Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 5

Capitulo 3: El Verdadero Final De La Ruta X

Parte 4

 

 

Donde Está El Cañón Está Apuntado

 

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Después de la reunión con Natsunagi, hice todos los preparativos que pude y al día siguiente salí a cierta ciudad.

“Es casi exactamente lo mismo”.

Crucé la cinta de la barricada y entré a la ciudad ahora deshabitada. Seguí caminando, prestando atención al suelo agrietado… y pronto me encontré con un árbol alto que se había tragado el edificio de moda que una vez estuvo aquí.

Fue la ciudad que fue invadida por plantas hace dos semanas cuando luchamos contra SEED. Esta ciudad estaba rodeada por una cinta de barricada, con muchos edificios derrumbados caídos dentro, por lo que no se permitió la entrada de civiles. Solo hay una razón por la que entré en este lugar.

“Oye, que coincidencia.”

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Llamé a una chica que me daba la espalda.

Ella estaba parada allí, mirando hacia el gran árbol. Un atajo blanco plateado, un vestido que se asemeja a un uniforme militar. No podría haberla confundido con nadie más. El nombre de la chica

“¿Qué estás haciendo, Siesta?”

La llamé y ella se dio la vuelta con su habitual sonrisa relajada, como si hubiera estado lista por un tiempo.

“Encantado de verte de nuevo, Asistente”. Nombre en clave, Siesta.

Mi compañera, que una vez había desaparecido, ahora apareció frente a mí de nuevo.

“¿Qué eres, un gato?”

Se dice que un gato a punto de morir dejará a su dueño antes de que se produzca su muerte.

“¿Quién es mi dueño?” Siesta me miró estupefacta.

Luego con un suspiro frustrada. “Parece que me están engañando”.

Mirando hacia el altísimo árbol gigante, soltó.

“¿Escuché que el sello de la [Semilla Primordial] iba a romperse?”

Ese es uno de los preparativos que hice. Si tuviera que persuadir a Siesta, primero tendría que encontrarla. Sabía que no tendría sentido llamar a Siesta y decirle “Quiero verte de nuevo”, así que pensé que debería llamar a un detective famoso en lugar de a Siesta.

Mientras Natsunagi no hubiera ocupado su lugar, Siesta seguía siendo la [detective famosa] y nunca abandonaría su trabajo. Es por eso que atraía a Siesta aquí al hacer que la [Sacerdotisa] Mia Whitlock mintiera que había señales de que SEED se abriría.

“Dije que existe la posibilidad de que eso suceda algún día”.





“Entonces, ¿al menos no hay peligro inmediato?”

“Sí, podría llegar a ser indispensable para nosotros, los humanos”. Le conté lo que escuché de Fuubi-san la noche anterior.

“Aparentemente, se observaron en el árbol algunos átomos desconocidos que no se encuentran en la tabla periódica existente. Parece que la gente está ocupada analizándolo ahora”.

Es por eso que el área estaba prohibida para todas las partes interesadas.

¿Qué nos traerá realmente este gran árbol donde se selló la [Semilla Primordial] a los humanos en el futuro?

“Ya veo. Así que no tengo nada que hacer.”

Eso está bien, murmuró Siesta… tratando de terminar la historia aquí. “¿Qué es?”

Justo cuando Siesta estaba a punto de darse la vuelta y marcharse, la llamé.

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“¿Vas a morir?”

Le dije desde atrás y se detuvo.


“En un futuro no muy lejano, seré un monstruo”.

Siesta me miró y sonrió, algo triste.

“Me di cuenta de que podría no ser el recipiente más adecuado para la [Semilla Primordial] cuando vi la [Biblia] que fue escrita hace mucho tiempo. La [Semilla Primordial] que yace dormida en mi cuerpo algún día puede consumirme.”

“… ¿Estás diciendo que llevaste esa bomba tú solo durante los tres años que estuviste viajando conmigo?”

“Mi [semilla] descansa en mi corazón. Por eso, de alguna manera, yo mismo conocía el límite de tiempo. Estoy bien por ahora, pero sé que llegará”.

Diciendo esto, Siesta puso su mano sobre su pecho izquierdo.

“Y en un futuro no muy lejano, no podré verte, ni escucharte, ni discutir contigo. Te olvidaré”.

Y algún día te mataré.

Entonces, dijo Siesta, sonriendo hermosamente incluso en este momento. “Antes de eso, me habré ido de este mundo”.

Esa era mi hipótesis de que no quería ser verdad.

Pero esa teoría había sido probada por las propias palabras de Siesta. “Estoy muy contento de escuchar cómo se sienten”.

Me dijo Siesta, que permaneció en silencio.

“No puedo expresarme con palabras simples, pero estoy feliz. Estoy feliz de que ustedes se enojen conmigo, de que lloraron por mí. Seguramente, estoy… feliz”.

Debido a esto, Siesta a veces antepone la razón a la emoción, buscando solo el resultado mientras ignora las emociones. Era una persona tal que las palabras que me dijo se sintieron genuinas, no adornadas.

“¿Tienes algún arrepentimiento?”

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Sabía lo terrible que era esa pregunta, pero la hice de todos modos.

“Hace un año, podría haberlo hecho”.

Siesta sonrió con ironía, su cabello plateado flotando con la brisa. “Todavía había cosas que quería preguntarte entonces.”

Pero, dijo Siesta, metiéndose los mechones de cabello detrás de la oreja.

“Sabía que te preocupabas por mí. Sabía que disfrutabas esos tres años. E inesperadamente tuve que ir a tu casa otra vez, comer pizza contigo… luchar contra enemigos, tomar vuelos, resolver crímenes, ver musicales y abrazarte. Así que, no más arrepentimientos”.

No hubo vacilación en la expresión de Siesta cuando dijo esto. Entonces, mi respuesta a eso fue—

“Entonces, ¿por qué estás tratando de detenerme?”

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La fría mirada de Siesta me atravesó mientras agarraba mi arma. “Perdón por ser un asistente que no siempre hace lo que quiere”.

“—Ahora entonces.”


Pero justo después de eso, nos miramos con frialdad.

Estoy aquí para detenerte. No para matarte, no para herirte. Estoy aquí para mantenerte con vida, para protegerte, así que apunté a Siesta con mi arma.

“¿Por qué tengo que lidiar contigo?”

Pero Siesta no quería lidiar con mi determinación. Y con razón. No hay razón para que Siesta esté de acuerdo con mi desafío. Si bajé mi arma, o si esta conversación se rompió, Siesta se alejará de nosotros para siempre esta vez, entonces.

“Te perseguiré con todos los medios a mi disposición, con la ayuda de la fortuna de la familia Saikawa, con la ayuda de la unidad de Charl. Te perseguiré hasta los confines de la tierra, el fondo del mar, incluso a 10.000 metros sobre el nivel del mar—en todas partes”.

No iba a perder con una detective famosa cuando se trata de rendirme. “Es demasiado problema, pero ¿quieres pelear conmigo aquí?”

Siesta, mirando la boca del arma, la apuntó y adivinó mis intenciones.

“Sí, este campo de batalla decidirá todo. Si ganas, ya no interferiré contigo”.

“No hay competencia entre nosotros, ¿verdad?—Además”.

Pero Siesta, al ver que realmente no iba a dispararle, se dio la vuelta.

“No importa cuántas veces tú y tus  amigos me persigan, nunca me atraparán. Completaré mi historia por mi cuenta, en un lugar vacío, en un momento en el que no haya nadie más”.

Dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a alejarse.

Esta fue la historia de Siesta como un detective famoso. ¿Comenzó tan pronto como ella nació, o comenzó hace seis años cuando hizo una conexión con la [Semilla Primordial] en la instalación?… Yo solo era su asistente, así que realmente no lo sabía.

Pero, sí. Yo era el asistente de Siesta. Entonces, ¿cuándo empezó mi historia como asistente? ¿O cuándo empezó la historia de Siesta y yo, los dos? … Por lo menos, eso lo sé. Fue ese día hace cuatro años.

“Oh, sí, Siesta, lo eres.”

Por eso, durante cuatro años, había decidido la línea que iba a decir aquí.

“Estás tan asustado de tu asistente que estás fanfarroneando, diciendo que el juego ya se ha decidido sin pelear, y estás tratando de terminar con esto diciendo que ya había perdido. Solo estás asustado, ¿no? ¿No es así?”

Tan pronto como dije esto, Siesta, que había dado media vuelta, se detuvo en seco. No había forma de que pudiera olvidar cuándo o quién la había provocado por primera vez.

“¿Eres un tonto?”

Siesta se burló de mí con sus palabras habituales.

Pero su voz sonaba un poco chillona en este campo de batalla.

“Eres mil años demasiado joven para burlarte de mí.”

Dándose la vuelta, Siesta tenía una pequeña pistola en su mano izquierda. “Ahora que lo pienso, nunca nos hemos matado realmente, ¿verdad?”

“No, aunque casi me matas.”

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Incluso en esta situación.

No, estoy seguro de que fue precisamente por eso que Siesta y yo nos reímos juntos.

“¿Estás lista, Siesta?”

“Esa es mi línea, asistente.”

Y así, al pie del gran árbol que domina a la humanidad, Siesta y yo nos apuntamos con nuestras armas.

Tantei wa mou Volumen 5 Capítulo 3 Parte 4

 

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“Te voy a detener”.

Tantei wa mou Volumen 5 Capítulo 3 Parte 4

 

“No puedes detenerme”.

Fue la primera y última gran pelea entre Siesta y yo.

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