Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 2: La Amenaza del Héroe

Capitulo 2: Las Alcantarillas se Tiñen de Rojo

Parte 11

Sé que yo mismo puedo ser un poco imprudente a veces, así que tal vez no debería juzgar, pero casi todos los Campeones anteriores de los demonios han sido dragonantes. Es esa historia la que probablemente nos ha hecho sentirnos superiores a las otras razas demoníacas.

“Hermano.”

“¿Qué pasa, Baltze? Ah, y limpia tu boca. Tienes comida pegada otra vez.”

Desde que éramos niños, Kurtz siempre me regañaba por mis modales en la mesa. Me limpié apresuradamente la boca antes de continuar.

“Hermano, ¿quién dirías que son los mejores Campeones del ejército demoníaco?”

Los ojos de Kurtz se entrecerraron con sorpresa.

“Eso es raro. Que traigas a discusión algo que no sea sobre el trabajo.”

“Para ser honesto, la idea me vino cuando estaba pensando en el trabajo.”

Kurtz asintió en respuesta, luego se calló mientras reflexionaba sobre mi pregunta.

“Primero y ante todo sería nuestro honorable Señor Demonio. Lord Tiverit y lady Gomoviroa también son bastante poderosos. Así que, para responder a tu pregunta, esos tres son probablemente nuestros mejores Campeones.”

Eso tenía sentido. Su Alteza era, por supuesto, nuestro señor, y tanto lord Tiverit como lady Gomoviroa eran indispensables para nuestro ejército. Kurtz se cruzó de brazos.

“La vampira nigromante lady Melaine y la guerrera kentauro Firnir también me vienen a la mente. Ambas han sido capaces de gobernar con éxito sus ciudades asignadas, lo cual no es nada fácil. Sin embargo…”

Terminé el resto de la frase de mi hermano, “¿Ninguna de las dos es tan impresionante como sir Veight?”

“Como has dicho, Baltze.” Kurtz dejó su tenedor y me miró. “Cuando se trata de dominar la magia, lady Melaine es más hábil que sir Veight. Y cuando se trata de ganarse el respeto y la lealtad de los hombres, lady Firnir tiene ese tipo de talento natural que los comandantes envidian. Sin embargo, sir Veight posee algo más, algo que nadie más tiene.”

“La capacidad de entender y negociar con los humanos, ¿verdad?” Kurtz me sonrió a sabiendas.

“Correcto… Baltze. Originalmente me preguntaste quiénes creía que eran los mejores Campeones de los demonios porque querías confirmarlo, ¿no?”

“Algo así.” Tosí en un intento de ocultar mi vergüenza. “Estuviste allí en la batalla de Thuvan, así que debes haber visto de cerca el estilo de lucha de sir Veight. ¿Cómo estuvo?”

“Horrible”, suspiró Kurtz y miró hacia abajo con el ceño fruncido. Habían pasado siete años desde la última vez que lo vi lucir tan agobiado. “Leíste el informe, ¿verdad? Él no entiende la cantidad de problemas que sus acciones imprudentes nos causan a los pobres oficiales técnicos. Sin embargo…”

“¿Sin embargo?”

“Aunque me duele admitirlo, su solución fue la única opción viable en esa situación. Sin embargo, eso no cambia el hecho de que es la perdición de los oficiales técnicos en todas partes.”

“Jajaja.”

Kurtz se rió y preguntó, “¿Quieres ser un Campeón como él, Baltze?”

“Sí, pero sé que aún no estoy cerca de su nivel.”

“En ese caso, observa lo que hace y aprende. No te volverás como él confiando solo en el poder marcial.”

Kurtz seguro sabía cómo golpearme donde dolía. Y una vez que comenzaba, era despiadado.

“Y si deseas ganarte el corazón de lady Shure, vas a tener que empezar a buscar pasatiempos fuera del trabajo.”

“Haré mi mejor esfuerzo.” La sorprendente figura de lady Shure se me vino a la mente cuando dije eso. “Hermano, ¿cómo puedes estar tan tranquilo cuando hablas de lady Shure? ¿No te enciende el corazón solo de pensar en sus brillantes escamas, sus brillantes pupilas y sus afilados colmillos?”

“Bueno, soy más un erudito que nada, así que…”

“Aunque parece tan severa y distante en el campo de batalla, también tiene un lado amable. Verdaderamente, ella es la dragonante más hermosa de todas. Una mirada a su elegante cola es suficiente para darme el coraje de luchar contra diez mil hombres.”

“Está bien, cálmate, Baltze. Estás empezando a sonar como un loco.” Kurtz suspiró y agregó, “Debes aprender del ejemplo de sir Veight. Nunca lo he visto perderse en la lujuria.” “Tienes razón…”

Esa era una cosa más en la que iba a tener que trabajar.

Poco después de regresar a Ryunheit, me di cuenta de que necesitaba una forma de alimentar a mis nuevos caballeros dragonantes. Mientras reflexionaba sobre esa pregunta en mi oficina, Airia entró corriendo.

“¡Es terrible, sir Veight! ¡La Federación Meraldiana ha enviado un ejército a Shardier! ¡Están marchando desde el norte!”

“¡¿Qué?! ¡¿Quién te trajo ese informe?!”

“¡Un mensajero de uno de los grupos comerciantes de Ryunheit! Según él, está conformado completamente de veteranos del ejército regular. ¡Una combinación de caballería e infantería que suma casi dos mil!”

“¿Cuántas armas de asedio tenían con ellos?”

“Ninguno de los comerciantes vio una.”

Si no traen armas de asedio, no puedo imaginar que estén planeando un asalto a gran escala. Esto parecía más un juego de poder político. Sin embargo, todavía tenía un mal presentimiento sobre esto. Me levanté y declaré, “Reúne a los hombres lobo, a los kentauros y a los Caballeros Azure. La vida de lord Aram puede estar en peligro.”

“¡De acuerdo con nuestra alianza, iremos a ayudar a Shardier!” Me dirigí al ejército de hombres lobo, dragonantes y kentauros desplegados ante mí. “Sin embargo, recuerden que Shardier todavía es oficialmente parte de la Federación Meraldiana. Para no empeorar las relaciones internacionales, necesitaré que sus unidades lleven a cabo algunas órdenes anormales.

Prepárense para hacer cosas que quizás no tengan sentido para ustedes.”

“¡Sí, señor!”

Baltze hizo un saludo nítido mientras que Seishess asintió solemnemente. “Entendido, comandante…”

Dado que los demonios eran un grupo indisciplinado, me preocupaba que actuaran por su cuenta, pero parecía que había sido un miedo innecesario.

“¡Escuadrón de hombres lobo, transfórmense! ¡Marchemos, hombres!”

Hice que todos mis hombres lobo se transformaran para que pudieran seguir el ritmo de los kentauros y los dragonantes montando en wyverns.

Naturalmente, me puse adelante.

“¡Oye, Veight, eres el comandante, así que deberías estar en la parte de atrás!”

Eso es lo último que pensé que oiría de uno de los hermanos Garney.

Fahn se acercó a mí y asintió.

“Él tiene razón. Eso me recuerda, ¿qué escuadrón está de guardia de

Veight esta semana?”

“Esos seríamos nosotros.”

Jerrick y su escuadrón levantaron las manos. ¿Qué diablos es ‘guardia de Veight’?

“Oye, espera un segundo. ¿Qué es esta guardia de Veight de la que estás hablando? Nunca he oído hablar de esto.”

“Te hemos asignado guardias para que no vuelvas a cargar en la formación del enemigo y te maten. Y no se te permite deshacerte de ellos.”

¿Disculpa? Yo soy el comandante aquí, no puedes decidir estas cosas sin mi permiso.

“Tu trabajo es sentarte en la retaguardia y comandar al resto de nosotros, comandante.”

“El resto de nosotros es prescindible, pero si mueres, vamos a tener que escondernos en fronteras remotas cultivando patatas por el resto de nuestras vidas.”

“Además, ¿cómo podríamos mostrarle nuestras caras al Señor Demonio si te dejáramos morir? Piensa en lo que tenemos que soportar por una vez.”

¿Realmente soy tan poco confiable? Jerrick se acercó y me dio una palmadita en el hombro.

“No te preocupes, jefe. Te mantendremos a salvo.”

“Aunque los cuatro juntos somos probablemente aún más débiles que tú.”

“Pero oye, podemos ser tus escudos de carne al menos.”

Jerrick sonrió alegremente. Si intentara algo imprudente durante esta campaña, estos cuatro harían algo aún más imprudente para protegerme. En otras palabras, los pondría en peligro. Ya veo. Así que esta es la razón por la cual el Señor Demonio nunca sale a las líneas del frente. Nuestro enemigo esta vez contaba con 2000 hombres y era una mezcla de infantería y caballería. Yo solo había traído 1000, pero todos eran caballería efectiva. Aun así, una pelea de frente acabaría en nuestra derrota. Sin embargo, no tenía intención de luchar de frente en primer lugar. Había más en la guerra que golpear a tus tropas contra las del enemigo.

“Vodd, toma tu escuadrón y comienza a explorar el área al norte de nosotros. Si ves enemigos, no los enfrentes.”

“Entendido, jefe. Esto parece que va a ser divertido.”

El exmercenario sonrió, con su pelaje blanco erizado. Su escuadrón de

cuatro personas se separó de la unidad principal y desapareció hacia el norte en una nube de polvo.

En un mundo sin GPS o teléfonos inteligentes, era difícil hacer un seguimiento de las posiciones del enemigo. Sin embargo, la precisión de la información era una de las mayores ventajas de la guerra.

Dado que había infantería en el ejército meraldiano, toda la fuerza debería haber disminuido su velocidad para ajustarse a su ritmo. Sin embargo, si Meraldia hubiera enviado su caballería adelante, entonces tendría que ajustar mis propios planes.

Afortunadamente para nosotros, todo nuestro ejército estaba compuesto por caballería o personas que podían moverse a velocidades de caballería. No había necesidad de que yo dividiera mis fuerzas. Sin embargo, en el tiempo que le tomó al jinete dar noticias del avance de Meraldia a Ryunheit, sus fuerzas probablemente habían cubierto mucho terreno.

En esta época, obtener información en tiempo real era imposible. Solo podía rezar para que no llegáramos demasiado tarde.

“Sir Veight, perdone mi presunción, pero ¿este plan realmente funcionará?” preguntó Baltze con una expresión de preocupación. “Si el

Virrey Aram nos traiciona, seremos atrapados en un ataque de pinza.”

Esa era definitivamente una posibilidad. Sin embargo, yo también había considerado ese escenario.

“Si eso sucede, tendremos que usar nuestra velocidad superior para retirarnos. En cualquier caso, nuestro trabajo seguirá siendo el mismo.”

“Tienes razón ahí.”

Aunque personalmente, no pensé que Aram nos traicionaría. Si ese discurso que me dio la última vez que fui a Shardier hubiera sido una actuación, entonces era mucho mejor actor de lo que yo creía. Pero si hubiera sido un estafador tan hábil, entonces habría arreglado las cosas con Meraldia hace mucho tiempo. Así que estaba bastante seguro de que no se volvería contra nosotros. Aunque había tomado precauciones por si acaso.

“¡Puedo ver la ciudad!” gritó uno de los kentauros en el frente. Otras voces gritaron en acuerdo.

Los muros de Shardier aparecieron a la vista, un velo de calor y polvo hacía difícil discernir cualquier detalle. Sin embargo, no vi el ejército de Meraldia en ninguna parte. Parecía que habíamos llegado a tiempo. Instalé un centro de comando en una colina a cierta distancia de la ciudad y comencé a dar órdenes.

“¡Hombres lobos, regresen a su forma humana y permanezcan en espera!

¡Hamaam, toma tu escuadrón y mira lo que está sucediendo en la ciudad!”

Los hombres lobo se encogieron de nuevo al tamaño humano y se pusieron de cuclillas en la arena. Hamaam ya había estado en Shardier un par de veces y conocía a Aram. Él era la mejor persona para enviar a establecer contacto. Y quería hacerle saber a Aram la situación para que no se sorprendiera de que un ejército de demonios apareciera en sus puertas.

“¡Kentauros, rodeen la puerta oriental! ¡Caballeros Azure, tomen la puerta occidental!”

Aunque era una ciudad comercial, Shardier solo tenía dos puertas. No había necesidad de una puerta norte, ya que el lago bordeaba todo su lado norte. En cuanto a por qué no había una puerta sur, fue porque Meraldia no le había dado a Shardier suficientes tropas de guarnición como para abrir tres puertas de manera efectiva. Eso significaba que los posibles atacantes solo necesitaban rodear la ciudad por dos lados para bloquearla.

“Seishess, a menos que nos ataquen, no te enfrentes a las tropas de

Shardier.”

El guerrero taciturno asintió, “Entendido. Un verdadero guerrero sabe no solo cuándo luchar, sino cuándo no luchar. Mantendré a mis hombres en línea. Puedes contar con ello.”

“Como siempre, te vuelves mucho más hablador cuando se trata de pelear.”

“Ah… supongo…”

Seishess se sonrojó un poco. Luego regresó con sus tropas y los condujo hacia el este.

“Supongo que es hora de que yo también lo haga.”

Baltze giró su wyvern y condujo a sus caballeros hacia el oeste. Es hora de ver lo que pueden hacer los famosos Caballeros Azure. Me quedé aquí con el resto de mis hombres lobo para vigilar la situación general.

Las puertas occidentales de Shardier se cerraron cuando los hombres de Baltze se alinearon afuera. Aunque estaban en formación para atacar, no se movieron en absoluto. Tampoco volaron flechas desde los muros. Hasta ahora las cosas iban bien. Todo lo que quedaba era esperar a que llegara el ejército de Meraldia. Después de un corto tiempo, Hamaam regresó.

“Como predijiste, Aram no está al tanto de la situación. Estaba bastante sorprendido de verme.”

Lo sabía. Hamaam agregó, “Cuando le pregunté para qué podrían haber venido las tropas de Meraldia, supuso que vinieron a apostarse en la ciudad por la fuerza.”

Ya veo, así que simplemente van a ignorar la autoridad del virrey. Pero si se presentan sin anunciarse, ¿una ciudad de esta escala tendría las instalaciones de comida o alojamiento listas para albergar a 2000 soldados? Bueno, no tiene sentido preocuparse por eso ahora… Mientras pensaba en eso, uno de los miembros del equipo de Vodd regresó con un informe extraño.

“Vimos las fuerzas de Meraldia. Tienen trescientos hombres de caballería y quinientos de infantería. Sus fuerzas marchan hacia el sur en fila, con la caballería a la cabeza. El viejo Vodd dijo que, por sus armaduras, son caballería pesada e infantería ligera.”

“Esos números no cuadran.”

Mis hombres intercambiaron miradas inquietas. Había dos explicaciones posibles. Primero, que los 1200 soldados restantes estaban en otra parte. O bien esperaban en una emboscada en algún lugar, o por alguna razón marchaban más despacio que el resto. La otra posibilidad era que el comerciante de Mao simplemente había juzgado mal los números. Al ver que era un comerciante y no un soldado, no había ninguna garantía de que supiera con exactitud cómo estimar el tamaño de un ejército con solo mirarlo.

El peor escenario sería si esos 1200 soldados hubieran cambiado de dirección y se hubieran dirigido hacia Ryunheit. Si ese fuera el caso, no podría permitirme perder el tiempo. Lacy era una maga lo bastante hábil como para controlar los Bone Spears que había dejado en Ryunheit, pero ella era una aficionada cuando se trataba de estrategia militar.

¿Debo regresar ahora mismo? No, espera, pensemos en esto con calma. En estos momentos superamos en número al enemigo. Y están marchando en fila. Si atacamos primero, podríamos convertir esto en una batalla rápida y decisiva.

Lo único que podría cambiar las cosas aquí sería que Aram nos traicionara. Si lo hiciera, quedaríamos atrapados entre 800 soldados meraldianos y 300 soldados de Shardier. Eso inclinaría la balanza lo suficiente como para hacer que el resultado sea incierto. Pero en ese caso, podría simplemente ordenar una retirada. He organizado deliberadamente esta fuerza para que sea lo suficientemente rápida como para dejar atrás a la caballería humana.

Sin embargo, lo más importante es que no podía permitir que el ejército meraldiano arrestara a Aram aquí. Si no lo protegía, nuestra alianza se rompería. Esta era una batalla que necesitaba pelear. Si las cosas empezaran a parecer peligrosas, siempre podría envíar a mis hombres lobo. Después de tomar mi decisión, me dirigí a mis hombres lobo y les ordené, “Quiero que se disfracen de refugiados y se infiltren en Shardier. Los kentauros y los Caballeros Azure permanecerán en espera hasta que dé más órdenes.

Mientras tanto, llevaré al escuadrón de Jerrick conmigo y me reuniré con Vodd.”

“¡Sí, señor!” dijeron mis hombres simultáneamente.

Levanté la voz, tratando de no ceder ante la presión que acompañaba a ser responsable de 1000 vidas, “¡Muévanse!”

Protegido por el escuadrón de Jerrick, me moví a otra colina, esta a poca distancia de la carretera principal. Los 300 soldados de caballería que lideraban las fuerzas de Meraldia estaban definitivamente lo suficientemente armados como para ser una caballería pesada. Incluso sus caballos estaban cubiertos con placas. Por otro lado, los 500 soldados de infantería estaban ligeramente equipados. Todos tenían costosas cotas de malla, pero estaban armados solo con arcos, lanzas cortas y espadas.

“Hay algo extraño en todo esto.”

Jerrick ladeó la cabeza y dijo, “Tienes razón, jefe. Es como si todos estuvieran gritando ‘Miren cuánto dinero tenemos’.”

“Tú también lo crees, ¿eh?”

800 aún eran suficientes hombres para tomar Shardier, pero no había necesidad de traer caballería pesada extremadamente cara a un asedio a la ciudad. El hecho de que toda la infantería llevara nuevas cotas de malla también era extraño. La cota de malla era buena para detener cortes y estocadas, pero no tan útil contra las flechas. El viejo Vodd, el veterano, se acercó y murmuró, “Me parece más como si vinieran a amenazar a Shardier en lugar de capturarla. Hay muchos de esos tipos, que intentan usar la fuerza militar como moneda de cambio.”

“Ya veo. Pero, ¿no están poniendo demasiado dinero en…? ¡Oye, jefe, mira eso!”

Jerrick me agarró del hombro e hizo que me girara. Miré hacia donde

estaba apuntando y vi un carruaje rodeado de infantería. A juzgar por lo grueso que era y el hecho de que estaba enchapado en acero, probablemente era un carruaje de prisioneros.

“Así que vinieron aquí listos para arrestar a Aram, ¿eh?”

No estaba seguro de si realmente estaban planeando arrestarlo o no, pero ahora todo este despliegue innecesario de poder tenía sentido. Preparé una de las Joyas de Dragón para enviar una señal de bengala.

“Una vez que lleguen a la orilla del lago, los atacaremos a todos de inmediato.”

“Entendido, jefe.”

La fila de tropas de Meraldia llegó al borde norte del lago y giró hacia la carretera que se desvía hacia el oeste. Si hubieran tomado la ruta del lado este del lago, habrían tenido sus lados derechos expuestos a los arqueros de Shardier. Al ir desde el oeste, solo sus lados izquierdos, que es donde colgaban sus escudos, eran visibles desde los muros de Shardier. El hecho de que estuvieran siendo cautelosos significaba que esperaban un ataque. Después de bordear la mitad de la orilla del lago, el avance del ejército meraldiano flaqueó. Habían visto a los Caballeros Azure.

“¡Dispara la señal!”

“¡Sí!”

Jerrick lanzó la señal de bengala, informando a nuestros aliados que atacaran.

Los Caballeros Azure, que hasta ahora habían estado frente a la puerta occidental, hicieron una perfecta media vuelta. Como un solo organismo vivo, reformaron sus filas y prepararon sus armas. Era increíble lo bien entrenados que estaban.

Las fuerzas meraldianas tampoco se quedaron atrás. Se reorganizaron rápidamente en formación de batalla como los profesionales que eran. Sin embargo, su formación se vio obstaculizada por el hecho de que había un lago a su izquierda. No podrían dispersarse tan bien como quisieran. Sin ninguna otra opción, se desplegaron hacia la derecha más de lo habitual. La caballería sacó sus lanzas, preparándose para atacar.

Sin embargo, los Caballeros Azure de Baltze no tenían la intención de permitirles completar sus preparativos. Usando la agilidad superior de sus wyverns, cortaron la formación meraldiana antes de que se completara. Si bien los wyverns carecían del poder explosivo de carga de un caballo, eran mucho mejores en el combate cuerpo a cuerpo. Sobre todo porque el olor particular que desprendían hacía que los caballos entraran en pánico. Ni siquiera la armadura podría proteger a los caballos de eso.

“Vaya…”

“Ellos son increíbles…”

No podría estar más de acuerdo. La batalla fue completamente unilateral. Las lanzas que la caballería había sacado para atacar eran completamente inútiles en un combate cuerpo a cuerpo. Dejaron caer sus lanzas y trataron de sacar sus espadas, pero el pánico de los caballos lo hacía difícil.

Además, Baltze estaba maniobrando sus fuerzas para conducir a la caballería hacia el lago. Los caballos eran lo suficientemente altos como para que los soldados pudieran luchar incluso en el agua, pero si alguno de ellos caía, seguramente se ahogarían.

Lo último que quería la caballería era verse obligada a luchar en el lago. Sin embargo, sus caballos entraron en pánico y la cadena de mando de la unidad hacía mucho que se había desmoronado.