Tokyo Ravens (NL)

Volumen 8: Grito De Guerra

Capitulo 2: La Oscuridad Despierta

Parte 4

Natsume debería haber oído las noticias de la mañana de hoy. Después de todo, el fuego había comenzado en su antigua casa, y ella estaba indudablemente conmocionada. No sólo Natsume, sino también Harutora deberían estar en lo mismo.

“…”

La actitud que había tomado ayer hacia Natsume y su charla con Harutora reaparecieron en la mente de Kyouko. También hubo una conversación con Suzuka ayer después de la escuela y su compromiso verbal al final.

Eso había sido ayer a esta hora. Honestamente, ni siquiera había organizado sus propios sentimientos todavía.

Pero,

… ¡Contrólate, Kurahashi Kyouko!

 Ahora mismo no era el momento de regodearse en sus propias emociones. Natsume y Harutora deben estar sintiéndose peor – ellos lo tenían más difícil. Por ahora, ella debería dejar de lado sus propios problemas y al menos ayudar a hacer algo por ellos.

Por supuesto, no podría ayudar a Natsume y Harutora con mucho ahora mismo. Pero ella esperaba que al menos pudiera animarlos por su lado. Esperaba poder hablar correctamente con ellos, cara a cara. Con eso, Natsume y Harutora se sentirían definitivamente más felices. Ella debería ser capaz de traerles mucho consuelo.

“…Está bien.”

Ahora mismo no era el momento de hablar de cosas como la tristeza y la ansiedad. Era difícil de entender, y ella no sería capaz de resolver el problema sin importar cuánto tiempo la desconcertara. También podría pensar en Natsume ahora mismo. Él – no, ella – estaba definitivamente atormentada por las noticias, así que Kyouko definitivamente tuvo que apoyarla.

No quería abandonar a Natsume en este tipo de situación. No quería fingir que no conocía a su compañera de clase, especialmente a una buena amiga con la que había estado en peligro y con la que había experimentado varias crisis juntas.

Ella no estaba fingiendo sus emociones, ni estaba tratando de fingir ser una buena persona. Kyouko realmente lo creía. Si ella podía imaginarlo, entonces no había problema. Definitivamente podría hacerlo.

Kyouko endureció su determinación, acelerando un poco sus pasos mientras caminaba hacia el salón de clases. Natsume y los otros probablemente ya habían llegado a la clase. Estaba tan nerviosa. Pero Kyouko soportó esos sentimientos de tensión.

Kyouko caminó en silencio hacia el pasillo donde los estudiantes se arrastraban de un lado a otro.

Pero, su mirada se sintió repentinamente atraída por algo a lo largo del camino.

Antes de que ella fuera consciente de ello, su mirada inadvertidamente atrapó “eso”. No fue sólo Kyouko. Los otros estudiantes también miraron inadvertidamente.

Un paisaje desconocido se mezcló con el pasillo familiar. Era una chica pelirroja que daba una fuerte impresión.

“¿Y qué? Todos los estudiantes de aquí deberían reconocerla, ¿no? Tsuchimikado Natsume. Quiero ir a su clase, ¿podrías decirme dónde está?”

La niña abordó a dos alumnas en el pasillo y las interrogó. Las chicas que estaban siendo interrogadas miraron confundidas.

Kyouko se detuvo inconscientemente al escuchar el nombre de Natsume. La niña se dio cuenta de que había alguien detrás de ella y se dio la vuelta, mirando a Kyouko.

Esa chica que nunca había conocido vestía un uniforme blanco de la Academia Onmyou; sin embargo, no era estudiante. Sería imposible para Kyouko no recordar a un estudiante que dio una impresión tan fuerte.

Su fluido cabello rojo estaba tachonado de pequeños adornos, como serpientes de llama enroscadas alrededor de piedras preciosas. Sus ojos severos irradiaban un aire elegante y misterioso.

Podrían haberla confundido con un niño si hubiera usado el uniforme negro azabache. La niña tenía rasgos faciales andróginos, pero la atmósfera que desprendía aún mantenía la pureza y el vigor de una adolescente.

“¿Eh? ¿Quizás sabes dónde es? El aula de Tsuchimikado Natsume”.

 La chica preguntó bruscamente a la aturdida Kyouko.

Sus palabras eran directas, pero los movimientos, la voz e incluso las acciones de la niña tenían la gracia de un príncipe de la nación, impregnado de un temperamento inexplicable. Como si Kyouko se hubiera visto envuelto por la personalidad de la chica, dijo ella:

“…E-Eh…” 

Contestó vagamente y asintió.

La cara de la chica se iluminó de repente.

“¡Genial! ¿Puedes guiarme? Quiero aprender la distribución del edificio, pero aún no sé cuál es la clase de Natsume y Harutora”.

Natsume, Harutora. Al escuchar a la chica referirse a ellos con tanta familiaridad, Kyouko sintió una aguda reacción en su cuerpo. Antes de que se diera cuenta de ello, su cuerpo ya había cambiado de postura.

“Bueno… ¿Quién es usted?” 

Preguntó con voz algo defensiva.

Entonces, la chica mostró una ingenua e inocente sonrisa, como un girasol en floreciente.

“Bien, encantada de conocerte. Soy Souma Takiko. Vine a observar las clases de la Academia Onmyou hoy.” 

***

Kurahashi Genji entró en el edificio de la Agencia Onmyou después de las diez de la mañana.

Ayer por la noche, se había quedado en la agencia trabajando hasta las dos. Después de regresar a casa, descansó sólo unas horas antes de regresar a su lugar de trabajo.

Pero no se veía ningún rastro de agotamiento. Para él, que era a la vez el jefe de la Agencia Onmyou y el jefe de la Oficina de Exorcistas, trabajar en esto intensamente era una ocurrencia común.

Después de entrar en el edificio de la agencia, escuchó los informes de su secretaria mientras se dirigía a la oficina ejecutiva.

Kurahashi mostró un poco de malestar después de pasar ante la secretaria que estaba sentada ante él, abrió la puerta interior, y entró.

Un invitado ya estaba aquí.

La oficina ejecutiva era muy espaciosa. A través de las ventanas se podía ver el paisaje de los rascacielos que rodeaban la estación de JR Akihabara.

En el frente, había un escritorio utilizado para su trabajo y junto a él había un sofá y una mesa de té para recibir a los invitados. El invitado que había venido estaba tumbado en el sofá, leyendo un periódico.

Vio entrar a Kurahashi y levantó la cabeza.

“Hola.” 

Un saludo indiferente.

Kurahashi miró en silencio durante un momento, suspirando sin cambiar su expresión. Alguien cercano a él probablemente se daría cuenta de que esa era su expresión de sorpresa.

“… ¿Para qué estás aquí?” 

“¿Por qué me preguntas eso? Sólo vine a saludarte. Ha pasado un tiempo. Por favor, cuida de mí.” 

“¿Tomaste el esfuerzo de romper la barrera de la oficina ejecutiva por esto?” 

“No hables tan desagradablemente. No te preocupes, no me sentaré en la silla del jefe cuando quiera”. 

Después de decir eso, el invitado sonrió con una mirada de ojos despejados y se hundió de nuevo en el sofá, mirando el periódico que había estado leyendo antes. Kurahashi suspiró en voz alta esta vez. Luego, caminó lentamente hacia el sofá.

La persona sentada en el sofá parecía una adolescente de dieciséis o diecisiete años.

El adolescente era delgado, su cabello negro peinado cuidadosamente y su piel blanca y suave era incompatible con el trabajo al aire libre.

Sus rasgos eran adecuados, y llevaba un chaleco sobre una camisa blanca de alta calidad en lugar de una chaqueta. Abajo, llevaba pantalones grises y zapatos de cuero decorados con broches.

Tenía guantes blancos en las manos y un paño que parecía una corbata alrededor del cuello. Ese traje ya tenía suficiente clase, pero por alguna razón también llevaba un monóculo en el ojo derecho, como un aristócrata del siglo pasado.

Pero a juzgar por la actitud y las acciones del adolescente, parecía aristocrático, aunque poco convencional. Emitía un aura laxa de todo su cuerpo y no estaba nervioso en absoluto mientras se relajaba en el sofá. Su boca incluso a menudo se curvaba en una leve y fría sonrisa.

Pero lo más sorprendente de él era que un joven obviamente menor de edad se relajaba en el sofá de la oficina ejecutiva y, además, su tono hacia el jefe de la agencia Onmyou, Kurahashi, le era familiar como el de un viejo amigo. Sin embargo, a Kurahashi no le importó.

Para los dos, sus actitudes hacia el otro no eran nada especial. Eran “ex” compañeros de trabajo de la agencia Onmyou.

Kurahashi estaba detrás del sofá en el que estaba sentado el adolescente, mirándole con una mirada desprovista de toda emoción.

Con un tono no afectado, dijo:

“…te has vuelto muy joven.”

 “No es mi deseo, es sólo para igualar a la princesa.”

“¿Adónde fue la princesa de la familia Souma?”

“Dijo que quería conocer antes al próximo heredero de la familia Tsuchimikado. Estaba muy emocionada esta mañana”.

Kurahashi puso una cara amarga al escuchar la respuesta del adolescente. El adolescente volvió a levantar la cabeza.

“¿Hmm? ¿Hay algún problema? ¿No tenías planeado que ella fuera a la Academia Onmyou y participara en los estudios?”

“…El horario aún no ha sido determinado. Debería haber sido más tarde.”

“¿En serio? No lo sabíamos.”

“Por favor, ten cuidado cuando actúes por tu cuenta. Creo que le he advertido severamente antes.”

“¿La princesa? Lo siento. Después de todo, la princesa estaba increíblemente feliz cuando ayer se enteró de que el “Raven’s Wing” estaba en nuestras manos”.

El adolescente se rió y continuó leyendo el periódico, echando hacia atrás su cuello con humor.

“Pero, el “Raven’s Wing” está intacto, aunque la residencia fue destruida. ¿”Miyachi fue demasiado lejos”? “No fue Miyachi.” “¿Eh? ¿En serio?”

“Sí. Los rivales no cometerían el error de enfrentarse frontalmente a Miyachi. Escuché que incendiaron la residencia cerca del final de la batalla mágica y aprovecharon la oportunidad para huir. Usaron el “Raven’s Wing” como cebo, así que parece que lo habían preparado de antemano”.

“Vaya, realmente tienen agallas… ¿no es así, Yasuzumi? Bueno, deberíamos alabar su habilidad adivinatoria”.

El adolescente se rió feliz. Kurahashi resopló fríamente, dejando la parte de atrás del sofá y caminando hacia su escritorio.

El adolescente seguía riéndose.

“¿Será que te preocupa que la princesa vaya a la Academia Onmyou? La posibilidad de que los Tsuchimikados contacten con sus hijos…” 

“Ya he colocado a mis subordinados por Tsuchimikado Natsume y los otros. Si Yasuzumi y los otros se ponen en contacto con ella, lo sabré inmediatamente”. 

“Guau. Entonces no hay problema. Bueno, las acciones de la princesa son a menudo inciertas. Mutobe-kun también está con ella ahora mismo, así que está bien, está bien. 

El adolescente devolvió el periódico, haciendo una garantía relajadamente. Kurahashi, sentado en la silla junto a su escritorio, no dijo nada al respecto.

Miró fríamente al adolescente.

“… ¿Y qué? Parece que el contrato con la princesa tuvo éxito.”

“¿Yo? Bueno, probablemente esté bien. Por supuesto, se siente completamente diferente de antes, pero yo también estoy muy feliz”. 

“No parece que necesite preguntarte sobre tu personalidad… ¿Tus recuerdos son los mismos de antes?” 

“Sí, hasta que morí. Es por eso que estoy tratando de compensar la brecha entre entonces y ahora de esta manera”.