Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 6.5

Capitulo 1: La Melancolía de la Heroína Pre-Perfecta

Parte 3

La propuesta de Hinami tuvo grandes beneficios para estas dos.

Hinami estaba segura de que la estaban vigilando—y no solo porque era una candidata para la alineación regular. Si aceptaban su oferta, podrían mantenerla bajo control hasta que se graduaran, al menos en la cancha. Su penitencia fue más que satisfactoria para las dos. Ahora, el juego seguía siendo de tres contra uno, pero la mayoría estaba a su favor.

—Estás de acuerdo con eso, ¿verdad, Anna?

—… Supongo.

Ante el empujón de su antigua aliado, Mochizuki asintió con descontento. No había obtenido lo que quería, pero si le pedía a Hinami que rompiera con Hattori, ahora se vería como la mala. Ese camino estaba bloqueado.

Sudo le dio otra mirada a Hinami por el bien de las apariencias. —Puedes irte ahora.

—… Gracias. Lo siento.

Con esa disculpa final, Hinami les dio la espalda a las tres y se alejó.

Entró a la escuela por la entrada principal, sacó sus pantuflas y se dirigió hacia su salón de clases.

Ella estaba furiosa.

No hice nada malo. 

Todo lo que hice fue trabajar tan duro como pude, y obtuve más de lo que ellas obtuvieron a cambio. Estas son las recompensas del tiempo y el esfuerzo que dediqué en el pasado. Eso es todo.

Pero luego estas personas perezosas y celosas vienen y tratan de arrastrarme hacia abajo. Quieren que les dé algo que creen que es suyo.

Esto es estúpido. Es tan estúpido.

Todo lo que hace es detener a otras personas. No agrega nada a tu propio valor.

 Hinami tomó una decisión una vez más.

Ella nunca actuaría así.

Si alguien era mejor que ella, lo aceptaría y lo emularía, o de lo contrario les pediría que le enseñaran.

Si alguien tuviera algo que ella quisiera, se haría mejor que ellos y se lo robaría legítimamente.

Después de todo, lo que le importaba no era derribar a otras personas.

Se estaba abriendo camino hasta la cima con su propia fuerza, con una resuelta e incluso idiota determinación.

—Sí… hexactly; Murmuró para sí misma en el pasillo vacío. Por una vez, su expresión era un poco infantil.

***

—¿Hey, Aoi?

—¿Qué?

Habían pasado varias horas.

Hinami había recuperado su equilibrio y avanzaba sin problemas con sus estudios, sus deportes y su romance.

Ese mismo día, de camino a casa desde la escuela, Hattori le hizo una pregunta, —¿Quieres venir a mi casa?

—… Uhm…

Ella fue tomada con la guardia baja por un segundo. Trató de realizar su cálculo mental habitual de los pros y contras, pero en realidad dudaba.

—Mis padres llegarán tarde a casa hoy.

—… ¿En serio?

Una vez más, su corazón dio un vuelco.

Todavía estaban en la secundaria. El hecho de que él le estuviera pidiendo que fuera a su casa no significaba que cruzarían ninguna línea importante, pero tenía la fuerte sensación de que algo sucedería. No estaba completamente segura de tener la capacidad para manejar eso todavía.

—No estoy segura…

—Quería hablar sobre algunas cosas.

Hattori insistía. Ella todavía no estaba segura. Por otro lado, si iba, podría obtener algo de experiencia que le seria de ayuda más adelante.

Ella respiró hondo antes de responder.

—Okey.

Los dos estaban en su habitación—un lugar monótono con solo un escritorio, una cama y un par de estantes. Pero había una pelota de baloncesto tirada en el suelo, lo cual era apropiado para el vicepresidente del equipo.

Los dos estaban sentados uno al lado del otro en cojines, apoyados contra el borde de la cama. Hattori no parecía tener el coraje de sentarse en la cama, lo cual fue un poco tranquilizador para Hinami.

—Entonces…

—¿SÍ?

Hattori estaba un poco aprensivo, pero la respuesta de Hinami fue tan fría como el hielo. La verdad, sin embargo, es que ella era mejor para ocultar sus nervios.

—Publicaron la alineación inicial hoy, ¿verdad?

—Sí.

Se refería a la alineación para los juegos de verano, que serían los últimos que jugarían los estudiantes de tercer año.

Y el nombre de Hinami no estaba en él.

—Estaba muy seguro de que te elegirían.

—… ¿En serio? Bueno, no hay mucho que pueda hacer al respecto.

Por supuesto que no la habían elegido— Ella le había dicho en privado al entrenador que no estaba interesada en jugar en los partidos de este año.

—Mierda. Esperaba que pudiéramos ser titulares como pareja.

—Ah-ja-ja, que lindo sueño.

—Quiero decir, qué genial hubiera sido eso, si el vicepresidente estuviera saliendo con una titular de segundo año.

—Sí, lo sé; Dijo con una sonrisa algo oscura.

—Aoi… quiero preguntarte algo.

—¿Qué?

Él cogió la pelota de baloncesto y bajó un poco la voz. —No lo rechazaste, ¿verdad?

—… ¿Qué?; Ella estaba más que un poco sorprendida.

—Escuché que algunas de las chicas estaban un poco celosas; Dijo él casualmente, lanzando la pelota hacia arriba y atrapándola.

Su sensación de satisfacción de antes no tuvo nada que ver con ninguna relación costo- beneficio. Él lo sabía incluso sin que ella dijera que la mayoría la había dominado por un crimen inexistente.

—Sí, un poco; Ella asintió vagamente.

Hattori suspiró y dejó caer la pelota al suelo. —Eso pensé…

—Ah-ja-ja. No es gran cosa; Respondió ella con una voz alegre.

Ella supuso que él se refería a las chicas que estaban celosas de ella por sus habilidades en el baloncesto, no porque estuviera saliendo con él.

Aun así, estaba un poco feliz de poder compartir parte de la verdad con alguien.

—¿Hey, Aoi?; Él la estaba mirando directamente.

—¿Eh? ¿Qué, Akira?; Ella se volteó hacia él.

Sus ojos se encontraron. El aire estaba tenso y ella era muy consciente de lo solos que estaban.

La mano de Hattori acarició su suave mejilla mientras la apoyaba suavemente sobre su hombro.

—¿Puedo besarte?

Para un tercer año en la secundaria, esa pregunta requirió una tremenda fuerza de voluntad para hacerla directamente, sin ninguna indirecta. Para Hinami, que era aún más joven, la pregunta fue suficiente para destruir por completo su compostura.

—Uhm…

Sin saber qué decir, ella buscó una respuesta en sus propios estándares.

La verdad era que no veía mucho valor en tener novio o besar ni nada por el estilo. La cuestión era si sería bueno o no hacerlo en términos de sus perspectivas futuras—eso y su actual confusión emocional e ilógica.

Ignorar tus emociones por pura lógica mental era ilógico en sí mismo. Los sentimientos eran parte del ser humano, así que, si querías los mejores cálculos, debías incorporarlos a tu lógica.

En cuanto a la situación actual…

Ella nunca se había sentido tan confundida o inquieta como en ese momento—y no podía darse el lujo de ignorar eso y concentrarse únicamente en el sinsentido de besarlo. Entonces,

¿por qué entonces? ¿Por qué estaba sentada aquí ahora, tan insegura de dar el paso? Mientras buscaba una respuesta, Hattori comenzó a inclinarse.

Sus labios se estaban acercando. No le quedaba tiempo suficiente para pensar en esto. Un instante después …

… algo que Hattori había dicho antes pasó por su mente.

—…No, detente.

Ella presionó su dedo sobre los labios de Hattori con una sonrisa adulta.

El corazón palpitante, los nervios y la anticipación de Hattori estaban en su punto más alto, por lo que no sabía qué hacer con sus emociones después de ese rechazo.

—¿P-Por qué?

—Bueno…

Hinami estaba ganando tiempo para poder explicárselo—o, mejor dicho, para poder explicárselo a sí misma.

Las palabras que habían pasado por su mente un segundo antes fueron:

—Quiero decir, qué genial hubiera sido eso, si el vicepresidente estuviera saliendo con una titular de segundo año. 

Cuando escuchó a Hattori decir eso, ella sintió el mayor desprecio por él.

¿No pudo encontrar suficiente autoestima en su propia condición de titular y vicepresidente del equipo? ¿Tuvo que compensar agregando el valor de su novia al suyo? Qué forma de pensar tan débil. Eso fue el límite de la codependencia.

Por supuesto, probablemente no había pensado mucho en sus palabras. Hinami reconoció que tenía cierto grado de independencia. Había realizado un gran esfuerzo para mejorar por sí mismo.

Pero ella nunca se atrevería a dar a entender que había renunciado a mejorarse a sí misma simplemente por sus propios esfuerzos.

Hattori aún era joven. Era demasiado esperar que él tuviera su fuerza y su escrupulosa exactitud, pero una parte de ella quería eso de él.

Tal vez él eventualmente encontraría la fuerza, pero por ahora, a ella le parecía débil. Ella lo miró a los ojos y sonrió seductoramente.

—Demos un paso a la vez.

***

—¿Y entonces sabes lo que hizo Koki?

—¡De ninguna manera! ¡Eso es tan turbio!

Los dos todavía estaban solos en su habitación. Pero la atmósfera brillante y tentadora de antes se había desvanecido a algo más normal, y estaban teniendo una conversación informal y divertida como siempre lo hacían en la sala del club o de camino a casa.

—¡Eres demasiado buena!; Se quejó después de que Hinami lo derrotara por completo en un juego. No hubo nada inusual allí.

—No, creo que necesito practicar más; Respondió ella.

Antes de que ella se diera cuenta, eran las ocho de la noche y un mensaje de LINE puso fin a su tiempo juntos.

—Oh, mis padres dijeron que ya están de regreso.

—¿En serio? Entonces será mejor que me vaya.

—… Sí.

Hattori estaba mirando a Hinami, vagamente insatisfecho. Después de todo, era un chico de tercer año de secundaria y la pubertad estaba empezando a florecer en él.

—… ¿Qué?

—Nada; Él desvió su mirada. Ella ya lo había rechazado una vez. No tuvo las agallas ni la energía para volver a intentarlo. Pero todavía quería saber algo. —¿Tú…?

—¿Sí?

Su respuesta no cambiaría nada. Él estaba locamente curioso.

—¿Tú has besado a alguien antes? Hubo un silencio.

Hinami batió sus pestañas y lo miró mientras pensaba.

Luego sonrió un poco coquetamente y respondió lentamente.

—Sí. Y he hecho más que eso.

***

Unas semanas después, Hinami rompió con él.

No había ninguna gran razón para hacerlo.

Si tuviera que decirlo, sentía que el tiempo que pasó con él no la estaba ayudando a crecer como persona ni a progresar hacia una meta.

Si ella necesitaba un novio, él tendría que ser  más como un compañero de guerra con objetivos similares para que pudieran presionarse mutuamente para hacerlo mejor. No necesitaba que un chico la estuviera usando para sentirse mejor consigo mismo.

Los pocos meses que pasó con él le habían enseñado algunas cosas sobre el romance. Por supuesto, no creía que lo supiera todo, pero fue un estudio rápido.

Al observar las fluctuaciones en sus emociones y los cambios en su relación, ella dominó la estructura básica de esto. Cualquier cosa que encontrara en el futuro probablemente sería una variación de esa estructura básica.

Y basándose en algunas experiencias que había tenido antes de salir con él, había llegado a la conclusión de que Hattori no era necesario para ella.

No fue culpa de nadie. Eran simplemente personas diferentes con necesidades diferentes. Eso fue todo.

—…. ¡Sí!

Unos días después de que rompieron, Hinami estaba mirando un trozo de papel y moviendo silenciosamente su puño.

Tenía los resultados de sus exámenes finales del primer semestre: Primer lugar. Por primera vez, se había abierto camino hasta la puntuación más alta.

—Estoy en el camino correcto.

Esta fue una prueba de que sus esfuerzos valieron la pena, de que sus acciones fueron correctas. Ese trabajo que puso poco a poco produjo resultados positivos—esa era la verdad inalienable.

Estaré bien. Puedo demostrar mi valía sin la ayuda de nadie más.

El dulce néctar de tener razón se vertió en el lugar vacío dentro de ella. Pero si su corazón fuera una taza de medida, ese néctar ni siquiera la llenó hasta la primera marca.

—Lo próximo…

Ella no se detendría allí.

Saltó de su primer objetivo para hacer su camino hacia adelante y hacia arriba. Ella no estaba volando.

Caminaba con sus propias piernas, con una facilidad casi risible, y con suficiente determinación para aturdir la mente.

Fue entonces cuando se hizo famosa no solo entre los chicos de su propio grado, sino en toda la escuela.

Ella fue la chica que dejó a Hattori, luego escaló al primer lugar en el ranking académico, luego se volvió hermosa prácticamente de la noche a la mañana.

La lista de sus otros logros menores no tenía fin.

Ella era asombrosamente buena comunicándose. La mayoría de la gente la quería y la respetaba.

Ella embistió por el camino hacia la cima usando las habilidades que había pulido, y los que la rodeaban la ayudaron. Era como si su camino estuviera pavimentado por la gente común.

Se volvió terriblemente popular como resultado de esas fortalezas que había construido.

Una vez que se encendió el fuego, todo lo demás sucedió en un instante. Las personas que estaban celosas de su éxito ardiente intentaron desesperadamente hacerla fracasar, pero eso era solo una prueba más de su perfección. Si alguien pudiera detenerla, no sería una simple estudiante de secundaria.

Ella mantuvo su primera posición en las clasificaciones académicas y, en su tercer año, también había obtenido el primer lugar en las pruebas físicas.

Muchos chicos la invitaron a salir, pero ella hundió sus esperanzas una tras otra.

A sus ojos, eran debiluchos que querían aumentar su valor dependiendo de otra persona— siendo el “novio de Aoi Hinami”.

Cuando rechazó al presidente del equipo de baloncesto masculino, ella prácticamente se convirtió en una leyenda.

Sus críticos se desvanecieron gradualmente al ver cuán extremo era su rechazo hacia los pretendientes.

El clavo que sobresale se martilla, pero no si sobresale lo suficiente. Estaba viviendo ese dicho mientras apretaba su posición de heroína perfecta.

Eventualmente, comenzó a tener fans y seguidores entre los estudiantes más jóvenes, y un día, una de ellos le hizo una pregunta.

—Hinami-senpai, ¡¿con qué tipo de chico saldrías?!

Las chicas más jóvenes la miraron con adoración. Era una pregunta sencilla, típica de un adolescente.

—Bueno…

Como la heroína perfecta, Hinami buscó las palabras adecuadas para emocionarlas. Pero antes de darse cuenta, estaba considerando seriamente la respuesta.

¿Con qué tipo de chico saldría ella? Ella misma no estaba segura.

Pero sí sabía con qué tipo de persona no quería salir: el tipo que obtiene su autoestima de otra persona. Esa fue la clave.

Bueno, ¿y al revés? ¿Con qué tipo de persona quería salir?

Se quedó en silencio por un momento—y se le ocurrió de una forma general para responderlo.

No era la única respuesta posible, pero era lo suficientemente simple como para satisfacerla por el momento.

Cuando respondió a las chicas, lo mantuvo ligero y bromista.

—Si no puede vencerme en algo, rechazado.

Un año después, tendría su fatídico encuentro con cierto videojuego famoso.