Ore dake Ireru Kakushi Dungeon (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: Quedarse Atrás

Parte 1

Durante nuestras vacaciones de verano, mis amigos y yo visitamos la ciudad de Honest en el vecino reino de Rosette. Estuvimos allí para visitar a mi hermano mayor, pero Honest no era una ciudad cualquiera. De hecho, había sido maldecido por Gaien, su antiguo héroe, que había instalado una piedra en el centro de la ciudad para atraer a los monstruos.

Afortunadamente, pudimos destruir la piedra y salvar la ciudad del último ataque. Por eso, fuimos invitados a la capital de Rosette para ser reconocidos por el propio rey por nuestros esfuerzos.

Desafortunadamente, las vacaciones de verano ya habían terminado y sabíamos con absoluta certeza que la Sra. Elena, nuestra maestra de aula, se enfadaría mucho si volvíamos tarde. Pero no era como si pudiéramos rechazar a un rey. Entonces, con eso colgando sobre nuestras cabezas, tomamos un carruaje hacia la capital. Al menos nunca hubo un momento aburrido, ya que Emma, Luna, Leila y Lola estaban conmigo.

“Señor Stardia, hemos llegado a la capital”, nos llamó el cochero. Bajamos del carruaje y miramos la ciudad a nuestro alrededor. “Wow”, dije. “¡Es enorme!”

“Lo sé, ¿verdad?” dijo Emma. “Me siento un poco nerviosa”.

“¿En serio?” Yo pregunté. “Normalmente no te pones nerviosa, Emma”.

“¡Por supuesto que sí!” protestó ella. “Siempre me pongo nerviosa. ¡Soy tan delicada como una flor!”

Estaba bastante seguro de que estaba jugando un poco rápido y relajado con la verdad, pero no le respondí. En cambio, atravesamos las puertas de la ciudad y fuimos tragados por la multitud.

“Este lugar es realmente bullicioso”, dijo Lola.

“De hecho,” estuvo de acuerdo Luna. “Pero entonces, es la capital”.

Parecían emocionadas mientras nos dirigíamos a la ciudad, mirando por los escaparates. Había muchas tiendas de ropa aquí, y tampoco todas eran tiendas de armaduras. Muchos vendían modelos femeninos de moda.

“Noir, ¿te gustaría venir a escoger ropa para mí?” Dijo Lola, agarrándome del brazo.

Realmente fue más una declaración de intenciones que una pregunta. Me arrastró hacia una tienda, pero Emma me agarró del otro brazo.

“¡Oye! ¡Quiero que Noir también elija mi ropa!”

“¿Hay algo que puedas ponerte aquí?” Preguntó Lola. “¿No estallará ese pecho tuyo de todo?”

“¡Maleducada! Como si fueras alguien para hablar. Tu atuendo ni siquiera tiene espalda. ¡Es pervertido!”

“No está pervertido”, protestó Lola. “¡Es sexy!”

Las dos se metían en peleas como está todo el tiempo, pero esta parecía más como si estuvieran desahogándose. Incluso parecían extrañamente aliviadas cuando terminaron de discutir. Dicho esto, no quería causar una escena en el medio de la ciudad, así que todos nos dirigimos hacia la tienda juntos. Sin embargo, antes de que pudiéramos alcanzarlo, Luna gritó detrás de nosotros.

“¡Cuidado! Vas a chocar con—”

“¿Eh?”

Lola se topó con una mujer mayor que caminaba detrás de nosotros. Rápidamente aparté a Lola para evitar un desastre total, y ambos inclinamos nuestras cabezas en disculpa. Ese tipo de cosas probablemente era inevitable cuando la ciudad estaba tan llena de gente.

“Chicos”, dijo Leila, haciendo una mueca, “voy a ir tras ella”.

¿Leila? Pero antes de que pudiera preguntarle qué estaba pasando, tanto ella como la mujer mayor salieron corriendo. No tuve más remedio que ir tras ellas.

Leila era la más apta de todos nosotros, así que no había forma de que una simple ama de casa pudiera dejarla atrás, ¡o al menos, no debería haber una forma! Pero esta mujer fue sorprendentemente rápida.

Simplemente no lo suficientemente rápido para evadir el agarre de Leila. “Le robaste la billetera, ¿no?” Preguntó Leila. “Dámelo”.

“¡¿Disculpa?!” protestó la mujer. “¡No he hecho tal cosa!”

“No te hagas la tonta. ¡Te vi tomarlo!” Leila metió la mano en el bolso de la mujer. Cuando volvió a sacarlo, sostuvo la billetera de Lola.

“¡Creo que eso me pertenece!” Lola lo tomó de la mano de Leila. “Se lo arrebató cuando te ‘tropezaste’ con ella”, explicó Leila.

La ladrona no pudo decir nada. La evidencia era indiscutible. En cambio, la mujer sacó un par de dagas de sus faldas, girándolas alrededor de sus dedos. Leila dio un paso atrás, apartando a Luna y Lola del camino.

“¡Creo que esa es mi señal!” Emma saltó a la refriega. Después de todo, ella misma sabía un par de cosas sobre las dagas.

Mientras ella y la mujer intercambiaban golpes, despejé el área de transeúntes para asegurarme de que nadie resultara herido. Pensé que Emma no tardaría mucho en lidiar con esta ladrona, pero después de unos momentos, quedó claro que estaba equivocado. ¡Esta mujer iba cara a cara con ella! Emma todavía tenía la ventaja, pero definitivamente había algo diferente en esta mujer. Usé mi Ojo Perspicaz en ella.

Nombre: Lanessa Caccaro

Edad: 44

Especie: Humana Nivel: 48

Ocupación: Desempleada

Habilidades: Dagas de Doble Empuñadura (Grado C); Bala de Piedra

¡Podría haber estado desempleada, pero en realidad era bastante fuerte! No me habría sorprendido saber que era una aventurera o algo así.

“¡Maldita sea! ¡¿Por qué eres tan fuerte, tonta de grandes pechos?!”

“¡¿A quién llamas tonta?!”

Emma puso todo su peso en su siguiente golpe, golpeando una de las dagas de la mujer de su mano. Después de eso, la mujer no tuvo ninguna posibilidad. Al menos, no en una pelea justa. Debe haberse dado cuenta de esto, porque me apuntó con la daga que le quedaba. Pensé que tal vez estaba buscando una salida, pero en el segundo en que extendió el brazo, supe lo que se avecinaba. Efectivamente, un momento después disparó una bala de piedra. Lo contrarresté con uno de los míos y, por supuesto, el mío era varias veces más grande. Una vez más, la ladrona se vio superada.

“¡Eso no parece una Bala de Piedra normal!” protestó ella.

“Disculpas por interrumpir tu momento de conmoción”.

Le di una patada a la daga restante de la mano, luego la agarré del brazo y la arrojé por encima de mi hombro. Ella gritó, pero no dejé que eso me distrajera. Una vez que estuvo en el suelo, la sujeté con una de las cerraduras de las articulaciones que me había enseñado Leila. La mujer luchó al principio, pero al poco tiempo, aceptó su pérdida.

“¡Eres fuerte, chico!” ella dijo. “¡Eso fue genial!” alguien gritó.

Una multitud había comenzado a reunirse a nuestro alrededor. “Los guardias llegarán pronto, así que no tardará mucho”.

Uno de los transeúntes rompió en espontáneos aplausos.

Todo fue un poco embarazoso. En cualquier caso, con la billetera de Lola de regreso a donde pertenecía, todo lo que quedaba era averiguar qué había pensado esta mujer que estaba haciendo. Después de todo, apenas estaba robando dinero en efectivo. Su ropa y sus armas estaban demasiado bien hechas para eso.

“Yo… sólo necesito dinero”, dijo.

“¿Por qué no vendes esas dagas entonces?” Yo le pregunte a ella. “Si hiciera eso, el Maestro Iesu habría…”

Pero en el momento en que ese nombre cruzó sus labios, toda su conducta cambió de alguna manera. Su boca se abrió de par en par y comenzó a jadear, como si tuviera dolor.

Me preocupaba estar abrazándola con demasiada fuerza, así que aflojé mi agarre, con cuidado del hecho de que ella podría estar actuando. Pero casi de inmediato, su rostro se puso morado y comenzó a hacer espuma por la boca.

“¡Noir, aléjate de ella!” Emma gritó.

Salté hacia atrás, y fue igual de bien que lo hice: un siniestro líquido púrpura se acumuló debajo de su cuerpo. ¿Fue algún tipo de magia? Parecía una especie de hechizo de veneno.

Luna se apresuró a intentar ayudar, pero ya era demasiado tarde. La luz se apagó de los ojos de la mujer y su corazón dejó de latir. Escaneé el área y pronto vi una figura enmascarada de pie en un tejado.

“¡Allí arriba!” Grité. “¡Él debe ser el responsable!”

Pero tan pronto como hablé, el hombre saltó a otro techo y echó a correr.

Todavía estábamos allí parados atónitos cuando los guardias finalmente aparecieron. Al menos los transeúntes tuvieron la amabilidad de explicar lo que había sucedido y que no éramos responsables de la muerte de la mujer.

“El hombre enmascarado que vi usó algún tipo de magia para matarla”, dije. “Incluso podría haber sido alguien a quien ella conocía”.

Murmuraba, pero el guardia me escuchó. Su rostro se tornó sombrío ante mis palabras y, lentamente, me puso al corriente de lo que estaba sucediendo en Rosette.

***

“Es el líder de un vil grupo insurgente que intenta usurpar el trono”, explicó el guardia mientras nos paramos junto al cuerpo del ladrón. “Los Colmillos de la Ira. Su líder se llama Iesu, y algunos de los miembros del grupo son fanáticos”.

Así que esta mujer era miembro de los Colmillos de la Ira y había sido asesinada por no completar su trabajo. Aparentemente, las actividades de ‘recaudación de fondos’ del grupo incluían de todo, desde carteristas hasta robos y atracos. Nada estaba fuera de la mesa. Cuanto más perturbaran la paz, mejor.

“¿Por qué están tratando de derrocar al gobierno?” Yo pregunté.

“Iesu probablemente no puede soportar el hecho de que él mismo no es el rey”, dijo el guardia. “Últimamente también se han vuelto más agresivos. Estamos teniendo problemas para mantenerlos bajo control”.

Emma se inclinó para murmurar en mi oído. “Realmente no podemos tomar un descanso, ¿verdad?”

Tenía que estar de acuerdo, los problemas parecían seguirnos dondequiera que íbamos.

“Tal vez estoy maldita o algo…” dijo Luna, haciéndose eco de mis propios pensamientos.

Por ahora, dejamos que el guardia se ocupe del cuerpo de la mujer y nos dirigimos al castillo. De todos modos, tenía un mal presentimiento sobre lo que sucedería a continuación y mis malos sentimientos tendían a ser correctos.

Nos dirigimos hacia el castillo y, cuando les dimos nuestros nombres a los guardias de la puerta, nos dejaron entrar cortésmente.

“Oye, ¿cuánto crees que cuesta esta alfombra?”

“Tiene que ser algo muy caro. Como, muy fuera de mi rango de precios. Sin embargo, apuesto a que la familia de Emma podría permitírselo”.

“¡Oh, no seas tonto!”

Sonreí ante sus bromas mientras subíamos las escaleras hasta el tercer piso, donde se encontraba la sala del trono. En el momento en que llegamos a lo alto de las escaleras, una fila de soldados se separó para dejarnos pasar. Me sobresalté por un momento. En casa, mi familia era poco mejor que los plebeyos. No estaba acostumbrado a un trato respetuoso.

El trono estaba al otro lado de la habitación, decorado con oro y abundantes detalles. El hombre sentado en él tenía un físico profundamente impresionante; no estoy seguro de haber visto un mentón cuádruple antes. Debía tener unos cuarenta años, mientras que la reina sentada a su lado era una hermosa mujer rubia que no parecía mucho mayor que nosotros. ¡Había una brecha de edad allí!

Subimos al trono y nos arrodillamos ante el rey, como era apropiado.

“Nos llamamos Gyro”, dijo. “Las historias de tus grandes hazañas en Honest han llegado a nuestros oídos. Te felicitamos”.

“Es usted demasiado generoso, Su Majestad,” contesté.

“¿Noir Stardia, suponemos? Hemos  oído hablar de su habilidad y la competencia de sus compañeros. Por lo tanto, debemos solicitar su ayuda”.

¡Lo sabía! Mi sexto sentido siempre tenía razón sobre estas cosas. Lo que fuera que estuviera a punto de preguntar, estaba seguro de que tendría algo que ver con los Colmillos de la Ira.

No pasó mucho tiempo antes de que se demostrara que tenía razón. Mientras escuchábamos, el rey nos pidió que nos ocupáramos de los Colmillos y que elimináramos a Iesu si podíamos. Sonaba como una molestia. Todo lo que realmente quería hacer era irme a casa.