Tokyo Ravens (NL)

Volumen 10: El Templo Del Comienzo

Capitulo 1: Conejo del Templo de la Oscuridad

Parte 1

“Creo que la esencia de la brujería es lo que se llama ‘mentiras’.” 

“¿Pero no es” verdad “en ocasiones es más una falsedad, que una mentira?” 

–Tsuchimikado Harutora

***

Esto ocurrió muchas noches antes

Ese altar estaba en el techo de un edificio.

Los Torii fueron levantados en los cuatro lados de una plataforma construida en piedra. El Torii norte era negro, el Torii al este era azul, el Torii sur era rojo, y el Torii oeste era blanco.

La plataforma ya había sido montada en muchos pedestales, vestido con una multitud de ofertas. Las monedas de plata, de seda blanca, un caballo de papel, un soldado de papel, armadura, arco y flechas, una espada larga, esmalte tabicado, el oro, un koto, un laúd.

También había muchos vasos hechos de papel que fueron cuidadosamente infundidos con la energía mágica de la gestión de la plataforma. Junto a ellos también estaban herramientas rituales, un tambor taiko, una concha, las campanas del trineo, un hei, incienso, una campana de mano, una muñeca Vodoo y talismanes.

El ritual ya había sido preparado adecuadamente. El viento soplaba a través de la parte superior del techo. El cielo se iluminó lentamente y la oscuridad que todo lo abarca fue ahuyentado por el sol. Pronto Amanecería. El momento en que el sol y la luna cambiaran de lugar era inminente.

Había cinco figuras sobre la plataforma. En el centro se encontraba un chico envuelto en un abrigo negro, el ojo izquierdo cubierto con un paño. El dobladillo de su abrigo negro volaba agitado por el viento.

Delante del chico había un pedestal sobre el cual colocó una chica. Era como si estuviera durmiendo, pero el uniforme de su cuerpo estaba empapado con sangre. El viento rozó suavemente contra la chica, y la cinta rosa atada al pelo largo y negro de la joven se balanceó suavemente con el viento.

Detrás del chico y la chica había dos figuras que miraron todo. Uno de ellos era una mujer con orejas de animal y una cola, y el otro era un hombre con un solo brazo. Los dos se quedaron así sin decir nada, en silencio esperando la llegada de la época.

La última persona era una chica pequeña que había preparado el ritual a la espera de ellos. Su expresión era fría mientras miraba al chico atento.

El chico miraba a su alrededor con su ojo derecho restante a fin de verificar el altar. La chica esperó a el chico para terminar su inspección, luego se dirigió hacia el chico, dándole una hoja de papel que había sido doblado varias veces. Este era el guion de la oración del ritual.

El chico recibió el guion y la sostuvo contra su pecho por un momento, cerrando sus ojos.

Después de un tiempo, él hizo un gesto a la chica. Después de la chica agarró un martillo, golpeó el taiko. Boom… Boom… Boom… Boom… Boom… Boom…, ella lo golpeó seis veces. A continuación, tomó la caracola y sopló. El sonido contenía energía mágica y gradualmente fue impregnando el aire del amanecer, pero la última nota se hizo eco en toda la zona varias veces.

Las dos figuras que miran todo desde atrás ligeramente girados hacia sus cuerpos.

El abrigo negro envuelto alrededor del muchacho se hinchó como si estuviera respirando.

El chico sostenía el guion delante de sí mismo y gritaba en voz alta el encantamiento.

“La  secta  Tsuchimikado  Onmyoudou  quiere  dirigirse  a  Taizan  Fukun,  el  señor  del inframundo…”

 … Esto ocurrió hace muchas noches.

La rueda del destino que trasciende el tiempo se aceleró.

***

El viento que sopla hacia el bosque de la montaña se intensificó el frío del invierno. El pequeño cuerpo de la chica no podía dejar de temblar, así que ella trajo la escoba de bambú contra su pecho, frotándose las manos.

La cima de la montaña siempre se sintió la llegada del invierno antes que a los pies de la montaña. El aliento que salía de su boca al instante se convirtió en niebla blanca débil.

Ella echó su mirada por encima, donde el cielo oscuro estaba cubierto por todos lados por las ramas. Las brillantes hojas rojas habían comenzado a desvanecerse estos pocos días.

La fruta madura de vez en cuando deja las puntas de las ramas, cayendo libremente. Gracias a eso, ella no sería capaz de limpiar no importaba cuanto barriera. “Hah…” Con ese suspiro, la joven miró fijamente las hojas de arce caídos.

No mucho después.

“Akino, ¿todavía no has terminado?” 

Un rugido provino de un lugar muy lejano. La chica llamada Akino gritó “Sí…” después de que ella oyó eso, y en el momento siguiente, el pelo de la chica parecía flotar hacia arriba.

La muchacha se tapó la cabeza con las manos, y, a cambio, la escoba cayó al suelo.

“Ah… Ah…” Miró a la escoba caída en el suelo, y las gafas mal ajustadas en su cara también se deslizaron hacia abajo sin perder un tiempo.

Al final, Akino tranquilamente lamentó “Uuu…” mientras sostenía su cabeza con ambas manos y con sus gafas torcidas. Se volteo para mirar en dirección al rugido.

Aparte de las hojas de arce enrojecidas, varios antiguos y enormes árboles de cedro se erguían a su alrededor. Un viejo pasillo se veía a través de los árboles de cedro de la puerta, como un monje budista frunció el ceño como siempre caminaba desde allí, vistiendo la túnica de un sacerdote negro sobre una antarvasa kasaya. Era un Ajari con sobrepeso de este monasterio.

“Ah, Sacerdote Tadanori……” 

“Todos los demás ya terminado, usted es la única que siempre pierde el tiempo.”

“Ah…… Lo siento……”

Akino pensó en huir mientras se disculpa en un tartamudeo. Aunque se disculpó, su voz era casi inaudible a menos que uno escuchara atentamente.

Sin saber por qué, el monje frunció el ceño y miró a la chica con una mirada aterradora. El monje se quejó a la chica con una expresión resignada, pero los ojos de Akino miró con cautela hacia arriba y el monje sólo podía obligarse a tragar toda su ira.

“…… De todos modos, date prisa y termina. Vamos a preparar el almuerzo, así que vamos ¡ayúdanos a preparar la comida!”

“Ah, vale……”

Akino respondió de inmediato y recogió su escoba, ajustando sus gafas al mismo tiempo. Después de que Tadanori volviera a mirar a la chica como si la exhortara, regresó al pasillo.

Tadanori era el responsable del vihara y era un hombre al que le gustaba reprender a otros, pero en este momento se había vuelto cauteloso. No era sólo él, todos los adultos en este monasterio eran así. Era una fortuna rara cuando los desacuerdos se resolvieron sin que se encendieran las angustias.

Incluso con eso dicho, nada de eso realmente nunca sucedió. Akino apresuradamente barrió todas las hojas juntas en una canasta.

Después de arrojar las hojas al incinerador detrás del monasterio, caminó hacia el almacén para ayudar a preparar el almuerzo. Había una cocina del monasterio en este almacén junto con muchas habitaciones para los monjes. También había cocinas instaladas en las habitaciones de madera de los monjes.

Los gritos sonaron en el instante en que entró. “¡Eres lenta, Akino! ¿Qué estabas haciendo? “Lo siento“

“¡Akino, no hay suficiente leña! “

 “ha vale…… voy a ir a buscar algunos ahora……” 

Akino respondió mientras corría a la derecha, llevando la leña apilada bajo los aleros del edificio. Probablemente porque la gasolina era muy valiosa, su uso estaba restringido. Por lo tanto, básicamente utiliza una estufa de leña para cocinar la comida todos los días.

Pero su método de iluminación de fuego fue muy singular, fue muy extraño de hecho.

Los ancianos de la vihara se pararon delante de la estufa, formando sellos de mano hacia ella y cantando encantamientos con los ojos medio cerrados. No mucho después, la leña en el interior se encendió en llamas.

Esto era mágico.

Por otra parte, fue clasificada como verdadera magia de primera clase bajo la ley moderna Onmyou.

“¡consigue los platos ahora, Akino! ”

“Bueno……”

“¡Date un poco de prisa…! ¡Tú, esto de nuevo!”

“l.…. lo siento…”

Regaños de enojo e impaciencia surgieron sobre la lenta y tonta. Akino con lágrimas en los ojos cogió los trozos del plato destrozado. Pero después de esto, sus ancianos le reprendieron en voz alta.

Akino gritó apresuradamente mientras terminaba con su tarea. La dieta del monasterio debe ser vegetariana, pero esto no se sigue estrictamente. La pobreza era una cosa, pero comer carne sin preocupación era otra cosa. Lo que estaban asando en este momento era el venado que habían cazado varios días antes.

El estómago de Akino retumbaba de hambre. La tapa se estremeció y empezó a temblar como si respondiera a ella.

Después de terminar de almorzar y limpiar un poco, Akino tenía un poco de tiempo libre hasta que llegó el momento de preparar la cena que ellos llamaron “slop.” Akino vigiló subrepticiamente a sus mayores, tomando un pequeño fuego de arranque del almacén y unas pequeñas patatas dulces y caminando hacia el templo en la destartalada mitad de los terrenos del monasterio.

Akino primero cavó un agujero bajo en el suelo. Después de poner las patatas dulces, puso las hojas caídas encima, luego las encendió y las cubrió con ceniza.

Después de comprobar que las hojas se habían encendido, se sentó en silencio en la base de un cedro que estaba cerca.

Como no había llovido recientemente, las hojas se quemaban rápidamente. Akino observó cómo la ceniza se soplaba por el viento mientras esperaba silenciosamente que las batatas terminaran de tostar.

Era porque ella sería regañada por Tadanori si la veía en su escondite secretamente asando y comiendo la comida que había robado. Incluso si ella fuera vista por otro mayor, todo sería confiscado.

El monasterio en que vive Akino es llamado Templo de Seishuku. Era un monasterio de la montaña situado cerca del pico de una montaña, lejos de la civilización. Llegar aquí era extremadamente difícil y era como un lugar aislado del mundo exterior.

No, no era “como” que, estaba destinado a ser aislado. Incluso los alrededores del monasterio escondieron activamente su existencia del mundo. Era un lugar que había caído detrás de los tiempos.

Era un mundo diferente desde más allá del pie de la montaña, un verdadero mundo alterno montañoso.

Akino era la más joven en este mundo alternativo y también el más débil.

Siempre estaba en la parte inferior de la jerarquía. Dejando a un lado las apariencias por ahora, estaba en una posición en la que se le negaba todo. Incluso en el almuerzo anterior, no se había compartido nada de la deliciosa carne de venado con ella.

A pesar de que ella tenía expectativas bajas, ella había terminado cabizbaja. Así que aprovechó la oportunidad que vio hoy para llenar el apetito de su período de crecimiento.