Wortenia Senki (NL)

Volumen 11

Capítulo 3: El Nimbo del Cielo Azul

Parte 2

 

 

Necesitaremos al menos el doble de estos números para matar a un monstruo de ese tamaño.

Kevin miró a Anastasia, con su mirada temerosa y ansiosa. Una parte de él seguía actuando, pero otra parte estaba honestamente preocupada. No tenía miedo de ese ciempiés gigante, pero tampoco iba a subestimarlo.

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Kevin tenía experiencia cazando monstruos de ese tamaño y clase junto a sus amigos en la península de Wortenia, pero eran verdaderos camaradas, unidos por una confianza más gruesa que la sangre. Habían entrenado y vivido juntos, y habían ganado sus batallas gracias a una preparación meticulosa. Por el contrario, Kevin sólo había estado en el Nimbo del cielo azul durante tres meses. Había oído hablar de su reputación, y a través de pasar tiempo con ellos, había ganado una comprensión de su habilidad.

Pero aún no los conocía tan bien. Y esa falta de coordinación podía llevar a errores fatales.

¿Realmente tenemos una oportunidad aquí? Si las cosas se ponen mal, tendré que correr. El capitán Rick es un candidato prometedor, pero no puedo permitirme morir sin completar la tarea que mi señor me confió.

Si no estás seguro de que puedes ganar, no aceptes peleas de las que no puedes echarte atrás. Esa fue una lección que Kevin sabía de memoria. Así que aunque ardía de deseo de cazar una presa tan fuerte, su mente abogaba por la precaución.

Para Rick y Anastasia, sin embargo, parecía un novato con los pies fríos.

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“¿Qué, tienes miedo?” preguntó Rick. Le dio palmadas a Kevin en la espalda y se rió de corazón, como para disipar su miedo. “No te preocupes. Como dije, sigue el plan de Anastasia y estarás bien.

Entiendo cómo te sientes, chico, así que deja de fruncir el ceño así. Es mala suerte.”

“No te preocupes, solo concéntrate en hacer tu parte”, añadió Anastasia con una suave sonrisa.

Entonces los dos se dieron la vuelta. Parecía que el momento de la charla ociosa había llegado a su fin.

“Supongo que eso es todo lo que me dirán. Oh bueno”, Kevin murmuró para sí mismo.

Tal vez no pensaron que tenía sentido explicar las sutilezas de su plan a un novato, o tal vez tenían alguna otra razón. Kevin no podía decirlo. Deseaba haber tenido una reunión informativa adecuada, pero molestarlos más despertaría sospechas.

Veamos si tienen la habilidad que busca mi señor.

Viéndolos alejarse, los labios de Kevin se doblaron en una sonrisa, no la sonrisa de un novato inexperto, mientras recordaba la orden que su único maestro le había confiado.

***

 

 

Cuando el sol comenzó a sumergirse en el cielo occidental y los cálidos gritos de borrachos llenaron las calles de Epirus, un hombre se sentó en su estudio, separado de las celebraciones. Estaba ocupado por una gran montaña de papeleo, con su cara iluminada por el tenue brillo de su lámpara.

Podía escuchar a los miembros de su grupo vitoreando desde abajo, celebrando el éxito del primer gran trabajo que habían tomado del gremio en mucho tiempo.

El ciempiés gigante realmente había sido una muerte satisfactoria, y lo hicieron con heridas mínimas de su parte. Los aventureros estaban comprensiblemente eufóricos y felices.

Veo que se están divirtiendo ahí abajo. Bien por ellos.

Rick esbozó una sonrisa, aunque teñida de envidia. El Nimbo del cielo azul había alquilado la taberna, y el comedor ahora estaba lleno de carne apetitosa y cerveza fluida.

Y una vez que sus estómagos estuvieran llenos y sus mentes suficientemente intoxicadas, probablemente saldrían a las calles nocturnas en busca de más diversión. Los hombres, que hoy habían caminado por la cuerda floja de la vida y la muerte, buscarían consuelo en el cálido pecho de una mujer y más dulce hidromiel, el más básico de los deseos instintivos.


Cuando Rick era más joven, cada vez que terminaba un trabajo y sus bolsillos estaban llenos de dinero, él y sus amigos iban a celebrar en el burdel.


Sin embargo, ya no podía permitirse seguir sus deseos libremente como un novato. Era capitán, y eso significaba que tenía el importante y algo molesto deber de manejar el papeleo.

Trabajando a través de la pila considerable de facturas comerciales, Rick soltó un suspiro mientras alcanzaba el último. “Eso debería hacerlo…”

Rick había repetido este trabajo muchas veces desde que se convirtió en capitán, pero nunca pudo acostumbrarse. Una fatiga diferente a todo lo que había sentido después de luchar contra monstruos se apoderó de él. Era un guerrero de corazón, del tipo que luchaba en el frente, cubierto con una armadura de placas.

Estaba más a gusto bañándose en la sangre de sus enemigos y bailando con el segador. Con nada más que su habilidad y un poco de suerte, había abierto un camino en esta carrera. Entonces, para un guerrero experimentado como él, el papeleo era un desafío mayor que la mayoría de las batallas.

Nunca imaginé que vería el día en que trabajaría así. No debería haber aceptado tan fácilmente cuando papá se retiró y me dijo que me hiciera cargo del grupo por él.

Era demasiado tarde para quejarse ahora, pero Rick a menudo miraba hacia atrás en esa decisión con un toque de irónico descontento.

Todo había comenzado hacía veinte años. Un niño desafortunado se vio envuelto en una guerra que se libraba en el sur de Rhoadseria. En una sola noche, había perdido a sus padres y al pueblo en el que vivía. Ese chico era Rick.

Había tantos niños con el mismo origen en el continente occidental como estrellas en el cielo nocturno. Y la mayoría de esos niños no tenían a nadie que los protegiera.

O bien morían de hambre o eran capturados y forzados a la esclavitud. Así era como se suponía que la vida de Rick había terminado también.

Pero después de días de agacharse en las ruinas de su casa quemada, con el hambre como su único compañero, un hombre encontró a Rick y se hizo cargo de él. Ese hombre fue el fundador y líder del grupo aventurero Nimbo Del Cielo Azul, Donovan.

Incluso ahora, Rick no sabía por qué Donovan había decidido acogerlo.

Tal vez había necesitado un lacayo para manejar las tareas y Rick estaba en el lugar correcto en el momento adecuado. O tal vez Donovan había visto algo en los ojos del joven. Incluso podría haber sido nada más que un capricho.





Pero por alguna razón, Donovan había sacado a Rick de la aldea quemada y le había dado comida, alojamiento y entrenamiento de guerrero.

Donovan había criado a Rick. A veces había sido amable, y en otros había sido severo. En cierto modo, su vínculo era más fuerte que un padre y un hijo conectados por la sangre. Para Rick, Donovan no era su padre adoptivo, era su verdadero padre. Y hace cinco años, su padre había decidido retirarse del negocio de las aventuras.

Todos los miembros de la grupo habían admirado a Donovan como un padre, cariñosamente llamándolo “Papá.” Tenía más de sesenta años en ese momento, y su cuerpo ya no podía moverse tan rápidamente como lo había hecho en su juventud. Pero envejecido como era, Donovan seguía siendo un guerrero hábil alabado por el gremio.

Había llevado una vida luchando contra monstruos, forzándolo a permanecer en la máxima condición física.

Además, dominar la taumaturgia y absorber una gran cantidad de prana ralentizó el envejecimiento. La vejez no era necesariamente una razón para retirarse. Si quisiera, todavía podría haber permanecido en servicio activo.

Por supuesto, aventurarse era una profesión difícil. Uno tenía que gatear por el follaje y los pantanos de tierras deshabitadas para cazar monstruos y recoger materiales.

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No era un trabajo fácil. Pero no era la única carrera que un espadachín podía seguir. Si Donovan hubiera estado dispuesto a convertirse en un oficial, podría haberse convertido en un caballero e incluso posiblemente haber ganado un título noble.

Los otros miembros del grupo podrían haberse convertido en oficiales del ejército también, si así lo hubieran deseado.

Pero Donovan no eligió seguir siendo un aventurero activo o buscar una carrera como soldado. En cambio, eligió regresar a su pueblo. Incluso ahora, Rick nunca se atrevería a preguntarle a Donovan por las razones de su retiro. Pero después de convertirse en capitán, Rick creyó que podría haber entendido por qué.

Puedo ver cómo se quemaría por esta vida.

Después de tanto tiempo, el trabajo dejó de consistir en cultivar la destreza personal y fortalecerse. Liderar un grupo de aventureros significaba manejar las finanzas y equilibrar los ingresos y los gastos, las ganancias y las pérdidas. Ningún líder podía escapar de los asuntos monetarios.

Un aventurero o un mercenario manejando trabajos por su cuenta podría salirse con la suya con contabilidad descuidada. Mientras no pasara nada importante, incluso si hubieran hecho mal sus cálculos, lo peor que tendrían que preocuparse era pagar su cuenta en el pub o abstenerse del burdel.

Pero Rick tenía subordinados que cuidar. Tenía que mantener al Nimbo del cielo azul como un todo, y no podía ser indiferente sobre sus finanzas.

Las armas eran las herramientas de su oficio, y su uso resultó en daños y desgaste. Y como carecían de una base de operaciones para llamarla propia, tenían que pagar los gastos de alojamiento o acampar fuera.

Cuando un miembro del grupo resultó herido, Rick también tuvo que pagar por su tratamiento. Y si no podían volver al negocio, les pagaría una gran suma basada en sus logros y el número de años que habían servido al grupo.

Por cierto, nada de esto era requerido por ley. Este mundo no tenía un concepto establecido de los derechos humanos, y no

existían ideas como los derechos de los trabajadores o las lesiones relacionadas con el trabajo. Pero sólo porque las palabras para ellos no se habían inventado todavía no significaba que la gente no podía llevar a cabo los conceptos.

Incluso en mundos diferentes, la gente todavía llevaba sus vidas de la misma manera. Las cosas requeridas para hacerlo tampoco cambiaron. La única cuestión es si se reconocen esas necesidades.

Puesto que tal trato no era ley, nadie tenía que acatar estas ideas. Pero Donovan vio la importancia de tratar bien a sus subordinados. Se podría decir que él había sido agraciado con una previsión que la mayoría de los plebeyos de este mundo carecían. Pero al mismo tiempo, también se había dado cuenta de que no estaba hecho para este tipo de trabajo.

Es por eso que Donovan rechazó las ofertas de todos esos oficiales y empujó al grupo en mis manos, eligiendo retirarse.

Ser un oficial significaba aún más papeleo.

Por lo que Rick había oído, todas las ofertas que Donovan había recibido de los militares eran para posiciones de comandante de batallón o superior, lo que significaba que habría estado al mando de una fuerza varias veces el tamaño del Nimbo Del Cielo Azul.

No se esperaba que él comandara a mucha gente por sí solo, pero aún así habría significado una gran cantidad de papeleo. Elegir pasar su posición a la siguiente generación y ganar un retiro fácil no fue un error de ninguna manera.

Rick sonrió burlonamente para sí mismo, echando un vistazo a la pila de papeles en su escritorio. Pero no es que yo esté más preparado para eso que tú, papá.

Cualquier aficionado tenía apuro el negociar con un comerciante astuto. Eventual, alguien tomaría ventaja de ellos y los engañaría en un mal negocio.

Pero no todos fueron engañados en el mismo grado. Uno podría tragarse una mala oferta completa, o podrían romper el trato después de darse cuenta de la situación. De cualquier manera, el aficionado tomaría algunas pérdidas, pero en el último caso, las pérdidas serían menos.

Desde que Rick era capitán, ese tipo de negociaciones recaían sobre él. Los odiaba más que a nada. Pero ahora mismo, su dolor de cabeza se debió a algo aún más problemático.

Ahora que hemos hecho un gran trabajo, tenemos dinero de sobra. Eso nos da la opción de dejar Rhoadseria, o…

El gremio había pagado al Nimbo del cielo azul una gran tarifa por matar al ciempiés gigante. Era suficiente para vivir durante un buen tiempo. De hecho, fue su mayor botín en los últimos tiempos.

Incluso si Rick pagara generosamente a los miembros por su servicio, todavía tendrían suficiente para mantener a toda la compañía por un tiempo sin necesidad de realizar un trabajo adicional.

Ha habido demasiados negocios sospechosos aquí recientemente. Ni los aventureros ni los mercenarios pudieron escapar de la influencia de los que estaban en el poder. Las obligaciones tenían una forma de alcanzar a aquellos que elevaban su rango y reputación.

Si una bandada de monstruos atacaba repentinamente un pueblo, los aventureros no eran los únicos enviados a exterminarlos.

Los mercenarios, que se ganaban la vida luchando contra otras personas, también serían llamados a ayudar. Lo contrario también era cierto. Si su propia ciudad se viera envuelta en los fuegos de la guerra, ningún aventurero permanecería indiferente ante ella.

Eso era tanto más cierto cuando un noble influyente exigía personalmente el trabajo de ellos.

Debido a que sus éxitos atrajeron la atención de los nobles, tanto mercenarios como aventureros tuvieron que dedicarse a reunir información e inteligencia. Ser consciente de los acontecimientos recientes podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Princesa- No, es la reina Lupis ahora…

Rick sólo había estado en Pireas, la capital, una vez en su vida. Había visto a la Reina Lupis durante esa visita. Pensando en su rostro, Rick sonrió amargamente.

La Reina Lupis apreciaba a sus súbditos y acataba la justicia. A cambio, sus ciudadanos la amaban y la respetaban. Rhoadseria probablemente nunca había tenido otro soberano que amara a los plebeyos tanto como la reina Lupis.

Cuando alejó a Duke Gelhart y tomó el centro de la escena política, muchos de los plebeyos habían recibido su reinado con los brazos abiertos y vítores.

Entiendo por qué esperaban tanto de ella.

A lo largo de la existencia de Rhoadseria, los nobles habían afirmado repetidamente su tiranía. Esto era de esperar, ya que los nobles eran siempre la clase privilegiada.

Pero los años durante los cuales el duque Gelhart tenía el poder de facto sobre el país eran especialmente oscuros. Y luego vino el cambio de régimen. Para las masas oprimidas, la Reina Lupis era un faro de esperanza.

Simplemente se regocijaban y esperaban un futuro más brillante, sin saber que todo era una gran ilusión.

Un aventurero como Rick carecía tanto del conocimiento como de la voluntad para analizar los errores de la Reina Lupis. Lo único que sabía era que en la actualidad, el Reino de Rhoadseria estaba en una posición aún más precaria de lo que había sido durante la guerra civil.

El gremio estaba lleno de solicitudes de guardaespaldas y eliminación de bandidos. Muchas aldeas habían organizado sus propias milicias locales para defenderse del

saqueo. Todo eso se debió al liderazgo de la reina Lupis… o la falta de él.

Los nobles recaudaban impuestos pesados sobre sus súbditos para aumentar sus ganancias, acumulando fondos para proteger sus dominios.

Todos estaban sintiendo el advenimiento de una nueva guerra y se estaban preparando en consecuencia. Esto dejó a los plebeyos con sólo dos opciones: o pagar los impuestos y morir de hambre o arriesgar sus vidas oponiéndose a los bandidos.

En la actualidad, una persona en el grupo se pegó a Rick. Aún era joven y un novato, pero había sido bendecido con sorprendente habilidad y determinación. Todavía tenía un camino por recorrer como aventurero, pero su destreza de combate ya igualaba la de un aventurero de clase media. Basado en cómo se había comportado cuando cazaron al glotón el otro día, su personalidad también estaba bien.

Parecía un poco inquieto, pero se enfrentaba a su primer monstruo gigante. Cualquier novato reaccionaría así.

Tampoco había sido un monstruo ordinario. Había sido una variante gigante, una monstruosidad verdaderamente horrible. El hecho de que no huyera por el tamaño de la criatura era digno de elogio por sí solo.

En los tres meses desde que Rick le había permitido unirse a la compañía, Rick había visto las perspectivas prometedoras que había mencionado el personal del gremio. Aún así, algo en él se sintió mal.

Un novato hábil que se une a nosotros en un momento como este. Normalmente, me alegraría, pero no estoy seguro de si esto fue una coincidencia. Y…

Si Kevin se había unido al Nimbo del cielo azul para pulir sus habilidades como aventurero o mercenario, entonces no había nada que criticar. Pero Rick no podía descartar la posibilidad de que hubiera tenido motivos ocultos.

Quizás estoy pensando demasiado en esto. Por lo menos eso espero.

El chico había superado su prueba antes de unirse, de forma justa. Y el hecho de que sabía leer y escribir y hacer aritmética le ayudó bastante a entrar.

La mayoría del grupo sólo sabía cómo escribir sus nombres, en el mejor de los casos. Sabían aún menos sobre matemáticas.

Muchos ni siquiera sabían cómo sumar o restar, a pesar de su utilidad en la vida cotidiana. Así era como los comerciantes a menudo estafaban a aventureros y mercenarios.

Los únicos que no serían engañados tan fácilmente eran Anastasia, que había tenido una educación noble, y Rick, a quien su padre adoptivo le había enseñado a negociar.

Debido a la educación de Kevin, su incorporación a la compañía significaba que podían relegarle un poco de esa carga. Sin embargo, todo esto asumiendo que Kevin realmente quería convertirse en un aventurero. Después de todo, nadie quería pasar la responsabilidad a un traidor entre ellos.

Podría ser el momento de discutir esto con Anastasia.

Rick no pretendía ser un hombre inteligente. Su perspectiva se había expandido a lo largo de los años a medida que ganaba experiencia como líder de la compañía, pero todavía era un guerrero en el corazón. Su verdadero valor estaba en primera línea.

Leer a través de contratos y negociar con los clientes no era su campo de experiencia. Como tal, su vice-capitána era una parte indispensable de su trabajo-el cerebro para que coincida con su

fuerza muscular. Habiendo nacido noble, Anastasia era mucho más sabia y más prudente que un plebeyo como Rick.

“Oye, Lloyd. ¿Tienes un minuto? Rick gritó.

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La puerta se abrió y un hombre de mediana edad se asomó al interior de la habitación. “¿Llamaste, Cap? ¿Finalmente terminaste con el trabajo?” preguntó con sus ojos brillando. Parecía que esperaba una respuesta muy específica. Todo su cuerpo estaba lleno de emoción, como un niño con muchas ganas de salir.

Aunque Rick reconoció esto, todavía tenía que caminar sin piedad por toda la esperanza de Lloyd. “Ni siquiera cerca, estúpido.”

“Bien…” dijo Lloyd, colgando la cabeza.

Desafortunadamente para Lloyd, fue su turno de ser el asistente directo del capitán, ayudándolo con sus deberes y actuando como su guardia. Mientras Rick siguiera trabajando, Lloyd no podía salir a beber con el resto de sus amigos. Tuvo que esperar pacientemente a que Rick terminara.

“No vas a beber hoy, Lloyd; ríndete. Llama a Anastasia, ¿quieres? Ella debería estar en su habitación”.

“Entendido, Cap. Hombre, ¿tener que ser asistente hoy, de todos los tiempos? Lloyd se encogió de hombros, exasperado. “Bien, renunciaré a mi alcohol y a las mujeres. ¡Asegúrate de traerme algo bueno para comer más tarde!”

“Bien, bien. Yo invito la cena. Y puedes tomar una jarra de cerveza. Así que date prisa y llama a Anastasia.”

“¿Sólo una jarra? ¡¿Tratas de matarme aquí, Capitán?!”

“¡Vamos!”

Lloyd se fue, todavía visiblemente insatisfecho y murmurando para sí mismo.

Rick se apoyó en su respaldo, mirando al techo. No es que no entienda cómo te sientes, Lloyd.

A Rick tampoco le gustaba este sistema de asistentes, pero Anastasia lo había sugerido. Y de hecho le había salvado el cuello un par de veces, así que no había una buena razón para cancelarlo. Además, ser el jefe de una grupo tan influyente significaba que no podía permanecer indiferente a la política.

Pero esta noche fue un momento de celebración. Habían completado un trabajo importante. Incluso Rick comprendió cómo se sentía Lloyd, con dolorosa claridad. Si no fuera por su puesto, estaría fuera de casa en la ciudad en lugar de trabajar con dificultad en este trabajo paralizante.

“Ser capitán es un trabajo bastante horrible”.

Rick suspiró y buscó su cigarrera en su escritorio. Sacó un rollo y una daga para hacer un filtro. En poco tiempo, el humo llenó su oficina.

Mientras soplaba, Rick ladeó la cabeza. “Llega tarde… ¿Qué está haciendo Anastasia?”

Según Lloyd, ella había estado ocupada. Él había llamado a su puerta, y ella había respondido que estaría pronto en la oficina de Rick. Pero había pasado una hora, y no había señales de ella.

Anastasia era siempre metódica y puntual. Normalmente no lo dejaría esperando así.

Justo cuando Rick pensó en llamar a Lloyd y pedirle que la llamara de nuevo, escuchó tres golpes en la puerta.

“Pido disculpas por la espera, Capitán. ¿Puedo pasar?”

La voz de Anastasia era tan hermosa como siempre, pero Rick podía escuchar un toque de estrés en ella. Eran camaradas que habían luchado juntos en la batalla; fácilmente podía sentir los cambios mínimos en su tono.

¿Alguien la amenazó o algo así? No, eso no es. Es más como si estuviera tratando de controlar sus emociones.

“Oh, Anastasia. Claro, entra ”, dijo Rick, todavía algo desconcertado.

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“Disculpe”, murmuró, abriendo suavemente la puerta.

“Ya veo. Así que eso es lo que pasó”. Rick había planeado preguntarle por su tardanza, pero cambió sus palabras cuando vio al joven parado detrás de ella. “Anastasia, ¿puedes explicar por qué lo trajiste a mi habitación en medio de la noche? ¿Es esto… lo que creo que es?

Anastasia asintió brevemente.

Rick lanzó un profundo suspiro. “Bien. Entonces, ¿quién lo envió?” Sabía que el prometedor novato tenía algún tipo de secreto, pero honestamente, no quería seguir esa línea de cuestionamiento demasiado profundo.

“Dice que es de la baronía Mikoshiba,” contestó Anastasia en breve.

Rick frunció el ceño.

“¿Mikoshiba? ¿El barón Mikoshiba?”

Wortenia Senki Volumen 11 Capítulo 3 Parte 2 Novela Ligera

 

Hablando de lo inesperado.

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La sorpresa de Rick era natural. El Barón Mikoshiba era visto públicamente como un noble falso, un aristócrata sólo de nombre. En el mejor de los casos, era visto como un advenedizo. Entre tener que gobernar la tierra árida de la península de Wortenia, que no tenía ciudadanos, y luego tener que ir en la expedición a Xarooda, había estado sorteando una mano terrible tras otra.

Al principio, Rick incluso había sentido una pizca de admiración y envidia hacia él. Era un mercenario de origen humilde que había recibido un título noble, incluso si era el rango más bajo posible.

Pero con cada rumor que Rick escuchó de él, esa admiración se convirtió en burla.

Ryoma Mikoshiba era un héroe que había sido desterrado a una región fronteriza con sólo una tierra infértil como su premio.

Cualquier tonto podía ver que la Reina Lupis había querido empujar a Ryoma Mikoshiba lo más lejos posible. Aun así, Ryoma había ido a Xarooda y repelido la invasión O’ltormeana.

Rick reconoció fácilmente la habilidad de Ryoma Mikoshiba. Pero el hecho de que simplemente se hubiera inclinado ante las demandas de una Ama que lo había despreciado hizo que Ryoma pareciera un cobarde, atado por las cadenas de su posición social. Pero parecía que la opinión de Rick sobre el barón había sido errónea. Se quedó paralizado en su lugar, sorprendido por esta noticia.

Kevin aprovechó esta oportunidad para dar un paso adelante. “Mis disculpas por entrometerme a esta hora, Capitán”, dijo, inclinando la cabeza. “Creo que ya te has dado cuenta, pero déjame presentarme de nuevo. Mi nombre es Kevin, sirviente de la noble casa de Mikoshiba.”

Su reverencia había sido perfecta. Incluso Anastasia, con su noble formación, podía afirmarlo. Estaba claro que Kevin había pasado por un riguroso entrenamiento. Pero la forma en que su cabeza no estaba completamente baja demostró que sus habilidades marciales eran significativamente más altas de lo que Rick había asumido inicialmente. Quizás no era tan bueno como Rick, pero ciertamente era tan hábil como el miembro promedio del grupo… sino más fuerte.


La forma en que se está moviendo… sí, se estaba haciendo el tímido con nosotros, el pequeño bastardo.

Algo se había sentido mal acerca de este chico desde el día en que se unió. Ahora Rick sabía lo que era.

Maldición. Pensé que era un novato prometedor, pero todo fue un engaño.

Rick suspiró de nuevo. Cualquier trabajo que Kevin se suponía que debía transmitirles era seguramente uno que no podían rechazar.

Su charla continuó hasta bien entrada la noche. Sólo los tres sabían de qué se trataba su discusión. Pero después de ese día, la compañía Nimbo del cielo azul comenzó a trabajar en Rhoadseria con más frecuencia que antes. Eso fue hasta que un día, varias semanas después, los engranajes de la historia crujieron en la vida y comenzaron a girar una vez más mientras se alimentaban de la sangre y las lágrimas de muchos.

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