Tokyo Ravens (NL)

Volumen 10: El Templo Del Comienzo

Capitulo 5: Templo Maldito en Llamas

Parte 4

Ya estaba en sus límites. Si esto continuaba, surgirían problemas en la magia que Harutora había lanzado. El alma de Natsume que se fusionó con Hokuto dejaría su cuerpo de nuevo y se convertiría en una verdadera alma errante.

Aun así, Natsume no volvió a activar el sello.

“No.… interfieras… en.… mi… camino…” 

A pesar de que los gemidos de dolor provenían de su boca, Natsume todavía atacaba con rastros de rayos. Un relámpago se entrecruzaba por todas partes, parpadeando con luz y calor y quemando la corteza de los árboles cercanos en cenizas.

Al mismo tiempo, Natsume intentó rodear rápidamente a Yamashiro. Su figura cargada estaba llena del aura dracónica que representaba la vida de Natsume mientras alcanzaba la velocidad asombrosa que un espíritu vivo tenía.

Pero, “[Orden].”

Yamashiro dejó caer un encanto extremadamente ordinario de elementos de madera. Pero las vides que el encanto formó ataron a Natsume mientras ella tiraba el relámpago con ella, después continuó atando las manos y los pies de Natsume en un flash. Natsume cayó al suelo, deslizándose por la ladera. Natsume inmediatamente liberó un rayo e incineró las vides.

Pero cuando las viñas fueron incineradas, los dedos de Yamashiro ya habían tomado otro encanto de madera. Fue esta estrategia relajada y repleta de nuevo.

Entonces finalmente, Ah

Su conciencia empezó a ponerse borrosa. Natsume perdió el control de su conciencia. Era porque los rayos de antes ya habían superado los límites que su cuerpo podía tolerar. Sintió que el pánico de Hokuto no estaba disimulado… y luego se alejó lentamente…

“¡[Re-sello]!”

Una voz poderosa provenía de los árboles, sacando la vida de Natsume por el pelo. El sello en el cuerpo de Natsume cerró el aura dracónica dentro de su cuerpo otra vez, apoyando su vida con todo su poder. La conciencia que ya había desaparecido de Natsume volvió a su cuerpo.

Era una voz masculina perteneciente a un tercero.

Una voz muy familiar. Ella sólo había estado lejos de él durante unos días, pero extrañamente, se sentía muy nostálgico.

“Quien…” 

Justo cuando Yamashiro trató de averiguar qué había sucedido exactamente,

“¡Bastardo!” 

Un rayo muy poderoso corrió hacia Yamashiro junto con un rugido enojado de una mujer. A pesar de que la magia “repelente del relámpago” todavía se mantenía en su cuerpo, este rayo superó los límites del hechizo y la electricidad se derramó hacia el cuerpo de Yamashiro como la lluvia. A pesar de que no fue golpeado directamente, Yamashiro fue aún golpeado desde el suelo y envió volando.

“¿¡Mierda!?” 

Yamashiro levantó una barrera en pánico. Natsume torció la cabeza, mirando en la dirección de la voz.

Una pequeña mujer con ropa de protección contra miasmas apareció en el oscuro bosque de montaña. Llevaba una diadema en la frente y los ojos debajo de la banda de la cabeza se llenaron de rabia mientras cargaba hacia Natsume con todas sus fuerzas.

¡Mira lo que le has hecho a Natsume, te mataré!

Junto con esa declaración de batalla extremadamente directa, disparos furiosos dispararon hacia Yamashiro como para verificar esa proclamación. Yamashiro reflexivamente reforzó la barrera y corrió con todo su poder para evitar los rayos al mismo tiempo. Los rayos persiguieron persiguió al Yamashiro que escapaba, su luz blanca iluminando el entorno y sus rugidos extremadamente audibles.

El rostro de Yamashiro se puso rígido cuando vio al súbito interferente.

Eso era obvio. Esta mujer era un ex-exorcista, así como el ex capitán de un equipo espiritual de purificación de desastres. Era una persona capaz. Aún más temible era el maestro de la voz que había sellado a Natsume.

Aunque había levantado la voz, todavía estaba encantado con una poderosa magia furtiva y su presencia, incluso para Yamashiro, era indetectable. Yamashiro no sólo estaba preocupado por el “usuario de un rayo” frente a él, sino que estaba aún más preocupado por el practicante que constantemente estaba ocultando su presencia.

Sentimientos agradecidos y de disculpas flotaron sobre el corazón de Natsume. Pero en este momento, ella tenía que…

“…Sí.” 

Natsume apretó los dientes, corriendo de nuevo por la montaña. “Natsume!?” La mujer estaba  muy  sorprendida, pero  al  ver  a  Yamashiro  a  punto  de  perseguir  a  Natsume, inmediatamente comenzó a obstruir a Yamashiro con todas sus fuerzas. Lo siento. Natsume les dio las gracias en su corazón mientras se dirigía a la cima de la montaña solo.

A pesar de que casi se cayó varias veces, todavía no dejó de correr por la ladera de la ladera. No era sólo su poder espiritual. Incluso su energía física había llegado a sus límites hace mucho tiempo.

Aun así, subió con las manos y apartó las malas hierbas. A Natsume no le importaba que sus manos estuvieran cubiertas de heridas mientras continuaba corriendo hacia su destino. Ella abrió la boca para respirar mientras seguía corriendo hacia el salón de reuniones que vio arriba.

Entonces, cuando vio de nuevo el salón de reunión al otro lado del matorral, Natsume sintió las ondulaciones de una batalla mágica que penetraba el aire y tragó saliva.

Trazas de energía mágica y residuos de aura flotaban por el aire. Había la luz de los árboles mientras crepitaban y ardían junto con el humo que flotaba por todas partes.

El salón de reuniones parecía estar a punto de quemarse.

Además, sólo quedaba la fundación del vestíbulo principal que debía haber estado al otro lado, habiendo desaparecido por completo.

Ajari caídos por todas partes. También había gente que tambaleaba y gemía en voz alta. Y la gente sangrando y caído en el suelo. Los escombros estaban esparcidos sobre el suelo destruido. La estela de un campo de batalla, esas palabras pasaron por su mente. Natsume apretó su corazón y giró su cabeza, reuniendo su energía y pisando en el suelo otra vez.

Llegó al patio.

No quedaba nada a su alrededor.

La sala principal destruida de la que sólo quedaba la fundación, junto con la sala de reunión

ardiendo en el interior. Las personas caídas del monasterio estaban por todas partes y los alrededores estaban llenos de gemidos y gemidos agonizantes.

El templo estaba también en un estado medio destruido y el shikyakumon era prácticamente irreconocible.

Los gigantescos cedros que rodeaban el patio también caían por todas partes y ardían. Además, en el sendero de montaña delante de ella, dos Juggernauts blindados derribaron un árbol tras otro, avanzando por el sendero de la montaña que atravesaba el shikyakumon. Estaban abandonando el campo de batalla. ¿Por qué? No tenía ninguna duda. La batalla ya había terminado.

Natsume miró a su alrededor, su cabello revoloteando.

Luego, sin darse cuenta, levantó la mirada, mirando hacia el cielo oriental. Te encontré.

De alguna manera, ya era de noche. Las nubes cenicientas todavía cubrían el cielo como un techo formado naturalmente mientras arrasaban hacia las lejanas colinas como olas. La puesta de sol rojiza arrojó hermosos rayos de luz inclinados a través de las lagunas formadas entre las nubes.

Mientras miraba a lo largo de los rayos del crepúsculo,

Un cuervo gigante batió sus alas en el lejano cielo oriental.

Un Onmyouji que llevaba un abrigo negro voló hacia el este por el aire. Ella había sido dejada por él otra vez, dejada sola.

Las lágrimas de Natsume salieron de sus ojos. Las cálidas lágrimas se deslizaron sobre sus mejillas cubiertas de suciedad, cayendo.

Natsume cruzó los brazos sobre el pecho. Su cuerpo temblaba convulsivamente por todas partes mientras las lágrimas corrían aún más tempestuosas.

Luego, respiró profunda y temblorosamente, y en la dirección de la espalda de su amigo de infancia,

¡BAKATORA…!

Ella gritó airadamente.

Después de eso, lloró en voz alta.

***

Tal vez nunca había corrido con todas sus fuerzas como antes. Akino ejerció completamente el poder de la pierna del espíritu vivo del conejo, subiendo por el bosque de la montaña en cuestión de momentos.

Pero sus pies se volvieron pesados cuando se acercó al centro del monasterio. Todavía había cierta distancia, pero la energía mágica producida por el uso de la magia la alcanzó.

También, gritos caóticos. Sonidos de destrucción. Al mismo tiempo, aunque el vestíbulo principal estaba cubierto por el bosque y fuera de la vista, el cielo cercano estaba brillantemente iluminado. Algo estaba ardiendo.

Ugh

Aunque honestamente estaba muy asustada, ya no volvería atrás. Akino se retrasó mientras se escondía y subía con cuidado la montaña.

Parecía que el patio se había convertido en el lugar central de la batalla. Akino se acercó poco a poco, escondiéndose en el matorral y mirando a través de un lugar muy cerca.

No podía dejar de dudar de sus propios ojos. La sala de reunión ardía ferozmente. La sala principal parecía haber desaparecido.

Esto no lo haría. No podía acercarse así. Akino no se apresuró a dirigirse directamente al patio, sino que, en cambio, rodeó cuidadosamente el interior de un templo para no ser visto.

Pero ahora que lo pensó, la mitad de ese templo ya había sido destruido. Akino sólo pudo suprimir su miedo y acero su propio corazón cuando se enfrentó a lo que había sido el paisaje familiar del lugar que había sido criado desde su nacimiento.

Pero al final, tuvo la suerte de haber dado un círculo alrededor de este lado. Por eso Akino fue felizmente capaz de realizar una reunión inesperada.

“¡Sen-jiichan!” 

“Oh, Akino, estás bien.” La resistencia de Akino llegó a su límite al ver la figura de Sen. Ella corrió y lo sostuvo, enterrando su cara en su pecho mientras sollozaba en voz alta. No había ninguna ayuda esto debido a su miedo y tristeza. Después de todo, el único mundo que Akino conocía había sido arrastrado a un torbellino de guerra y perdido. Sen continuamente, en voz baja, acarició suavemente a la Akino todavía llorando de lado.

Sen siguió esperando hasta que el llanto de Akino se detuviera. Luego, llevó a Akino al patio.

La batalla mágica había terminado desde hacía mucho tiempo.

Aturdida, miró la escena desolada que había ante ella. Pero la mirada de Akino se movió hacia la chica que permanecía inmóvil en el centro del patio, en lugar del desierto paisaje del monasterio.

“¡Natsume!” 

Corrió precipitadamente hacia Natsume. Los ojos de Natsume enrojecieron al ver a Akino. Ella resopló y llamó ligeramente “… Akino.”

“¿Qué pasó? ¿Estás bien?” 

Akino, yo, yo…

“N- ¿No te reuniste con esa persona Harutora?”

“…Sí.”

Su rostro estaba hinchado de llorar y sucio todo. Natsume asintió impotente. Las orejas en la cabeza de Akino se balancearon a la izquierda ya la derecha en vergüenza ya que ella no sabía qué decir.

La aparición inimaginable de aquel imponente grito de Natsume le dio a Akino un gran golpe. Aunque por un lado su conciencia se sentía mal debido a la ocasión incorrecta, estos pensamientos directos seguían viniendo a ella.