Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 6

Capitulo 1: En la Colina Le Lucé

Parte 1

Año 851 del Imperio, 22 de mayo–

Fue un día más tarde de lo esperado cuando el Primer Ejército Imperial se unió a ellos en la cercana Colina Le Lucé.

Se organizó una carpa en el suelo llano y verde para realizar una reunión. Aunque era de día, era bastante tenue debido a la niebla.

De vez en cuando, habría una brisa fuerte, haciendo que la hierba bailara junto con el viento. Si bien la altitud no era demasiado baja, pararse en la cima de la colina todavía te ensuciaría el cabello.

El joven de cabello negro, Regis Auric, apartó el cabello que cubría sus ojos debido al fuerte viento y miró hacia un lado.

Estaba la chica que lo acompañó en el viaje. Aunque era oscuro, su hermoso cabello parecía brillar, lo que la hacía notoria. Su cabello color carmesí se alzó con su dedo blanco y suave.

Su cabello carmesí rozaba la cara de Regis de vez en cuando debido al viento, lo que le provocaba un poco de picazón. La ´chica miró hacia él y ambos intercambiaron una mirada.

La chica que transportaba la sangre de la realeza Belgara era Marie Quatre Argentina de Belgaria. Como realeza, a ella normalmente no se le permitía caminar junto con un plebeyo como Regis, independientemente de si él era su estratega o no. Sin embargo, si estuvieran solos, Regis la llamaría por su apodo Altina, y tampoco mostraría una actitud formal hacia ella. Esto se debió a que Altina se enojaría si Regis mostrara una actitud tan fría hacia ella, porque eso rompería el corazón de Altina… Sin embargo, cualquier persona con cerebro no la dejaría sentirse triste.

Altina abrió la boca.

“Ah, mi cabello te roza, lo siento”.

“Ah… está bien”.

“¿Es así? Oye, pareces estar aturdido. ¿Podría ser que estás enfermo?” Extendió su mano blanca hacia la frente de Regis.

Regis inmediatamente retrocedió dos pasos hacia atrás.

“Estoy bien.”

“Mirarte me hizo caer aturdido” era algo que Regis no podía decir. Se puso a sudar avergonzado.

“Está bien… … los asuntos problemáticos siguen apareciendo recientemente, así que no te esfuerces demasiado, ¿de acuerdo?”

Fue exactamente como dijo Altina. Regis había pasado por el ataque del Ducado de Varden, viajado durante veinte días seguidos e incluso había luchado una batalla perdida hace tres días.

Afortunadamente, el Regimiento Fronterizo Beilschmidt no sufrió muchas pérdidas, y tanto Altina como Regis estaban relativamente ilesos. Sin embargo, fueron fatigados por la larga campaña y las batallas.

“En comparación con nosotros, los soldados están aún más cansados… …”

Mientras los otros marchaban, Regis estaba sentado en un carruaje que también era el despacho de provisiones; y él no participó en ninguna batalla directamente.

Altina bajó los hombros.

“A diferencia de ti, los soldados y yo pasamos por entrenamiento, así que el que más me preocupa eres tú”.

“¿Es así?… No puedo negarlo porque tienes razón…” Altina sacó su lengua.

“Heh heh ~ Ya que no puedes negarlo, ¿eso significa que tengo algo de talento en la estrategia?”

“Eso sería aún mejor porque aligeraría mi carga de trabajo. Tendría más tiempo para leer de esa manera”.

“Yo sólo estoy bromeando.”

“Qué cruel… … No se puede evitar, supongo que debería sacrificar mi sueño”.

“¿Espera un momento, Regis?”

“También estoy bromeando”.

“Entonces eso es bueno… … Si no descansaa correctamente, realmente te enfermarás”.

“Eso es porque ya corté mi tiempo de sueño al mínimo necesario”. Altina se sorprendió por las palabras de Regis.

“Tú… …”

“Ah, el mínimo descanso es todavía descanso, así que no voy a colapsar tan fácilmente ¿bien? Probablemente…”

“¡Waaa, realmente! ¡Ah, así es, vamos a dormir juntos entonces! ¡En ese caso, podré saber si has descansado correctamente!”

Altina tenía una mirada de ‘Soy un genio’.

Sin embargo, la cara de Regis se estaba volviendo más roja.

Tan pronto como Altina se dio cuenta de lo que había dicho, se sonrojó.

“¿¡Ah, no… … no me refería a nada raro sabes!?” (¿Alguién llamó? ( ͡° ʖ͜ ͡ °) )

“S-sí”.

“¡Yo… yo también soy considerada un adulto! ¡No dormiría con un hombre antes del matrimonio!”

“Es verdad… …”

En Belgaria, uno era considerado un adulto cuando alcanzaba la edad de quince años.

Altina tuvo su decimoquinto cumpleaños en el campo de batalla ayer. Junto con la sirvienta, Clarisse, tuvieron una pequeña fiesta.

Jerome, quien era conocido como el Caballero Negro, le dio una botella de vino de clase alta. No era raro regalar vino para la mayoría de edad.

Altina quien bebió por primera vez, ella–

Regis negó con la cabeza y le cortó los pensamientos porque la escena era demasiado maravillosa para él mientras se encogía de hombros.

“Bueno, creo que las chicas no deberían compartir una habitación con un hombre fácilmente sin importar su edad”.

“S-sé eso…”

Altina, cuyas orejas estaban rojas, respondió.

Llegaron a la zona cerca de la carpa que estaba situada en la cima de la colina.

“Incluso cuando estamos en este tipo de situación, estás luchando contra el príncipe Latreille por el trono, así que no puedes ser demasiado descuidada”.

“¿Qué quieres decir con ser descuidada?”

“Hm… … Si supiera eso, no estaría redactando mis palabras de esta manera… … De todos modos, puedes dejarme las negociaciones a mí”.

“Mhm, te las dejaré”.

La carpa estaba custodiada por la caballería del primer ejército imperial en todos los lados. El mes pasado, Altina y los demás se toparon con un conflicto con ellos e infligieron graves bajas a uno de los cuerpos de caballeros.

No nos harán problemas ahora, ¿verdad? Regis pensó que estaba un poco nervioso, mientras que Altina entró con una mirada digna.

Su actitud era como si pudiera enfrentarse con cualquier cosa que se le lanzara.

Los caballeros la saludaron uniformemente sin dudar, impecables y en una manera de libro de texto.

Altina devolvió un breve saludo mientras Regis seguía detrás de ella.

La entrada de la carpa estaba cubierta por un trozo de tela que colgaba y se usaba una roca para mantenerla en su lugar en el fondo. Abriéndola, Altina entró en la carpa mientras Regis la seguía de cerca.

Al entrar, había un aroma a hierbas. Había seis caballeros en cada esquina de la carpa mientras Germain, oficial de primer grado, estaba al lado de su señor.

Tenía una mirada de dolor y había rastros de cansancio en su rostro. Por otro lado, Latreille estaba sentado en una silla, mirando el mapa tendido sobre la mesa con la cabeza vendada. Esa era una herida que recibió hace varios días. Sin embargo, su rostro estaba tan tranquilo como siempre y era blanco, mientras que sus labios eran tan rojos como los tomates.

No mostró rastros de fatiga en absoluto.

Él desvió la vista del mapa y habló.

“Es genial ver que estás bien, Argentina”.

“Estoy sorprendida de que sigues siendo tan enérgico Latreille, he oído que te has herido”.

“Así es, caí por los trucos del enemigo. Lanzaron rocas y troncos desde arriba del acantilado e hicieron que su caballería cargara contra nosotros”.

“Cargando en acantilados y cosas por el estilo, sé que también puedes hacerlo”.

“Eso fue cuando yo era un niño… … nunca esperé que penetraran profundamente en el corazón de un ejército de treinta mil. A pesar de que nos estábamos moviendo en un valle”.

“¿Dónde ocurrió la emboscada?”

Germain, quien estaba al costado, le respondió a Altina. Señaló el mapa.

“Aquí. Porque es un camino a través de las montañas, es muy estrecho. El enemigo vino de ambos lados y se retiró después de un breve combate”.

“Ya veo……”

En tales condiciones, sería difícil proteger la base sin importar cuán grande fuera su ejército. Este tipo de caminos a mitad de camino por las montañas usualmente tenían muchos acantilados alrededor. Uno no se daría cuenta simplemente con mirar el mapa.

Si estamos invadiendo el territorio del enemigo, solo podemos culpabilizarnos por no prepararnos contra las trampas y las emboscadas del enemigo. Sin embargo, este es el Imperio y el invasor es el enemigo. — Pensó Regis.