Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 6.5

Capitulo 4: El Color de las Palabras

Parte 2

—… Y fue entonces cuando Poppol se dio cuenta de que pertenecía a una especie realmente rara y que nunca tendría amigos.

—Oh wow. ¿Y entonces que pasó?; La expresión de Koda-san siguió transformándose mientras le contaba la historia. No podía creer lo mucho que estaba hablando. Creo que me alegré de que el tema fuera algo que me gustó.

—Pero Poppol no se rindió… A pesar de que todos le tenían miedo y lo trataban como un paria, todavía usaba el Fubara—el único idioma—para hablar con muchas especies diferentes.

—Ah, cierto, porque todos en el bosque entendían el mismo idioma.

—Sí. Y así fue como hizo cada vez más amigos; Iba contando la historia con mis propias palabras, poco a poco.

—Eh. Eso es increíble. Pero, ¿cómo se hicieron amigos?

Koda-san parecía disfrutar escuchando, así que no pude evitar divagar una y otra vez.

—Al principio, fue rechazado dondequiera que fuera, pero tenía una forma de entrar. Su madre y su padre le habían contado gran parte del folclore de las aldeas de los humanos y los elfos.

—¿Folclore?

—Los mitos … algo así como las viejas leyendas de ese mundo.

—Oh, ¿cómo nuestros cuentos de Momotaro y Urashima Taro?

—Sí.

—¡Interesante!

Asentí y ella me devolvió el asentimiento.

—Uno de los cuentos populares que le contaron los padres de Poppol era especialmente inusual. Era su historia favorita, pero no mucha gente la sabía… excepto las hadas de cierto lago.

—Oh, ¿y esa era su forma de entrar?

—Sí. Una vez que conoció a las hadas a las que les gustaba el mismo cuento popular que a él… pudo cruzar las barreras más fácilmente y hacer más amigos.

—¡Oh, es bueno! Esa es una buena historia; Koda-san sonaba como si realmente estuviera de acuerdo conmigo.

—Y luego… Poppol y sus amigos deciden dejar el bosque juntos.

—¿En serio? ¿Por qué?

—Querían ver el mundo más allá del bosque, especialmente el océano del que solo habían oído hablar en los cuentos populares. Oh, cierto… La historia favorita de Poppol era sobre el océano.

—Ya veo, ¿y ese fue el comienzo de su aventura? Mientras recordaba la historia, volví a emocionarme.

—¡Exactamente! Todos trabajaron juntos. Los humanos usaron su sabiduría para hacer herramientas, los elfos usaron sus poderes para reanimar a todos cuando se cansaron… y Poppol protegió a todos de las bestias que intentaron atacarlos en la noche… Él nunca se rindió.

—Ah ja ja. Ese Poppol es fuerte.

—¡Sí! ¡Y era la misma fuerza por la que fue rechazado! ¡Eso fue lo que ayudó a todos!; Antes de darme cuenta, prácticamente estaba gritando.

—Sí, eso también me encanta.

—¿En serio?

—Oh, definitivamente.

Koda-san me estaba mirando con una expresión muy amable. Me gustó su sonrisa. Me dieron ganas de seguir hablando.

—Y finalmente, finalmente… dejaron el bosque.

—¡Oh, lo lograron!

—Y vieron el mar que nunca podrían haber visto si se hubieran quedado en el bosque… y una hermosa puesta de sol sobre el agua.

—¡Ah, finalmente pudieron ver el océano! Qué final feliz.

Me incliné un poco hacia adelante. —¡Eso es lo que uno pensaría!

—¿Qué? ¿Ese no fue el final?

—Bueno en realidad…

Hice una pausa un poco engreída, ordenando mis pensamientos. Creo que probablemente fue porque quería transmitir un poco de esa maravillosa experiencia de leerlo.

—¿Y Bien?

Bajé un poco la voz. —… Poppol no podía verlo.

Koda-san aplaudió una vez, como si el final la satisficiera. —… ¡Cierto! ¡Está ciego!

—Sí. Está casi ciego, y solo puede distinguir objetos a través del sonido… así que él podía decir que había luz, pero no podía ver la belleza del sol a lo lejos.

Koda-san frunció el ceño.

—La siguiente escena fue una de mis favoritas…

—¡Dímelo!

Yo podía ver la escena que había leído tan recientemente en mi mente. —Todos sus amigos— usaron el idioma para decirle cómo es.

—… ¡Oh! ¡Que encantador!

Mientras la escena se reproducía en mi mente, se lo conté como si estuviera leyendo en voz alta, mi voz se llenó de emoción.

—”La luz es tan cálida como una hoguera, brillando en la superficie del agua como hojas en el cielo. Es fuerte, como lo eras cuando nos salvaste de los carneros negros, y es tan suave como tu sonrisa cuando compartimos la sopa al final de una comida. Es directo y verdadero, y brilla en todo el bosque como un abrazo”. Usando el idioma compartido de Fubara, ellos pusieron en palabras la belleza de la puesta de sol para que Poppol pudiera verla con ellos.

Como si las palabras fueran mágicas.

—Wow…

Koda-san miró por la ventana, sonriendo como si lo estuviera imaginando junto a mí.

—Y así fue como Poppol pudo verlo con sus amigos…

—Qué historia tan maravillosa.

—¡Realmente lo es!

—Ya veo, ya veo…

Koda-san se cruzó de brazos y miró hacia abajo, como si estuviera apreciando algún sentimiento o pensando profundamente en algo.

Mi pecho también estaba lleno de calor. Estaba tan feliz de poder compartir una historia tan maravillosa con una persona que me gustaba.

De repente, Koda-san miró hacia arriba. —Por cierto…

—¿Sí?

Mis ojos se encontraron con los de ella. Me estaba mirando a la cara con una expresión un poco extraña.

——¿Qué fue lo que te hizo llorar en la historia?

—… Uhm…

Me sentí un poco avergonzada de responder, así que dudé por un momento. Pero Koda- san parecía tan seria, como si estuviera esperando escuchar algo muy importante.

Reflexioné sobre mis emociones mientras leía, tratando de responder a su pregunta lo mejor que pude.

—Creo que fue… cómo nació Poppol diferente a todos.

—Ni siquiera era de la misma especie, pero no se rindió. Trató de hacerse amigo de todos… Mientras hablaba, me sentí un poco incómoda.

—Fue rechazado una y otra vez, pero creía que todos podían entenderse a través de las palabras. Así que siguió intentando…

—…Sí.

Me di cuenta de que no estaba hablando solo del libro.

—Y luego al final, finalmente hizo amigos que realmente lo entendieron… Fue tan brillante y maravilloso…

—Huh.

—Realmente me afectó… y creo que por eso lloré.

Cuando terminé mi vacilante explicación, Koda-san asintió y sonrió, como si tuviera algo bajo la manga.

—¿Oye, Fuuka-chan?; Me encantaba ese brillo infantil y emocionado en sus ojos. —Creo que tú también puedes hacer eso.

—… ¿Hacer eso?

Creí percibir su significado, pero dudé en ponerlo en palabras.

Pero este tipo de situación era el fuerte de Koda-san, y voló directamente sobre ese acantilado.

—¡Tú también puedes hacer amigos!

Este era exactamente el pensamiento que había estado tratando de ignorar, aunque una parte de mi corazón lo quería más que cualquier otra cosa en el mundo, creo.

—… ¿Amigos?

—¡Mm-hmm!

Había una neblina negra de confusión y miedo arremolinándose en mi pecho.

—¿O tal vez no quieres eso?

Ella estaba siendo muy considerada. No podía mentirle. —… No, creo que quiero amigos.

—¡Lo sabía!; Koda-san aplaudió. —Siempre pensé que tal vez no estabas interesada en todo eso. No estaba segura, pero decidí no mencionarlo.

Ahí estaba de nuevo, esa consideración adulta.

—Pero justo ahora, cuando hablabas del libro, comencé a pensar, “Eh, tal vez ella realmente quiera amigos”.

—Uhm, sí. Los quiero; Sentí que mi corazón estaba completamente desnudo.

—Eres una persona muy maravillosa. Estoy segura de que los otros chicos de tu clase quieren ser amigos tuyos.

—… Pero… todos…; No estaba seguro de qué decir.

—No estoy tratando de empujarte a nada. Pero si alguna vez tienes un problema del que quieres hablar, estoy aquí para ti.

—¿Un problema…?

Pensé en los chicos de mi clase, en cómo me sentía al hablar con una frecuencia diferente.

Mis engranajes tenían una forma diferente a la de los demás. No encajaban en la máquina, por lo que no podía girar al mismo tiempo que el resto del grupo. Al menos, eso es lo que sentí para mí.

Pero ¿y si me equivoqué?

Quizás… eso podría ser algo maravilloso.

… ¿Cómo…?

—¿Mmm?

Luché por sacarme las palabras. —¿Cómo puedo hacerme amigo de ellos?

Koda-san de repente se animó y se inclinó hacia mí. —¡Qué gran pregunta hiciste, Fuuka- chan!; Ella comenzó a trabajar en el problema. —Bueno… creo que puedes iniciar una conversación con casi cualquier cosa.

—¿Cualquier cosa?

Ella asintió. —Al principio, solo haz un comentario casual. Quiero decir, piensa en ti y en mí—al principio éramos solo una profesora de arte y un estudiante, una bibliotecaria y un lector.

—Sí, eso es verdad…

Al principio, solo había tomado su clase de arte y había tomado prestados los libros en la biblioteca, y solo habíamos hablado pocas veces. Pero antes de darme cuenta, estábamos hablando cada vez más.

—¡Incluso si no tienes una razón especial para conectarte, es sorprendentemente fácil hacer amigos una vez que tienes el coraje de hablar con alguien! ¡Todos somos humanos, sabes!

—Sí … ¡supongo que es verdad!

Todos somos humanos. De alguna manera, esas palabras me dieron valor. Poppol ni siquiera tenía eso de su lado, y aun así hizo lo necesario para hacer amigos.

Si él pudiera hacer eso, yo también debería poder hacerlo. Después de todo, a veces las palabras pueden hacer magia.

***

Al día siguiente, durante el almuerzo, decidí intentar desafiarme un poco.

Si Poppol fuera rechazado una y otra vez y nunca se rendía, tal vez, solo tal vez, yo podría aventurarme al sol.

Y también estaba la tranquilidad de Koda-san.

Lo importante era reunir mi coraje y simplemente… hablar. Así que decidí intentarlo, al igual que Poppol.

La clase se dividió en varios grupos de chicas, a cada una de las cuales le gustaba hacer diferentes tipos de cosas.

Un grupo siempre estaba grabando algún tipo de video en sus teléfonos. Otro grupo siempre hablaba de sus amigos con expresiones muy animadas.

Un tercer grupo le gustaba formar un círculo y hacer un juego con los dedos mientras cantaban—casi sonaba como un hechizo.

Me volteé hacia el grupo que estaba más cerca de mí, el que hacía los juegos con los dedos.

Las cuatro levantaban los pulgares y extendían las manos, luego se turnaban para responder una pregunta.

—¡Sei-san, ta!

—… ¡Akko Maeda!

—¡Oh, eso estuvo bueno!

Las voces girando alrededor de su grupo eran varios niveles más altos que el mío, y su alegría en sí misma ya se sentía como un rechazo. Sus voces eran como una cerca de alambre de púas a su alrededor, impidiendo que me acercara.

Pero ese día, pasé por un agujero en la cerca y me acerqué a ellas. Quizás yo misma había colocado el alambre de púas.

—… Uhm…; Dije muy tímidamente con una voz que era más baja y tranquila que la de ellas. Takayanagi, la chica más cercana a mí, se volteó en mi dirección. —¿Eh?

No había malicia ni mala voluntad en sus ojos, solo una simple pregunta. ¿Por qué esta chica me habla?

—¿Qué ocurre?

—Uh, uhm. Yo…; Obligué a mis cuerdas vocales a vibrar.

—¿Qué pasa?

Mis ojos recorrieron la habitación. —Yo también quería jugar… Las cuatro se miraron.

Finalmente, una de ellas, una chica llamada Tsuda, habló. Tenía un papel de liderazgo en el grupo y era muy asertiva. —Oh, por supuesto…

Me alegré mucho de que me aceptaran tan fácilmente. —¿E-En serio?

—Bueno, realmente no tenemos una razón para decir que no…

Ella miró a las otras tres a su alrededor. —¿Cierto?; Las tres asintieron y me dejaron entrar en su círculo.

¡Eso salió bien! Saltar y hablar con la gente fue la clave. Ese podría ser el secreto para hacer amigos.

—G-Gracias.

—No tienes que agradecernos; Dijo Mimura, otra miembro del grupo, con una sonrisa irónica.

La sonrisa no era del todo burlona, pero parecía estar observándome desde unos pocos pasos hacia atrás. Me sentí un poco rechazada.

—Oh, uhm, lo siento.

Tsuda saltó a la conversación. —No tienes que disculparte; Dijo, y de nuevo se sintió como si me estuviera alejando.

—Oh. ¿Está segura?

—Sí.

—Oh.

Esto fue incómodo.

Cada vez que decía algo, el estado de ánimo se enfriaba un poco más. Era como si mi boca estuviera llena de hielo seco, y cada vez que la abría para hablar, ese humo blanco salía para destruir su diversión.

Me estaba encogiendo más a cada segundo.

—¿Conoces siquiera las reglas?; Mimura sonaba molesta.

—¿R-Reglas?

—Sí. ¿Para el Sessan?

—¿Qué es Sessan?

Mimura suspiró ruidosamente. —¿Cómo puedes jugar si no conoces el juego?

—Oh, por supuesto. Lo siento…

—Te lo dije, no tienes que disculparte…; Mimura-san apartó la mirada de mí. Se hizo un silencio frío, y definitivamente fue mi culpa.

—¿Q-Qué debemos hacer? ¿Enseñarle las reglas?; Takayanagi preguntó a los demás.

—¿Tenemos tiempo para eso?; Preguntó Mimura, sonando sorprendida. —El descanso termina en media hora.

—Oh, c-cierto.

Como para poner fin a la conversación entre los otros dos, Tsuda asintió con firmeza. —Está bien, entonces … Uh, Kikuchi- san, ¿verdad?

—S-Sí.

—No tenemos tiempo ahora, ¿podemos hacerlo otro día?; La voz de Tsuda era alegre y lo suficientemente cálida como para evitar que se formaran cristales de hielo en el aire entre nosotros.

Pero lo que estaba diciendo era que yo no pertenecía aquí.

Sentí que mi corazón se congelaba. —Oh, sí, por supuesto. Perdón.

—Como dije, no tienes que disculparte; Mimura sonaba harta. Ella me frunció el ceño. —¿Por qué eres tan educada de todos modos?

—Uh, uhm…

Sin esperar a que encontrara las palabras para responder, continuó. —¡Ah, no importa! ¡Hasta luego!

Ella alegremente me estaba regresando por donde vine.

Sin querer, había arruinado la diversión y me estaban echando del juego.

—…Ah, okey. Adiós.

Todo lo que pude hacer fue apartarme obedientemente de ellas. Debo haber lucido absolutamente lamentable cuando retrocedí suavemente hacia mi asiento.

Mi pequeño desafío fue un completo fracaso.