Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 12

Julius

Parte 1

Para cada encuentro, hay una despedida.

Mi primera despedida fue perder a mi madre.

Nunca estuvo especialmente sana, pero después de dar a luz a Shun, su condición se deterioró rápidamente hasta que falleció.

“¿Es posible que la verdadera reina haya tenido algo que ver?”

Había rumores en ese sentido, pero no creo que la primera esposa de mi padre hiciera algo tan descuidado.

No puedo llamarla exactamente una aliada, pero tengo cierta fe en ella.

Para bien o para mal, es una figura clave en nuestro gobierno. Solo toma acciones que cree que beneficiarán al reino.

… Y para ser sincero, realmente no necesito saber la verdad de cómo murió mi madre.

Estaba terriblemente triste por la pérdida de mi madre, y no quería que esa tristeza se convirtiera en odio hacia otra persona.

Ni a la verdadera reina, a pesar de los rumores.

Ni a Shun, quien en cierto sentido había nacido a costa de la vida de mi madre.

No quería odiar a ninguno de ellos.

Especialmente Shun. Odiarle parecería como rechazar la prueba de que mi madre vivió, y eso me asustaba.

Un héroe nunca debería odiar a nadie por motivos personales.

Ese tipo de sentimiento no enorgullecería a mi madre.

Seguí recordándome eso, y así pude simplemente lamentar la muerte de mi madre sin resentir a nadie por ello.

Si había una persona con la que estaba enfadado, esa era probablemente yo mismo por no ser lo suficientemente fuerte.

Si tan solo fuera más fuerte tal vez podría haber salvado a mi madre.

Ese sentimiento se ha quedado conmigo desde entonces.

Cuando vi a las personas que perdieron a sus familias a causa de la organización de tráfico de humanos.

Personas cuyos padres fueron asesinados por monstruos.

El ataúd que contenía el cuerpo del Sr. Tiva.

“La gente vive y algún día muere. No podemos cambiar eso. Tampoco podemos elegir cómo moriremos. Pero lo que podemos elegir es cómo vivimos. Lo importante no es cómo murió, lo que es importante es cómo se comportó en vida. Pensar en lo que puedes hacer por los muertos, lo que podrías haber hecho por los muertos, no es más que una forma de arrogancia. Todo lo que necesitan los vivos es llorar a los muertos y recordar cómo vivieron.”

Esas fueron las palabras de mi maestro, el Anciano Ronandt.

Constantemente acabo deseando ser más fuerte, y cada vez que lo hago, recuerdo estas palabras.

Todos moriremos algún día.

Eso significa que habrá despedidas inevitables.

Estoy seguro de que mi maestro ha experimentado muchísimas más despedidas que yo; no hay manera de evitarlas.

Creo que estaba tratando de decirme que debería aceptarlas cuando lleguen, en lugar de insistir en los remordimientos, y seguir viviendo la vida al máximo.

Pero para mí, vivir mi vida lo mejor que pueda significa que no quiero ver a nadie morir ante mis ojos.

Si están a mi alcance, quiero salvarlos.

De hecho, si no están a mi alcance, encontraré la manera de salvarlos de todas formas.

Incluso si eso significa lastimarme en el proceso.

Así es como quiero vivir mi vida.

Estoy seguro de que mi maestro estaría furioso si me oyera decir esto.

Pero simplemente no puedo cambiar la forma en que vivo.

Lo siento, Maestro. Probablemente moriré joven.

“Hrm. Está bien, esta es una orden de tu maestro. Tienes prohibido morir antes que yo. ¿Entendido? Y cuando muera, tendrás que aferrarte a mi ataúd y llorar aún más fuerte que hoy.”

Maestro, es posible que no pueda obedecer esa orden después de todo.

Así que si ese momento llega, tendrás que regañar a mi ataúd en lugar de a mí.

¡Estúpido aprendiz! Dirás.

Sí, acepté mi muerte hace mucho.

Pero… No quiero dejar que nadie más muera.

Es por eso por lo que decidí que sería el primero.

Juré que lo sería, y sin embargo…