Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 7

Capitulo 61: El Cuento del Compromiso Frustrado por la Doncella Malvada

Parte 3

Mientras tanto, en la habitación de Mavis, a puerta cerrada…

“¡No puedo creerlo! ¡Es como dijo Pauline! ¡Rompieron el compromiso por su cuenta! ¡Salí libre de toda culpa y ahora el Marqués nos lo debe! ¡Es como magia! Muy bien, ahora para continuar según lo planeado…”

“¡Padre, realmente lo hiciste!” Mientras viajaban en un carruaje con destino a la posada donde se alojaban Mile y los demás, los Woitdeins hablaron entre ellos.

“Si. Lo que hemos hecho al Conde Austien y Mavis-san es realmente imperdonable, pero pronto pensaremos en alguna forma de compensarlos. ¡Pero lo más importante es, Mile-san! ¡Debemos darle la bienvenida a la familia Woitdein!”

“¡Escucha!” respondieron su señora y su hijo en tándem.

Ella era la sucesora de un Vizconde de otro reino.

Además del Marqués, que era el jefe de la familia, la Casa Woitdein también tenía un Vizconde propio. Jusphen, como el segundo hijo, ya estaba en línea para heredar este título, pero no le hacía daño a su esposa tener su propio rango noble también.

Incluso si era un rango cortesano de otro país, si su esposa tenía un título, eso significaba que había algo que su segundo hijo heredaría. Además, esto significaba que el linaje de la línea Woitdein ahora incluiría tanto el título como el territorio de otro reino.

La oportunidad de casarse con una joven que estaba en línea para heredar su propio título no se presentaba todos los días.

En primer lugar, había muy pocas familias que no tenían herederos varones. En segundo lugar, entre las familias que solo tenían hijas, ¿cuántas de estas jóvenes podrían ser hijas mayores en edad de casarse que aún no estuvieran comprometidas? Si existiera una chica así, los jóvenes de todas partes probablemente saldrían a por ella.

“Realmente es todo un milagro que Mile-san aún no haya encontrado un fiancé… ¡En realidad, apuesto a que sus padres decidieron la excusa de que tenía que elegir a su prometido para no verse inundada de propuestas y luego hicieron imposible que pudieran encontrarse con ella! Ya veo, ya veo…”

Según lo que había observado, el Marqués no tuvo problemas para llegar a esta conclusión.

“Bueno, ella puede tener un título, pero esa no es la verdadera joya aquí. Si todo lo que tenía era su herencia, entonces no habría habido razón para escupir prácticamente a los Austiens como lo hicimos nosotros. Aquí fuimos nosotros los que extendimos la propuesta, y actuamos de una manera tan descarada, lastimando incluso a Mavis-san… Sin embargo, Mile-san es sabia y conocedora. Ella tiene habilidad con la espada y con la magia también. Debemos inducirla a nuestra familia. ¡Necesitamos sus habilidades en nuestra línea de sangre! Además, por supuesto, esa sabiduría suya podría ayudarnos a desarrollar nuestro territorio, su habilidad con la espada podría pasar a nuestras tropas de élite, y ella podría ayudar a dirigir a los magos… Afortunadamente, a Mile-san tampoco parece que le desagrades. A juzgar por la forma en que estuvo contigo anoche y esta mañana, no hay de qué preocuparse. Me pregunto si eso se debe a mi título, o porque nunca antes había sido cortejada por un hombre, por lo tanto, es débil para cualquier atención…”

“¡Padre, al menos podrías decir que es por mi encanto!”

“¡Ha, ha, digamos que es así, entonces!”

“Honestamente, ustedes dos…”

“¡Wahahahahaha!”

Ni una sola vez se cruzó por la mente de los Woitdeins de que Mile podría rechazar la propuesta que planeaban hacer.

***

“¿Entonces, es hora?”

“Yo diría que ya es hora.”

Justo cuando Reina y Pauline intervinieron con sus predicciones… “Disculpen.”

El Marqués y su familia llegaron a su habitación, escoltados por un empleado de la posada. Aparentemente, una vez que se sabía que se estaba tratando con un Marqués, no había que consultar con los plebeyos en busca de obtener su aprobación. Los Woitdeins simplemente fueron traídos al lugar.

“Mile-san, es realmente imperdonable para mí iniciar esta charla tan repentinamente, ¡¿pero no te gustaría casarte con mi hijo, Jusphen?!”

“¡¿¡¿Quéeeeeeeee?!?!” Las tres chicas gritaron, con sus manos en sus bocas en unos vergonzosos actos de sorpresa.

“P-pero Sir Jusphen se casará con Mavis-san…” señaló Mile.

“La propuesta ya se ha disuelto,” respondió el Marqués, un poco culpable. “¡Así que no hay problema ahora!”

“¡Hay un gran problema!” Mile gritó de vuelta. “¡Nunca le robaría a alguien a mi  querida  amiga  y  miembro  de  grupo!  No  espera  que  traicione  a  Mavis, ¿verdad?”

“No, pero ya obtuvimos la aprobación para retirar la propuesta tanto del Conde Austien como de Mavis-san. ¡Todo está bien!”

“Incluso si no tiene un problema con eso, ¡yo sí! ¡Uno enorme! ¡¿No se da cuenta de lo horrible que haría sentir a Mavis?! ¡Además, solo tengo trece años!

¡No tengo intención de casarme ahora mismo!”

El Marqués Woitdein se vio sacudido por esta reacción inesperada. No había mostrado signos de disgusto por Jusphen, e incluso si él era el segundo hijo, seguía siendo hijo de un Marqués.

Con el respaldo de la familia principal, su hogar podría tener tanto poder como el de un Conde.

Además, ya había oído la noche anterior que Jusphen estaba a punto de heredar el título de Vizconde. Por lo tanto, Mile debería haber tenido claro que no la estaban atacando simplemente por su título. Considerando todo esto, no había esperado que ella se negara.

Incluso si fuera un hombre de algunos años, el Marqués seguía siendo un noble, y por lo tanto había supuesto que la idea de que Mile eligiera un cónyuge para ella era poco más que un medio de disuasión de plagas, nunca suponiendo que la hija de un Vizconde pudiera negarse a una propuesta del hijo de un Marqués.

Las hijas de los nobles se casan por el bien de sus hogares, e incluso si ella era la que heredaba, tendría un suegro y luego un cuñado, que era un Marqués— incluso si estaba en la nobleza de otro reino—elevaría inmensamente el estatus de su propia familia. En un futuro lejano, sería una gran ayuda para su segundo hijo.

Si sus padres estuvieran presentes, seguramente se habría dado la bienvenida a hablar.

Con las habilidades de Mile, no habría sido extraño que las propuestas vinieran incluso de la descendencia de un Conde, aunque según la conversación de la noche anterior, todavía había pocos en su propio país que fueran conscientes del alcance de su habilidad.

Parecía que tendrían que llegar a un acuerdo con la niña misma. Con esto en mente, el Marqués presionó aún más.

“Bueno, por supuesto, sin duda tendremos que conocer a tus padres primero y hacer una propuesta oficial. Si tus padres estuvieran aquí, estoy seguro de que…”

“¡Pero no tengo ninguno!”

“¿Qué?”

El Marqués quedó estupefacto ante la objeción de Mile.

“Dije que no tengo ninguno. Ni padres ni abuelos. Todos se han trasladado al otro mundo. Por lo tanto, no solo soy la sucesora del título de mi familia, sino que ya los he heredado. Soy la cabeza legítima de mi familia. Las tierras de mi familia están bajo el gobierno de la administración de su Majestad, el Rey, hasta que sea mayor de edad.”

“¡¿¡¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeee?!?!”

Nada era mentira. Después de todo, mentir sobre el rango era un delito grave, castigado incluso con la muerte.

“Por lo tanto, tengo la última palabra sobre a quién tomaré como compañero. Y, además, no tengo intención de robar al prometido de mi camarada y querida amiga. ¡Se lo juré a la Diosa!”

Todo el color desapareció repentinamente del rostro del Marqués.

Jurar a la Diosa era un juramento absoluto. Excluyendo circunstancias extremas, esa era una promesa que no se rompería, a menos que fuera una cuestión de vida o muerte. Naturalmente, si alguien se atrevía a romper la promesa e incurrir en la ira de la Diosa—sería mejor estar preparado para el castigo divino que vendría.

Ahora habían perdido todas las posibilidades de que Mile aceptara el compromiso.

“¡Por favor, perdónanos!”

El Marqués tomó a su esposa e hijo todavía aturdidos por los brazos y salió corriendo de la habitación.

***

Y luego, después de un rato, Reina anunció: “¡Es hora de irnos!”

“¡¡Muy bien!!”

“P-padre, ¿a dónde vamos …?”

¡A la residencia del Conde Austien, obviamente! ¡Haremos que restablezcan el compromiso, incluso si tengo que arrastrarme por el suelo!” dijo el Marqués.

“………”

¿Realmente piensa que eso va a funcionar? Las expresiones de su esposa e hijo eran oscuras.

Después de llegar a la mansión Austien, luego de un viaje en carruaje apresurado, un mayordomo guio al Marqués a una habitación donde inclinó la cabeza profundamente al Conde Austien.

“¡Lo siento! ¡Puedes reprenderme tan duramente como quieras, y si quieres que me arrodille y suplique, lo haré! ¡Pero te estoy suplicando! Por favor, ignora todo lo que dije antes, y continuemos discutiendo el compromiso según lo planeado…”

Mientras el Marqués suplicaba desesperadamente, el Conde Austien hizo una mueca de dolor y sacó un trozo de pergamino del bolsillo de su pecho, que le entregó al Marqués. En el papel estaba escrito lo siguiente:

Voy a hacer un viaje por un tiempo para sanar mi corazón roto. Por favor no me busques.

—Mavis

Seguramente, ella viajaría con sus compañeras, así que no había necesidad de preocuparse por ella. Sin embargo, eso no calmó la ira del Conde hacia el Marqués—especialmente cuando el hombre tuvo la descarada intención de ofrecer su propuesta por segunda vez. Eso fue más de lo que el Conde podía soportar.

“Pagarás un alto precio por esto,” dijo el Conde, con una voz que sonó como si viniera de las profundidades del infierno.

El Marqués cayó al suelo de rodillas. Todavía no había caído tan bajo, pero todavía era una pose que ningún Marqués debería tener que tomar delante de un Conde.

“Entiendo,” dijo, arrastrándose. “No solo recibirás una gran suma como disculpa, sino que cualquier informe o propuesta que envíes a los superiores, lo respaldaré. ¡Reconoceré a los de tu facción y cualquier otra cosa que desees! Nunca podré disculparme realmente por el daño hecho a Mavis-san, pero por favor, ¿hay alguna manera de que puedas perdonarme…?”

Incluso el Marqués, astuto en el mundo de la política, solo podía pedir una disculpa por herir tanto a la hija de otra familia que huiría de casa. Después de todo, tenía hijas propias.

“Muy bien,” dijo el Conde. “Lo hecho, hecho está. Les proporcionaremos comida y alojamiento esta noche y lo discutiremos más adelante. Sin embargo…”

“¿Sin embargo?”

“Tendré que insistir en que seas tú quien explique las circunstancias de la situación a mis tres hijos cuando regresen a casa. Cualquiera que sea el castigo que consideren conveniente darte, espero que te sientes obedientemente y lo tomes.”

“Admito tus caprichos, buen señor.”

***

“Pauline, eres increíble! ¡No puedo creer que hayamos logrado romper esa propuesta de manera segura sin hacer nada más que ser nosotras mismas! Además, dado que ellos fueron los que rompieron, eso mantiene a mi padre fuera de una mala posición. Por el contrario, creo que ahora le deben un favor. ¿Qué tipo de magia usaste?”

Después de volver a reunirse en su ubicación acordada, Pacto Carmesí ahora se dirigía hacia la capital.

Las otras tres hicieron una mueca ante la pregunta de Mavis. Incluso Mile, por primera una vez, había comprendido completamente las circunstancias de la situación. Mavis parecía ser la única que no entendía. Para evitar que Mavis, que era mala para guardar secretos, lo divulgara, Pauline solo le había informado de su propio papel, sin molestarse en ilustrar la forma completa del plan.

Sin embargo, ahora que todo había terminado, y debido a que sería un problema para Mavis si sus historias no se alineaban la próxima vez que Mavis volviera a casa, decidió que este era finalmente el momento de desembuchar todo su plan.

“¿Qué? ¿Estás diciendo que la razón por la que se rompió la propuesta fue porque Jusphen tenía los ojos puestos en Mile y quería ir por ella en lugar de mí…?”

“Si, eso es correcto. Por lo tanto, los Woitdeins fueron los que rompieron la propuesta. Mile emite una vibra muy similar al retrato de ti cuando eras más joven que nos mostró tu tercer hermano. Dado que Lord Jusphen estaba enamorado de esa versión tuya, pensamos que podría ser suficiente para atraerlo. Además, viene con un título, y existe la posibilidad de que pase su espada y habilidades mágicas a su descendencia… Además, tiene un conocimiento único y la gente la encuentra agradable. Honestamente, ¡ella te tiene vencida!”

“¿Qué…?”

“Ah, por supuesto, nunca les mentimos, así que esto no fue una trampa. Quiero decir, él no es necesariamente una mala persona, pero el hecho es que fue atraído por ti después de verte solo una vez, hace mucho tiempo, lo que significa que tomó su decisión basándose solo en tu apariencia, no porque le gustaras por tu personalidad o algo por el estilo. Así que, en realidad, ¡es un viejo perro basura que es una excusa de hombre que juzga a las mujeres solo por su aspecto!”

A estas alturas, Pauline se había cansado de los hombres desagradables que solo podían mirar su pecho cuando le hablaban, por lo que criticaba a cualquier hombre que juzgara el valor de una chica solo por su aspecto.

“Además, podemos suponer que lo que realmente estaban pensando era el hecho de que eres hija de un Conde; que eres una espadachina experta que se ha hecho una reputación; y que, dado que son parte de una línea marcial, serías valiosa como esposa de su hijo. ¿verdad? Lo único que les importa es el estatus y qué habilidades son más convenientes para sus propias ambiciones, ¿no? Jusphen nunca se enamoró de Mavis, la mujer bella, sino del ideal abstracto de una mujer que sería de valor práctico para él. Y así, una vez que desviamos su mirada hacia Mile, que tiene aún más valor para él, engancharlo fue fácil. Él no es el tipo de persona que alguna vez se preocuparía por tus sentimientos o lamentaría sus acciones.”

Mavis parecía estar cada vez más deprimida, por lo que Pauline trató de enfatizar el hecho de que eran los Woitdeins, no la propia Mavis, quienes eran los malos, tratando de asegurarse de que su amiga no tuviera sentimientos de arrepentimiento. Sin embargo…

“¿Estás diciendo que tengo menos valor que Mile como prospecto de matrimonio? ¿Tanto menos valor que alguien me rechazaría, así como así? ¿Que soy mucho menos que Mile, con su juventud, su estatura, su cuerpo y esa mirada vacía y esa completa falta de sentido común?”

Mavis se detuvo, agarrándose la cabeza con las manos. Parecía que estaba a punto de llorar.

“M-Mavis, ¡no dejes que te moleste! ¡No saben nada de ti ni de Mile como personas! Si conocen mejor a cada uno de ustedes dos, ¡es obvio a quién elegiría!” dijo Reina.

“¡Así es! Esa… serías… tú…” Mile comenzó a añadir, ansiosa por consolar a Mavis, cuando de repente se dio cuenta de lo que la pareja había estado diciendo sobre ella. “¡E-e-e-esperen un minuto! ¿Qué fue todo eso? ¿Qué es lo que todas piensan de mí…?”

Mile estaba increíblemente indignada. “¡Venga! ¡Respóndanme!”

“Errrr…”

“Mile, Mavis pasa por un momento delicado. ¡Tienes que dejarla en paz!”

“¡Escuchémoslo de ti entonces, Reina! ¡¿Cuál de nosotras es basura por dentro?! ¡¿Cuál de nosotras es la aburrida con la que nadie se casaría?!”

“N-no dije todo eso…”

“¡No tenías que hacerlo!”

“Venga, relájate…” Incluso con la mediación de Pauline, pasaría bastante tiempo hasta que Mavis pudiera recuperarse, la ira de Mile podría disminuir, y el grupo podría comenzar a moverse nuevamente.