Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 8

Capitulo 67: Monstruos

Parte 1

“En fin, tal parece que iremos de cacería mañana.”

“Aguarda, aguarda un minuto”

Los miembros de Paraíso del Maligno y de la Hermandad de las Llamas estaban momentáneamente impactados ante el repentino cambio de planes, pero no estaban del todo sorprendidos. Incluyendo al Pacto Carmesí, eran un total de quince cazadores de rango C, suficientes como para hacerle frente a diez o doce ogros u orcos sin ninguna dificultad. Añadiendo unos poderosos enanos al equipo, apenas correrían peligro alguno.

Esto en realidad no era la gran cosa.

Mientras tanto, los mercaderes, estaban muy conscientes del alcance de las habilidades que Pacto Carmesí poseía a-Mile, una cazadora con una ridícula magia de almacenamiento; Mavis, capaz de usar su espada como si fuera un hacha; y Reina, que era una experta tetera mágica-luego de haberlas observado durante los descansos y en la batalla contra los ogros. No estaban tan sorprendidos por esta gran noticia.

‘’¡Fiu! Supongo que también estamos dentro. Bien, iremos con ustedes. ¿A qué hora partimos?” Preguntó Wulf, mostrando un poco de cansancio en su rostro, Vegas asintió ante la interrogante planteada.

“¿Eh?” Mile ladeo su cabeza de curiosidad. “Nada más seremos nosotras quienes acompañen a los aldeanos. Necesitamos que todos ustedes guarden aquí protegiendo la aldea mientras estamos fuera. Si todos los enanos con capacidad de luchar, van junto a todos los cazadores en esa misión, el daño colateral que pueda tomar la aldea seria destructivo, si es atacada por algunos monstruos mientras estamos fuera.”

“¿Qué?”

Los demás cazadores eran incrédulos de lo que escuchaban, pero se detuvieron a considerar la idea, con un grupo de orcos y ogros que se habían asentado recientemente no deberían ser un gran número. Con Pacto Carmesí en el grupo, los enanos serina serían capaces de derribar al enemigo sin dificultad. Con esto en mente, ambos grupos comprendieron que lo ideal sería quedarse, y resguardar la aldea, por si acaso.

Por supuesto, proteger la aldea significaba proteger a los mercaderes. Al final, era parte de su trabajo.

“Oh, casi lo olvido, ya que protegerán la aldea, recibirán un pago extra por el trabajo también.”

Ni Mile ni Pauline serían tan ingenuas de no mencionar un dato tan crucial.

El jefe de la aldea no era del tipo de persona que cambiaría de opinión por el simple hecho que quería alcohol.

Sin embargo, comprendió que con todo el daño que habían sufrido, sus fuerzas actuales no serían capaces de repeler dicha amenaza.

Su duda se debía principalmente al hecho que le faltaba la determinación de pedir ayuda a los humanos, temiendo que si recibían más daño no habría vuelta atrás. Sin embargo, una simple propuesta de Mile había cambiado todo.

“Si aceptamos tu solicitud de exterminio, sanaremos a toda tu gente que ya se encuentra herida. Contamos con dos magas muy habilidosas en nuestro grupo, y podremos recuperar toda nuestra energía mágica con solo una noche de descanso. Si es por el bien de fortalecer nuestras fuerzas y prepararnos por la batalla que se avecina, no te cobraremos nada. Por supuesto, también te garantizamos lo mismo por los heridos de mañana.”

Esta era la primera vez que el jefe de la aldea escuchaba sobre la magia curativa del Pacto Carmesí.

Con dos usuarias de magia curativa, cualquier herida grave—incluyendo aquellas que podrían ser de muerte—podría ser sanada. Dado que el tipo de oponente que enfrentarían no eran personas con armas o magia, que no cortarían los brazos o piernas de su oponente, la mayoría de heridas podrían ser tratadas.

Claro, si cualquiera pierde parte de su cuerpo o sea aplastado, seguramente morirían. Sin embargo, eso es algo con lo que jamás podrían hacer nada.

En cualquier caso, el jefe de la aldea no era tan tonto como para dejar pasar la oportunidad de contar con dos magas habilidosas y a su vez mejorar su fuerza de combate con el fin de proteger la aldea—aun sabiendo que existe la posibilidad de traer a los heridos con vida de vuelta a casa.

¿Por qué pagar extra por magia curativa si podría obtenerla completamente gratis? De todos modos, tendrían que lidiar con los monstruos por el futuro de la aldea.

En efecto, luego de escuchar la oferta de Mile, el jefe de la aldea no tenía más opción que aceptar.

Claro, ese plan de respaldo ‘por si acaso’ que Mile sacó de su inventario no hacía daño. Con unas cuantas botellas de licor que puso en las manos del jefe de la aldea, puso toda esta conversación en marcha.

Una vez estaban solas, Mile dijo a las demás, “Muy bien, chicas. No podemos bajar la guardia en esta misión. Los aldeanos debieron de haber eliminado a esos monstruos la última vez, por lo que debe de haber una razón por la cual terminaron tan heridos. Estoy segura de que esto no se trata de que los aldeanos los hayan subestimado o que hayan tenido un mal día. Si fueran tan frágiles como aparenta su último encuentro, entonces no hay manera que esta aldea se haya mantenido por siglos. En cualquier situación, siempre es importante imaginarse el peor escenario posible. Así, podrán estar preparadas para una eventualidad que sea tres veces peor de lo imaginado. Esa es la naturaleza de la realidad.”

El silencio cayó ante las palabras de Mile.

***

“Tienen toda mi gratitud.”

El líder de batalla de los enanos, a cargo de la Operación de Fuerza para la Recuperación de las Minas, Parte 2, inclinó su cabeza ante las chicas del Pacto Carmesí.

Anteriormente, había sido uno de los individuos en cama debido a las heridas sufridas, pero ahora su pierna zurda rota y la herida profunda en su abdomen estaban completamente curadas, permitiéndole volver al campo de batalla.

Los enanos eran muy reacios a mostrar tal respeto a otras razas, particularmente a los humanos y a los elfos. Inconscientes de esto, las chicas nada más movieron sus manos educadamente, pero los otros dos grupos estaban completamente sorprendidos ante tal acontecimiento.

“¡Despliéguense!” Dijo el líder de batalla, y la operación entró en proceso.

Eran 28 enanos y las 4 chicas del Pacto Carmesí—para una fuerza de combate de 32 en total.

La primera fuerza de combate al parecer consistió de 30 hombres. De los cuales, nunca se volvió a escuchar de 6, y 3 perdieron dedos, u otros miembros que nunca más podrán recuperar, y volver al campo de batalla.

Si Mile dejaba de lado sus autolimitaciones impuestas, podría haber hecho algo al respecto sobre las partes del cuerpo faltantes.

Sin embargo, eso se encontraba más allá de lo que la gente de este mundo consideraría magia curativa. Obviamente, no estaba dispuesta a mostrar tales habilidades inimaginables frente a extraños, a menos que fuera bajo extremas circunstancias.

Sin importar que tanta angustia sintiera una persona, era imposible salvar absolutamente a todos, y Mile podía hacerse la idea de lo que podría ocurrir si una persona con mucha influencia descubriera que tal habilidad existía.

En cualquier caso, con 7 voluntarios para reemplazar a los 9 faltantes, y con Pacto Carmesí dentro, eran un grupo de 32 personas.

Continuaron su marcha, pensando en aquellos que habían perdido sus vidas y en aquellos que perdieron partes de sus cuerpos, y con ellos, cualquier esperanza de un futuro como artesanos. Esta vez, los aldeanos darían todo de sí, las esperanzas perdidas de aquellos 9 recaían sobre sus hombros.

Tan pronto partieron, Reina hizo un reclamo: “¡¿Por qué vamos justo en el medio?!”

“Bueno, es obvio, ¿no?” Respondió un joven enano. “Las mujeres y los más débiles siempre van en medio del grupo.”

“¡¿A qué te refieres con ‘débiles’?!” Gritó Reina. “Además,” agregó, mientras el joven empezaba a verse preocupado, “tiene mucho más sentido que Mile vaya al frente—¡Ella posee magia de localización!”

Aquí, el líder de combate intervino. “¡Si algo le sucediera a la pequeña vendedora de licor, todos los que estamos aquí más ese viejo cascarrabias sería asesinado! ¡Ahora cálmense y manténganse en sus posiciones!”

Los otros enanos les suplicaron desesperadamente que se quedaran quietos, en completo apoyo con su líder. Este ajuste fue, ante todo, destinado a proteger a quién les había proporcionado su bebida.

Si algo le sucediera a Mile, nunca podrían recibir otro envío de licor de alta calidad como lo hicieron esta vez. Y, si esto sucediera debido a esta misión, y los demás en la aldea determinasen que se debió a una mala gestión por parte del equipo de exterminio, ninguno de los hombres involucrados volvería a la aldea—aunque tuvieran éxito en la misión de hoy.

Reina se sorprendió, incapaz de responder ante tanta desesperación.

“Está bien, Reina,” dijo Mile. “Mi magia aún tiene suficiente alcance desde esta posición.”

“Además, desde esta posición, podremos acudir en ayuda sin importar de qué dirección venga el ataque—ya sea del frente, retaguardia o costados. No es una mala posición después de todo.” Agregó Mavis.

Reina, que era bastante hábil para golpear a los oponentes con su báculo, había olvidado esto—los magos normalmente estaban posicionados en la parte de atrás en grupos más pequeños y en el centro en grupos más grandes, para protegerlos de emboscadas o ataques a corta distancia.

Ninguno tenía alguna idea de las habilidades de combate del Pacto Carmesí, y aunque sabían que eran cazadores de rango C, por lo que cualquiera de los enanos podía ver, no parecían ser nada más que un grupo de niñas. Además, en comparación con las niñas enanas, que eran robustas y saludables, estas niñas estaban claramente demacradas, tanto de piel y huesos, flacuchas, frágiles y enfermizas.

Como tal, los enanos tenían la intención de relegar al Pacto Carmesí a la posición de curanderas, dejando a Mavis como la espadachina, y Reina, con su magia de ataque para proteger a Mile y Pauline, mientras que los enanos se ocuparían de todos los combates reales.

No había nadie entre ellos que dudara de que esta era la decisión justa… Excepto por Pacto Carmesí, Paraíso del Maligno y la Comunidad de las Llamas, por supuesto.

“Pronto llegaremos a la guarida de los monstruos. Estén atentos.”

“¡Percibo algo a 300 metros adelante!”

Antes que el líder pudiera terminar su frase, Mile anunció al grupo lo que percibió su radar.

300 metros era un poco lejano para entrar en posición de combate. Y, además, 300 metros tenían un significado muy diferente en una montaña o en un bosque, que en un campo abierto sin obstáculos. Por lo que, en este terreno escarpado, lleno de  árboles, trescientos metros eran todavía una gran distancia.

“¿Cuántos, y qué tipo?”

Sin perder el tiempo en tonterías del tipo; “¡¿Cómo lo supiste?!” El líder nada más pidió una aclaración en el reporte, usando una cantidad mínima de palabras. Aparentemente, era muy capaz de esto.

Sin embargo, la respuesta de Mile fue inusualmente atípica.

“Em, bueno… Normalmente, podría decirlo, pero hay algo raro… ¿Hay varios monstruos raros en esta área?”

“No, solo la típica variedad, monstruos comunes y corrientes por aquí. Tenemos orcos, ogros, goblins, kobolds, jackalopes, vampiresas, gusanos gigantes y lobos de montaña…”

Todos los tipos de monstruos que el líder acababa de descartar, Mile lo sabía bien. Además, su radar ya había estado en sintonía con las reacciones que cada uno de esos tipos daría…

“Vaya, eso es realmente extraño. Oh, bueno—hay ocho.”

Finalmente, pudo informar algo más.

Debido a que Mile sabía que eran monstruos más grandes, si los describiera en japonés, habría usado el contador para animales grandes, “-tou” en lugar del de animales pequeños, “- hiki.” Según los cálculos de Mile, cualquier cosa que un humano pudiera sostener era “pequeño” y cualquier cosa que un humano no pudiera sostener era “grande”. Por supuesto, la razón por la que Mile se basaba en lo que un humano podría hacer, y no lo que ella podía hacer, se debía a que Mile estaba bastante segura de que podía levantar un caballo, por lo que no había forma de que alguien en el mundo aceptara un sistema en el que Mile era la base.

Esta vez, tenían como objetivo eliminar. No tenían ninguna intención de evitar a los monstruos o huir de ellos. Por lo tanto, seguirían derecho. Con Mile contando la distancia, no había razón para sacar sus espadas y ponerse en guardia prematuramente. Los enanos se sentían bendecidos de poder superar esta misión con tan poco daño a su orgullo como lo habían hecho hasta ahora.