Otomege Sekai wa Mob (NL)

Volumen 6

Capítulo 10: Usuario

Parte 1

—… ¡Kahah!

Cuando fui atacado por el mango de la lanza de Serge, escupí algo de vómito y me agaché.

Siento haber hecho un desastre en la habitación donde está Louise, pero ese no era el caso ahora.

A diferencia de mí, que estoy hecho añicos, Serge siguió en la misma forma en que empezó a luchar.

En otras palabras, ninguno de mis ataques lo había lastimado.

—¿Qué hiciste para hacerte tan fuerte? Serge es fuerte. Definitivamente es fuerte.

Había oído que se había entrenado como aventurero, pero no esperaba que fuera tan fuerte.

Serge, quien me lanzó una patada y me hacía sufrir, tenía una personalidad agresiva y era implacable.

—¿¡Eso es todo!? ¿¡Qué héroe!? ¿¡Qué Caballero Diabólico!? ¡Tu fuerza se basa en los objetos perdidos! ¡Sin eso eres lo mismo que un pez pequeño!

Luché por aguantar mientras me pisoteaban sin piedad.

Me salía sangre por la comisura de mi boca, y me las arreglé para levantarme y limpiarme con la mano.

Serge estaba de mucho mejor humor, aunque debería estar cansado por los constantes ataques.

—Haa…haa… T-Tú, te ves bastante bien.

Atacar a alguien es un acto de agotamiento físico.

Me pareció antinatural ver que Serge no respiraba mientras me atacaba.

Mirándome inestable, Serge sacó algo de su bolsillo, bebió el líquido de un pequeño frasco y lo tiró al suelo.

—¿Una droga…?

—Una droga para fortalecer el cuerpo. Ahora puedo seguir dándote una paliza. La mirada de Serge se fijó en Louise mientras decía eso.

Las palabras no iban dirigidas a mí, sino a Louise.

El rostro de Louise, rodeada de sus sirvientas, se veía azul y sacudió la cabeza.

—No…. no. Detente.

Serge extendió sus manos, destrozando las esperanzas de Louise.

—¡La diversión acaba de empezar! ¡Voy a mostrarte cómo puedes vomitar tu sangre, tus tripas y tener una muerte muy lamentable!

Es un tipo extremo.

Pero, aun así, una droga que fortalece el cuerpo.

Esto se mencionó en la información de estrategia de Marie.

Tiene el efecto de aumentar temporalmente tu estado, y es probablemente un artículo estándar en los juegos.

—¿Vas a sacar incluso esas cosas?

—No hay reglas para matarse unos a otros, ¿sabes? Estoy de acuerdo con eso.

Pero…

El puño de Serge, con sus habilidades físicas mejoradas, se acercó a mí, me golpeó y me hizo volar hasta la pared.

Golpeé la pared con mi espalda, y la rompí.

—Tsu…

Escupí sangre, y cuando Louise me vio, pasó de largo a las sirvientas y se puso delante de mí, extendiendo las manos.

Los ojos de Serge se entrecerraron.

—¿Qué es lo que haces?

—Es suficiente. No le hagas más daño a Leon.

—¡Él fue el que ataco primero!

—¡Pero aun así! … Aun así, detente.

Mientras Serge sostenía su lanza, la gente a su alrededor lo detuvo.

—¡Joven Serge! ¡A la Señorita Louise le queda trabajo por hacer! ¡Me han ordenado que la entregue a las copas del Árbol Sagrado ilesa!

La sirvienta lo detuvo y Serge bajó la punta de su lanza. La forma en que Serge me miró fue muy fría.

—Estoy sinceramente decepcionado. Esperaba que pudiéramos jugar un poco más.

Louise me hizo ponerme de pie mientras sufría, y luego me sacó de la habitación tal como estaba.

Las sirvientas intentaron detenerla, pero Louise les ordena estrictamente que se detuvieran.

—¡No vengan!… No voy a ir a ninguna parte. Pero si se queda aquí, él matará a Leon, y me iré hasta que esté en un lugar seguro. Vuelvo enseguida.

***

Salí de la habitación con Louise en mi hombro.

Louise caminó por el pasillo de la nave, prestando su hombro a Leon. Ella no podía dejar de llorar.

Le entristeció ver como Serge hería a Leon, que se parecía a su hermano, y le entristeció verlo herido.

—¡Eres realmente estúpido!

—Jajaja…. lo siento.

Antes de irse, el mensaje de Leon a Alberg era, “Lo siento.”

Louise ahora entendía lo que eso significaba.

—Esto es lo que quisiste decir cuando me lo dijo mi padre.

—… ¿Estás enfadada?

—¡Estoy furiosa! Vas a estar en un gran problema por tus acciones. Antes de que muera, pediré que salven tu vida, pero no sé qué pasará.

Voy a defender a Leon y a los demás antes de saltar como un sacrificio. Sin embargo, no puedo garantizar que estén a salvo.

—No tienes que hacerlo, Leon. Es mi elección. Como te dije antes, no me importa que me sacrifiquen. Estaré allí para mi hermano.

Ella estaba muy asustada. Quería que alguien le ayudara.

Pero Louise ya no podía soportar la visión del sufrimiento de su hermano en sus sueños cada noche.

Estoy segura de que mi hermano no se sentirá solo si estoy ahí para él.

En el pasado, ella pensó en ello como una expiación de sus pecados por no poder ayudarlo, y lo aceptó.

Entonces, unas palabras inesperadas salieron de la boca de Leon.

—Siempre has tenido un fuerte sentido del deber.

—¿Eh?

Él dijo esas cosas como si la conociera desde hace mucho tiempo, e inmediatamente flotó la pregunta de: “¿No nos conocíamos desde hace poco?”

Pero Louise tenía pesadillas todas las noches y su juicio estaba afectado.

—Iba a desaparecer una vez que cumpliera mi promesa del Festival de Año Nuevo. Pero entonces se convirtió en un problema porque el Árbol Sagrado hizo algo innecesario.

—¿Q-Qué estás…?

—… Soy yo. ¿No lo sabías?

— ¡Deja de burlarte de mí! No es gracioso.

Las palabras de Leon sonaron como si fueran las de su hermano menor.

Eso nunca iba a suceder, y sin embargo el corazón de Louise deseaba que así fuera. Leon se sostuvo su estómago y sonrió. Sin embargo, se podía ver que estaba adolorido. Era una visión dolorosa.

—¿No me culpaste por mojar la cama cuando dormimos juntos hace mucho tiempo?  … Estabas enfadada y no me hablaste durante una semana.

Louise no había dejado que Leon escuchara esa historia.

—¿C-Cómo lo sabes?

—Quería compensarlo, así que hice un anillo de papel como regalo. Me disculpé delante de todos por lo que hice, y me perdonaste.

Finalmente, Leon se disculpó frente a su familia por lo que había hecho, y Louise lo perdonó.

La disculpa fue un anillo, y Leon, que estaba de buen humor en ese momento, incluso prometió casarse con ella.

No quería hablar demasiado porque el proceso de confesión fue terrible. Louise no podía dejar de llorar.

—Cielos. ¿¡Cómo pudiste!? ¿Por qué me dices esto ahora?

Leon lo explicó en voz baja mientras abrazaba a Louise, que estaba sollozando.

—No sería problemático que volviera a nacer, ¿verdad? Todo lo que tenía que hacer era aparecer por un momento. Quería ver las caras de todos.

—¡Me lo hubieras dicho! Siempre he querido… ¡disculparme contigo! Louise no podía hablar mientras lloraba en el pecho de Leon.

Pensó que su intuición era correcta y creyó que su hermano renació frente a ella. Ella cerró los ojos a las partes antinaturales y solo miró los hechos que quería creer.

—No quería decírtelo porque ibas a llorar así. No te guardo rencor. ¿No dije eso en mis últimos momentos?

Louise asintió y recordó el momento.

Todo lo que podía hacer era mirar a Leon, que parecía estar sufriendo. Leon habló del momento.

—¿Crees que quería un sacrificio? Estaba sonriendo al final, ¿no?

—Sí. Sí. Así fue.

***

Esto sucedió cuando se acercaba la muerte de su hermano.

Alrededor del sufriente Leon estaban todos los grandes médicos que Alberg había reunido. No había nada que hacer al respecto, y todo el mundo miraba con la cabeza hacia abajo.

Alberg pidió ayuda.

—¡Le conseguiré lo que quiera! ¡Así que ayúdeme a salvar a mi hijo! He oído que es un gran médico. ¡Incluso puede devolver la vida a los muertos!

El famoso doctor sacudió la cabeza.

—Los muertos no vuelven a la vida. Es un chisme exagerado. Lo siento por su hijo, pero no tengo ni idea de por qué le está sucediendo eso. No tengo ni idea de por qué se está debilitando. Es como si su alma quisiera dejarlo.

Por extraño que parezca, no había ninguna enfermedad en el cuerpo de Leon. Él simplemente se debilitaba.

Así que los médicos no podían tratarlo.

—¡Eso es lo que dijo el maestro de las maldiciones! ¡Entonces mantén esa alma junta!

Ellos habían reunido a un grupo de expertos en ese tipo de cosas, pero todos habían abandonado la idea de que hubiera algo que se pudiera hacer al respecto.

—… Somos médicos. No somos maestros de maldiciones. Alberg apretó su mano, y la sangre se filtraba de ella.

Louise apretó la mano de Leon.

—Leon, no puedes morir. Hiciste una promesa, ¿verdad? Hay muchas de ellas. Si no las cumples y mueres, nunca te perdonaré. Vas a ser un guardián, ¿verdad? Te vas a casar con tu hermana, ¿verdad?

Al oír esto, Leon sonrió.

Era doloroso verlo sonreír, parecía estar sufriendo.

—Lo siento. Pero… siempre mantendré mi promesa. Cuando tengas problemas… acude a mí. Cuando Leon empezó a sufrir, no pudo hablar.

Louise sacudió la cabeza y luego abrazó el cuerpo de Leon.

Incluso de niña, cuando oyó que el alma de Leon le abandonaba, intento desesperadamente mantenerla unida a su cuerpo.

—No te vayas. ¡No dejes a tu hermana! Al final, Leon había muerto ese día.

***

—No pedí un sacrificio.

—E-Entonces, ¿cómo pude oírte? ¡Gritaste pidiendo ayuda!

—El Árbol Sagrado no florece. Debe haber una razón para esto.

—¿Razón?

—Lo investigaremos. Así que, hasta entonces, necesito que confíes en mí y me sigas. Antes de que se diera cuenta, Louise había sido llevada a la cubierta por Leon.

Ahí es donde estaba Arroganz.

Los soldados se acercaban a Arroganz, y las unidades armadas estaban a su alrededor. Leon se volteó para mirar a Louise.

—Lo siento por todo. Pero vamos a estar juntos a partir de ahora. Louise abrazó a Leon.

Justo después de eso—

—¿¡Qué!?

—La cubierta de la aeronave comenzó a temblar violentamente cuando se escuchó la voz de Leon en pánico.

Cuando Louise volteó su mirada hacia los alrededores, la altitud estaba aumentando.

—¿Está flotando?

Einhorn chocó con una gran aeronave que estaba atascada.

Era como si estuviera siendo guiado por las copas del Árbol Sagrado. Leon abrazó a Louise e intentó entrar en Arroganz.

—Vamos.

—E-Espera un minuto, hay algo extraño.

***

Serge estaba corriendo por el corredor de la nave.

—¡Ella me traicionó en el último minuto!

Serge, que había estado vigilando a Louise y Leon, salió corriendo a la cubierta. Cuando llegó, él vio a Leon y Louise.

Cuando los vio abrazados, algo sucedió dentro de Serge

—¿De verdad crees que puedes salirte con la tuya?

Leon se quedó en silencio, pero Louise respondió a Serge.

—Serge, déjame en paz por ahora.

Serge, que estaba escuchando la conversación entre Leon y Louise, empezó a reírse como un tonto.

—¿Realmente crees que tu hermano ha vuelto a la vida? ¡Realmente eres una tonta digna de felicitaciones!  ¿Olvidaste que este tipo tiene la misma edad que tu hermano?

Si Leon fuera realmente la reencarnación de su hermano, entonces era extraño que tuvieran la misma edad.

Después de que le dijeron lo obvio, Louise miró la cara de Leon con sorpresa.

—¿Leon?

Mirando al silencioso Leon, Serge sacó su pistola.

—Eres un estafador. Una Louise débil podría ser engañada fácilmente, pero no pienses que lo mismo ocurre con los que te rodean. Voy a matarte aquí mismo, falso héroe que solo sabe hablar.

Louise hizo una pregunta desesperadamente a Leon.

—¿Leon? Sólo dime una cosa. ¿Qué decía el anillo que me diste? Era nuestro pequeño secreto. Lo sabes, ¿verdad? ¿¡Verdad!?

Un anillo hecho de papel y escrito por su hermano.

Este era un secreto entre ellos dos y una pregunta que ningún tercero podría responder. Leon respondió.

—¿Escribí “Te amo”?

Él respondió sin hacer contacto visual con Louise, pero eso fue un error. Cuando Louise se alejó de Leon, ella expresó su disgusto.

—Me engañaste.

—Es una lástima porque las cosas iban tan bien hasta el último minuto. La gran aeronave había llegado a la cima del Árbol Sagrado.

Louise dio un paso atrás y se distancio de Leon.

Cuando Leon trató de agarrarla por la fuerza, Serge disparó su arma entre ellos en el suelo.

—No te muevas. Quédate ahí. Mira, hay flores en el Árbol Sagrado. Se podía ver varias flores en el Árbol.

Cientos de delgados tentáculos parecidos a cuerdas emergieron de las flores blancas parecidas a crisantemos.

Esos tentáculos buscaban a Louise. Y entonces se oyó una voz.

—Hermana… ¿dónde te encuentras? Hermana, ¿dónde estás?

Louise se dio cuenta de que esa era la voz de su hermano y levantó la voz.

—¡Aquí! ¡Estoy aquí! ¡Leon, tu hermana está aquí!

Los tentáculos que respondieron a la voz se acercaron a Louise.