Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 12

Bloe

Parte 2

“En la batalla de mañana, el Séptimo Ejército tendrá que ser los peones de sacrificio.”

Agner me dijo esto sin rodeos ayer.

Dijo que mis tropas actuarían como cebo para atraer al héroe.

El Fuerte Kusorion es particularmente seguro, incluso entre todos los fuertes humanos.

No hay manera de derribarlo atacándolo de una manera limpia y directa.

Así que nuestra estrategia era sacar al luchador más fuerte de la humanidad, el héroe, y destruirlo para aplastar el espíritu de lucha de los humanos.

Me pareció un movimiento arriesgado.

¿Seriamos realmente capaces de atraer al héroe poniendo en riesgo a todo el Séptimo Ejército?

E incluso si lo logramos, ¿podríamos derrotarlo?

Además de eso, si pudiéramos eliminar al héroe, ¿sería eso suficiente como para destruir si voluntad de luchar?

¿Realmente sería eso suficiente para derribar Fuerte Kusorion?

El plan de Agner parecía estar basado en una gran cantidad de suposiciones optimistas—para mí, todo sonaba como una gran apuesta.

No había forma de que pudiera arriesgar la vida de todos mis soldados por una estrategia tan dudosa.

Se lo dije directamente.

“Me lo suponía. Pero tendrás que hacerlo de todos modos. Apuesta o no, es la única oportunidad que tenemos de ganar.”

Agner lucía una sonrisa inusualmente apática y autocrítica.

“Nos han puesto en una situación difícil, a los dos.”

Con esa declaración, Agner miró a su alrededor.

En ese momento, habíamos retirado a todos los hombres, por lo que no había nadie más-

“¿Puedo pedirte que salgas por un minuto? Esto es solo una charla trivial entre dos hombres. No vamos a hacer ningún movimiento tonto tan tarde en el juego.”

Pero por alguna razón, Agner habló como si alguien estuviera por aquí cerca escuchando, y se dirigió directamente a esa presencia invisible.

Mi Percepción de Presencia no detectó nada, pero Agner parecía seguro de que había alguien más allí.

“Bueno, no se sabe si eso funcionó o no…”

“¿Sr. Agner? ¿De qué iba eso?”

“No te preocupes por eso. No hay nada que puedas hacer de todas formas.”

Sentí un escalofrío.

Era como si Agner estuviera diciendo que alguien estaba observando cada uno de mis movimientos, sin que yo me diera cuenta.

¿Es posible algo así incluso para el Señor Demonio?

Incluso ahora, me cuesta creer que ella sea tan intocable como afirma mi hermano mayor.

Pero en aquel momento, por primera vez, sentí un miedo indescriptible.

“Ni siquiera yo puedo decir si nuestro observador realmente se fue o no. Pero no iba a decir nada que nos pusiera en problemas de todos modos.”

¿Estábamos siendo observados por alguien que ni siquiera Agner podía detectar?

Instintivamente, miré a mi alrededor, lo que hizo que Agner se riera entre dientes.

Pero, por supuesto, no podía sentir nada, así que me volví hacia Agner con perplejidad.

En respuesta, la expresión de Agner se puso seria y empezó a hablarme.

“Bloe, puede que te sientas como si fueras el único que se ha puesto en una situación difícil, pero estarías completamente equivocado. No eres solo tú. Toda la raza demonio está en peligro.”

Agner sonaba exhausto mientras hablaba.

Siempre parecía tranquilo y sombríamente decidido, por lo que esta era la primera vez que lo veía en este estado.

“A nosotros los demonios solo nos quedan dos opciones. Derrotar a los humanos y sobrevivir o perder y ser destruidos. Eso es a todo lo que se reduce.”

“No es tan simple, ¿verdad?”

“No, me temo que realmente lo es.”

Perder o ganar.

Sobrevivir o morir.

Todo o nada.

No puedo imaginar que nuestro destino sea algo tan simple, pero Agner insistió en que era solo eso.

“Cuanto mayor es la escala de una situación, más se complican las cosas. Pero hay excepciones a todas las reglas. Esta ocasión es una de esas excepciones. Porque el mismísimo Señor Demonio desea ese simple resultado.

El Señor Demonio.

Solo pensar en esa mujer me hace fruncir el ceño.

Todo se descarriló cuando ella apareció.

“Sr. Agner. ¿Por qué sirves a tal—?”

“No digas una palabra más.”

No entiendo por qué alguien tan poderoso como Agner obedece al Señor Demonio.

Si se hubiera rebelado contra ella, las cosas podrían haber sido diferentes.

Pensando en eso, comencé a decir algo inoportuno, pero él me cortó.

“… No podemos ganar. O mejor dicho, no pude ganar. Fui incapaz de ganar contra el Señor Demonio. Ahí tienes tu respuesta.”

La respuesta simple de Agner me dejó atónito.

No pudo ganar.

Nunca había oído a Agner admitir eso antes.

La repercusión de eso es increíblemente grave.

“No aceptaré en silencio nuestra desaparición, por supuesto. Simplemente he decidido que este es el único curso de acción que permanece abierto para nosotros. No tenemos más remedio que ganar.”

Agner juzgó que no podía derrotar al Señor Demonio, así que la única opción que quedaba para la supervivencia de la raza demoníaca era derrotar a los humanos.

No quiero aceptarlo.

Pero no tengo muchas opciones.

No si es Agner el que lo dice.

“Debemos ganar por cualquier medio necesario. Incluso si es una apuesta, es una que debemos hacer. No es solo el Séptime Ejército lo que está en juego. Si perdemos, probablemente estará condenado hasta el último demonio.”

Es por eso por lo que necesita que el Séptimo Ejército lidere la carga.

Me di cuenta de que él estaba decidido en este frente y nada de lo que yo pudiera decir podría cambiar la estrategia elegida.

Tenemos que ganar.

No estamos solo el Séptimo Ejército y yo en juego.

El destino de toda la raza demoníaca depende de nuestra victoria.

***

A la mañana siguiente—es decir, esta mañana—expliqué la esencia de la estrategia a los solados del Séptimo Ejército.

Estos hombres y mujeres participaron en el que iba a ser el ejército rebelde liderado por su anterior comandante, Warkis.

Como la rebelión fue descubierta, el Séptimo Ejército fue maltratado y se reasignó a su espantosa posición actual.

Sus suministros tienen la prioridad más baja de todos los ejércitos, no tienen el equipo adecuado y algunos días ni siquiera hay suficiente comida para todos.

Y ahora, sus órdenes son básicamente “salid y morid”.

No puede haber manera posible de que eso no les moleste.

Y aun así…

“Si usted lo dice, Jefe.”

Los soldados aceptaron de buena gana su misión suicida.

“Ya casi morimos una vez. Ya que estamos viviendo un tiempo prestado, al menos queremos hacer algo útil antes de morir.”

“Es gracias a usted que hemos estado vivos tanto tiempo. Jefe. Salvó nuestras vidas, así que úselas como mejor le parezca.”

“Yo…”

Están actuando como si hubiera hecho mucho por ellos, pero no es eso.

Muchos de estos soldados fueron increíblemente fieles a Warkis.

Muchos de ellos estaban listos para tomar sus armas y morir intentando vengarle.

Los calmé lo mejor que pude e incluso les partí la cara cuando no tenía otra forma de frenarlos.

A veces iba por ahí pidiendo comida, tomando prestado lo que podía para que mis soldados pudieran comer, e incluso fui a cazar monstruos por mi cuenta cuando las cosas se ponían muy mal.

Pero eso es todo lo que podía hacer por ellos.

Apenas lo suficiente como para merecer que me dieran sus vidas.

Estoy seguro de que ellos también se dan cuenta de ello.

Son plenamente conscientes de que se les permitió vivir, pero no se les perdonó.

Todo esto significa que ha llegado la hora de pagar las consecuencias, así que están preparados para morir aquí.

Y todo lo que puedo hacer es enviarlos a la muerte.

Así que si no quiero que sus últimos momentos se desperdicien, tengo que asegurarme de no perder, ¡así podré devolverles es haber confiado en un comandante de mierda como yo!