Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 7

Capitulo 61: El Cuento del Compromiso Frustrado por la Doncella Malvada

Parte 2

Y luego, Mavis y Jusphen tendrían algo de tiempo a solas, solo ellos dos, antes de volver a cenar con todos. Después de eso, todos tomarían algunas bebidas suaves y disfrutarían de la atmósfera tranquila juntos.

Debido a esto, la reunión de hoy iba a ser breve—solo presentaciones, que tendría lugar alrededor de la segunda campanada del mediodía (cerca de las 3 p.m.), y finalizaría antes del anochecer.

La misma Mavis no podía recordar la fiesta en la que la pareja se había visto por primera vez, unos años antes, pero tanto el Conde Austien como el Marqués Woitdein se ocuparon de tantos eventos sociales en la capital y reuniones en el palacio que los padres se habían vuelto bastante conocidos uno del otro. Incluso habían intercambiado palabras de vez en cuando.

Entonces, justo cuando el Marqués se movió para levantarse de su asiento… “Um, si todos estuvieran dispuestos, ¿por qué no cenamos todos juntos esta noche?”

“¿Hm?” Tanto el Conde como el Marqués encontraron sospechosa la repentina propuesta de Mavis.

El Marqués y su familia ya habían planeado cenar en un restaurante del pueblo, pensando que una reunión demasiado larga pondría demasiado estrés en la joven pareja, haciendo que se cansaran el uno del otro. Se suponía que la cena de esta noche consistiría en que ambas familias comieran por separado, sin duda comparando notas por su cuenta.

El Marqués se vio obligado a hacer un bucle ante este cambio repentino en el plan acordado.

El Conde, mientras tanto, perdió completamente la calma ante esta nueva propuesta. “A-ahora, Mavis, sugerir tal cosa de la nada sería un enorme inconveniente para la familia del Marqués, estoy seguro de eso. Además, no hemos hecho ningún tipo de preparación…”

De hecho, extender una invitación a la gente normal era una cuestión, pero hacer preparativos para entretener a alguien de un estatus más alto que uno mismo, como un Marqués, tomaba tiempo.

No había forma de que tuvieran los ingredientes adecuados a la mano ni los medios para prepararlos en tan poco tiempo.

Estaba, por supuesto, emocionado al escuchar a Mavis hacer una sugerencia tan proactiva por su propia voluntad, pero en un nivel práctico, la idea podría ser un poco más problemática de lo que valía la pena.

“Bueno,” continuó Mavis, “no tendríamos que entretenerlos aquí. El grupo de cazadoras con las que viajo me acompañó hasta aquí para despedirme, y estaba pensando cuán desesperadamente deseaba que todas los conocieran… Sería en un establecimiento de clase baja, un restaurante frecuentado por plebeyos, pero si no les importa, entonces…”

Al oír esto, los Woitdeins de repente entendieron. Ah, pensaron, tiene sentido que una chica quiera presentarle a nuestro hijo a sus amigas para tranquilizarlas, sin importar quién sea ese hijo.

Habían escuchado que los demás miembros del grupo eran señoritas, y hablar con ellas le daría a la familia una buena idea del tipo de persona que era la señorita Mavis. Al imaginar esto, el Marqués se alegró de aceptar la propuesta.

“¡Sí, por supuesto! ¡Aceptamos!”

“Bueno, si el Señor Marqués está de acuerdo, entonces nosotros también lo haremos…”

“Ah, en realidad… solo estaba invitando al Señor Marqués y su familia. Padre, Madre, no asistirán.”

“¿Qué…?”

El Conde Austien y su esposa se perdieron por las palabras. “Bueno, ya conoces a mis compañeras, ¿verdad, padre? Además, recuerdo que estaba bastante disgustado con el hecho de que soy una cazadora, ¿verdad? Es por eso que solo estoy invitando al Señor Marqués y su familia a esta cena.”

“P-pero eso es…”

El Conde parecía angustiado, pero Mavis lo ignoró. Aunque había vuelto al modo de hablar que solía usar con él antes de huir de su casa, la Mavis en la que se había convertido ahora no era la Mavis que era en aquel entonces, y las lágrimas que brillaban en sus ojos no la conmoverían.

“Ahora bien, yo lideraré el camino. Si me acompañan…”

Después de un corto viaje en el carruaje de espera de los Woitdeins, Mavis llegó a lo que era uno de los tres mejores restaurantes del pueblo capital del territorio Austien.

Por supuesto, incluso si se tratara de un restaurante de los tres primeros en una ciudad importante, este todavía era el feudo campestre de un Conde.

No podría compararse con el tipo de restaurantes que los nobles visitarían en la capital. Sin embargo, era al menos suficiente para entretener a la nobleza que podría pasar de vez en cuando.

Mavis le dio su nombre a la recepcionista, y los llevaron a una habitación privada… Aunque dar su nombre era un poco redundante, ya que no había forma de que alguien que dirigía una tienda en la capital no reconociera el rostro de la única hija de su señor feudal.

En la habitación a la que habían sido conducidos, encontraron a tres señoritas que los esperaban. Naturalmente, las tres se levantaron de sus asientos para saludar a los nobles.

“Que bellas…”

Debido a que los nobles solo elegían mujeres hermosas como sus esposas y amantes, todas las mujeres nobles, desde niñas hasta ancianas, eran típicamente criaturas encantadoras.

Sin embargo, ver a esas jóvenes tan bien formadas entre un grupo  de  plebeyos  sorprendió  tanto  al  Marqués  que  inconscientemente  dejó escapar un comentario.

No era que fueran un conjunto impresionantemente atractivo—aunque entre el grupo estaba una chica con una apariencia imponente y traviesa, una doncella joven y bien desarrollada que parecía gentil y amable, y una niña que emitía un ambiente tranquilo, el tipo de chica que querrías proteger. Había algo en ellas que rara vez se veía entre las hijas de los nobles.

Todo el grupo era fascinante…

Cuando el Marqués evaluó al trío, cada una dio sus saludos.

“Soy Reina, una cazadora de rango C,” dijo Reina, inclinando la cabeza cortésmente.

“Soy Pauline, también una cazadora de rango C y la hija mayor de la Compañía Beckett,” dijo Pauline, inclinando la cabeza.

“Del mismo modo, yo soy la—no importa. Soy Mile, una cazadora de rango C, hija única de un Vizconde.” Mile los saludó con una reverencia.

El Marqués y su familia estaban sin palabras, con la boca entreabierta.

Pauline no era especialmente digna de mención. Su familia debe ser bastante exitosa como comerciantes para tener su propia compañía, pero hasta donde el Marqués pudo observar, ella era una plebeya que tenía poco dinero para su nombre. Sin embargo, la hija única de un Vizconde era un asunto diferente.

Si ella era la hija única, y se tomara por novia, el hijo heredaría el título de Vizconde. En otras palabras, los miembros de rango de cada línea familiar podrían unir fuerzas, fortaleciendo ambas facciones.

Además, no se puede subestimar el valor de estar conectado a un noble de otro país cuando se trata de negociaciones internacionales o la posibilidad de que uno u otro algún día termine en el exilio.

Además, esta chica tenía un aspecto encantador, parecía educada y tenía una sonrisa que tranquilizaba.

“Vale, ¿por qué no tomamos asiento?”

“P-por supuesto…”

A instancias de Mile, el grupo del Marqués tomó asiento. Cuando llevaron la comida y las bebidas, comenzó la noche.

“…Y luego, Mile voló a los enemigos con un hechizo de ataque…”

“¿Hm? ¿Pero pensé que Mile era una espadachina?” Jusphen interrumpió la historia de Reina.

Mile respondió: “Sí, bueno, ¿en realidad soy una caballero mágica?”

“¿Una caballero mágica?” Los nobles hicieron eco.

“¡Sí, puedo usar tanto la magia como la espada por igual!”

“¿¿¿Qué???”

Los ojos de los nobles estaban muy abiertos. Nunca habían oído hablar de tal título. Sin embargo, escuchar la explicación de la posición de Mile obligó a que sus ojos se abrieran aún más.

Como en el caso de los Austien, la habilidad mágica se manifestó solo raramente dentro de la línea Woitdein. Incluso los que nacieron con el regalo no eran particularmente hábiles, solo podían usarlo para conveniencia práctica.

Además, los pocos que tenían más habilidad todavía eran lo suficientemente buenos como para convertirse en magos de un nivel bastante mediocre.

Por lo tanto, la idea de que hubiera alguien lo suficientemente imprudente como para tratar de dominar los caminos de la magia y la espada era impensable.

Dominar incluso uno de estos requería un esfuerzo descomunal. Incluso  este mundo tenía proverbios en la línea de ‘El que persigue a ambos conejos, no atrapa ninguno’.

Había muchos espadachines que podían usar un poco de magia y magos que podían usar una espada lo suficientemente bien como para defenderse, pero nadie había oído hablar de un guerrero que pudiera usar tanto magia como una espada en batalla.

“Me encantaría ver eso alguna vez…” murmuró Jusphen.

“¿Oh, en serio? Estoy libre mañana por la mañana, así que, ¿por qué no nos encontramos en algún lugar donde pueda darte una demostración?”

“¡¿L-lo harías?!”

Mile lo tenía enganchado, como un pez. El Marqués también parecía estar lleno de curiosidad.

La conversación continuó, pero por alguna razón, la mayor parte de las preguntas del Marqués parecían estar dirigidas a Mile.

Excluyendo el nombre de su familia y el nombre de su país de origen, Mile respondió más o menos sus preguntas de manera veraz y directa.

De hecho, era bastante franca sobre sí misma, y el hecho de que no había problemas cívicos dentro de sus tierras, que eran actualmente siendo atendidas por el rey y la reina, que ella misma era la sucesora de su línea, y que no tenía un fiancé…

Ni un poco de esto era una mentira. De hecho, era la sucesora—aunque omitió la parte en la que técnicamente ya había sucedido a sus padres. Por supuesto, nunca diría una mentira cuando se trataba de temas de nobleza, ya que tal cosa se consideraba un tabú grave.

Además, aunque Mile carecía un poco en lo que respecta a los asuntos de sentido común en este mundo, sobresalía en asuntos que estaban ‘fuera del sentido común’.

Por lo tanto, pudo hablar elocuentemente sobre asuntos de agricultura, impuestos y comercio, temas sobre los cuales tenía una gran cantidad de conocimientos de segunda mano, gracias a todos los libros que había leído en su vida anterior.

Si tales ideas se adaptaban o no a este mundo, y si realmente podrían implementarse aquí, era un asunto totalmente separado. Pero el Marqués quedó completamente impresionado por su capacidad de considerar tales asuntos.

Jusphen también planteó muchos temas con Mile, y Mile respondió a cada hilo de conversación con una sonrisa. Mientras tanto, las otras tres del Pacto Carmesí continuaron cantando alabanzas de Mile cada vez que tenían la oportunidad…

***

A la mañana siguiente, en el bosque, un poco alejado de la capital, se reunieron los Woitdeins y Pacto Carmesí.

Los Woitdeins le habían explicado al Conde que deseaban dar un paseo matutino, con Mavis como guía. El Conde, encantado de ver a Mavis llevarse tan bien con la familia del Marqués, aceptó sin pensarlo dos veces.

“En primer lugar, me gustaría mostrarles mi famoso ‘Truco de corte de cobre’,” dijo Mile. “¿Podría pedirle que arroje una moneda de cobre en el aire por mí?”

“Ah, por supuesto,” respondió el Marqués, sacando una moneda de cobre de su bolso y arrojándola.

“¡Hup!” Como de costumbre, Mile rápidamente movió su espada en un corte transversal, y cuatro pedazos iguales de la moneda de cobre cayeron en su palma, que sostuvo para que todos la vieran.

Los Woitdeins estaban sin palabras.

A continuación, hizo una presentación ligera de Mavis y su True Godspeed Blade en un combate de fintas. Después de eso, se enfrentó a Jusphen y luego al Marqués, ante su insistencia. Aunque se contuvo para que los duelos no fueran del todo unilaterales, estaba claro que el Marqués también se estaba conteniendo.

Después de eso, ella demostró cómo podía bloquear un hechizo de ataque de Reina y cómo podía lanzar un poderoso ataque propio sin siquiera un encantamiento, aturdiendo al Marqués y a su familia de nuevo.

“M-Mile-san, ¿estás seguro de que no tienes fiancé en este momento?” preguntó Jusphen.

“De hecho, no tengo fiancé ni amante. ¡Mis padres no me empujarán a ningún compromiso, así que depende de mí encontrar un cónyuge!”

De nuevo, esto era cierto. Sus padres ya habían dejado este mundo, por lo que no podrían obligarla a nada.

Al escuchar el intercambio entre Mile y su hijo, los ojos de Sir y Lady Woitdein comenzaron a brillar.

***

Después de regresar de su larga caminata, los Woitdeins rechazaron la invitación de té del Conde Austien, en lugar de encerrarse en su habitación de invitados para continuar una conversación silenciosa.

Finalmente, llegó la hora del almuerzo.

“Nos gustaría dejar de lado el asunto de la propuesta.”

“Qué…?”

La repentina declaración del Marqués dejó al Conde Austien demasiado atónito para las palabras.

“¡Lo siento! Lo siento mucho, pero debemos pedirte que aceptes humildemente nuestro retiro. ¡Por favor, perdónanos!”

Los tres Woitdeins se pusieron de pie, inclinando la cabeza.

Por un breve momento, el Conde se congeló, hasta que finalmente se puso de pie, con el rostro rojo y gritó, “¡No juegues conmigo! ¿T-tienes la intención de dejar en ridículo a mi hija? ¿A la familia Austien?!”

Hablar con una persona de rango superior de una manera tan impertinente era una grosería del más alto orden, pero no había nadie que lo juzgara por ello en este caso. El que realmente había sido grosero aquí era el Marqués. Sus acciones fueron un desaire imperdonable contra un compañero noble.

Sin embargo, el insulto no parecía ser intencional, ni el Marqués parecía tener mala voluntad de la familia Austien. Al ver lo arrepentido que estaba, el Conde comenzó a calmarse—solo un poco.

“¡Al menos permíteme preguntar la razón!” dijo el Conde, todavía con la cara roja y temblando.

Sin embargo, el Marqués solo inclinó la cabeza, una y otra vez.

“¡Lo siento, por favor perdónanos! La culpa es toda nuestra. ¡Puedes despreciarnos tanto como quieras o menospreciarnos como mejor te parezca! Pero por favor…”

La ira del Conde aún no había disminuido, pero si la otra parte ya no estaba interesada, entonces no tenía sentido continuar con el compromiso. Incluso si tuviera que forzar el asunto, no contribuiría a la felicidad de su hija, por lo que no tenía intención de continuar la conversación.

“Por favor, no piense que aceptaré este insulto a mi hija tan fácilmente.”

“Lo siento…”

Los Woitdeins inclinaron su cabeza profundamente nuevamente y luego rápidamente dejaron atrás la residencia Austien. Mavis bajó la cabeza y regresó a su habitación, encerrándose.

“Mavis…”

El Conde Austien estaba desesperado. Si los tres hermanos mayores de Mavis hubieran estado presentes, el intercambio habría terminado de una manera mucho más acalorada. En verdad, no habrían tenido más remedio que matar al Marqués y a todo su grupo. Fue realmente afortunado que todos estuvieran lejos, ocupados con sus propias carreras.