Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 7.5

Capitulo 1: La Noche Anterior

Parte 4

En la Caja.

Medio mes después, Fuerte Sierck.

Clarisse trotó con el recibo preparado con anterioridad.

Le entregó el documento firmado por la Princesa al comerciante Trepreneur. “… Perdón por la espera.”

“Para nada, gracias. ¿Su Alteza está ocupada?”

“Sí, Su Alteza no tiene tiempo para salir de su habitación”.

“¿Es así? Es una pena que no pude ver su hermosa figura…

Trepreneur dijo que envió los productos que trajo desde la capital al almacén. La caja de madera del tamaño de un ataúd era realmente pesada.

El que ayudaba todavía era el grupo de Indri.

Vinieron a ayudar mientras le pedían a Trepreneur que les diera consejos. Una razón vaga…

El caballero contador Aubert registró los artículos llevados al almacén.

El comandante de guardia Deffand y sus hombres tenían un aura tensa alrededor de ellos.

Era diferente de lo usual.

Aubert le preguntó a Trepreneur: “Ah… ¿E-esto no se ve muy caro…?”

Dijo su línea rígidamente. Obviamente fue un acto, pero a nivel amateur. Trepreneur frunció el ceño y Clarisse suspiró en silencio.

La cara de Aubert se puso verde. “Ermm -”

“¡¡Ah ha!! ¡¡Está bien–!! Esta es una escultura regalada por cierto gran noble– ¡¡Un elemento inimaginablemente valioso!!”

Trepreneur dijo exageradamente.

De acuerdo con el plan original, Aubert debería ser el que preguntara, pero a juzgar por ser imposible, Clarisse preguntó en su lugar:

“… Una obra de arte cara huh. ¿Cuánto puede venderse si lo vende en la ciudad? “¡¡Ara, el precio estaría por encima de 1000 Livres!!”

“… Eso es mucho.”

Clarisse no tuvo mucha reacción, pero los soldados abrieron los ojos de par en par. El ingreso anual de un soldado era típicamente de 20 Livres.

Entonces les tomaría 50 años ganar esa cantidad.

“¡Jajaja! ¡Es una gran suma, así que tengan cuidado con todos!” Trepreneur levantó la voz, Indri y su grupo que llevaban la caja asintieron. La llevaron a la pared del almacén con cuidado.

Indri y su grupo se miraron y sonrieron.

***

Tarde en la noche–

Las paredes gruesas en el almacén aislaron la habitación desde el exterior, ya que la temperatura bajó drásticamente.

Sin embargo, las paredes de piedra no solo mantuvieron la luz y el sonido, sino que también mantuvieron el calor adentro.

No había luz ni sonido en este lugar.

La caja con la costosa escultura yacía silenciosamente en medio de las reservas de alimentos y otros recursos.

Click clack–

Un ruido repentino.

Era el sonido de objetos duros colisionando entre sí. Seguido por piedras deslizándose una contra la otra. Un rayo de luz iluminó la oscuridad.

Una gran losa de piedra fue levantada desde el suelo. La losa se mantuvo en su lugar por un pedazo de suelo.

Un hombre salió desde el hueco. La linterna en su mano iluminó el oscuro almacén. “Hey… levántalo más alto, la caja no cabrá”.

El hombre que estaba reprimiendo su voz era Indri. “¿Qué hay de romper la caja?”

La voz de su amigo vino desde abajo. Indri negó con la cabeza.

“No, el sonido de los clavos que se quitan se puede escuchar afuera a través de las paredes de piedra y la puerta de metal. Bien, vamos a ello, ajusta la altura del gato*. Levanta la losa más arriba”. *(Se refiere a una herramienta con gato)

Se oyó un crujido, como el sonido de un mortero.

El tronco giró cuando levantó la losa más alta.

Después de alcanzar la altura adecuada, tres hombres emergieron desde debajo de la losa.

“Ok, hagámoslo”.

“¡Fujajaja, un tesoro que vale 1000 Livres!”

“¡Vendamos esto y vivamos una vida de lujo! ¡Ya no necesitamos volver al ejército!”

Los hombres se rieron en voz baja. Y colocaron las manos en la caja.

Que tembló.

La fuerte voz de una chica salió desde ella. “¡Eso es todo!”

La tapa de la caja luego voló. Un sonido violento resonó en el almacén. Los hombres se retiraron.

“Qué es eso… Ughh”.

Indri gimió cuando se estremeció, los otros dos mostraron lo blanco de sus ojos.

Un par de patas salieron desde la caja que supuestamente tenía una escultura adentro.

Y la figura de una persona se levantó lentamente después de las piernas. Esta era la persona que pateó la tapa desde el interior.

Bajo el brillo de la linterna, la figura de una persona se hizo clara. Una mujer.

Tenía una cintura esbelta y su pecho estaba cubierto por una placa, había armadura también en sus delgadas muñecas.

Y luego estaba su hermosa cara.

Si esto fuera una escultura, valdría más de 1000 Livres. En su cara bonita, los ojos de color rubí brillaban.

Los hombres olvidaron la situación en la que estaban y se perdieron mirándola. La chica tenía el cabello más rojo que las llamas de una fogata.

“Fu, ya veo. Un túnel ¿eh? Y levantando la losa de piedra con gatos para construir casas”.

“Ah… Ugh…”

Indri no pudo decir nada.

Fue descubierto por el comandante del Regimiento Fronterizo, la Princesa. No había forma de que pudiera abrirse camino.

¿A una persona de su categoría no le importaba clavarse en una caja que parecía un ataúd?

La chica miró a los hombres.

“Ayudaste a llevar la carga para identificar los artículos altamente valorados. Y para evitar colocar algo sobre la losa, cubriste el túnel… ¿No es así?”

“Tchhh…”

Indri apretó los dientes. Relajó sus hombros.

Y suspiró.

“… Hmm, ya veo Princesa… ¿Entonces ya sabía que éramos los culpables?”

“Ese comerciante Trepreneur conocía a un excelente estratega. Identificó al culpable simplemente escuchando por un rato, e incluso le enseñó cómo capturarlos a todos”.

“Ya veo… Entonces había una persona así aquí… ¿Pero se olvidó de advertirle?”

“¿Advertirme?”

“Te lo advierto… ¡No puedes vencernos sola, Princesa!” Indri sacó su espada corta.

Los otros hombres también desenvainaron las hojas en su cintura. “¿L-lo vamos a hacer Indri?”

“¿¡Ella es una princesa no!?”

“¡Eso no es importante! ¡Mátenla y corran! ¡Esa es la única manera!” Los tres hombres levantaron sus espadas.

Altina suspiró.

“Es justo como dijo ese estratega… Pensé que preparar esto era innecesario, pero…”

Ella se puso en cuclillas en el ataúd como una caja. Agarró una empuñadura decorativa.

Y la sacó.

Si solo fuera Altina, la caja no necesitaba ser tan grande. Además, no habría sido demasiado pesada si solo estuviera Altina allí.

Mientras estaba dentro de la caja, había algo más adentro que hizo que los hombres trabajaran tan duro para llevarlo.

Era más alto que la chica.

Una cuchilla afilada y pesada que brillaba plateada. Era una espada.

Varias veces más grande que una normal.

Altina levantó la espada colosal ‘Grand Tonnerre Quatre’.

Había un relieve grabado en el espejo como el cuerpo de la hoja, haciendo hincapié en que se trataba de una espada de un conquistador.

“Como soldados imperiales, deberían defender al Imperio, pero todos están robando necesidades militares por su codicia egoísta. ¡No crean que pueden escapar!”

“Ku… ¡No hay forma de que pudiera empuñar una espada tan grande!”

“¡T-tenemos que hacerlo!”

“¡Ella es solo una mujer! ¡No tengan miedo! ¡Mátenla y corran!”

Los hombres cargaron con sus espadas levantadas. No vacilaron, ya que eran soldados Belgarias de élite.

Sin embargo, el alcance de la espada trajo una victoria abrumadora para la princesa.

Antes de que pudieran balancear sus espadas — La hoja de plata estaba justo delante de sus caras. Altina gritó:

“¡¡Uwwaaahhhh–!!”

‘Grand Tonnerre Quatre’ que fue forjada con Tristei envió a los hombres a volar. Ella usó el lado plano en lugar del borde.

— Día de descanso.

Cuando la puerta del almacén se abrió debido a la conmoción, los tres hombres ya se habían desmayado.

Hubo hematomas y fracturas, pero nada que pusiera en peligro sus vidas. El comandante de guardia Deffand los ató.

Clarisse se acercó a Altina. “¡Su Alteza!”

“¡Hah, funcionó! ¡El plan tuvo un éxito espléndido! “¿¡Está herida!?”

“Por supuesto que no. Como puedes ver, ni siquiera un rasguño”. Altina sonrió en respuesta.

Clarisse suspiró profundamente.

“Sigh… No necesitaba hacer esto personalmente, Su Alteza… Hay muchos caballeros en el fuerte”.

“Si lo soluciono personalmente, me reconocerán como la comandante ¿verdad?”

“… Le dije antes de que se metiera en la caja, que un comandante no debería asumir tales misiones”.

Clarisse, quien estaba más callada que nadie, estaba muy preocupada. Ella habló mucho más de lo habitual.

Altina balanceó su espada con confianza.

“Necesito liderar desde el frente si hay algo peligroso o problemático. No soy una princesa que solo necesita protección”.

“… Pero es una princesa”.

“¡Tienes razón, pero aun así, quiero ser alguien en quien los soldados confíen!” Clarisse bajó la cabeza.

“Creo que la Princesa no perderá con los ladrones… Pero eso no significa que no me preocupe que se lastime…”

“Está bien. Aprecio tus pensamientos”.

“… Me alegro de que esté bien, Su Alteza”.

Clarisse finalmente volvió a su expresión sin emociones otra vez.

Altina preferiría que sonriera, pero no se podía hacer nada con tanta gente alrededor.

Trepreneur se frotó las manos en señal de halago.

“¡¡Hya – Increíble!! ¡¡Hermosa y habilidosa en combate!! ¡Como se esperaba de Su Alteza!”

Altina ya se había acostumbrado a tales halagos, y sonrió amablemente a cambio.

“¡Muchas gracias, Princesa! ¡Estábamos tan cerca de ser castigados! ¡Es todo gracias a usted que podemos demostrar nuestra inocencia!”

“No, quién hubiera pensado que había tal artilugio en el almacén. Debió ser duro para todos ustedes”.

Los guardias le agradecieron profusamente.

El caballero contador Aubert se acercó y se inclinó profundamente. “Gracias Su Alteza… También, Deffand… lo siento mucho por dudar de ti”.

“¿¡Eh!? Está bien, debería disculparme por decirle todo eso, Sir Caballero.” Parecía que su relación había mejorado.

Altina suspiró de alivio.

Ella apuñaló su espada en el suelo.

La silenciosa Clarisse preguntó con una mirada de sus ojos: ¿Qué pasa?

 Altina estiró su cuello.

“Cómo debería poner esto… Es increíble. La persona que resolvió el incidente después de escuchar los detalles”.

“…… Sí, es impactante”.

“Hey Clarisse, ¿me acercaré a mi objetivo si tengo un estratega de mi lado?”

“… ¿Quiere conocerlo?”

“Sí. Reunirnos en persona y… hablar. ¿Cómo es él? Hablando de eso, no escuché cuántos años tiene, ¿es viejo?”

“… Pero para la Princesa, quiere un sabio que pueda expresar lo que realmente piensa”.

“Ah, eso es cierto”.

Como Cuarta Princesa de Belgaria y comandante del Regimiento Fronterizo Beilschmidt, había pocas cosas que Altina verdaderamente quisiera conocer.

Si esa persona es sabia, sería genial.

Palabras superficiales en un entorno social no serían lo suficientemente buenas.

“Hmm, necesitamos preguntar cómo se sintió la persona que ideó el plan. Hey, Clarisse tiene que pensar en eso también”.

“Sí, pero la princesa cree que puede engañar al estratega…”

“¿Huh?”

“…… Nada.”

Altina se golpeó la cabeza ligeramente.

“¡Ah, una buena idea! ¡He pensado en una forma de preguntar cómo piensa realmente!”

“… ¿Cómo lo haría usted?”

“Fufu, bueno–”

Altina le susurró con entusiasmo y Clarisse frunció el ceño.

***

— Unos días más tarde. En la capital.

La librería de Carol.

“Buenos días Mr Regis… Erm, ¿estás bien?”

“… ¿Mi mente? ¿O mi futuro? Me aconsejaste sobre ambos”.

“¡Tu cuerpo! Tu cara se ve terrible, y hay círculos oscuros debajo de tus ojos”.

“Ahh… El libro que compré la última vez fue tan interesante que no comí ni dormí mucho. ¿Ya han llegado los nuevos lanzamientos de ese autor?

“Estoy feliz por los ingresos, ¿pero quieres que sea una asesina?”

“Fufufu… Matar a alguien por el libro que vendes…. ¿¡Cof!? ¡Cof cof cof!”

“¿¡Mr Regis!?”

Mientras Regis tosía sin parar, entró un hombre. “¡Eso es realmente agotador!”

Fue el comerciante ambulante. “Ara, ¿no es ese Trepreneur?”

Su rostro era verde. Hace unos días, Regis recibió un regalo del fuerte al norte a través de él, que fue realmente alentador.

“Cof… ¿Cuál es el problema?”

Regis preguntó mientras Carol le daba palmadas en la espalda. Parecía ser un gran problema.

Trepreneur sonaba ansioso.

“¡Ellos están viniendo, la nación del norte está atacando–!!”

“Oh no, ¿es guerra?”

“¡Sí! ¡Eso es-! Es por eso que no pude vender el petróleo en el fuerte del norte”.

Fue un asunto de negocios.

Carol dijo incómoda: “¿No es peligroso quedarse allí?”

Las fronteras eran las líneas del frente, y siempre iban acompañadas de batallas. Hubo muchos que no regresaron.

Regis pensó en la guerra en el norte.

“… Algún día, tendré que ir a un lugar como ese”. Y entonces —

Regis y Altina se encontrarían dentro de dos meses.