regalarte unos cubiertos que pensé que apreciarías. Escuché que eres un gran gourmet.”

Aram frunció el ceño mientras aceptaba el conjunto adornado de tenedores y cucharas que le entregué. Retiro lo dicho, no está tan pálido como antes, se ve peor. Si estaba tan estresado, dudaba que pudiera probar la comida que estaba comiendo en estos días. Supongo que debería empezar por venir aquí con la frecuencia suficiente para que se acostumbre a mí. Si las relaciones entre Meraldia y Shardier empeoraran, Aram finalmente se vería obligado a unirse a nuestro lado. Al menos, eso era lo que pensaba, pero Aram estaba actuando de manera extraña. Parecía una rata acorralada.

“Yo… Yo no tengo ninguna intención de exponer a mi gente al peligro…”

Incliné la cabeza cuando Aram de repente dijo eso, “¿Ocurrió algo, lord

Aram?”

“Actúas como si tuviera una opción, pero puedo decir que todo esto es una trampa…”

“¿Una trampa?”

“Así es. Si uno de los líderes del ejército demoníaco sigue visitando Shardier, eventualmente los rumores comenzarán a extenderse. Meraldia comenzará a pensar que Shardier ya es amigo del ejército demoníaco.”

Ya veo. Podrías tomarlo de esa manera. Aunque creo que lo estás pensando demasiado.

“Tranquilízate, lord Aram. Siempre he venido en secreto y de forma no oficial. Dudo que alguien en el Senado de Meraldia se dé cuenta.”

“¡Eso no es suficientemente! ¡N-No puedo permitir que mi relación con Meraldia empeore! ¡Lo siento, pero ya no negociaré más con el ejército demoníaco!”

Pensé que solo era un nerd sin carácter, pero tenía una cantidad sorprendente de agallas. Incluso si sonaba un poco histérico.

“¡Shardier es miembro de la Federación Meraldiana y no los traicionaremos tan fácilmente! ¡Amenázame como quieras, pero si crees que puedes gobernar a los humanos solo por la fuerza, estás cometiendo un gran error!”

Intenté ser lo más pacífico posible con mis negociaciones, pero parecía que no había funcionado. Independientemente de mis intenciones, había presionado a Aram más de lo esperado. Ahora que había llegado a esto, amenazarlo era mi única opción. Lo asustaría un poco, luego lo obligaría a acceder a mis demandas. Poco a poco me transformé en mi forma de hombre lobo. La sangre se drenó del rostro de Aram mientras me observaba.

“Lord Aram, ¿significa esto que rechazas mi invitación a unirte a nuestra alianza?”

“¡A-Así es!” Aram levantó un puño tembloroso. “¡Yo, Aram Sukh Shazaf, he tomado mis decisiones como el virrey de Shardier! ¡No me asustas, asesino de c-cuatro mil!”

En serio, eran solo 400. Y solo maté a 3 de esos 400 personalmente. “Te has decidido, ¿verdad?” Di un paso adelante y Aram saltó.

“¡S-S-Si vas a matarme por eso, entonces que así sea! ¡Pero no dejaré que le pongas una mano encima a mi gente!”

Podría ser grosero de mi parte decir esto, pero la habilidad de Aram con la espada era un poco mejor que la de un aficionado. A juzgar por cómo mantuvo su postura, era incluso más débil que Airia. El hecho de que él me rechazó a pesar de saber que no tenía ninguna posibilidad hablaba mucho de su resolución. Como Airia, estaba dispuesto a arriesgar su vida para salvar a sus ciudadanos. Aun así, me sorprendió. Para ser un supuesto calculador, este nerd seguro era de sangre caliente. Por otra parte, un verdadero calculador nunca hubiera hecho algo tan obvio como reunir su propio ejército privado. Este tipo realmente no era adecuado para planear. Aunque dudaba que lo necesitara, decidí probar su resolución.

“¿Quieres decir que estarías dispuesto a morir si fuera por el bien de tus ciudadanos?”

“¡A-Así es!” Estaba temblando de miedo, pero la luz en sus ojos no se había atenuado en lo más mínimo. “Ustedes, demonios, pueden ser fuertes. ¡Pero la fuerza por sí sola no es suficiente para gobernar a los humanos! ¡No creas que Shardier será tuya si me matas!”

Él estaba en lo correcto. Con los demonios, su líder siempre era el más fuerte entre ellos. Si ese líder moría, el siguiente guerrero más fuerte se hacía cargo. Y casi siempre, eran inevitablemente peores en el liderazgo. Sin embargo, los humanos no trabajaban así. Podrías matar a tantos líderes humanos como quisieras, pero siempre aparecerían más. Y generalmente tendían a tener habilidades de liderazgo reales. Esta era una de las mayores diferencias entre los humanos y los demonios. Y la razón principal por la que los demonios nunca podrían vencer a los humanos.

Aparte de eso, me sorprendió sinceramente la pasión en la voz de Aram. No esperaba que fuera un tipo tan directo. Muy bien, ya es suficiente intimidación. De todos modos, no funcionaría, y parecía que ser honesto con él era una mejor estrategia. Si no le importaban los beneficios de unirse al ejército demoníacos, tal vez escucharía a la razón en su lugar.

“No te preocupes. Ni yo ni el Señor Demonio queremos un derramamiento de sangre.”

Quería decir que todo el ejército demoníaco no quería, pero el segundo regimiento existía, así que no pude.

“Incluso cuando conquisté Ryunheit, las únicas bajas de la ciudad fueron siete soldados. No dañamos a ninguno de los civiles. Y aunque no negaré que aniquilamos a un ejército de cuatrocientos soldados de Thuvan, fue porque intentaron invadir Ryunheit.”

El rostro de Aram se relajó un poco.

“¿L-Lo dices en serio?”

“Sí. Si fuéramos realmente tan bárbaros como los rumores nos hacen parecer, lady Airia nunca se habría unido a nosotros. Seguramente tú también lo sabes, ¿no?”

Eso parecía haberle dado a Aram algo en qué pensar y se quedó en silencio. Seguí un poco irritado, “No queremos gobernar a los humanos, ni queremos matarlos a todos. De hecho, ustedes son los que intentaron aniquilarnos a nosotros. Esa es la única razón por la que tomamos las armas.”

“Supongo que no puedo negar eso…”

“El Señor Demonio desea que los demonios coexistan con los humanos. A diferencia de Meraldia, no guardamos rencor contra la gente de Shardier. Te garantizo que una alianza entre nosotros funcionaría para nuestro beneficio mutuo.”

Aram se mordió el labio, con una expresión difícil de leer.

“P-Pero si acepto una alianza con el ejército demoníaco, pondrá a mi gente en peligro… Tengo la responsabilidad de protegerlos.”

Si se unieran a los demonios, el mundo entero de Shardier se pondría patas arriba. No había forma de que el Senado meraldiano, que deseaba mantener el status quo, aceptara tal alianza. Dicho esto, tampoco teníamos intención de darnos la vuelta y dejarnos destruir. Era imperativo que los demonios se forjaran un lugar para ellos mismos en este mundo. Y usaríamos la fuerza para hacerlo, si fuera necesario.

“Y yo tengo la responsabilidad de proteger a mi propia gente. Los seres humanos han estado invadiendo el territorio de los demonios durante siglos, arrinconándonos. Ya no podemos darnos el lujo de seguir retirándonos. Si estás de acuerdo en aliarte con nosotros, te juro que el ejército demoníaco

protegerá Shardier. Juntos podemos cambiar el mundo.”

Aram se mordió el labio tan fuerte que sacó sangre, frunció el ceño tan profundamente que dejó profundos surcos en su frente.

“Entiendo bien la necesidad de cambio. Un barco que fluye río abajo solo puede luchar contra la corriente durante un tiempo limitado. Pero de manera similar, si trata de ir río abajo demasiado rápido, se volcará. Esas fueron las palabras de mi padre. Fue él quien me enseñó cuándo luchar contra la corriente y cuándo ayudarla.”

Ya veo, así que es su padre quien le enseñó a actuar como un calculador.

Sabía muy bien lo agotador que podía ser mantener un acto como ese.

“Si viajamos en el flujo que es la coexistencia con los demonios, entonces el barco conocido como Meraldia sin duda se hundirá. Y cuando eso suceda,

¿quién dice que la pequeña balsa de Shardier no se hundirá también?” Negué con la cabeza.

“Te puedo garantizar que eso no sucederá. Ven a ver Ryunheit por ti mismo, si necesitas una prueba de que los humanos y los demonios pueden vivir juntos. Siempre y cuando hagamos las cosas paso a paso, la coexistencia es posible.”

Aram se quedó callado, contemplando sus opciones.

“¿Podrías… darme algo de tiempo para considerar esto? No me demoraré esta vez… realmente necesito pensar en tu propuesta. Además, necesito ver lo que piensa el resto de mi ciudad.”

Sus palabras carecían del hedor podrido de una mentira y su expresión era muy seria. Decidí poner mi fe en él.

“Muy bien. Tómate el tiempo que necesites. Mientras no intentes nada extraño, el ejército demoníaco no interferirá con la decisión de Shardier.” Como fui yo quien decidió la política militar del frente sur, tenía la autoridad para hacer una promesa como esa. Y podría decir que, en el caso de Aram, era mejor darle espacio para pensar. Me miró fijamente durante unos minutos.

“¿Qué… eres?”

“Solo uno de los muchos vicecomandantes del ejército demoníaco.” Le di la espalda a Aram. “Nos encontraremos de nuevo, lord Aram.”

En mi viaje de regreso a Ryunheit, reflexioné sobre el rumbo que habían tomado las negociaciones. Recientemente, comencé a actuar más como cómo me describían los rumores. No tenía cuidado con mis palabras y confiaba demasiado en las amenazas para salirme con la mía. Estaba volviéndome engreído debido, por supuesto, al poder que tenía. Peor aún, veía traiciones y conspiraciones detrás de cada expresión, lo que me volvió paranoico. Necesitaba recordar que a veces la honestidad directa era en realidad la mejor política. Aunque en este caso, solo funcionó porque el mismo Aram era un hombre honesto. Era demasiado pronto para celebrar, pero al menos parecía que todavía había espacio para la negociación.

***

—Registros Reales de Aram—

Cada vez que me encuentro con una decisión difícil, recuerdo el árbol genealógico de la familia Shazaf. Los nombres y las acciones de mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo están registrados en su interior. Leer mi trayectoria en el árbol me recuerda sus enseñanzas y filosofías. La familia Shazaf ha protegido Shardier desde que era una pequeña ciudad oasis y la llevó a la prosperidad.

Durante la guerra de unificación de Meraldia, mi bisabuelo luchó valientemente contra las fuerzas del norte. Pero al final, fue derrotado. Y desde su derrota, Shardier ha sufrido. Mi abuelo, que se convirtió en virrey después de él, trabajó incansablemente para desviar las presiones del Senado. Su increíble habilidad en la diplomacia y el arte de gobernar es la única razón por la que Shardier sigue prosperando hoy en día. Después de él, mi padre sucedió el cargo, armado con las enseñanzas de mi abuelo.

Al igual que mi padre, y su padre antes que él, debo actuar con prudencia

si Shardier quiere sobrevivir. Hasta ahora, he usado todo lo que mis predecesores me enseñaron para sobrevivir en el duro mundo de la política meraldiana. Incluso me obligué a engordar para parecer más imponente durante las negociaciones. Todo por el bien de proteger a las personas bajo mi cuidado.

Pero en algún momento, me di cuenta de que el virrey en el que me había convertido no era realmente yo. Me había puesto una máscara que no me quedaba bien en un intento de imitar a mis predecesores. Con el tiempo, comencé a olvidar quién era realmente y cuáles eran mis propias fortalezas. Antes de darme cuenta, me había convertido en una pálida imitación de mi abuelo. ¿Podría una persona tan frágil proteger verdaderamente a Shardier y su gente?

Justo cuando esas preocupaciones comenzaron a plagar mi mente, el hombre lobo Veight llegó para su audiencia. Intenté usar las mismas tácticas de negociación de mano dura que mi abuelo había dominado. Hice alarde de nuestro poder económico, cultural y militar para enfatizar la superioridad de nuestra posición. Pero nada de eso tuvo efecto en el hombre lobo. No pude demostrar que soy superior a él de ninguna manera. No en la prosperidad económica, no en la influencia cultural y naturalmente no en el poder militar.

Había sido bien y verdaderamente derrotado. Este era el límite de lo que podía lograr copiando a otros. La realización me hizo entrar en pánico. Por otro lado, el hombre lobo parecía imperturbable. A lo largo de nuestra discusión, su tono se mantuvo casual, como si estuviera comentando sobre el clima. Me explicó con calma los beneficios que Shardier recibiría por unirse a su alianza y luego me amenazó con el mismo aliento. Pero a pesar de su poder claramente superior, extendió la mano de la amistad. No sabía si esa mano era sincera, pero me faltaba el coraje para rechazarlo de plano.

Al final, mi máscara no me sirvió de nada. Las técnicas de mi abuelo solo eran útiles en manos de alguien tan astuto, tan carismático y tan experimentado como él. Simplemente imitarlas no tenía sentido. Mi desastrosa audiencia con Veight me había enseñado eso muy bien. La persona que actualmente gobierna Shardier no es mi padre ni mi abuelo. Soy yo. Y no puedo ser nadie más que yo mismo. Necesito creer en mí mismo y esperar que mis propias habilidades sean suficientes.

Enrollé el árbol de la familia Shazaf por última vez y lo devolví a su armario. Sospecho que no necesitaré examinarlo de nuevo. Me faltan las agallas para sobrevivir en este mundo solo con planes. Así que, de aquí en adelante, lucharé usando mis propios métodos.

***

Unos días después, el virrey de Shardier pidió visitar Ryunheit. Así que finalmente está listo para darme una respuesta. Aunque estaba contento de que él estuviera dispuesto a hablar una vez más, había cometido un pequeño error de cálculo. Teniendo en cuenta su renuencia inicial, no esperaba que él me pidiera una visita tan pronto. Tenía más agallas de las que yo creía. Desafortunadamente, eso era un problema para mí. No estábamos en ningún estado para recibir visitas. La sección este del muro ni siquiera había terminado de construirse.

“¿No hay manera de apurar la construcción?”

“Me temo que no, señor. A menos que puedas hacer algo al respecto con magia.”

Fui a ver a Azul para ver si había alguna manera de acelerar las cosas, pero parecía que no. Si la construcción de muros fuera algo que pudiera hacerse con magia, lo habría hecho yo mismo hace años. Un momento, eso no es del todo cierto…

Después de unos días, el Virrey Aram llegó a Ryunheit con una guardia de honor de 100 soldados. Era un poco grande para una guardia de honor, pero viendo que estaba visitando territorio enemigo, no me sorprendió demasiado. Además, supe por nuestras reuniones anteriores que él no era el tipo de hombre que lanzaría un ataque sorpresa.

“Vaya… así que estas son las puertas de Ryunheit…”

La asombrada reacción de Aram fue exactamente lo que esperaba. Las puertas que él miraba eran altas e imponentes, puertas apropiadas para la entrada de la capital demoníaca. Las había creado usando las puertas de Thuvan como referencia y luego las había reforzado un poco más. Desde ambos lados de las puertas, enormes muros se extendían para rodear la ciudad. Eran lo suficientemente altos y gruesos para soportar la mayoría de las maniobras de asedio. Pero eso no era todo lo que tenían a su favor.

“¿Mis ojos me están jugando una mala pasada, o estos muros están ligeramente inclinados?”

En respuesta a la curiosidad de Aram, hinché mi pecho con orgullo y dije, “Tienes un ojo perspicaz, lord Aram. Esto es lo que se conoce como muros del engaño.”

Había construido los muros con una ligera inclinación. De un vistazo, eso hacía que parecieran fáciles de escalar, pero en realidad la pendiente se hacía más pronunciada a medida que subías los muros, hasta que finalmente te encontrabas atrapado, incapaz de subir o bajar. Robé la idea del diseño de un antiguo castillo japonés. La mayoría de los asedios consistían en que los atacantes intentaban escalar los muros de los defensores con escaleras. Pero, por supuesto, subir una escalera mientras te llovían flechas era una tarea desmoralizadora y potencialmente mortal. Si es posible, la mayoría de la gente preferiría no hacerlo. Los soldados de a pie que vieran una pared inclinada como esta se verían tentados a renunciar por completo a la escalera e intentar subirla a pie. Y ahí está la trampa.

Además, era más difícil colocar escaleras en un muro inclinado. E incluso si alguien lograba colocar una escalera contra un muro curvo como este, sus espaldas y sus cabezas quedarían completamente expuestas al subir. Debido al ángulo, no podrían defenderse con escudos. Lo que significa que estaban abiertos a todo tipo de ataques. Naturalmente, también había agujeros en la parte superior para verter aceite hirviendo. Cualquier atacante potencial encontraría una sorpresa hirviente esperándolos si llegaban a la cima.

“¿Dónde encontraste el tiempo para construir muros tan grandes?”

La verdad era que no lo había hecho. Aparte de las puertas, todo lo demás era una ilusión mágica de cómo serían los muros finales.

“Ahora que Ryunheit ha sido liberado de la esclavitud de Meraldia, ya no tiene que responder ante el Senado antes de emprender proyectos como este.

Así que decidimos reconstruir nuestros muros.”

Después de dar ese discurso arrogante, me dirigí a Lacy y le susurré preocupado, “¿Estás segura de que podemos tocar esto?”

“S-Sí. He dotado a la ilusión con una textura. Aunque si alguien intenta atravesar los muros, la ilusión se romperá.”

Lacy siempre había sido una experta ilusionista, pero había evolucionado mucho desde que se había entrenado con Gomoviroa. Ella era lo suficientemente hábil para ser una verdadera Sagrada Sacerdotisa.

Aun así, no podía permitirme olvidar que esto era una ilusión. Un contratiempo y la artimaña sería descubierta. Intenté llevar a Aram y su séquito a través de las puertas, esperando que mi impaciencia no se manifestara.

“Ven, me gustaría mostrarte la ciudad apropiadamente. Te garantizo que te sorprenderás.”

Por favor, entremos y veamos la ciudad. Deja de mirar los muros así, me estás poniendo nervioso. Más allá de las puertas había una planicie ancha y vacía.

“Estamos planeando construir un nuevo distrito residencial aquí. El casco antiguo ya está lleno de gente, por lo que vamos a necesitar más casas para todos los demonios y humanos que podrían emigrar aquí en el futuro.”

Trataba de mantener el núcleo de la ciudad sin cambios por consideración a los que viven allí. Y a partir de experiencias pasadas en mi vida anterior, supe lo feroz que podrían ser los enfrentamientos entre los ciudadanos establecidos y los nuevos migrantes. Cruzamos el terreno vacío y entramos en la ciudad. En el momento en que pusieron los ojos en la calle principal de Ryunheit, los soldados de Aram exclamaron maravillados.

“Guau…”

“Así que esta es la capital demoníaca…”

El sector oriental había estado en declive después de bloquear la puerta, así que les pedí a los caninos que establecieran un taller aquí. Era un taller grande, utilizado por los caninos tanto para fabricar productos comerciales como para disfrutar de sus pasatiempos. Muchos caninos llegaron a usarlo y el sector ha experimentado un gran crecimiento. Restaurantes y parques para satisfacer los gustos caninos también habían empezado a aparecer aquí y allá. Cerca de la entrada del taller, vi a un comerciante humano y un artesano canino charlando ociosamente entre ellos. A juzgar por las expresiones felices de los dos, el negocio estaba prosperando.