Yahari Ore no Seishun (NL)

Volumen 10.5

Capítulo 3: Hay una Fecha Límite que Absolutamente no Debe de Perderse

Parte 5

Nos envolvimos en nuestra entrevista y sesión fotográfica con Hayama. Después, visitamos todos los otros clubs, posteriormente terminándolos también. Incluso logramos tener una toma de Hayama abriendo sus manos hacía arriba, por lo que la calidad no era de preocuparse.

Yuigahama y Yukinoshita deberían haber acabado en su lado con los clubs de chicas también. El último trabajo era tomar fotos de Isshiki Iroha para la cubierta de frente del periódico.

Por la petición de la modelo Isshiki, nos reubicamos en la biblioteca para la sesión de fotos.

Pasamos por la entrada de frente desde el campo, nos cambiamos con los mocasines para interiores, pasamos por la sala de profesores y entramos a la biblioteca.

En las horas después de la escuela, la biblioteca era raramente usada por estudiantes. Una atmósfera pacifica impregnaba la habitación.

—Así que, ¿por qué la biblioteca…?

Isshiki inspeccionó la biblioteca y caminó por los alrededor para encontrar un lugar adecuado para las fotos. Cuando le pregunté por detrás, ella se dio la vuelta. —¿No es la biblioteca, no sé, muy intelectual?

—Qué cosa tan poco intelectual para decir…

—Está bien. Este es un asunto sobre mi imagen. —Ella alejó su rostro y comenzó a caminar, deteniéndose muchas veces. Y finalmente encontró un lugar, tomó una silla de una mesa con su espalda contra la estantería. Entonces, sacó su espejo compacto y comenzó a arreglar su apariencia.

La alta estantería se cernía sobre Isshiki como una clase de protector, y los lomos oscuros de los libros contrastaban con la vulgaridad de Isshiki. Las luces eran brillantes en la biblioteca en la tarde, una forma de consideración para hacer a los lectores más fácil de leer, y sirvieron para mostrar la piel blanca de Isshiki imbuida con un ligero color de calidez.

No sabía mucho como un novato, pero sentía que la apariencia de Isshiki podía hacer una foto bonita. Eso es lo que esperarías de Isshiki Iroha; ella estaba muy consiente de cómo exhibir su encanto.

—De acuerdo, tomaré una foto. —Le hablé a Isshiki. Ella respondió descansando sus mejillas sobre sus manos y sus codos sobre la mesa.

Sus húmedos ojos y sus largas pestañas en su invitante expresión alzada era impresionante y a pesar de la inocencia de su de alguna manera sonrisa eufórica, sus labios de cerezo brillaron suavemente.

A pesar de que tenía la lente dirigida a ella, había olvidado presionar el obturador. Sólo fue después de que escuché un tosido que regresé a mis sentidos.

Presioné el obturador varias veces y bajé la cámara. Mientras revisaba las fotografías, que había acabado de tomar, le hablé a Isshiki en una forma de cubrir mi breve momento de distracción.

—Pareces muy acostumbrada a tomarte fotos… —dije.

—No todo el tiempo.

Sentí que sólo era durante eventos extraordinarios como excursiones o eventos en donde tomaría fotos que pudieran ser dejados como una conmemoración, como recuerdos. Al menos, así era como había sido para mi vida entera hasta el momento.

Pero Isshiki estaba diciendo algo completamente diferente. Ella cerró el espejo compacto y me miró. A pesar de que la cámara no la estaba enfocando, su sonrisa era sueva.

—Los recuerdos son importantes, ¿no lo crees? Eso era algo normal para Isshiki Iroha.

Ella estaba diciendo que incluso el típico escenario que nunca cambiaba y no distinguía entre qué era normal y qué era extraordinario era un recuerdo para ser apreciado.

—…Supongo, —contesté brevemente, y posicioné la cámara de nuevo. Ahora bien, pensemos. ¿Estas fotos serán los recuerdos de lo que es ordinario, o los recuerdos de lo que es extraordinario? Pensé mientras presionaba el obturador.

*** 

Habiendo amasado la mayoría del material para el periódico, comenzamos a trabajar. Unos días habían pasado desde entonces. Las introducciones de los clubs y la guía de lugares procedió sin problemas y el artículo de la entrevista estaba en su mayoría acabada. El diseño estaba haciendo progresos favorables y llenamos cada página una por una empezando por la primera.

En cuanto a todos los artículos, sólo algunos ajustes de subtítulos y cabecera y estaban más o menos hechos. Mostraba comentarios de los presidentes de clubs los cuales habían revisado su redacción y eso, también, estaba casi terminado.

El progreso iba bien. No debería haber ido bien.

También nos aseguramos de condimentar los artículos presentando los clubs, lugares recomendados y entrevistas con la jerga de Isshiki. Recibimos confirmación de cada club para sus fotos también. Incluso nos dio gracia el repentino deseo de Isshiki de arreglar la portada la cual pasó sin problemas.

Sin embargo, a pesar de todo esto, mi escritura todavía le faltaba por acabar.

—¿Siquiera cómo pasó esto…?

¿Fue porque estaba tomando esto seriamente? En efecto, estaba trabajando seriamente; no sólo había la escritura para los artículos normales, ayudé a Yukinoshita y fui al Club de Juegos para sus comentarios en lugar de Yuigahama.

Para alguien como yo, trabajé muy duro, pasando los últimos días hasta hoy estando muy ocupado. Tal vez era por eso… Que cuando estás muy ocupado, terminas olvidándote de tus otros trabajos…

Tenía una columna entera que escribir, al punto donde era “¡dos días para la fecha límite!”

Mientras sostenía mi cabeza en mis manos, Isshiki se paró a lado mío. Después me sirvió algo de té de una botella.

—Toma, bebe esto. Por favor da tu mejor esfuerzo, —dijo. Ella puso la botella dentro del mini refrigerador que estaba bajo la mesa. Después, tomó una silla en otra mesa que estaba diagonalmente opuesta a la mía.

El té, las mesas, las sillas, y por último, la habitación estaban diferente de lo normal.

Ahora, estaba confinado en la habitación del Consejo Estudiantil, forzado a escribir el resto de la columna de la revista mientras era vigilado. Ya que nuestro calentador del club seguía descompuesto, la habitación del Consejo Estudiantil arreglado por Isshiki fue ofrecido como una alternativa para mi confinamiento.

Miré a la ventana y ya era la puesta del sol. Normalmente, usaría mi celular en lugar de checar la hora, pero no tenía los medios porque mi teléfono había sido confiscado.

Inspeccioné la habitación y me encontré con un reloj de mesa, sus manecillas apuntaban crueles números.

Fui traído a esta habitación inmediatamente después de las clases y no había piso un paso fuera desde entonces. Eso era porque la fecha límite era mañana.

Ooooooooooooh mierda… No he escrito una sola cosa… No puedo imaginarme acabando en absoluto…

 Aplasté el teclado en un intento de acabar sólo para borrar todo porque no era de mi agrado. Pasé por muchas iteraciones haciendo justamente eso. Mierda, mierdaaaaaaaaaaaaaa. A este paso no vamos a lograrlo a tiempo, ¡Aaaaaaaahhhh!

 Mientras me azotaba por la mesa, Isshiki me miró mientras se alejaba. Su expresión lucía como si quisiera decir, “Agh…” mientras agitaba su cabeza. Entonces, algo captó su atención y comenzó a examinar el bolsillo de su chaqueta.

—Senpai, teléfono, —dijo, y sacó mi celular de su bolsillo, tratando de entregármelo.

Sin embargo, una llamada justo antes de una fecha límite por venir nunca era nada bueno. En primer lugar, si vas a hacer demandas así, no habría necesidad para resúmenes de anime. Tampoco existía posponer la fecha de publicación porque el autor lo decía.

Era por eso que en momentos así, era mejor revisar de quien era la llamada y entonces ignorar la llamada.

—…¿De quién? ¿El editor? —pregunté.

Isshiki suspiró con incredulidad. —Si un editor es lo primero que piensas, la situación debe de ser mala… Amm… Oh, dice “Mamá”. Tal vez es de tu mamá.

—…¿El editor… es mamá…? ¿Me están vigilando bajo el disfraz de familia?

—No, ¿por qué siquiera pensarías eso? Es la mamá de senpai, creo.

—Bien. Sólo déjalo así, la llamaré después.

—Oh, si tú dices.

Isshiki respondió brevemente y colocó el celular de vuelta en su bolsillo. Entonces volteó y comprobó una pila de papeles, tal vez para el cierre económico, ocasionalmente estampándolos.

Teniéndola trabajando en su lado sólo me hacía sentir que debería realmente acabar con mi trabajo… Renuentemente, comencé a manipular el teclado.

Y así, otro periodo de tiempo pasó.

Ya era oscuro afuera de la ventana, acercándose la hora para cuando los estudiantes debían irse a casa. Dejé de oír el sonido de estampado, no notando que Isshiki ya había acabado su trabajo. LA miré y ella estaba mirando su Smartphone.

¿También puedo acabar aquí por hoy…? Todavía hay tiempo mañana. Y simplemente puedo intentar más duro mañana. Acabaré para entonces…

 En el instante que el pensamiento pasó por mi mente, mi concentración se desvaneció en una bocanada de humo.

—Ya no, ya no puedo escribir más hoy. No voy a escribir mucho cuando entro en pánico de esta manera. Supongo que lo único que puedo hacer ahora es ir a casa y dormir un poco. —Declaré fuertemente.

Isshiki levantó su rostro de su Smartphone y me miró. Después de suspirar en incredulidad, ella hizo una expresión amable. —Cierto, bueno, supongo que eso podría ser una buena idea.

—Lo sé, lo sé. Está bien si nos perdemos la fecha límite por un poco, ¿cierto?

¿Es esto lo que llamas a la altura de escritor? Cargado con un exceso de estrés justo antes de la fecha límite, exhausto por trabajo continuo, y la misteriosa sensación de exaltación por tratar de escapar de la realidad, me encontré dejando escapar una risa nefasta.

Isshiki entonces puso una mirada rígida. —…¿Ah? ¿No vas a lograrlo?

—B-bueno, no estoy seguro…

Pero realmente, esta columna sólo tenía que tener unas cuantas miles de palabras a lo mucho, por lo que si sólo hacía mi mejor esfuerzo hoy y mañana, tenía la sensación de que podría acabarlo. Pero no era tan simple ya que sólo logré tener varios cientos de palabras en unas cuantas horas.

Era dudoso de decir en voz alta. La razón por la cual Isshiki estaba sosteniendo su cabeza antes de que siquiera pudiera explicárselo.

—Oh no… Eso no es bueno… Amm, ¿no es eso, no sé, realmente malo?

Isshiki gimió y cayó en su mesa. Ella lentamente volteó su cabeza hacía mí y sus ojos estaban ligeramente nublosos. Justo después, ella murmuró en voz baja, “¡Los gastos!

¡El descuento! ¡Los cargos extra! ¡Sobre el presupuesto! ¡Los gasto de la cuenta!” y se conmocionó.

Su reacción me decía todo, Isshiki esperaba que termináramos a tiempo para el plan de descuento y cuanta para que eso estuviera en el presupuesto. Y ella probablemente ya lo había anotado en su reporte financiero.

Por supuesto, todavía debería ser posible hacer revisiones al reporte.

Pero esta era la consecuencia del orgullo de Algogaya Algoman; a pesar de su grandilocuencia de cómo tendría algo hecho en algunos días, él siguió poniendo su trabajo de lado mientras decía, “No se preocupen, no se preocupen, puedo hacerlo súper rápido.” No es bueno ser orgulloso..

—…S-supongo que es malo… sí. I-intentaré un poco más duro, ¿de acuerdo?

—¿E-en serio? Por favor hazlo…

Isshiki me miró con ojos húmedos. Sus ojos no lucían ladinos en lo más mínimo lo cual era exactamente porque la normalmente infantil Isshiki parecía más honesta. Al verla así, tenía que tener esto listo sin importar qué…

Hay una fecha límite que absolutamente no debe de perderse.

***

Para decir verdad, ya no puedo hacerlo. Perdón por decirlo tan repentinamente. Pero simplemente no puedo.

 En sólo unas pocas horas, el increíblemente normal campaneo sonará. Esa era la señal de la fecha límite.

Sé cuidadosa de la editora de pecho pequeño quien vendrá dentro de poco. Cuando eso llegué, el final vendrá sólo unos momentos después.

Estos pensamientos pasaban por mi cabeza hueca.

Empantanado por la fecha límite que absolutamente no debía perderse—ya estaba deseando por la hora después de clases al siguiente día—estaba tomando prestado la habitación del Consejo Estudiantil como los otros días, haciendo trabajo aislado en una habitación diferente.

Aunque traté de hacer lo que pude ayer después de reunir mi motivación, mi cuerpo eventualmente alcanzó su límite como Chiyonofuji Mitsugu y fui a casa. Aunque hice algo de semblanza de progreso después de llegar a casa y hacer algo de escritura con mi Smartphone durante clases, el final todavía no estaba cerca de verse.

Y ahora, desde la ventana de la vacía habitación del Consejo Estudiantil, estaba observando el sol declinándose. Por supuesto, no había progreso con mi manuscrito.

Mierda, mierda… Ni siquiera estaba escribiendo en el teclado, y sin embargo estaba traqueteando mi asiento. Entonces, llamaron a la puerta de la habitación.

—Oye, Hikki, ¿qué está sucediendo?

Entrando a la habitación con un saludo estaba Yuigahama. Parecía que estaba aquí para revisar mi progreso.

—…S-supongo que es poco menos del setenta por ciento.

—¡Guau, eso asombroso!

—De lo que falta…

El instante que susurré eso, Yuigahama dejó escapar un gemido trágico. Yo, también, quería gemir por mi propio predicamento…

Mientras dejaba colgar mi cabeza en desaliento, Yuigahama caminó hacía mi mesa y palmeó mis hombros. —¡Puedes hacerlo! ¡No te preocupes, definitivamente podremos hacerlo! ¡Voy a hacer mi trabajo aquí contigo, también!

Decir eso en una situación así sólo suena como si estuvieras aquí para monitorearme… 

Normalmente me rehusaría a hacer algún trabajo bajo vigilancia, pero así era la situación. Bajarme de las nubes era la única manera de evitar que eludiera mis deberes.

Bueno, si fuera un trabajo de medio tiempo, definitivamente ignoraría mis responsabilidades. Pero con Isshiki ayer y Yuigahama hoy observándome, tenía que acabar con mi trabajo. Los chicos, verán, éramos creaturas bastante obstinadas…

Me motivé otra vez y enfrente mi manuscrito. Moví el cursor a dónde me había quedado para continuar mi último progreso. Después de exprimir muchas líneas de palabras, fui atacado por la desesperación nuevamente. Cada vez que el trozo blanco de espacio se fundía en mis ojos, la realidad me miraría directamente y me diría que no era suficiente por cuánto tiempo estaba desperdiciando.

En un día, sólo logré tener un poco menos del veinte por ciento. Faltaba cerca del ochenta por ciento y hacer todo eso en las siguientes pocas horas era físicamente imposible. ¡Si de alguna manera lograba hacerlo a tiempo, la ley del universo se quebraría!

Agh… Mientras era abrumado por la realidad, había otro sonido diferente de mi presión en el teclado a un costado. Miré a ver a Yuigahama y ella estaba usando una calculadora con un bolígrafo.

—…¿Qué estás haciendo? —pregunté.

Yuigahama colocó la pluma detrás de su oreja y me miró. —¿Hm? Oh, amm, estoy calculando cuánto dinero se usó hasta el momento. Parece algo extraño cuando miro los reportes.

—Isshiki es algo descuidada con las matemáticas, después de todo…

—Ahh, eso es cierto… ¡Bueno, ahí es donde Yukinon o incluso yo entramos! —dijo Yuigahama, sonriendo irónicamente. Ella casi parecía como una hermana mayor. Estaba seguro que estaba cuidando apropiadamente a Isshiki como una kouhai.

El único problema era cómo esa linda kouhai traería nada sino cosas problemáticas a nosotros. En realidad, sus circunstancias detrás de su primera visita a la habitación del club fueron bastante terribles…

Sin embargo, esto podría ser la realidad de las cosas cuando estás haciendo el trabajo.

Una persona haría una gran mentira.

Entonces, esa mentira se convertiría en algo tangible, causando que el trabajo llegara. En la sociedad, un gran mentiroso era también conocido como productor. Por lo que en ese sentido, Isshiki podría tener las cualidades de un productor.

Para esta petición en particular, Yukinoshita sería algo así como un director mientras que Yuigahama sería la ayudante del director. En cuanto a mí esta vez o más bien, como siempre, era la clase baja, subcontratando esclavos corporativos.

Miré a la computadora nuevamente para hacer mi trabajo como un esclavo. Pero pase por otro ciclo de escritura y borrado de líneas, por lo que no estaba haciendo mucho.

En algún momento, comenzó a sentirse como si estuviera pasando más tiempo viendo fuera de la ventana a la puesta de sol o incluso mirando al reloj en la mesa que mirar a la pantalla en la computadora.

El solo paso del tiempo era suficiente para llevar a tu mente a una esquina. Inconscientemente dejé escapar un profundo suspiro, también sintiendo los efectos de cansancio de sentarme y mirar la computadora por mucho tiempo.

—¿Estás bien, Hikki?

Yuigahama se levantó de su silla, al haber escuchado mi ruidoso suspiro, tomó unos cuantos pasos hacia mí, parándose a mi lado. Entonces me miró a mi cara con preocupación.

Ella estaba tan cerca que al estirar mi mano me permitiría tocar su rostro. Incluso podíamos escuchar la respiración del otro. Nuestra cercanía y la vergüenza cuando nuestros ojos se encontraron causaron que pretendiera tronar mi cuello y alejarme.

—El programa no se ve muy bien a este ritmo… —gruñí, intentado pasar por alto ese momento. Entonces, mis hombros repentinamente se hicieron pesados.

—Si no lo logramos a tiempo, entonces no lo logramos.

Cuando volteé mi cabeza, Yuigahama estaba descansando sus pequeñas manos en mis hombros. Sus delgados dedos se doblaron en un puño, agarrando los omoplatos de mi chaqueta.

—Me disculparé junto contigo y estoy segura que Iroha-chan lo entenderá, también. Es una petición irrazonable desde el inicio, de todas maneras.

—Cierto, era irrazonable.

Mientras hablaba, sacudí mi cuerpo para escapar de sus manos, pero ella no me dejó ir. Eventualmente, ella comenzó a golpear mis hombros ligeramente en cortos intervalos.

—No es como si fuera tu culpa, Hikki. Incluso si te rindes ahora, nadie va a culparte. Y esto realmente no es algo que tengamos que tener hecho.

Sus palabras eran un poco inesperadas. Es porque Yuigahama nunca había expresado claramente objeción de cualquier petición que había aceptado el Club de Voluntariado hasta el momento.

Con una sensación de perplejidad, me encontré volteando para ver a Yuigahama usando una frágil sonrisa.

—…Realmente no me gusta verte sufrir, Hikki.

—Decir eso es injusto.

A pesar de mi arranque, podía saber qué tan suave era mi tono. Quizá era mi agotamiento. Que me digan algo así con una gentil voz con el masaje de hombros sólo causó que mis hombros se relajaran.

Simultáneamente, tensé mis hombros de nuevo.

Para una maravillosa chica diciéndome esa clase de palabras, esto no era cerca de la hora de rendirse y huir. Es cuando te daban esta clase de dulces y amables palabras que no debías confiar en ellos y abandonarte a ti mismo. Es por eso que sólo me daba menos oportunidad para resignarme aquí no importa qué tan idiota fuera la circunstancia o qué tan difícil era el problema.

—¿Eso crees…? —Yuigahama detuvo sus manos y las descansó en mis hombros, eventualmente levantándolas lentamente.

—Oh, ah, era más como una forma de decir.

Elegí las palabras equivocadas cuando llame a la persona que estaba preocupada por mí injusta. Roté mi silla y volteé mi cuerpo hacía Yuigahama. Me quedé sentado mientras buscaba las palabras apropiadas para decirle. Yuigahama, sin embargo, no me dio el tiempo y asintió.

—…¡Sí, creo que soy injusta! —dijo Yuigahama, su voz era alegre como si estuviera convencida de algo.

No entendía muy bien el significado detrás de su respuesta, pero quería que entendiera y abrí mi boca.

—No quería decir eso, sino ah, de una buena forma…

Yuigahama, sin embargo, negó con la cabeza. —Creo… que realmente soy injusta… Es porque nunca puedo detenerte o incluso ayudarte. Y además… por muchas otras cosas.

Las palabras de Yuigahama eran un revoltijo, tal vez que porque ella estaba tratando de pensar mientras hablaba. Pero era debido a eso que sentía que sus palabras las decía desde el fondo de su corazón.

De la misma manera ella río para esconder su vergüenza o masculló sus palabras y alejó la mirada, estaba seguro que quería omitirlo de alguna manera.

Pero aun así, ella me miró directamente, como si quisiera decirme algo.

—Es por eso… Es por eso, cuando algo así pase de nuevo, me aseguraré de hacerlo.

Su sincera expresión y sus palabras ligeramente tejidas estaban imbuidas con una sensación de realidad pero también con una ambigüedad vacía. Eventualmente, todos se asegurarían de hacerlo. Tenían qué, incluso si no supieran qué necesitaban hacer o si podían hacerlo. Estaba seguro que eso era algo que todos pensaban, incluso si era vagamente.

Yo no era, por supuesto, la excepción. Era por eso que, por el momento, necesitaba hacer las cosas que estaban justo frente a mis ojos. Roté mi silla y enfrenté a la computadora de nuevo.

—No es un problema. Siempre soy el egoísta haciéndolo. No tienes la culpa de detenerme. Por cualquier cosa, los que hacen promesas inconsideradas son los que tienen la culpa… Es por eso que, ah… veré qué puedo hacer.

—…Oh… ¡De acuerdo, hagamos nuestro mejor esfuerzo, entonces! —dijo Yuigahama, su voz estaba animada y ella me dio un empujón fuerte.

***

¡No, no! ¡Quiero ir a casa! ¡Ya no sé nada! ¡Olvida presentar el proyecto y revisarlo!

¡Estoy cansado de plazos aproximándose y ser confinado en esta habitación! ¡No voy a trabajar o hacer el manuscrito ya!

Grité en un ataque y caí sobre la mesa. Justo ahora, era el único en la habitación del Consejo Estudiantil. Grité tanto como quería.

Le di a Yuigahama una impresión con información en medio de mi trabajo y ella fue a dárselo a Yukinoshita. Cuando se fue, fui agotado por mi concentración.

Bueno, miren, de alguna manera logré tener ochenta por ciento de la columna hecha. Recibí algo de motivación de Yuigahama, por lo que pienso que había hecho algo de buen trabajo, especialmente considerando que era yo.

Pero por el resto del veinte por ciento, ni una sola oración, que valiera la pena me vino a la mente, y estaba pegado mirando al techo mientras descansaba mi espalda contra la silla. Ahh, ¿no pueden los Illuminati venir aquí? Realmente me gustaría liberarme de este trabajo para siempre ya, por favor.