Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 7.5

Capitulo 4: La Promesa de las Estrellas

Parte 7

En este momento.

Se escuchó el ruido de varios carruajes rodando. Bastian fue el primero en darse cuenta.

“¿¡Que es eso!?”

Miró desde la entrada del almacén.

Roland caminó allí también. “¿Qué pasó?”

“Muchos carruajes vienen, tres, cuatro…”

“¿¡Qué!? ¿¡Es la policía!? ¿¡El ejército!?”

“… Qué desordenado. Estas personas no se ven como el ejército disciplinado, y es más como una reunión de delincuentes”.

Roland tembló y dijo:

“Eso es lo peor… Bastian… Estas personas son los ‘Soldados Leales'”. El pánico estalló en el almacén.

Todos sabían de la organización que buscaba a los Belgarianos para asesinarlos. Por eso escaparon al Imperio.

La mayoría de las personas aquí eran civiles sin armas. Aunque había personas con espadas y rifles, era difícil decir si podían oponer resistencia significativa.

Bastian miró la daga en su ropa.

Fue algo que tomó prestado de la bóveda del tesoro del Imperio. Roland pronunció en voz baja.

“… Como se esperaba… Los de aquí… son ellos después de todo”.

“Vienen directo hacia nosotros. ¿Se filtró nuestro plan? “Maldición…”

“Bueno, es el tráfico de más de cien personas, no se puede evitar si las noticias se filtraron en algún momento”.

“Parece que no tengo ninguna esperanza de convertirme en un estratega… No puedo idear un plan de batalla perfecto”.

“Hey, ¿¡Qué estás tratando de hacer!?”

“No hay otra manera… Yo fui quien planeó el tráfico. Tengo que asumir la responsabilidad y ganar tiempo, chicos, escapen por la puerta de atrás”.

Roland salió corriendo del almacén.

Bastian y Elise transmitieron la situación a la gente dentro del almacén y lo persiguieron.

Los carruajes se detuvieron frente al almacén, y aproximadamente 30 hombres salieron.

Todos ellos parecían chacales hambrientos. Apestaban a cerveza y sostenían espadas y rifles.

No usaban armadura y vestían como civiles con chaquetas de edredón azul. Todos llevaban esta chaqueta azul, que era como un uniforme para ellos.

De pie en su cabeza había un hombre calvo y pequeño de veintitantos años. Pero él era realmente arrogante.

“¡Heyy! Reuniéndose en este almacén a altas horas de la noche, ¿planeas correr a algún lado, escoria Belgariana?”

Roland se paró frente al almacén como si lo estuviera protegiendo.

“… ‘Soldados Leales’ ¿eh? Volvemos a Belgaria. No vamos a causar ningún problema si dejamos High Britannia, ¿verdad?”

“Ja, ¿estás sonámbulo, basura? Estamos en guerra… ¡Te mataré!”

“Espera, la gente de aquí son civiles, y no han violado ninguna ley de High Britannia”.

“¡Incluso si son civiles Belgarianos, aun así los mataré!”

“Maldita sea… yo… entiendo… entonces te dejaré hacerme lo que desees como su representante. ¡Por favor, deja que los demás se vayan!”

“¡Jajaja! Eso es genial. ¡Este tipo dice que quiere ser nuestro esclavo, jajaja!” Los treinta hombres extraños se rieron.

La risa sarcástica estalló.

“¡De ninguna manera!”

“¡Trae a las mujeres aquí!”

“¡Desnúdate y salta al mar, lentes!”

El skinhead* en frente desenvainó su espada. *(Cabeza rapada literalmente) “Entonces te haré pedazos como desees. Empezando por ti”.

“… ¿Tienen alguna humanidad?”

“Mi amigo murió después de unirse a la guerra. Esa es una razón suficiente para abatirte”.

“¡Eso es solo un problema! Eso de ninguna manera justifica tus acciones criminales. ¡La muerte de tu amigo no es más que una excusa para saciar tu sed de violencia! ¿No sientes vergüenza hacia tu amigo?” La verdad rara vez sonaba agradable.

Las palabras de Roland eran correctas, pero enojó a estas personas.

Los ojos del skinhead se volvieron inyectados de sangre y cortó con su espada. “¡Te destriparé, Galian!”

La espada se partió. Roland apretó los dientes. “Ughhh…”

“Hey, ¿crees que puedes ganar si te quedas aquí solo? Simplemente te cortarán después de tratar de esquivarlo. Te dolerá si te cortan, ¿sabes?”

Una mano se extendió desde atrás. Fue Bastian quien atrapó la hoja del skinhead. Los ojos del skinhead se abrieron de sorpresa.

Nunca había visto a nadie detener una espada al atraparla. “¿Q-qué… por qué tú?”

“¿No tienes nombres más fáciles?”

“¡Maldición! ¿P-por qué no puedo mover… la espada?”

El skinhead intentó tirar y empujar, pero la hoja atrapada por Bastian ni siquiera se movió ni una pulgada.

“Nunca entrenaste tu cuerpo ni perfeccionaste tus habilidades de forma adecuada. Además de comer y beber, ¿qué más puedes hacer? Debes ser retrasado para desafiar la fuerza de mi brazo”.

“¿¡Mierda…!?”

“¿Quieres matar a los Belgarianos porque tus amigos fueron asesinados? ¡Entonces puedes comprender mi ira, ya que casi matas a mi amigo!”

Bastian empujó la espada hacia adelante con fuerza y presionó al skinhead hacia atrás.

Dio un paso adelante para acortar la distancia. Y pateó al skinhead en la rodilla.

El sonido de la rótula rota resonó en la noche. El skinhead lloró.

Y sostuvo su rodilla mientras rodaba por el suelo.

Roland preguntó frenéticamente: “¿L-lo mataste?”

“Oye, ¿no tienes ningún sentido común? Solo rompí su rótula, no podrá caminar sin un apoyo en el futuro”.

Y probablemente ya no pueda manejar una espada. Su pierna estaba doblada en la dirección opuesta.

Los labios de Bastian temblaron cuando dijo:

“Bastian… tú… también te matarán… ya te dije que huyeras… ¿Por qué viniste a ayudarme…?”

“Podrías ser inteligente, pero tienes un par de cosas mal. Primero, la puerta trasera del almacén está custodiada por los lacayos de estas personas”.

“¿¡Qué!?”

“Son aficionados, por lo que es fácil deducir su pensamiento. Ya le dije a Elise que cerrara la puerta, por lo que solo se puede abrir desde el interior. Y lo segundo es que es imposible para estos aficionados matarme”.

Después de ver el colapso del skinhead, sus camaradas aún estaban de pie cargados con armas en mano.

A medida que soltaron un rugido salvaje. Bastian sacó una daga.

‘Vite Espace Trois’.

La vaina de la daga fue hecha por un excelente herrero, el cuerpo de la hoja era ancho con una punta triangular. Tenía unos 4 Pa (30 cm) de largo.

Se decía que la longitud coincidía con el pie del emperador fundador de Belgaria.

La daga era tan liviana como el papel, conocida por su velocidad que parecía ser capaz de cortar el sonido.

“¡Es inesperadamente difícil no matar a estos tipos!” Él acuchilló la espada de su oponente.

Clink… y con eso, la espada barata se partió por la mitad.

Bastian pateó las rodillas del hombre, y antes de que los gritos de dolor sonaran, le cortó el hombro a otro hombre junto con su arma.

Detrás de estos dos había un hombre con un rifle.

Estaba demasiado oscuro para ver el tirón del gatillo, por lo que Bastian no tuvo más remedio que girar su cuerpo para evadir las posibles balas y acercarse al enemigo.

El hombre disparó con un grito. La boca del rifle temblaba por el miedo del tipo, lo que dificultó aún más la posibilidad de juzgar la posible trayectoria. Bastian no tuvo más remedio que acercarse desde una dirección completamente diferente.

A pesar de eso, ese hombre todavía gritó: “¿¡E-él esquivó la bala!?”

— ¡Llévate esto contigo mismo!

 Bastian respondió en su corazón, y cortó con su daga mientras esquivaba.

Y cortó los tendones en ambas manos del hombre.

Ya no podía sostener el arma, y no podría hacer nada desarmado. Y después —

Roland se estremeció.

“… Estas acciones no parecen humanamente posibles”.

“¡No seas estúpido! ¡Este es el resultado del entrenamiento!”

Bastian entrenó durante un tiempo en la mansión, pero aún no podía ir por completo. Calculó que solo era la mitad de bueno que él en salud completa.

Aun así, fue más que suficiente para acabar con estos aficionados borrachos.

Comparado con el tiempo en que luchó contra el ejército regular en Puente Gris, este ni siquiera era un calentamiento.

Aun así, aún necesitaba tiempo para recuperar el aliento después de derrotar a 30 hombres.

Bastian se secó el sudor sobre su frente.

“Fu… Como era de esperar, mis movimientos son un poco lentos…” Los ‘Soldados Leales’ estaban esparcidos por todo el suelo gimiendo. La cara de Roland se puso verde.

“¿¡Kisama, eres humano o Kabane!?” (Kisama yo sé que es maldito, pero con kabane no entiendo lo que quiere decir)

“Ah, lo siento por asustarte”. Si conocieras a mis hermanos, no estarías tan sorprendido”.

“¿¡Estás diciendo que hay otras personas como tú en la capital!?”

“No tantos… solo Latreille, Eddie y los conocidos como héroes deberían poder hacer esto fácilmente”.

“… Ahora entiendo por qué dijiste que la clave para pelear una guerra es la gente”.

“No, bueno, no estoy hablando de personas que podrían enfrentar a cien hombres. Después de todo, estos tipos no son soldados de todos modos… Así que no los maté”.

“Ya veo.”

“Algunos de ellos sangran bastante, si sus camaradas en la puerta trasera del almacén no son demasiado apáticos, probablemente recibirán atención médica antes de morir desangrados”.

“Eso es genial, no deseo que mueran”.

Después de dejar atrás a los rufianes caídos, Elise salió corriendo del almacén. “¡Bastian! ¿¡Estás bien!?”

“Por supuesto.”

“¡El barco está aquí!”

“Oh.”

Se podían ver fragmentos de luz en la noche. Era un velero de tamaño mediano.

La débil luz de la cubierta del barco brilló en el muelle, permitiendo que el barco se acercara a la tierra en la noche oscura.

Si no tuvieran el equipo, hubiera sido muy difícil.

Las personas que se escondían en el almacén salieron.

Aunque la mayoría de la gente corrió hacia el barco, hubo algunos que acudieron a Bastian para ofrecer su gratitud.

Elise exhaló en alivio.

“Eso es genial. Pensé que perderías en ese momento”.

“Tú también, ¿cómo es posible que yo pierda ante aficionados?”

“Pero aun así me preocupé”.

“Jajaja…”

De repente, Roland saludó hacia la parte de atrás y gritó algo. Bastian se giró inmediatamente y se dio cuenta de su error.

El skinhead con la rótula rota apuntaba el arma en su mano hacia aquí.

¿¡Y él apuntaba a Elise!?

Probablemente sabía que Bastian esquivaría si lo apuntaba. Entonces apuntó a Elise en su lugar.

Elise dio un paso adelante y gritó: “¡¡Detente–!!”

El hombre apretó el gatillo. “¡¡Vete al infierno–!!”

El disparo sonó. “¡¡!!”

El que se abalanzó sobre Bastian fue Roland. Saltó delante de Bastian.

Y como un títere con sus cuerdas cortadas…

Roland se derrumbó en el suelo. Bastian arrojó su daga.

Y apuñaló profundamente en el estómago del skinhead que disparó.

¿Una herida fatal? Bastian no tuvo tiempo para preocuparse por eso. Corrió al lado de Roland y lo sostuvo en alto.

“¡Roland!”

“… Bastian”.

Fue golpeado en el pecho. No murió inmediatamente y la bala no le pegó en el corazón, pero sangraba profusamente. Probablemente golpeó un órgano vital y se rompió una arteria.

“¡R-resiste allí! ¡Conseguiré un médico de inmediato!”

“… Está bien… lo sé… voy a morir… ¿verdad?”

“Ughh…”

Bastian ya sabía por su experiencia en el campo de batalla. Esta era una herida mortal.

Su vista se volvió borrosa.

Cuando sus ojos se pusieron calientes. “Es… todo porque dudé…”

“… No… es porque mi plan falló… Gracias… por proteger a nuestros camaradas…”

“¡Pero no tiene sentido si mueres!”

“… Solo puedo decir… que mi suerte fue mala…”

“Hay algo que pueda hacer…”

“… Bastian, necesito un favor tuyo”.

Él quería mover sus manos, pero no pudo hacerlo.

Elise se puso en cuclillas a su lado, sus lágrimas fluyeron libremente. Luego le entregó el libro que Roland le tendía.

“¿Ésto?”

“¿¡Es ésto, Roland!?”

“… Ahhh… sí… te confiaré esto… en orden… para que el mundo progrese… en un lugar donde todos puedan perseguir su… su propia felicidad…”

Bastian le tomó la mano con fuerza. “¡Lo prometo! ¡Déjamelo a mí!” Roland sonrió.

“… Ahhh… estoy… realmente feliz”.

Y esas fueron las últimas palabras de Jean Roland de Tiraso Laverde. El velero salió del muelle en la noche.

Dentro de una cabina en el barco, Bastian suavemente limpió la sangre de su daga, y abrió ese libro.

Eso fue lo único que trajo. Elise estaba a su lado.

Si no lo habría persuadido, Bastian probablemente no habría abordado la nave, sosteniendo inmóvil el cuerpo de Roland. Y esto es algo que a su amigo que sacrificó su propia vida no le gustaría ver.

Para no dejar que Elise se preocupe, tenía que parecer que estaba bien.

Pero Bastian no pudo contener sus lágrimas, sintió que sus emociones se entumecían, y las cosas que escuchó no pudieron entrar en su cabeza.

¿Podría mantener su promesa así…? El libro fue abierto.

Y estaba lleno de las escrituras de Roland. Y sus palabras.

Los ojos de Bastian se volvieron brumosos de nuevo. “Elise… Elise…”

“Bastian… No llores…”

“Yo… está aquí… aquí mismo… Roland está aquí… todas sus palabras están aquí”. Él sollozó.

Elise extendió la mano y sostuvo la cabeza de Bastian en sus brazos. Ella no pudo evitar sollozar suavemente una vez más.

El velero se dirigió lentamente hacia el Imperio de Belgaria en la noche.

-FIN DEL VOLUMEN 07.5-