Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 1: El Nacimiento de una Ciudad Demoníaca

Capitulo 1: Hechos de Plata

Parte 14

 

 

Sin embargo, debido a su lenta marcha, más de la mitad de ellos habían quedado incapacitados cuando llegaron a las puertas. Habían sobrevivido más de ellos de lo que esperaba. Si los kentauros hubieran intentado tal hazaña, habrían perdido mucho más.

“Ahora solo es una batalla de desgaste.”

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Asentí con la evaluación preocupada de Kurtz.

“Por ahora solo tenemos que aguantar. En cualquier caso, es hora de la fase 2.”

Vi a Firnir agitando su lanza otra vez y ordené que la segunda oleada avanzara. Su avance fue sincronizado para que comenzaran a avanzar justo cuando la primera oleada se abarrotaba alrededor de la puerta. Basé esta estrategia en mis experiencias jugando juegos de defensa de la torre en mi vida anterior. Aunque estaba en el lado de ataque esta vez.

La primera oleada tuvo pérdidas severas, pero gracias a su sacrificio la segunda oleada pudo acercarse relativamente ilesa. Después de todo, las ballestas debían recargarse manualmente. Al ritmo que disparaban los soldados, no era de extrañar que muchos de ellos se estuvieran cansando.

Además, algunas de sus armas probablemente se habían roto por el uso repetido. Por otra parte, la segunda oleada tenía los cadáveres putrefactos de Melaine.

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Como su nombre indica, eran soldados no-muertos hechos de carne en descomposición. En otras palabras, zombis. Gracias a sus características únicas, eran el eje de esta estrategia. El hechizo utilizado para invocar zombis les permitía mantenerse activos durante largos períodos de tiempo.

En ese tiempo, sin embargo, los cadáveres continuaban pudriéndose y su carne cerosa y podrida se quemaba fácilmente. Eran esencialmente velas que caminaban.

Normalmente eso sería una debilidad, pero aquí demostraría ser un activo. Los soldados esqueletos escoltaron a los zombis hasta la puerta, actuando como escudos inertes.

Una vez que los zombis llegaron, según sus órdenes, se volaron a sí mismos. Estaba demasiado lejos para discernir las secuelas de las explosiones desde aquí, pero era probable que el campo frente a la ciudad se hubiera convertido en un espectáculo grotesco.

Sin duda, las puertas estaban salpicadas de carne inflamable y podrida. Las puertas del sur estaban hechas de madera resistente y seca—del tipo que ardía rápidamente.

Aun así, era demasiado temprano para celebrar. Si Thuvan se enterara de nuestros planes, estaríamos en problemas. Había muchas formas simples de prevenir un incendio. Todo lo que los soldados defensores tenían que hacer era rociar las puertas con agua y estaríamos fritos.

De ahí que haya hecho un gran espectáculo enviando oleadas de soldados para atacar. Necesitaba hacer que pareciera que estábamos tratando de abrirnos paso a través de la fuerza bruta.

Nunca podría ordenar a las tropas vivas que desperdiciaran sus vidas tan cruelmente, pero los esqueletos y los zombis ya estaban muertos. Eran simples marionetas descerebradas, desprovistas de emociones y almas. Ahora que ya no tenía que centrarme en comandar a los soldados no-muertos, tomé a Kurtz y me uní a Firnir.

“¡Gracias, Vaito!”

“Todo va bien hasta ahora. Además, deja de llamarme así.”

Todo lo que quedaba era prender fuego a las puertas bañadas de cera. Desafortunadamente, ninguna de nuestras tropas pudo acercarse lo suficiente como para disparar una flecha de fuego sin ser atacada primero por los pernos de los defensores. Y por eso le había confiado comenzar el fuego a la Maestra.

El plan era hacer que golpeara las puertas con un rayo. Si hubiéramos tenido algo de alambre de cobre, esto hubiera sido fácil. No tiene sentido quejarse de lo que no teníamos.

El rostro infantil de Gomoviroa se contrajo en concentración y comenzó a conjurar un complejo hechizo.

“Señor, ¿qué está haciendo exactamente la Comandante Gomoviroa?” susurró Kurtz, incapaz de ocultar su curiosidad. Eso era lo que lo hacía tan buen ingeniero.

El hechizo que la Maestra estaba conjurando ahora no era un hechizo de rayos. La magia ofensiva no era muy útil en este mundo. Los hechizos generalmente se centraban alrededor del conjurador y tenían que seguir las leyes de la física una vez que se traían a la existencia.

Lo que significaba que las bolas de fuego o los rayos apresurados eran tan propensos a dañar al conjurador como a su objetivo. Había, por supuesto, formas de guiar los hechizos para que no te lastimaras, pero con el tiempo que se tardaba en construir tal magia, era mejor golpear a alguien con un arma.

Aunque no podía entender el significado preciso de sus conjuros, más o menos sabía lo que estaba haciendo.

“Ella está creando un camino para el rayo en este momento.”

“¿Qué quieres decir exactamente con ‘camino’?”

Normalmente, cuando un rayo impactaba el suelo, se debía a que un camino de aire ionizado había vinculado una nube de tormenta al suelo.

Dichos caminos se creaban cuando había una diferencia de carga entre el suelo y la nube… o algo así. De todos modos, el punto era que, si la Maestra disparaba un rayo ahora, era más probable que golpeara a uno de los kentauros armados que a cualquier otra cosa. De ahí que ella necesitara crear el camino primero.

“Básicamente está apuntando para que su rayo caiga donde queremos. Si ella no hiciera esto, no se sabe a dónde caería.”

“Ya veo…” Kurtz anotó con entusiasmo todo lo que le dije en su libreta. “¿Puedes usar magia así también, sir Veight?”

“No…”

Por favor, no me recuerdes todas las ramas mágicas que no logré dominar.

“Espléndido. Estoy lista ahora.”

Al terminar el camino, la Maestra pasó inmediatamente a otro conjuro. Este solo tomó unos segundos. Convertir el mana en el aire en energía eléctrica era mucho más simple que crear un camino de iones. La Maestra terminó el conjuro y balanceó hacia abajo su bastón.

Hubo un destello cegador de luz azul pálida y un rugido estruendoso que sacudió el mismísimo aire. Los rayos de la Maestra eran increíblemente poderosos. El rayo se estrelló contra la puerta, sacudiendo sus propios cimientos. Las bolas de carne se encendieron, creando un incendio masivo.

“¡Sí!”

Firnir saltó en el aire y alzó su lanza.

“Muy bien, todos—”

Rápidamente la detuve antes de que pudiera salir corriendo.

“¡Espera! ¡La puerta aún no se ha quemado por completo! ¡Si vas ahora mientras aún está en pie, tus hombres serán eliminados!”

“Oh, sí.” Firnir se rascó la cabeza y bajó su lanza. “¡No importa! ¡Esperen un poco más!”

Los kentauros, que habían estado listos para cargar, volvieron a sus posiciones de espera. Firnir era claramente una líder hábil. Aunque ella era un poco apresurada. Miré hacia un lado y encontré a Kurtz sosteniendo un tubo largo hasta su ojo y mirando hacia la puerta. No sabía que tenía un telescopio.

“Es una herramienta bastante ingeniosa la que tienes allí. ¿Te importa si la tomo prestada?”

“¿Sabes lo que es esto, sir Veight?”

Mierda. Los telescopios son probablemente tecnología de punta aquí. Rápidamente se me ocurrió una explicación plausible.

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“Estabas mirando a través de él, así que supuse que era equipo de observación de algún tipo. Por lo que puedo decir, utiliza vidrio para amplificar cosas que están muy lejos, ¿verdad?”

“D-De hecho. Estoy impresionado de que puedas deducir eso tan rápido.”

Sorprendido, Kurtz me entregó el telescopio. Al mirar a través de él, pude ver que la puerta sur casi había colapsado. No había manera de salvarla ahora. Los soldados en los muros vertían arena y agua sobre ella en un intento de apagar las llamas, pero era demasiado poco, demasiado tarde. Sin embargo—yo había cometido un error de cálculo fatal.

“También tenían una puerta de hierro…”

Mientras miraba, los soldados de Thuvan colocaron una reja de hierro detrás de la puerta de madera en llamas. Tenían dos capas de defensas. Thuvan estaba mucho mejor defendido que Ryunheit. Me puso un poco celoso. De todos modos, esto era un gran problema. El hierro no ardía. Le dije a Firnir lo que había visto y su expresión se oscureció.

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“¿Qué hacemos ahora, Vaito? ¿Es nuestra única opción sacar el ariete y abrirnos paso por la fuerza?”

Nuestro “ariete” era simplemente un tronco gigante de árbol chapado en metal. Tomaría mucho tiempo antes de que un ariete improvisado como ese derribara las puertas. Y perderíamos muchos hombres en ese tiempo.

“Cálmate. Hice un plan de respaldo ya que pensé que esto podría suceder.”

Me volví hacia Kurtz y le dije, “Tráeme todo el polvo.”

“¡¿Todo?! ¿Sabes cuánto hay en ese barril?”

“Lo sé. Solo hazlo.”

En este momento, Kurtz estaba bajo mi mando, así que solo saludó e hizo lo que le pedí. Se necesitó un par de dragonantes para traerme el barril de pólvora, pero yo podía levantarlo con una mano. La fuerza de un hombre lobo era útil en momentos como estos.

Todo pesaba fácilmente alrededor de 100 kilos, aunque la mitad era el peso del barril. No era un experto en pólvora, pero pensé que era más que suficiente para derribar una puerta.


“Supongo que es mi turno.”

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“¡Espera, ¿a dónde vas, sir Veight?!”

“Voy a volar esa puerta de hierro…”

“¡Eres uno de nuestros comandantes, no puedes ponerte en riesgo así!”

Mientras Kurtz discutía conmigo, Firnir se acercó y dijo, “Si ese es tu plan, te ayudaré. Sube.”

“Eres el comandante de este ejército, no podemos darnos el lujo de perderte.”

“Y tú eres el gobernador de Ryunheit. No es como si fuera menos importante. Si puedes ser imprudente, yo también puedo.”

Kurtz parecía como si estuviera a punto de desmayarse, pero lo ignoré y pregunté, “De acuerdo, voy a necesitar la ayuda de tu kentauro más rápido. ¿Quién es?”

Miré a los hombres de Firnir y todos se volvieron hacia ella. La joven hinchó con orgullo su pecho inexistente y dijo, “El Señor Demonio no me dio el título de Vendaval Veloz por nada. Soy nuestra sacerdotisa y nuestra guerrera más rápida.”

Al examinarla más detenidamente, me di cuenta de que la cantidad de mana dentro de su pequeño cuerpo era mucho mayor que la de los otros kentauros. Así que ella es una excepción entre su gente como lo es el Señor Demonio.

Mientras estaba debatiendo qué hacer, escuché una serie de fuertes estallidos que venían del otro lado de la ciudad. Chispas multicolores estallaron en el cielo; una señal de Melaine.

Le había dejado unos pocos ingenieros dragonantes para que pudieran enviar mensajes con sus fuegos artificiales, o como los llamaban, Joyas de Dragón. Kurtz miró hacia el cielo con su telescopio y tradujo las señales para nosotros.

“Enemigos, fuerza principal, sur… ¡Parece que la mayor parte del ejército de Thuvan se dirige hacia aquí!”

Debieron haberse escabullido por la puerta norte. Le dije a Melaine que se mantuvieran fuera del alcance de sus ballestas. El comandante de la ciudad probablemente se había aprovechado de eso y había enviado a su caballería bajo la protección de los hombres en los muros. Lo que significaba que probablemente estarían rodeando la pared este u oeste para atacarnos pronto.

No había tiempo que perder. Asentí a Firnir y ella levantó su lanza en alto.

“¡Que nuestros ancestros nos protejan!”

Ella se quitó el casco y lo arrojó a un lado. Luego, desabrochó su armadura y la dejó caer al suelo. Continuó desnudándose hasta que lo único que llevaba era una fina tira de tela para cubrir sus pechos prácticamente inexistentes. Entonces, por alguna razón, ella sonrió.

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¿Qué diablos está pasando? Semidesnuda, levantó su lanza y escudo y gritó, “¡Formación grulla defensiva! ¡Prepárense para interceptar flechas!”

Con movimientos practicados, los kentauros se reorganizaron. Ninguna caballería humana sería capaz de manejar eso tan bien. Firnir caminó hasta el frente de sus tropas y los despertó con un discurso.

“¡No necesito armadura, porque ustedes, valientes guerreros, son mi armadura! ¡Mientras los tenga a ustedes, soy invencible!”

“¡UOOOOOOOOOOOOOOOOOH!”

Los kentauros vitorearon. No estaban aplaudiendo porque su comandante se había desnudado para ellos tampoco. El discurso de Firnir de alguna manera había hecho que les palpitara la sangre. Los arqueros golpearon sus carcajs mientras que los guerreros golpearon sus lanzas y escudos.

Ahora que lo pienso, ¿no leí en alguna parte que los kentauros consideraban que las acciones extremadamente imprudentes eran una señal de valor? Aun así, no pensé que llegarían tan lejos como para ir a la batalla sin armadura.


“¡Ahora es el momento para que nosotros, los orgullosos kentauros, demostremos nuestro valor! ¡Hagamos esto, chicos!”

“¡YEAAAAAAAAAAAAAAAAAH!”

Ella sin duda era una líder carismática. Pude ver por qué había sido ascendida a vicecomandante.

En poco tiempo, vi nubes de polvo a ambos lados de los muros de Thuvan. Al parecer, los arqueros montados habían dividido sus fuerzas y venían de ambos lados en un ataque de pinza.

Estaban superados en número y estaba claro que se trataba de un ataque sorpresa para tomar la cabeza de nuestro comandante. Desafortunadamente para ellos, Melaine ya nos había avisado sobre su llegada y estábamos listos para interceptarlos. Los fuegos artificiales fueron más útiles de lo que pensaba.

“¡Aguarden, aguarden!”

Firnir esperó, dejándolos acercarse. Estaban casi a tiro de arco, pero aun así, Firnir no hizo ningún movimiento. Los arqueros de Thuvan sacaron sus arcos y Firnir finalmente gritó, “¡A la cargaaaaaaaaaaaaa!”

“¡UWOOOOOOOOOH!”

Ambos flancos avanzaron como uno solo, como una gran criatura viviente. Los kentauros ignoraron las flechas que pasaban zumbando junto a ellos y se dirigieron hacia las puertas de Thuvan.

“¡Vamos, Vaito!”

“¡Entendido!”

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Cargué el barril de pólvora y salté sobre la espalda de Firnir mientras pasaba a toda velocidad. Había estado preocupado de que tuviéramos que lidiar con los disparos de ballestas que venían de los muros, así como de los arqueros a caballo, pero casi no salió ningún perno de arriba.

“Si los ballesteros de arriba dispararan ahora también golpearían a sus propias tropas.”

Debido a que Firnir había esperado tanto tiempo para cargar, fuimos atrapados entre los arqueros a caballo y los ballesteros en los muros.

Naturalmente, eso nos puso en una posición precaria, pero esto también significaba que los defensores en los muros no podían disparar sus ballestas.

Los pernos eran demasiado rígidos para apuntar con precisión y tenían la misma probabilidad de golpear a sus propios hombres que golpear a los kentauros.

Firnir era mucho más inteligente de lo que yo creía. No solo eso, sino que realmente estaba por encima del resto de sus hombres. A pesar de que tenía un hombre lobo y un barril de pólvora de 100 kilogramos en su espalda, los estaba soportando con facilidad. Ella corría tan rápido que en realidad era difícil respirar. Definitivamente estaba a la altura de su apodo de Vendaval Veloz.

En segundos, nos habíamos acercado a la puerta. Afortunadamente, un buen número de nuestros soldados esqueletos todavía estaban vivos.

“¡En fila! ¡Levanten sus escudos!”

Hice que los esqueletos crearan un camino y nos protegieran con sus escudos. Algunos defensores de arriba trataron de derribarnos, pero gracias al muro de escudos les costó mucho apuntar y la mayoría de los pernos fallaron. Logramos llegar hasta los restos quemados de la primera puerta.

“¡Firnir, cuando salte, vete lo más lejos posible de aquí!”

“¿Qué hay de ti?”

“¡Ya se me ocurrirá algo!”

Mientras gritaba eso, salté de su espalda y corrí hacia adelante. Ignoré las flechas que pasaban a mi lado y arrojé el barril de pólvora tan fuerte como pude hacia la puerta.

“¡Cómanse esto!”

Vi el fusible encenderse, luego una onda de choque masiva me golpeó y perdí el conocimiento.

En retrospectiva, mi plan iba más allá de lo imprudente. Para empezar, había usado demasiada pólvora. Pero no había querido contenerme y no llevar la suficiente para volar la puerta, así que aposté a favor de la precaución y la había usado toda. Aun así, me había excedido por mucho.

“¡¿Haah?!”

Mis ojos se abrieron de golpe y miré a mi alrededor. Al parecer, la explosión me había dejado inconsciente frente a la entrada de la ciudad.

Había usado tanta pólvora que la puerta de hierro había sido volada en pedazos. Aparentemente sus bisagras habían estado oxidadas, por lo que había sido incluso más frágil de lo que predije.

Desafortunadamente, debido a que había usado tanta pólvora, los esqueletos habían sido pulverizados. Sus huesos cubrían el suelo a mi alrededor. Si hubiera sido humano, esa explosión me habría matado.

Originalmente mi plan había sido atacar los muros con los soldados no-muertos que quedaran después de volar las puertas, pero claramente eso ya no sucedería.

Necesitábamos deshacernos de los soldados de arriba, o Firnir y sus hombres sufrirían enormes pérdidas al entrar en la ciudad. Y ahora mismo, era la única persona cerca de las puertas. Supongo que depende de mí. Salté sobre los restos de las puertas.

Firnir estaría aquí pronto, así que todo lo que tenía que hacer era ganar algo de tiempo. Miré a mi alrededor y vi que la mayoría de los soldados seguían acostados sobre sus espaldas por la fuerza de la explosión anterior.

“¡Escúchenme, soldados de Thuvan! ¡Mi nombre es Veight, el general invicto del ejército demoníaco! ¡Enfréntenme, si tienen el valor!”

Siempre quise declarar un desafío como este a un ejército enemigo. Me alegro de haber pasado tanto tiempo en mi vida pasada practicando en secreto. Sin embargo, lo que sucedió después fue más allá de mis expectativas. Al escuchar mi nombre, la milicia comenzó a gritar de terror.

“¡¿Veight?!”

“¡Es Veight el Carnicero!”

“¡¿El que masacró a nuestro ejército de cuatrocientos?!”

“¡Estamos perdidos!”

Arrojaron sus armas y corrieron tan rápido como sus piernas lo permitirían. Incliné mi cabeza con curiosidad mientras los veía irse. ¿Veight… el Carnicero? Pero parecía que no tendría tiempo para meditar por mucho tiempo. Aunque la milicia había huido, los soldados de la guarnición aún se mantenían firmes.

“¡Muéstrenle a ese demonio bastardo el orgullo del ejército de Thuvan!”

Un hombre grande dio un paso adelante. Todo su cuerpo estaba cubierto con una armadura de placas y llevaba un casco que cubría todo su rostro, por lo que se parecía más a una armadura ambulante que a una persona. Levantó su maza y su escudo, sin siquiera estremecerse frente a mi aterrador rostro.

“¡Así que tú eres el hombre lobo más fuerte del ejército demoníaco, ¿eh?!”

“Bueno, yo no iría tan lejos…”

“¡Bueno, resulta que yo soy el guerrero más fuerte de Thuvan!”

Estupendo. Es uno de esos tipos que no escucha cuando otras personas están hablando. Casualmente agitó su maza de dos manos con una sola mano y gritó, “¡Mi nombre es Luvarius, Capitán de la Guardia de la Puerta Sur!”

Ah, entonces él es un famoso general también. En ese caso, será mejor que acepte su desafío. Desafortunadamente, esa explosión anterior había dañado mis cuerdas vocales.

Podía hablar bien, pero no podría usar Soul Shaker para esta pelea. Para empeorar las cosas, todos los soldados de alrededor tenían sus arcos. Si dispararan en tándem, no podría esquivar todas las flechas. Luvarius se acercó, aparentemente todavía con la intención de luchar contra mí.

“¡En guardia! ¡Te mostraré el temple de los guardias de la puerta sur!”

Eso realmente no suena tan impresionante como intentas hacerlo sonar. Aun así, la maza de ese tipo era una mala noticia. Definitivamente era lo suficientemente pesada como para lastimarme. No podría ignorarla como lo haría con una espada.


“¡Mientras respire, no permitiré que toques a los ciudadanos de Thuvan!”

Así que él es más que un simple fanático de la batalla. En ese caso, probablemente debería ponerme serio también.

“Adelante.”

Pateé las losas de piedra y corrí hacia adelante. Las armas contundentes tendían a usar la gravedad en su beneficio, lo que significaba que casi siempre se levantaban sobre sus cabezas y se balanceaban hacia abajo.

Si bien la visión de un gigante en armadura blandiendo una enorme maza era ciertamente intimidante, era justo antes de que atacaran que tenías la mejor oportunidad de derribar a uno.

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