Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 2: La Amenaza del Héroe

Capitulo 2: Las Alcantarillas se Tiñen de Rojo

Parte 12

Sin ninguna orden, algunos de los soldados arrojaron sus caballos al agua con la esperanza de poner algo de distancia entre ellos y los caballeros de Baltze. Otros, sin embargo, se pusieron de pie y lucharon.

Sin embargo, otros intentaron atravesar a los dragonantes y huir hacia Shardier. Y algunos se volvieron hacia el norte y huyeron abiertamente. Los que lucharon sufrieron un trágico destino.

“¡Mi nombre es Baltze, de los Caballeros Azure! ¡Enfréntenme y mueran, cobardes!”

Con un grito de guerra enérgico, Baltze desenvainó sus cimitarras. Era un maestro en el manejo dual y sus espadas gemelas destellaban en el sol de la tarde mientras cortaba a los soldados uno tras otro. Aunque sus golpes parecían ligeros, había un inmenso peso detrás de cada uno de ellos. Sus cimitarras se clavaban en la gruesa armadura de placas de los soldados montados y la mayoría de las veces les golpeaba con la fuerza suficiente para derribarlos de sus caballos. En segundos, Baltze quedó rodeado por un grupo de caballos sin jinetes. Él ya había ganado el control de la batalla. Era difícil creer que el feroz guerrero era el mismo tipo callado que rara vez alzaba la voz.

Sin embargo, el ejército meraldiano aún no había sido derrotado. La infantería sacó sus lanzas cortas y trató de rodear a Baltze y sus hombres. Si lograban completar su cerco, sería Baltze y sus hombres quienes serían empujados al agua. Afortunadamente, la mayor fortaleza de Baltze como comandante era saber cuándo retirarse.

“¡Retrocedan!”

Los Caballeros Azure giraron sus wyverns y se retiraron hacia Shardier. Si hubieran esperado un momento más, habrían estado completamente rodeados. Pero incluso en la retirada, Baltze se aseguró de hacer algún daño. Él y sus hombres persiguieron a la caballería que había tratado de huir en dirección a la ciudad y los aniquilaron. Los soldados restantes observaron con horror mientras sus compañeros eran destrozados. Incapaces de ver sufrir a sus aliados por más tiempo, los soldados restantes reformaron sus filas y cargaron contra la retaguardia de Baltze. La acción se trasladó desde la orilla del lago a las puertas occidentales de Shardier. Necesitamos seguirlos sin ser vistos o perderé de vista la situación.

“Andando.”

“Sí.”

Por lo que pude ver, solo quedaban 100 soldados de caballería pesada. El resto había sido herido, asesinado o se había retirado. Un 66% de pérdidas era bastante catastrófico. Por otro lado, la infantería de Meraldia seguía intacta. Parecía que habían sido concebidos como la fuerza principal del ejército desde el principio. Además, las lanzas eran un anatema para la caballería. Pero cuando las fuerzas de Meraldia atacaron a Baltze, fueron interrumpidas por el golpeteo de los cascos.

“¡Orgullosos guerreros de la raza kentauro, luchen valientemente para no deshonrar a sus antepasados!”

“¡UWOOOOH!”

Los 500 kentauros que había enviado al este se habían desplazado desde el sur. Lanzaron una ola de flechas mientras atacaban a la infantería de Meraldia. En el momento en que aparecieron, Baltze giró sus fuerzas y contraatacó. A diferencia de los caballos, los kentauros no temían a los wyverns y podían luchar junto a ellos. Una fuerza combinada de 1000 atrapó en un ataque de pinza a la infantería de Meraldia.

Al ver la abrumadora diferencia de números, los soldados entraron en pánico. No había forma de que pudieran luchar contra el doble de su número de caballería. Tal vez si hubieran tenido las lanzas largas y los escudos más grandes de sus contrapartes de infantería pesada, podrían haber formado un cuadrilátero de protección, pero como estaban, serían destrozados. Para empeorar las cosas, había flechas cayendo sobre ellos. Pero incluso si querían retirarse, no tenían ninguna esperanza de huir de la caballería. Resignados, los soldados se prepararon para una lucha a muerte.

Pero justo en ese momento, la puerta oeste de Shardier se abrió. Las trompetas sonaron y un regimiento de infantería completamente armado marchó. Su abanderado sostenía en alto la bandera de la guarnición de Shardier. Llevaban grandes escudos redondos y largas lanzas y caminaban en una formación cerrada, que recordaba a la falange espartana. Aunque solo contaban con 300, todavía representaban una gran amenaza para la caballería.

Sobre todo porque venían de la retaguardia del ejército demoníaco.

“¡Salvemos a nuestros aliados, hombres!”

Mi excepcional oído de hombre lobo captó las palabras de Aram. Me sonó un poco nervioso. Su guarnición estaba destinada a ser solo de 120, por lo que el hecho de haber traído las 300 tropas significaba que estaba mostrando su mano a Meraldia. ¿Estás seguro de que es una buena idea?

Observé cómo Aram desplegaba sus fuerzas frente a las de Baltze, flanqueándolo entre sus propios hombres y los de Meraldia. Ahora era el ejército demoníaco el que estaba en desventaja.

“Muy bien, este es probablemente un buen momento.”

Le ordené a Jerrick que lanzara la siguiente señal de bengala. Nuestras bengalas eran mucho más rápidas y mucho más confiables que los mensajeros. Honestamente, ahora que me había acostumbrado a ellas, no pensé que podría vivir sin ellas.

En el momento en que vieron la señal de bengala, tanto Baltze como Seishess ordenaron a sus hombres que se retiraran. El enemigo ahora estaba compuesto principalmente de infantería y la poca caballería que les quedaba era demasiado pesada para ser rápida. Dudaba que los persiguieran. El ejército demoníaco se retiró hacia Ryunheit, levantando polvo mientras avanzaba. Perfecto, todo va según lo planeado. El resto estaba en manos de Aram.

Mientras esperaba el regreso de mis hombres lobo, observé las puertas de la ciudad usando el telescopio de Kurtz. Los soldados que habían sido separados regresaron a la fuerza principal de Meraldia en grupos de dos y tres. Muchos habían perdido sus caballos y volvieron a pie. Su abanderado había sido empujado al lago y la bandera del escuadrón estaba empapada y hecha jirones. Este grupo de caballería pesada se suponía que era la élite de Meraldia, pero en este momento simplemente se veían patéticos. La infantería estaba mayormente intacta, pero aun así se desplomaron en el suelo, exhaustos. Momentos atrás, habían estado preparados para luchar a muerte y la conmoción de eso no se había desvanecido todavía. Cuando Aram se acercó a los soldados, un jinete salió a su encuentro. Probablemente era su comandante. Desde esta distancia, no pude distinguir lo que estaban diciendo, pero el comandante de caballería inclinó su cabeza una y otra vez hacia Aram. Aram dijo algo en respuesta y el comandante tomó las manos de Aram en agradecimiento.

“Parece que todo salió bien.”

Mi escuadrón de hombres lobo que regresaba lanzó sus puños al aire.

“¡La victoria más fácil de la historia!”

“¡No es como si hubiéramos hecho algo, sin embargo!”

“¡Hombre, realmente quería causar un alboroto!”

Aunque parecían felices, me di cuenta de que estaban insatisfechos.

“¡No me culpen, ¿de acuerdo?! ¡Habrían tenido su oportunidad si Aram en realidad nos hubiera traicionado!”

Personalmente, confiaba completamente en Aram. Pero como comandante responsable de la vida de miles de personas, no podía simplemente confiar en mi instinto. La razón por la que envié a mis hombres lobo a Shardier fue para incendiar la ciudad en caso de que Aram nos traicionara. Él no podría ayudar a Meraldia si estuviera ocupado apagando incendios. Confiaba en que él habría dado prioridad a salvar a su gente en lugar de ayudar a los soldados del norte. Afortunadamente, había resultado ser una precaución innecesaria. Las mejores batallas eran las que terminaban sin que tuviera que revelar mi carta de triunfo.

Después de una breve conversación con mis hombres, volvimos a observar los eventos en la puerta. Parecía que Aram se llevaba bastante bien con el comandante de las fuerzas de Meraldia. Había planeado rescatarlo con mi escuadrón de hombres lobo si las cosas iban mal, pero parecía que no tendría que hacerlo.

“Muy bien, volvamos a casa. La diplomacia es todo lo que necesitamos para manejar el resto. Como agradecimiento por un trabajo bien hecho, los invito a todos a comer carne en Ryunheit.”

“¡Así se habla!”

“¡Carne!”

“¡Pero aun así no pudimos hacer nada!”

Ellos nunca van a dejar eso, ¿verdad? En realidad, creé a propósito una oportunidad para que Aram nos traicionara. Si hubiera querido traicionarnos, había muchas opciones durante esa pelea. Pero no lo había hecho y había seguido mi plan. Todavía era posible que solo estuviera esperando el momento adecuado, pero considerando su personalidad, creía que era poco probable. Él actuaba como un estratega, pero en el fondo era un chico sencillo y apasionado.

Unos días después, después de confirmar que el ejército de Meraldia se había retirado, fui a visitar Shardier.

“Muchas gracias por tu ayuda, sir Veight”, Aram me saludó a mí y a mi acompañante con una sonrisa. “Parece que el ejército había sido enviado para arrestarme y llevarme ante el Senado para una investigación. Pero debido a que el comandante respondió por mí, decidieron dejar pasar el asunto.”

Lo sabía. No hay forma de que arreste al tipo que salvó su vida. Además, el hecho de que él se había manifestado contra nosotros le había demostrado ostensiblemente a Meraldia que no tenía intención de traicionarlos.

“Pero sabes, no pensé que sacarías a tus tropas privadas. Pensé que querrías mantener a esas personas escondidas y salir solo con la guarnición.”

“No había suficiente de ellos para tener un impacto significativo en la batalla. Parecería extraño que el ejército demoníaco se retirara por solo ciento veinte hombres.” Aram me guió a la sala de audiencias mientras hablaba. “Y gracias a mis contribuciones, parece que el comandante está dispuesto a permanecer callado sobre mi ejército. Él entiende que necesito más hombres para proteger mi ciudad.”

“Es bueno oír eso.”

No sabía qué tipo de conversación había tenido Aram con el comandante de Meraldia, pero parecía que había hecho un buen trabajo para convencerlo. Teniendo en cuenta lo apasionado que parecía el comandante, no era una sorpresa que los dos se hubieran llevado bien. Aparentemente, Aram había negociado tan bien que incluso había convencido al comandante de Meraldia para que solicitara al Senado que aumentara la guarnición de Shardier. Como esperaba, era mucho más adecuado para las negociaciones directas que para las tácticas astutas. Una vez que estuvimos dentro de la sala de audiencias, Aram enderezó su espalda y se giró hacia mí.

“Tienes mi más profunda gratitud por rescatar a Shardier de su crisis. Especialmente porque todo este desastre sucedió debido a mi ineptitud cuando se trata de negociar.”

“Bueno, tienes una personalidad bastante directa…”

Sabía que Aram había hecho todo lo posible por ser un político, pero realmente no era adecuado para eso. Él era demasiado honesto. Afortunadamente, tenía el tipo de carisma que hacía posible mover a las personas con su honestidad. También enderecé mi postura y dije, “Quería mostrarte que el ejército demoníaco tiene muchas tropas, cumple sus promesas y, más que nada, hace todo lo posible por evitar derramamientos de sangre innecesarios.”

Su caballería pesada había planteado una gran amenaza, por lo que me vi obligado a derrotarlos, pero incluso así había mantenido el número total de muertos por debajo de 100. Los hombres de Baltze terminaron desarmando y despojando a más personas de las que realmente habían matado. Aram asintió solemnemente en respuesta.

“Por supuesto. De aquí en adelante, estaré brindando todo mi apoyo al ejército demoníaco e intentaré convencer a las otras ciudades del sur para que hagan lo mismo.”

Me pregunto si las cosas realmente irán tan bien.

“Los sureños somos descendientes de pioneros que cruzaron este continente por mar. Hasta este día, ese espíritu pionero vive dentro de nosotros. Estoy seguro de que podremos hacer que esta nueva y desconocida aventura con la raza demoníaca sea un éxito.”

Aram hinchó su pecho con orgullo. Realmente era un chico apasionado.

Después de terminar mi reunión con Aram, volvimos a Ryunheit. La ciudad ahora estaba protegida por Bernheinen y Thuvan al norte y Shardier al este. Todavía no había establecido zonas tampón en el sur, pero dudaba que las ciudades del sur restantes pudieran organizar alguna ofensiva a gran escala. Parecía que finalmente sería capaz de concentrarme en asuntos internos por un tiempo.

Esa noche, uno de mis guardias me despertó, “Comandante, la líder de la

Iglesia de Mondstrahl está solicitando una reunión…” Entró en mi habitación y me sacudió para despertarme.

“¿A estas horas de la noche?”

Realmente preferiría hacer esto en la mañana.

“Ella dice que ha recibido una adivinación que concierne a la supervivencia del ejército demoníaco”, respondió mi guardia.

“¿Hm?”

La líder de la Iglesia de Mondstrahl de Ryunheit era Mitty, una reconocida astróloga. No había hablado mucho con ella desde el consejo religioso al que llamé poco después de ocupar Ryunheit. No tenía idea de qué tipo de adivinación había visto, pero considerando su reputación, decidí que era mejor verla de inmediato.

Me froté los ojos para quitarme la somnolencia mientras ella entraba en mi oficina.

“Mis disculpas por molestarte a estas horas de la noche, pero las estrellas predijeron la llegada de un Héroe humano. Me pareció prudente informarlo lo antes posible.”

Oh, así que eso es todo lo que era.

“Gracias por tomarte la molestia de traerme esta información, pero ya derroté al Héroe. Resulta que en realidad era un farsante…”

“No me refiero a Ranhart. Me refiero a un verdadero Héroe.” Mitty se inclinó hacia delante, con una expresión sombría. “Hace unos momentos, una de las estrellas del destino del norte brillaba con un resplandor cegador. Recomiendo encarecidamente enviar exploradores al norte de inmediato.”

Esto fue bastante repentino, pero sabía que las habilidades de Mitty se tenían en alta estima. Ella era la astróloga más famosa del sur. En este mundo, los astrólogos eran verdaderos videntes que usaban la magia para mirar hacia el futuro. Cuanto más hábil era un astrólogo, más precisas eran sus predicciones. Como compañero mago, sabía lo tonto que era ignorar la predicción de una experta.

“Si crees que la situación es tan grave, lady Mitty, es probable que lo sea.

Muy bien, enviaré a alguien a investigar de inmediato.”

Si no recuerdo mal, la Maestra estaba en Bernheinen esta noche. Sería más rápido si enviara a uno de los kentauros para pedirle que vea lo que estaba sucediendo en el frente norte. Aun así, eso llevaría algún tiempo. Pero en un mundo sin teléfonos celulares o internet, todas las comunicaciones tomaban tiempo. Aparte de eso, era sorprendente que una sacerdotisa respetada estuviera ayudando a los demonios.

“Perdona mi brusquedad, lady Mitty, pero ¿por qué me dices esto? ¿No es el Héroe tu aliado?”

Mitty sonrió y negó con la cabeza.

“Tengo una deuda contigo por tu asistencia durante el consejo religioso, sir Veight. Además…” “¿Además?”

Su sonrisa se transformó en una sonrisa picaresca.

“Mis discípulos prefieren Ryunheit tal como es ahora. Preferimos apoyar a los hombres lobo del sur que al Héroe del norte.” Me hizo feliz escuchar eso.

“Gracias, lady Mitty. Definitivamente pagaré esta deuda algún día.” Me incliné ante Mitty y envié un mensajero a Bernheinen.

Aunque me quedé despierto el resto de la noche, el kentauro que había enviado no volvió. No fue hasta la tarde siguiente cuando finalmente regresó.

“Eso llevó mucho más tiempo del que esperaba. ¿Pasó algo?”

Con el rostro demacrado, el mensajero kentauro jadeó, “Es horrible… el

Comandante Tiverit ha…”

“¿Qué le ha pasado?”

“Él… murió en la batalla.”

De ninguna manera. Ese tipo es más alto que un castillo y un veterano de innumerables batallas.

“¿Estás absolutamente seguro?”

“Lady Gomoviroa lo dijo ella misma, así que creo que la información es precisa…”

¿La Maestra lo vio morir?

“Espera, ¿está a salvo la comandante del tercer regimiento?”

“S-Sí, señor. Ella regresó a Bernheinen esta mañana. Estaba completamente agotada y la Vicecomandante Melaine la está cuidando ahora.”

La situación en el norte parecía aún peor de lo que había previsto.

Según el informe de la Maestra, el ejército meraldiano había atacado la ciudad agrícola de Bahen, donde estaba apostado el segundo regimiento. En respuesta, Tiverit saltó al campo personalmente. Sin embargo, fue atacado por un solo soldado de la milicia, y después de un feroz duelo, fue asesinado.

La matanza que siguió había sido horrible.

Sin su líder, los demonios restantes habían caído en pánico. Solo otro demonio podía entender lo aterrador que era tener a tu líder, el más fuerte de todos, derrotado en combate. Esa era la cantidad de fe que la mayoría de los demonios ponían en sus comandantes. Fue por esa razón que el Señor Demonio nunca salía al campo personalmente y por la que todos mis subordinados se enojaban conmigo cuando lo hacía. Con el segundo regimiento desmoralizado y desorganizado, los soldados meraldianos fácilmente habían podido derrotarlos. Ser testigo de la muerte de su todopoderoso comandante había despojado a los demonios restantes de la voluntad de luchar.

El ejército meraldiano había empezado a matar hombres a diestra y siniestra, y solo se había detenido cuando la Maestra había entrado y conjurado una niebla sobre todo el campo de batalla. Era el mismo hechizo que usaba para mantener el castillo de Grenschtat oculto. Luego ordenó una retirada a gran escala, que era lo único que había salvado a todo el segundo regimiento de ser aniquilado. Mientras huían, la Maestra vio a un solo soldado que no se vio afectado por su niebla desorientadora. O más bien, la niebla se separó a su alrededor. Nadie más que un Héroe tenía la fuerza para repeler la magia de la Maestra.

“¿Alguien ha informado al Señor Demonio de estos eventos?”

“El segundo regimiento se está retirando hacia Grenschtat. Sin embargo, lady Gomoviroa también envió un mensajero de Bernheinen, por si acaso.”

“Entendido. Gracias por traerme tu informe. Tómate un tiempo para descansar.”

Llamé a todo el personal importante de Ryunheit a mi oficina. Es decir, Airia y todos mis capitanes de escuadrón. La situación era más grave que nunca. El comandante del segundo regimiento había perecido, mientras que la comandante del tercer regimiento había gastado tanto mana que estaba inconsciente. En este momento, los oficiales de mayor rango en el campo eran los vicecomandantes.

“Sir Veight, tenemos que volver a Grenschtat de inmediato.” La voz de Baltze era tranquila, pero me di cuenta de que estaba tenso. “Como mínimo, conceda permiso para que mis Caballeros Azure regresen al lado de Su

Alteza. Debemos estar allí para protegerlo.”

Desafortunadamente, eso era algo que no podía permitir. Si nos enfrentáramos a un Héroe, ningún simple escuadrón de élite podría con él. Incluso si Baltze lo desafiaba con sus 500 hombres, el Héroe apenas sudaría al derrotarlos a todos. Estaba en el mismo nivel que el Señor Demonio, lo que significa que era prácticamente un semidiós. El hecho de que hubiera podido matar a Tiverit era una prueba de que los demonios normales como nosotros no teníamos ninguna posibilidad. Después de todo, la fuerza de Tiverit rivalizaba con la de todos los Caballeros Azure juntos.

“Sir Baltze, me temo que no puedo permitir eso. Todas las unidades bajo mi mando deben centrarse en defender Ryunheit, nada más.”

“Pero…”

“No podemos darnos el lujo de perder más de nuestras tropas ante el Héroe. Además, las esperanzas de todos los demonios recaen sobre la supervivencia de esta ciudad. El Señor Demonio nunca nos perdonaría si la dejáramos sin protección.” Me hice parecer frío a propósito y Baltze se quedó callado. “Lady Airia, por la presente la nombro comandante temporal de las tropas apostadas aquí. Tengo fe en que una humana de tus talentos, sin ataduras por preconceptos demoníacos, será capaz de liderarlos con la cabeza fría. Lacy, estarás a cargo del control de los Bone Spears.”

“E-Entendido. Pero entonces, ¿qué vas a hacer, sir Veight?”

Sabía que a la gente reunida no le gustaría lo que tenía que decir, pero no tenía ganas de mentir. Respiré hondo y reuní mi determinación. “Voy a proteger al Señor Demonio en lugar de ustedes. Como soy un mago, puedo

apoyarlo incluso si no participo directamente en la lucha.”

El silencio siguió a mi declaración. Kurtz, Baltze, Seishess y Fahn me miraron, sin querer decir nada. ¿Estoy siendo injusto después de todo?

Finalmente, Kurtz abrió la boca.

“Me duele admitirlo, pero creo que esa es la mejor decisión. El resto de nosotros no sería útil para el Señor Demonio en una pelea.”

Kurtz miró amargamente hacia abajo y su hermano Baltze dio un paso adelante para apoyarlo.

“Me duele decirlo, pero mi hermano tiene razón. Entre nosotros, solo sir

Veight puede usar magia curativa. No hay nadie en quien confíe más al lado del Señor Demonio.”

“También es un guerrero increíblemente fuerte… con nuestros comandantes del regimiento incapacitados o muertos, es nuestro luchador más fuerte después del Señor Demonio.”

Los demás asintieron en acuerdo. Aparentemente, pensaban que yo era el más fuerte en el ejército demoníaco después del Señor Demonio y los comandantes del regimiento. Personalmente, pensé que estaban sobreestimando mi fuerza mágica, pero ahora no era realmente el momento de discutir ese punto. Lo siento, Fahn. Le di una silenciosa mirada de disculpa.

“No te preocupes, cuidaré bien a los otros hombres lobo y a los caninos mientras no estás. Así que será mejor que no mueras, Veight.”

“Sí, regresaré de una manera u otra.”

Una vez que les di a todos sus órdenes, comencé a prepararme para mi viaje. No llegó ninguna información nueva en las pocas horas que me llevó y estaba listo para partir a media tarde. Era un viaje de 2-3 días a Grenschtat a pie, pero si me transformaba y corría sin parar, podría llegar mañana por la mañana. Podía reducir la distancia un poco pasando por el territorio donde los caballos también tendrían que desviarse.

Antes de irme, saqué un viejo libro de cuero del cajón de mi escritorio.

Era el libro mágico que había usado en mis primeros días de entrenamiento. Lo abrí en la página que estaba buscando y me aseguré de que todavía tenía cierto hechizo memorizado correctamente. Aunque idealmente, no tendría que usarlo.

La niebla disuasiva aún colgaba sobre Grenschtat cuando llegué. Con cuidado me abrí paso a través de la niebla mientras me acercaba al castillo. Afortunadamente, parecía que el castillo todavía estaba a salvo. Cuando los guardias del palacio me vieron, abrieron las puertas al instante. Cuando entré en el patio, vi cuán mal había sido diezmado el segundo regimiento. La mayoría de los gigantes y ogros que yacían en el pasto no parecían demasiado heridos. De un vistazo, parecía que las bajas habían sido leves, pero ese no era el caso. La verdad era que cualquiera que hubiera sido herido durante la retirada no había podido volver con vida en absoluto. Las expresiones desanimadas de los hombres y la disminución del número de hombres lo demostraron. Como ya estaba aquí, decidí ver cómo estaban los sobrevivientes. De las razas que conformaban el segundo regimiento, era más fácil hablar con los hobgoblins. Tenían cuerpos pequeños y eran físicamente débiles, pero poseían una buena cantidad de inteligencia y podían usar magia. No eran muy diferentes de cómo se representaban en los juegos de fantasía.

“Escuché que el Comandante Tiverit cayó en batalla. ¿Me pueden decir qué pasó?”

El grupo de hobgoblins a los que me había acercado intercambiaron miradas y luego dijeron, “El jefe está… muerto… un solo humano lo mató.

Luego un grupo de humanos vino y mató a todos nuestros amigos.”

“¿Cómo era el tipo que mató al comandante?”

“Se veía normal. Tenía una espada y un escudo y ropa normal.”

Eso realmente no ayuda. Por lo menos, parecía que no se destacaba como Ranhart.

“¿Esto es todo lo que queda del segundo regimiento?” Los hobgoblins sacudieron la cabeza.

“No lo sabemos. Después de que la gran santa hizo la niebla para ocultarnos, todos nos separamos. La única razón por la que sobreviví fue por el casco que me regaló la gran santa.”

Al mirarlo más de cerca, me di cuenta de que el hobgoblin llevaba uno de los cascos que la Maestra había hecho. Escuché que los guerreros del segundo regimiento los habían bautizado como “los Cascos de las Mil Almas”.

“Zuuk, Gyobel, Gubuuf… Todos me hablaron a través del casco. Me dijeron dónde correr y pude encontrar un guerrero dragonante rojo que me protegió.”

Probablemente se estaba refiriendo a una de las Escamas Carmesí. Como esperaba, ayudaron al segundo regimiento en su retirada. Eché mi mirada alrededor del patio. La mayoría de los sobrevivientes se habían agrupado en grupos de su propia raza y al menos una persona de cada grupo llevaba un casco de las mil almas. Al parecer, esos cascos eran lo que había permitido a los soldados del segundo regimiento correr en la dirección correcta a través de la niebla. Sin embargo, si los hombres reunidos en el patio eran los únicos sobrevivientes, entonces el regimiento estaba acabado. Incluso los hobgoblins, la raza más prolífica en el segundo regimiento, habían sido reducidos a unos pocos cientos de hombres. Al comienzo de la guerra, había alrededor de 2000-3000 de ellos. Los gigantes y los ogros, ambas razas que consideraban retirarse como uno de los actos más deshonrosos en la guerra, habían sido diezmados aún más profundamente. Quedaban menos de 10 gigantes, ni siquiera lo suficiente para formar un solo batallón. Y sorprendentemente, no vi a un solo ogro en ninguna parte.

“Oigan, ¿dónde están los ogros? Ya saben, los que dirige Dogg, el autoproclamado genio.”

Los hobgoblins sacudieron tristemente la cabeza.

“Dogg se ha ido.”

“¿Qué?”

“¡Él dijo ‘¡Proteger a los débiles es el trabajo de tipos fuertes como yo!’ Y luchó contra los humanos. Después de que llegó la niebla, no pude verlo más.

Luego no había nada más que silencio.”

Sabían lo que ese silencio había significado. Los hobgoblins miraron hacia el suelo, derramando lágrimas de algunos de sus ojos. Nunca supe que ese patán tenía ese lado… Sentí que no sería correcto interrogarlos más.

“Ya veo, gracias por contarme todo eso. Ustedes pueden estar seguros aquí, el primer regimiento los protegerá.”

“Gracias, lord Veight.”

Teniendo en cuenta lo devastados que estaban, estos tipos probablemente nunca pelearían de nuevo. En lo que respecta a la elaboración de estrategias, era seguro asumir que el segundo regimiento había sido acabado por completo.

Entré en el castillo y una mujer dragonante de escamas rojas corrió hacia mí. Shure, la única mujer vicecomandante del primer regimiento.

“Sir Veight, menos mal que has venido.”

“Me alegro de verte bien, lady Shure.”

Gracias a Dios, puedo llevarle a Baltze buenas noticias. Estaba preocupado por Shure. Mientras caminábamos hacia los aposentos del Señor Demonio, le pedí que me explicara los detalles.

Aparentemente, después de que Tiverit cayó, el ejército meraldiano había roto los muros de Bahen. Aunque los muros de Bahen habían sido reparados después de la invasión demoníaca, los miembros del segundo regimiento habían hecho un trabajo de mala calidad.

Su falta de conocimiento en la guerra de asedio significaba que los muros reparados estaban llenos de agujeros. Pero incluso si ese no fuera el caso, no hubieran podido resistir un asedio contra el Héroe.