Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 7.5

Capitulo 4: La Promesa de las Estrellas

Parte 2

Días en la Casa Tiraso Laverde.

En una de las habitaciones dentro de la casa donde Bastian se alojaba, había una cama simple, una silla pequeña y una mesa.

Había muchas habitaciones de huéspedes como esta en la casa de un aristócrata, destinadas a albergar a los sirvientes de invitados nobles que los visitaban desde lejos.

Como la identidad supuesta de Bastian era el tercer hijo de un conde de Belgaria, no era un invitado, por lo que se sintió agradecido de poder usar la habitación de servicio.

Elise se sentó al lado de la cama. Sus ojos estaban rojos porque ella lloró antes.

Bastian no tenía espejo, pero sabía que probablemente se veía de la misma manera.

Una sirvienta con gafas llamada Shia estaba parada cerca de la ventana. Ella era una chica con el pelo rojo brillante, sobre la edad de Bastian y Elise.

Fuera de la ventana abierta había un patio, y los sirvientes de la casa Tiraso Laverde estaban allí reunidos, sosteniendo el informe de las últimas noticias con expresión seria.

“¡Es guerra! ¡La guerra está comenzando!”

“¡Ahh, finalmente! ¡Declaramos la guerra contra el Imperio de Belgaria! “¡Esto es la guerra!”

La cara de Shia se puso verde.

Anteriormente, una sirvienta entró sin llamar, gritando histéricamente: “¡Es la guerra! ¡Mira, los hombres se están moviendo!”, Y luego se marcharon sin siquiera cerrar la puerta. Probablemente fue a las otras habitaciones para hacer lo mismo.

Como tanto la puerta como las ventanas estaban abiertas, el viento arrastró el caótico ruido del patio hacia la habitación.

Bastian suspiró.

“Declarando la guerra el mismo día que tomó el trono, ya había hecho los preparativos”.

Elise asintió.

“Soy demasiado ingenua. Ya se habían preparado hasta el momento, pero ni siquiera pensé que esto sucedería”.

“No se pudo evitar”.

Applewood era un lugar rural, y Elise no tenía ningún respaldo poderoso allí.

Era natural que perdiera en la lucha por el poder con Margaret que vivía en la capital, después de todo, tenía muchos seguidores, incluyendo a su mano derecha, Oswald.

Bastian estaba tan preocupado como Elise por no haber podido detener la guerra. Shia cerró las ventanas.

El viento se calmó.

“E-erm, mis disculpas por abrir las ventanas sin pedir permiso”.

“Por favor, no te preocupes. Incluso si no las abrieras, igual te hubiera pedido que lo hicieras”.

Shia se sintió aliviada por las palabras de Bastian.

A pesar de que Bastian fue rescatado y se recuperó en una cama provista por buena voluntad, no cambió el hecho de que él era solo el “invitado del maestro” para una sirvienta como ella.

En esta época, la posición de los jóvenes sirvientes era débil, y era común verlos despedidos en el acto si irritaban a sus amos.

“Ah, cerraré la puerta”.

Shia caminó hacia la puerta abierta.

Pero cuando estaba a punto de cerrarla, de repente, apareció una figura en el pasillo.

Llevaba un vestido de alta calidad con el pelo recogido. Una mujer joven de unos 25 años de edad.

“Shia, ¿cuál es el significado de esto?”

“¿¡M-madame!?”

“Qué descuidado de tu parte dejar la puerta abierta de par en par. Puedo oírte desde fuera del pasillo”.

“¡Ah, mis más sinceras disculpas!”

Shia se inclinó profundamente. Pero no aclaró que fue su colega quien abrió la puerta.

Bastian levantó su mano. “¿Puedo inmiscuirme?”

“Ara, querido invitado, ¿es algo importante?”

Aunque su tono era cortés, la mujer a la que se dirigió como Madame miró a Bastian con ojos penetrantes.

Pero Bastian no retrocedió.

Si fuera alguien que se intimidara ante un temible enemigo, habría sido más dócil con su abuelo y chambelán.

“Lo siento, pero yo fui quien se lo pidió. Solo quería ventilar la habitación un poco”.

“¿Estás cubriendo a Shia?”

“Solo estoy diciendo los hechos. Aunque no soy un invitado y fui rescatado, esto todavía significa que todavía soy un invitado para los sirvientes ya que el dueño de la casa me cuidó. Por eso le pedí que abriera las ventanas y la puerta. Yo debería ser el que reciba una reprimenda”.

No solo Shia, incluso Elise parecía sorprendida. Silencio.

Pero la expresión de la mujer que miraba a Bastian se suavizó. “Shia, puedes irte ahora”.

“¡S-sí, señora! Discúlpenme.”

Después de una profunda reverencia, salió de la habitación rápidamente y silenciosamente cerró la puerta.

Solo Bastian, Elise y la Madame se quedaron en la habitación.

La Madame recogió su falda y dobló sus rodillas en una reverencia.

“Cómo estás. Soy la esposa del jefe de la Casa Tiraso Laverde, mi nombre es Marballa. Desafortunadamente, el jefe de la Casa está de viaje, así que me disculpo por saludarte en su nombre”.

“Ah, eh, soy Heinrich… no, soy Bastian de Madeleine”.

El nombre del Tercer Príncipe de Belgaria era Heinrich Trois Bastian de Belgaria.

Pero sería demasiado modesto usar ese nombre. Con el Reino de High Britannia y el Imperio de Belgaria oficialmente en guerra, el Príncipe Imperial definitivamente sería entregado al ejército. Aunque el anfitrión era un noble, todavía era peligroso.

Elise se levantó de su silla a modo de saludo.

Parecía que ya había conocido a su anfitrión.

Y, por supuesto, no usó el título de la Gran Princesa Elizabeth Victoria, sino la estudiante Elise Archibald.

La nueva Reina Margaret iba detrás de la vida de su competidora, Elise. A pesar de que Elise había perdido sus derechos de sucesión, Margaret no era alguien que pudiera ser juzgada por el sentido común, por lo que no debía ser descuidada.

Marballa, la esposa del jefe de la Casa Tiraso Laverde, sonrió con ironía.

“No necesitas ser tan rígido, no haré nada malo. Como somos comerciantes, solo haremos enemigos innecesarios si interferimos con la política”.

“Se siente como si hubieras visto a través de nosotros”.

“No tengo intención de descubrir cosas que no necesito saber. Solo quiero que sepas que tus preocupaciones son innecesarias”.

“No estoy sospechando de la gente de tu casa. Todavía tengo que preguntar, pero tú eres quien me salvó ¿no?”

“Sí, estaba en el camino de regreso de una negociación comercial cuando los vi a ustedes dos. Un médico estaba conmigo, así que le pedí que te atendiera de inmediato”.

Bastian asintió. A pesar de que estaba acostado en la cama, todavía se inclinó profundamente.

“Gracias por rescatarme”.

Bastian se sorprendió de sí mismo por expresar su pensamiento con tanta franqueza.

En el pasado, él era arrogante y egocéntrico, y tomaba por hecho las cosas que otros hacían por él. Él no estaba enterado de eso entonces, pero como Bastian era un príncipe, las personas a su alrededor no se atrevían a castigar sus acciones.

Pero ahora, sabía que estaba indefenso solo.

Y su condición física no le permitía ser de ninguna ayuda.

No importa qué, estaba muy agradecido de que protegieran a Elise. Marballa entrecerró sus ojos.

“Solo hice lo que debería estar haciendo. En lugar de eso, me disculpo por preparar este tipo de espacio para ti”.

“Eres muy amable, esto no es ningún problema en absoluto. Incluso me prepararon comida”.

El guiso de pollo que Shia trajo todavía estaba humeante.

“Ahh, estás en medio de tu comida. Por favor, cómela antes de que se enfríe. El médico también dijo que comer más te ayudará a recuperarte”.

“Haré eso entonces”.

Bastian envió una cucharada de guisado a su boca. Era salado.

El sabor era monótono en comparación con los platos de Belgaria, pero era agradable para su cuerpo cansado.

Después de inclinarse ante Marballa, Elise también comenzó a beber su sopa. “Es delicioso.”

“Eso es genial.”

Comer demasiado rápido sería perjudicial para su cuerpo. Bastian experimentó perderse en el desierto antes, así que entendió que debería comer lentamente cuando su estómago estaba vacío.

Se detuvo momentáneamente.

“¿No hay personas que vinieron a buscarnos?”

“Ésta casa está en Smile Hills, que está bastante lejos de Gray Bridge (Puente Gris). Incluso si trataran de buscarlos, tomaría un tiempo llegar aquí”.

“Ya veo.”

Marballa volvió su mirada hacia Elise.

“He enviado hombres para buscar el anillo, pero no encontramos ninguno en el lugar donde ustedes dos colapsaron. Probablemente se perdiera en el río”.

Elise bajó la cabeza.

“Entiendo, gracias. Es todo porque lo dejé ir”.

“Les dejaré continuar su búsqueda. Pueden ser un poco extraños, pero son inesperadamente confiables. Por favor, no te desanimes”.

“Sí.”

Eso podría ser así, pero no era tan fácil encontrar un anillo que cayó al río.

La herida en el pecho de Bastian latió, como si estuviera reaccionando a sus pensamientos.

Marballa quería animarlos, así que preparó té caro y tarta de manzana por la tarde y comenzó a charlar sin hacer nada.

Algo molestó a Bastian.

“Hey, ¿está bien que un Belgariano como yo se quede aquí?”

“¿Por qué no?”

“Verás, High Britannia y Belgaria están en guerra ahora. ¿No estaría aquí un Belgariano trayendo problemas?

A pesar de que la raza de ambas naciones era la misma sin una diferencia discernible en la apariencia, aún era posible juzgar por su acento.

Marballa dijo con una sonrisa.

“La casa principal de Tiraso Laverde es una Casa de Duque en el Imperio Belgaria. La madre de la cabeza de la Casa es del Imperio, y solo somos comerciantes con comercio en ambas naciones”.

“Ahora que lo mencionas, escuché algo así”.

Según Shia, Tiraso Laverde era originario de un pequeño país del sur. Temiendo que su riqueza fuera confiscada en caso de guerra, establecieron una familia filial en High Britannia hace unos 50 años.

O más bien, ¿qué pasaba con este clan?

“Esto puede sonar demasiado optimista, pero llevamos mucho tiempo haciendo negocios en esta tierra. Ahora, nadie sacaría el tema de que nosotros somos nobles de un país vecino”.

“Eso es maravilloso.”

“Pero en cuanto a las preocupaciones, sería el hijo mayor de la familia principal el que se queda aquí”.

“El hijo de la familia principal, ¿entonces él es un Belgariano?”

“Sí. Su nombre es Roland, y está estudiando aquí para aprender política. Él es un niño brillante, pero su pasión es única. O más bien, es demasiado terco para un hombre tan joven”.

Él debe ser excéntrico, pensó Bastian. A juzgar por su expresión incómoda, Elise probablemente estaba pensando lo mismo.

“¿Se opone a que Bastian se quede aquí?”

“Cuando hablamos hace tres días, él no estaba demasiado preocupado. Pero con la declaración de guerra, no estaba muy interesado. Ya le dije que estaría bien con el jefe de la Casa aquí, pero si él te da algún problema, te pediré disculpas por adelantado”.

“No me importaría nada de lo que diga. Elise, ¿ya lo conociste?”

Bastian estuvo dormido por tres días. Preguntó por los días que estuvo inconsciente, pero Elise negó con la cabeza.

“Me asignaron mis propios aposentos, pero pasé todo el tiempo aquí”.

“Ya veo.”

“Estoy pensando en aprovechar esta oportunidad para presentárselo a los dos esta noche. ¿Qué piensas?”

Elise asintió en respuesta a la sugerencia de Marballa. “Creo que sería bueno saludarlo. Estaré a su cuidado”.

“Por favor, descansa bien antes de la cena”.

Después de despedirse, caminó hacia la puerta.