Sentouin, Hakenshimasu! (NL)

Volumen 6

Capítulo 5: ¡Los Villanos Contraatacan!

Parte 2

Después de renunciar a subir a Mogero-kun, Grimm vuelve a su silla de ruedas. Los objetos que acuna preciosamente en su regazo son artículos de gran valor sentimental que los demonios residentes en Ciudad Escondite donaron a la causa. Cuando les dijimos que queríamos vengarnos de lo que Hiiragi le hizo a Viper, casi todos cedieron de buena gana sus posesiones más preciadas.

“Son todos recuerdos con un extraordinario valor sentimental. Para que la gente los entregue sin dudar, esa chica debe ser querida por todos esos demonios. Estoy tan celosa… La odio… ¡Odio lo popular que es!”

“¡Hey, no es a ella a quien deberías maldecir! ¡No te adelantes!”

Bueno, estamos maldiciendo la tierra de Toris, no a su gente. Así que, con suerte, el potencial contragolpe no pondrá su vida en riesgo…

De repente, Snow mirando a Mogero-kun desde su unicornio, habla. “Parece que estamos listos.”

Snow tiene una expresión inusualmente decidida en su rostro, con dos espadas mágicas en la cadera y su katana atada a la espalda.

Las dos espadas mágicas son sus viejas fieles, Ice-lo-que-sea y Flame-algo.

La katana es la que se convirtió en su favorita después de que el Hombre Tigre se la regalara.

Pero supongo que eso no es suficiente para satisfacerla, porque en el lado de la silla de montar del unicornio hay múltiples espadas mágicas puestas en sus vainas.

Hoy todos tenemos nuestra apariencia seria.

Mis compañeros están totalmente equipados con el último armamento y todos llevan camuflaje óptico.

Grimm lleva los recuerdos que consiguió de los demonios, e incluso Rose encima de Mogero-kun parece llena de entusiasmo.

Russell, que se ha quitado el traje de sirvienta, va vestido con el traje que llevaba cuando le conocimos, y la expresión de Heine adquiere un tono más agudo mientras manipula distraídamente su piedra hechicera.

En el centro de todos ellos estamos Alice y yo, con el mismo aspecto de siempre, más o menos.

“Parece que todo el mundo está listo para ir. ¿Segura que necesitas que te acompañe?”

“Tú eres el gerente de esta sucursal. El hombre del momento.”

La expresión de Snow se tuerce en una fina sonrisa ante la falta de tensión que tenemos Alice y yo.

“Ustedes dos no cambian, incluso en un momento como este. Supongo que también fue así cuando atacamos el Castillo del Señor Demonio. No dejaban de burlarse de mí a pesar de que era la noche anterior a una batalla decisiva…”

Snow se pone nostálgica mientras mira a lo lejos…

“<Hey, Alice, ¿qué le pasa? Hoy está muy rara. Tengo miedo de que active una bandera de la muerte o algo así.>”

“<Bueno, esta vez nuestro oponente es uno que matará Combatientes si nos golpea donde duele. Sin duda, se está armando de valor ya que está a punto de enfrentarse a un enemigo más fuerte que el Ejército del Señor Demonio. Puede que nos hayamos pasado con las tácticas de miedo…>”

Es hora de ajustar cuentas. Somos una organización malvada. No podemos dejar que el enemigo piense que somos débiles.

“Señor Demonio Viper, ¿nos está viendo…? No dejaremos que se salgan con la suya luego de molestar a sus preciosos demonios. Así que, por favor, descansa en paz…” Murmura Snow mientras mira el cielo nublado. No sé cómo decirle que Vi está jugando videojuegos en su habitación…

Es en este momento cuando Alice recibe el informe del grupo de exploración en su radio.

Las voces que se filtran por la radio informan de que el gato gigante sigue acampado frente a la ciudad de Toris como un centinela felino gigante.

Según el informe, no hay señales de tropas enemigas y somos libres de lanzar nuestro asalto, siempre que no nos preocupe el gato.

Tras escuchar el informe, Alice se dirige a los demás.

“No sé quiénes se creen estos bastardos de Hiiragi, pero Kisaragi reclamó este planeta primero. Si van a decir que son agentes del orden, ¡entonces ponte con orgullo el manto del caos! He hecho suficientes justificaciones para que los ataques, ¡así que todo lo que tienen que hacer es pasar a la acción!”

Así es. Somos combatientes de una organización malvada. Somos invasores.

Normalmente,  ni  siquiera  necesitamos  una  buena  razón  para  empezar  una  guerra.

Mientras mis esforzados y degenerados compañeros de trabajo sonríen en anticipación… “¡Vamos, simios! ¡A la guerra!”

““““““““¡WHOOOOOOO!””””””””

Alice sonríe y levanta un puño de ánimo en el aire.

***

“Hoy hace bastante frío, ¿no? Normalmente hace demasiado calor para dormir. ¿Qué pasa?”

“Seguro que hay días así. El mayor problema de la superficie es el clima inestable…”

Hay dos soldados intercambiando palabras mientras se encuentran frente al pequeño puesto de vigilancia en lo alto de la muralla exterior.

“… ¿Eh? ¡Está lloviendo! No esperaba que lloviera por aquí…”

“Maldita sea, nuestros aparatos electrónicos se van a mojar… Ojalá pudiera vestirme como los habitantes de la superficie de Toris y llevar ropa más ligera… Hey, ¿has oído algo en la distancia?”

El soldado desmotivado se da cuenta de algo y habla mientras lanza una lona sobre una especie de máquina.

Y entonces… “¡Woah!”

“¡¿Rayos?! Hey, ¿en serio vamos a tener una tormenta?”

Electricidad atraviesa el cielo, y los soldados se tapan los oídos mientras un trueno retumba una fracción de segundo después.

Y tal como los soldados temían, empiezan a caer las primeras gotas. En un abrir y cerrar de ojos, la ligera lluvia se convierte en un fuerte aguacero que amortigua todos los demás sonidos de la zona.

Poco después, se apresuran a refugiarse en el puesto de vigilancia.

***

“Aquí el Combatiente No. 6. Los guardias se han refugiado temporalmente. ¿Quién hizo el ruido? Habríamos tenido problemas sin ese rayo. Cambio.”

Informo de la situación a través de mi unidad de comunicaciones y luego vuelvo a vigilar los alrededores. Utilizo mi camuflaje óptico para esconderme cerca de la puerta principal y del muro exterior que protege la ciudad de Toris.

“Aquí Alice. Grimm es la que hizo el ruido. Está descalza, y como no está acostumbrada a caminar, se ha tropezado. ¿Se ha fijado el gato gigante en ti? Si lo hace, esparce un poco de hierba gatera y huye. Además, ¿llevas puesto tu camuflaje óptico? También sirve como impermeable. Asegúrate de tenerlo puesto durante esta tormenta, o podrías resfriarte. Cambio.”

Cuanta preocupación. ¿Quién se cree que es, mi madre?

“Todo está bien. No se ha fijado en mí debido a la tormenta. El gato gigante está siendo empapado por la lluvia y se acurruca para entrar en calor… ¿Qué debo hacer? Quiero adoptarlo…”

“Ya estamos cuidando a dos quimeras y a los combatientes. No podemos ocuparnos de ese gato gigante.”

No nos pongas en la misma liga que las mascotas, maldita sea.

“Esta lluvia es una bendición que la princesa nos trajo a un gran costo para ella. No perderemos esta oportunidad. Voy a mover a los demás. Avísame cuando el enemigo reanude su guardia. Cambio.”

“Sí, por fin Tillis hizo un esfuerzo por el equipo. No dejaremos que la oportunidad se desperdicie. Cambio.”

Sí, esta tormenta es causada por Tillis. Pero ella no usó magia para convocar esta tormenta. Antes de ir a Toris, llevamos a los demonios de Ciudad Escondite al palacio y le pedimos que lo hiciera. Le pedimos que cantara la oración frente a los demonios.

Después de todo, hay una condición para usar el artefacto que hace lluvia. Se requiere que un miembro de la realeza cante la oración al artefacto frente a un gran número de personas.

La conjetura de Alice fue que la razón por la que el artefacto sólo funcionará cuando un miembro de la realeza cante la oración es que tiene un sistema de seguridad biométrico ligado al ADN de la familia real para evitar que el artefacto sea mal utilizado, y requiere un gran número de personas que lo vigilen porque se alimenta de la magia de la gente reunida frente a él.

Es decir, hicimos que Tillis gritara esa oración.

Ya que hizo un berrinche y dijo que nunca diría esas palabras delante de los suyos, como compromiso (una laguna legal, en realidad), trajimos a los demonios especialmente discretos, pero…

“¡Maldita sea, debería haber grabado a Tillis con una cámara digital!” 

“Lo grabé, así que relájate. Pero maldita sea, la princesa también tiene su lado bueno. Aunque parecía un poco tonta cuando gritó las palabras por el bien de Snow, igual fue un momento genial.”

Snow suplicó a la princesa una gran cantidad de lluvia para poder arriesgar su vida e infiltrarse en Toris. Y Tillis, con gran reticencia, aceptó esa petición.

Es en este momento cuando noto que alguien se acerca desde la oscuridad.

Es el ruido húmedo de los pasos en la lluvia lo que confirma que los demás han llegado.

“Muy bien, ¿están todos aquí? No puedo saber si están aquí gracias al camuflaje óptico. ¡Todos, repórtense!” 

“Todos menos Rose y Snow se tomaron de la mano en el camino, así que estamos todos aquí. Todos estamos presentes.”

“Aww, ahora todos somos amigos, ¿no…? Err, esperen. Sé lo de Rose ya que está con Mogero-kun, pero ¿qué pasó con Snow?”

Mientras intercambio susurros con Alice, algo blanco aparece de la oscuridad como si fuera a responder a mi pregunta.

Como no puede vernos, Snow, que está montada en su unicornio y empapada por la lluvia, parece estar al borde de las lágrimas, desesperada por encontrarnos.

Ah, así que no pudo cubrir completamente el gran cuerpo del unicornio con camuflaje óptico…

“Se suponía que íbamos a ser sigilosos hasta llegar al interior de la ciudad. ¿Qué vamos a hacer con ella?”

“Supongo que no tenemos otra opción. Snow puede esperar a poca distancia.”

 Justo cuando Alice está a punto de dar sus siguientes órdenes, se me ocurre una idea. Me acerco a Snow.

“¡Eeep! ¡Que alguien me ha tocado el trasero…! H-Hey, ¡¿quién me ha tocado el pecho?!”

<Puntos Malvados Adquiridos> <Puntos Malvados Adquiridos> 

Iba a criticarla por retrasarse tan pronto, pero supongo que lo dejaré pasar esta vez a cambio de los Puntos Malvados.

Miro hacia el puesto de vigilancia en la pared exterior…

“¡Hey, maldita sea, para! ¡No. 6, sé que eres tú quien me toca! ¡Para…!”

 … Parece que hay otros que tuvieron la misma idea que yo.

Si vas a ganar Puntos Malvados, hazlo con más calma, ¿quieres?

“¡No. 6, maldita sea, es suficiente…! ¡Espera, hay demasiadas manos! ¡¿Así que no es sólo uno de ustedes el que me manosea?!”

Finalmente, sin paciencia, Snow saca una espada.

“¡Quienquiera que me haya tocado, que hable! ¡Te voy a cobrar por cada manoseo!”

“¡¿Quién está allí…?! ¡¿Qué haces fuera tan tarde?!”

“¡Los unicornios son las monturas militares del Reino de Gracia! ¡Es un intruso! ¡Suenen la alarma!”

Los dos soldados salen corriendo del puesto de vigilancia y sacan conclusiones al ver a Snow. Mezclado con el sonido de la fuerte lluvia llega el agudo gemido de una sirena.

“¡Maldita sea, esta vez Snow sí que se ha metido en el ajo! Bueno, ¡no vale la pena llorar por haber sido descubiertos! ¡Vamos, simios! ¡Carguen de frente!”

““““¡A la cargaaaaaaaa!””””

“¡No estoy de acuerdo con que se trate como un error mío! ¡Encontraré a todos los que me tocaron!”

Mientras Alice grita las órdenes, dejamos a un lado nuestro camuflaje óptico y atacamos a los soldados…

“¡Enemigo avistado! ¡Enemigo avistado! Actualmente, un intruso no identificado ha entrado en la ciudad y está llevando a cabo actividades relacionadas con el sabotaje! ¡Los civiles deben permanecer dentro! Repetimos…” El anuncio sonó en toda la ciudad de Toris.

Parece que los otros agentes ya están ocupados.

Originalmente, nuestro plan preveía actuar en grupo hasta que el enemigo nos encontrara, pero estamos improvisando.

“Heine y Russell, vayan a atacar los cuarteles de los soldados. Si se encuentran con el enemigo, luchen con las casas de los civiles a sus espaldas. El enemigo dice ser los buenos, así que no deberían poder dispararles en esas circunstancias.”

“Así que vamos a usar las viviendas civiles como escudo… Bueno, ok, bien. Quiero decir, fuimos de la Élite Cuatro y también demonios…”

Me pongo al lado de Alice mientras da instrucciones a Heine.

“¡Escucha, No. 6, oportunidades como esta son raras! ¡Hay una fila de tiendas de lujo que atienden a los nobles frente a nosotros! ¡Estamos justo en medio del territorio enemigo! Si prendemos fuego a esas tiendas, podemos hacer un gran daño a su economía.” Chirría Snow.

“Bueno, claro, eso es probablemente cierto. Pero en tu caso, ¡estoy bastante seguro de que sólo quieres saquearlos! Salir de tu camino para saquear y pillar durante un asalto, ¡¿qué hay de malo en los caballeros de Gracia?! ¡¿Qué clase de caballero eres?!”

Snow estuvo a punto de olvidar el objetivo de la misión y lanzarse a saquear.

“¡¿Qué pasó con tu deseo de vengar a Vi?! Todos nosotros estábamos un poco conmovidos por tu discurso, ¿sabes? ¡Ahora sólo quiero que compenses esto que siento!”

“¡Aquello es aquello, y esto es esto! ¿Por qué no vienes conmigo? Mira, hay una tienda que parece vender joyas. Te dejaré esa, así que déjame a mí la tienda de armas de al lado.”

La caballero hace una horrible propuesta y prepara las bolsas que cargó en el lomo del unicornio.

… ¿En serio trajo el unicornio a Toris sólo para que llevara su botín?

Mientras me debato entre abandonar a Snow, Grimm habla, sonriendo alegremente mientras lleva los recuerdos de los demonios en un gran saco como Santa Claus.

“¡Comandante, estoy lista para hacer llover maldiciones cuando sea! ¿Deberíamos acercarnos al centro de la ciudad? Je-je-je-je, ¡voy a maldecir a todas las parejas de Toris para que conozcan a la persona de sus sueños! De esa manera, si la maldición se me devuelve, ¡la felicidad lloverá sobre mí! ¡Y lo que lo hace aún mejor es que las parejas que maldiga acabarán rompiendo porque han conocido a alguien mejor!”

“¡Detente! ¡No desperdicies los recuerdos de los demonios en algo tan inútil! Tienes una maldición diferente que se supone que debes poner en este lugar, ¿recuerdas?”

Estamos en medio del territorio enemigo, ¡pero ninguno parece tener un sentido de la urgencia apropiado para la ocasión!

“¡Ja, ja, ja, ja, ja! Ahora es el momento de enseñar a los humanos a temernos a los demonios! ¡Vamos, Russell! ¡Voy a envolver a Toris en un mar de llamas!”

“¡Muy bien, me aseguraré de que la humanidad recuerde que son sólo mis juguetes! Una vez que Heine haya terminado de quemarlo todo, ¡los enjuagaré con una poderosa inundación!”

“¡Nadie te dijo que fueras tan lejos! ¡Tus órdenes eran atacar el cuartel!”

Heine y Russell salen corriendo para atacar el cuartel con un notable ánimo en sus pasos. Los observo y hablo con Alice, que está dando órdenes.

“Supongo que la gente de Kisaragi era bastante normal, ¿no? ¡La gente de este planeta es ridícula!”

“Es la gente que te rodea la que es rara. Ya sabes lo que dicen de los guisantes de una misma vaina, ¿no?”

Mientras suenan las explosiones en medio del sonido de la lluvia torrencial, agarro a Snow y a Grimm por el cuello y me dirijo hacia el palacio, mi principal objetivo…

Y me detengo al ver una cara conocida en el camino principal hacia el palacio. “T-Tú… sabía que eras malvado, pero no pensé que llegarías tan lejos…”

Adelie nos mira atónita, demasiado sorprendida incluso para escurrir la lluvia de su cabello.