Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 6.5

Capitulo 9: Borracho en el Coctel Sin Alcohol

Parte 1

Era una tarde soleada cerca del final de las vacaciones de verano.

—Está bien, cuento contigo hoy.

El hermano mayor de Takahiro Mizusawa, Yuji, lo golpeó en el hombro.

—Sí, sí. ¿A la misma hora que de costumbre?; Takahiro miró a Yuji, luego de inmediato volvió a mirar su teléfono.

—Sí, a las seis y media.

—Entendido. Dios, debes estar realmente escaso de gente; Dijo Takahiro con rencor.

—Yumiko-san viene hoy.

Yuji se agarró las puntas de su característico pelo gris ceniza, peinado de forma casual, y las colocó en su sitio. Sus dedos rozaron su sencillo pendiente plateado, haciéndolo tambalear.

—Oh, entonces de eso se trata…; Takahiro suspiró.

—Piensa en esto como una forma de ganar algo de dinero”.

—No me importa eso… pero te das cuenta de que estoy en preparatoria, ¿verdad?; Takahiro arqueó las cejas.

Yuji sonrió. —No lo entiendes, pero eso probablemente sea algo bueno.

—No lo hagas sonar raro; Dijo Takahiro con un resoplido.

—¡De todos modos, gracias, Takahiro! Ah, y no te olvides de peinarte.

—¡Lo sé!

—Bien. Me voy a mi turno de la tarde.

—Sí, sí. Ten cuidado.

—Gracias.

Con esa respuesta distante, Yuji se acercó a la entrada, se puso sus Air Max rojas favoritas y se dirigió a la peluquería donde trabajaba.

—… De todos modos, es divertido, así que no me importa; Murmuró Takahiro antes de comenzar a responder a los acumulados mensajes de LINE en su teléfono.

***

Ese mismo día, Tsugumi Narita, también conocida como Gumi, estaba de compras en Shibuya con sus amigas de la escuela, Yoko Mamiya y Hitomi Fujii.

—¡Ahhh, esto es tan lindo!

—Ah ja ja, parece algo que te pondrías, Yoko; Tsugumi se rió, pellizcando el cuello de la camisa que Yoko sostenía entre sus dedos.

Ya habían dado sus vueltas por 109, Hikarie y Mark City, y ahora estaban viendo las marcas de moda extranjeras como ZARA, Bershka y H&M.

Como ahora estaban en preparatoria, ellas querían parecer un poco más adultas, por lo que tendían a preferir las tiendas extranjeras a las japonesas como Uniqlo y GU, incluso si todas eran de moda pasajera.

—¡Quiero usar algo como esto en una cita!

—Yoko, acéptalo. Ni siquiera tienes novio; Señaló Hitomi bruscamente.

—¡Cállate! ¡Tendré uno pronto!; Yoko respondió bruscamente.

—¡Oh! ¡Me gusta esto también!

Para cuando terminaron de comprar, ya eran más de las seis.

El crepúsculo anaranjado se abría paso entre los edificios mientras ellas caminaban por el vecindario del centro, cada una agarrando su botín.

—¡Conseguimos algunas cosas buenas hoy!

—¡Quiero ponerme ese abrigo mañana!

—Realmente te gustó ese, ¿no es así, Hitomi?

Mientras Yoko y Hitomi charlaban, Tsugumi caminaba en las sombras, escapando de los rayos del sol.

—¿Podemos detenernos a descansar?

Incluso a esta hora del día, el abarrotado mundo de cemento y la gente de Shibuya todavía estaba caliente, y las pocas reservas de energía de Tsugumi se habían agotado.

—Ah ja ja. ¡Es un milagro que sigas de pie, Tsugumi!

Yoko se echó a reír, siguiendo con la mirada los pasos vacilantes de su amiga. Ellas habían hecho su camino desde Center-Gai hasta Scramble Crossing y ahora estaban mirando hacia el mar de gente esperando que cambiara la luz.

—¿Cierto? Vayamos a algún lugar lo antes posible.

Tsugumi, quien solo se llamaba Gumi en su trabajo de medio tiempo en Karaoke Sevens, tropezó hacia el nivel inferior de la tienda Shibuya Tsutaya.

—¡Cuidado!; Dijo Hitomi, sonriendo con ironía mientras seguía en la misma dirección.

—… ¡Hey!

Tsugumi acababa de vislumbrar un rostro familiar que cruzaba pro el Scramble Crossing hacia ellos, en dirección a Centro-Gai. El chico era alto y delgado, con un aura genial y adulta.

—Ese es …; Era Takahiro Mizusawa, su compañero de trabajo en el karaoke.

Pero como a Tsugumi no le quedaba la energía para llamarlo, se limitó a mirarlo mientras cruzaba la intersección.

—¿Qué pasa, Tsugumi?; Preguntó Yoko.

—Nada, acabo de ver a alguien que conozco.

—¿En serio? ¿Quien?

Tsugumi levantó su brazo inerte y señaló perezosamente hacia Takahiro. Él había llegado al otro lado de la intersección y estaba cruzando su camino unos metros más adelante.

—Ese tipo con la camisa blanca y moño negro… ¿eh?; Tsugumi notó algo mientras hablaba. —… ¿Por qué lleva moño?; Ella no estaba acostumbrada a ver esto.

Tampoco era solo su ropa. Normalmente, su flequillo caía suavemente sobre su frente, pero ahora estaba levantado para revelar su rostro. Su cabello también tenía más gel de lo habitual, lo que le daba un toque ligeramente peligroso.

—… Extraño…; Tsugumi inclinó la cabeza.

—¿Ese tipo? ¡Es realmente sexy!

—¡¿Qué?! ¡Cómo lo conoces! ¡Parece mayor que nosotras!

Tsugumi estaba un poco avergonzada por la emoción de sus amigas. —Uh, él es de mi trabajo. Está en segundo año.

—¡Wow! ¡Es tan guapo!; Dijo Yoko.

Tsugumi asintió. —Uh-huh. Definitivamente es guapo.

—¡Si que lo es! ¡Vamos, preséntanoslo!

—Ugh, qué flojera.

—¡Sabía que dirías eso!

Mientras tanto, Hitomi miraba con los ojos muy abiertos. —¡Oye, pensé que trabajabas en Omiya!

—¿Eh? Sí…

—¿Pero no parece que está vestido para ir al trabajo?

Tsugumi asintió. Ella se había estado preguntando lo mismo. —Sí, eso parece. Quiero decir, llevaba un moño.

Una camisa blanca, un moño negro y pantalones negros ajustados. Basado en lo que normalmente usaba, está definitivamente no era su ropa casual. Tsugumi nunca lo había visto aparecer en el trabajo con un moño.

—¿Qué crees que está pasando?

—No estoy segura; Pero Tsugumi se aburría fácilmente, así que dejó de intentar averiguarlo. — Se dirigía en esa dirección, así que tal vez trabaje allí; Con esa descarada conclusión, sacó una botella de té de limón de su bolso y tomó un sorbo. —Ugh, hace mucho calor…

—¡Oh, bueno, eso lo explica todo!; Yoko bromeó, pero Tsugumi se limitó a mirarla distraídamente.

Ella sostenía una bolsa que parecía provenir de una tienda de conveniencia. Como él no llevaba un bolso de hombro ni nada, pensó que lo habían enviado a comprar algo.

Entonces él luego entró en uno de los edificios de Center-Gai.

—¡Oh, ahora sabemos a dónde va!; Dijo Hitomi.

—¿Qué debemos hacer? ¿Lo seguimos?; Yoko preguntó con entusiasmo. Ella era la que estaba muy cautivada por su apariencia.

—Ugh…; Tsugumi sonaba extremadamente molesta, pero Hitomi estaba del lado de Yoko.

—Él definitivamente parece interesante.

—Bueno…; Tsugumi vaciló. El problema no era tanto presentarlos como caminar varias docenas de metros hasta donde él estaba. Había un Starbucks en Tsutaya justo enfrente de ellas; si tan solo él hubiera entrado allí.

—¡Vamos, será divertido!

—¡Realmente debes estar desesperada por tener novio, Yoko!; Hitomi bromeó, pero sus propios ojos brillaban de emoción también.

Tsugumi lo pensó. Tenía muchas ganas de ir al Starbucks en lugar de caminar hasta allí. Pero sería aún más molesto discutir sobre qué hace.

Finalmente, ella asintió de mala gana. —Está bien, pero hagámoslo rápido.

—¡Eso es lo que me quería escuchar!

Llevada por sus dos amigas, que estaban en modo detective, Tsugumi se dirigió hacia el edificio al que había entrado Takahiro.

***

—… Esto es todo, ¿verdad?; Preguntó Hitomi.

—Sí, bajó aquí; Respondió Yoko.

Ellas estaban un poco lejos de donde habían estado, frente al edificio en cuestión. Una escalera conducía bajo tierra, con un cartel que decía BAR AQUA instalado al lado.

—… ¿Un bar?; Hitomi murmuró, de repente sintiendo frío.

—Bueno, definitivamente estaba vestido para eso; Dijo Yoko, como si todo acabara de encajar.

—¿No tienes miedo?; Hitomi miró de un lado a otro de Yoko a Tsugumi.

—¿Se permite incluso a los estudiantes preparatoria entrar en un lugar como este?; Yoko preguntó con incertidumbre. Pero fue Tsugumi quien presionó.

—¿Qué? Caminamos hasta aquí, así que también podemos entrar. No quiero volver desde el principio.

—Era menos de cien metros…; Dijo Yoko, exasperada, pero conocía a Tsugumi lo suficientemente bien para que ya estuviera medio rendida.

—Si Mizusawa-san entró, nosotras también podemos. Es un estudiante de preparatoria como nosotros.

—¡De ninguna manera!; Yoko estaba en estado de shock.

—Sí. ¿Qué pensabas?

—Yo simplemente asumí que él estaba en la universidad …

—Oh…

De todos modos, él lucia más mayor de lo que era, y hoy tenía puesta esa ropa que le hacía parecer un adulto. Tsugumi podía ver cómo Yoko pensaría eso. —Sólo nos lleva un año por delante.

—¿E-En serio…?; Dijo Hitomi, mirando hacia abajo. La parte inferior de la estrecha escalera estaba oscura y una luz azulada iluminaba una sencilla puerta negra.

—Está bien, voy a bajar; Dijo Tsugumi, cansada de esperar, y tocó a Yoko en el hombro.

—Oh, wow… supongo que vamos a hacerlo; Como quien sugirió la idea en primer lugar, Yoko convocó su determinación.

—Um, está bien…; Hitomi asintió con miedo. Aun así, ni ella ni Yoko se movieron.

—…Oh, vamos; Tsugumi tomó la delantera y bajó las escaleras sola.

—¡Espera, Tsugumi!

—¡Entremos!

Las tres chicas entraron al Bar Aqua.

***

—Bunas noches.

Cuando las chicas abrieron la pesada puerta y entraron, un camarero con el cabello peinado hacia atrás, probablemente de unos treinta años, las saludó mientras secaba algunos vasos.

El interior del bar estaba oscuro, con una iluminación indirecta azul que iluminaba las botellas de colores y una música EDM ligeramente alta que le daba al lugar un ambiente más moderno que elegante. Este no era uno de esos tranquilos bares de jazz, lo que puso aún más nerviosas a Yoko y Hitomi.

—Hey; Respondió Tsugumi, quien no mostró ningún signo de nerviosismo. Ellas se acurrucaron detrás de ella, pero lograron soltar un “H-Hola”.

El camarero sonrió. —¿Primera vez aquí?

—Um, sí. Pero creo que conocemos a alguien que trabaja aquí.

—¿A quién conocen?

Tsugumi miró alrededor de la barra. —Su nombre es Mizusawa-san. El cantinero asintió y levantó un poco la voz.

—¡Oh, ya veo! Son amigas de Mizusawa; Dijo casualmente, y luego miró por encima de su hombro. —¡Hey! Yuji! ¡Algunas amigas tuyas están aquí!

Tsugumi de repente se sintió incómoda. —… ¿Yuji?

Ella estaba segura de que el nombre de Mizusawa era…

Pero antes de que pudiera terminar su pensamiento, un hombre salió por la parte de atrás. No hace falta decir que Tsugumi no lo reconoció.

—¡Ahí voy!

El hombre que caminaba hacia ellos con una sonrisa alegre era el hermano mayor de Takahiro, Yuji.

Él llevaba una camiseta negra de manga larga de gran tamaño de Off-White estampada con la Mona Lisa y un par de jeans ajustados de Mnml con grandes deshilachas en ambas rodillas. De su cuello colgaban dos collares de plata de diferentes tamaños.

—… ¡Oh!

Por un segundo, una mirada confusa cruzó su rostro, pero luego sonrió de nuevo y saludó a Tsugumi y sus amigas. Les estaba dando a las tres una mirada como si adivinara quienes eran.

—¡Hey!; Dijo alegre y familiarmente—aunque, por supuesto, nunca las había visto antes en su vida.

Las tres se miraron la una a la otra, desconcertadas por su sonrisa obviamente falsa, y se hizo un incómodo silencio por un momento.

—Creo que tenemos al Mizusawa equivocado; Dijo Tsugumi sin rodeos.

Yuji se relajó con una sonrisa más natural. —¡Oh, sí, probablemente! Estuve asustado por un segundo. ¡No podía recordar quiénes eran ustedes!

—Ah ja ja, lo siento por eso. Creo que estamos buscando a Takahiro-kun; Dijo Tsugumi, igualando el tono casual de Yuji.

Él aplaudió, como si todo estuviera cayendo en su lugar, mientras Yoko y Hitomi miraban desde detrás de Tsugumi.

—¡Oh, ese Mizusawa! Se queja de venir y luego aparece con tres chicas. ¡Vaya!; Yuji asintió felizmente un par de veces antes de decirle a Tsugumi que esperara un segundo y desapareciera en la parte de atrás.

—Claro; Ella respondió con su habitual pereza, volteándose hacia sus amigas. —Tienen el mismo apellido. ¿Crees que son hermanos?

Hitomi y Yoko salieron de su aturdimiento y le susurraron enojadas a Tsugumi.

—¡¿Cómo puedes actuar tan normal?!

—Nunca lo conociste antes, ¿verdad?

Tsugumi estaba confundida. —No… quiero decir, sí, nunca lo había conocido antes, pero ¿por qué hay que estar nerviosa?; Ella hizo que pareciera que hablar con chicos que no conocía era completamente normal.

—¡La mayoría de la gente estaría nerviosa!

—¡Sí! ¡Y este lugar da miedo! ¡Todo el personal es tan elegante y esas cosas! Las dos estaban gritando en susurros para que solo Tsugumi pudiera escuchar. Ella asintió. —Sí, esos dos son definitivamente atractivos.

—Definitivamente.

—Si que lo son.

Hitomi y Yoko estaban frustradas porque Tsugumi todavía no parecía entender su punto, pero también estaban contentas de poder contar con su actitud relajada.

Justo entonces…