Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 5

Capitulo 2: Epílogo Y Prólogo

Parte 12

Esos Tres Años Deslumbrantes Que Pasé Con Ella

Después del enfrentamiento con el [Ladrón Fantasma] Arsene, Siesta y yo pasamos por un restaurante antes de regresar directamente a nuestro hotel. Nuestro objetivo era cenar y reflexionar sobre nuestro fracaso para atrapar a Arsene…

“No te esfuerces, Siesta.”

No sabía a dónde iba la comida en ese cuerpo delgado suyo, pero Siesta vació hábilmente su plato a un ritmo tan vertiginoso que no hay tiempo para hablar de Arsene.

“Pero ya sabes, deberíamos comer mientras podamos”.

“¿A qué te refieres, ya sabes? Siempre puedes volver a comer”.

Siesta no me escuchó y volvió a mirar el menú. Estaba disgustado con ella… pero también sentí una sensación de nostalgia.

Solíamos estar juntos todo el tiempo, siempre sentados alrededor de la mesa así, discutiendo solicitudes, haciendo planes para el trabajo futuro, o simplemente hablando de cosas triviales… En cualquier caso, esta visión de ver a Siesta comer algo delicioso fue la única escena que Me recordó la mayor parte de esos tres años que pasamos juntos.

“Oh, por cierto, ¿cuál es tu comida favorita?”

Siesta me preguntó de repente mientras esperábamos que se sirviera el siguiente plato.

“¿Qué? Estás hablando como si fuéramos dos extraños que se acaban de conocer”.

“No, solo pensé que no habíamos hablado así antes”.

Sí, tiene razón. Me parece que siempre nos hemos estado bromeando sin hablar de las cosas importantes y básicas.

“Ahora que lo pienso, ni siquiera sé tu nombre real, de dónde eres o cuántos años tienes”.

“Bueno, eso es cierto, pero rara  vez te he preguntado qué piensas realmente”.

Sí, por supuesto. En realidad, nunca nos entrometíamos el uno al otro mientras caminábamos uno al lado del otro o, a veces, de adelante hacia atrás. Realmente nunca intentamos entendernos. Y nunca he pensado realmente si eso es lo correcto.

“Básicamente, cualquier cosa es buena siempre que sepa bien”.

Respondí a la pregunta de Siesta, no necesariamente por eso, sino por lo que acababa de decir.

“Comida de rico sabor. Ni siquiera es un género”.

“De todos modos, siempre que sepa bien y me satisfaga”.

Durante esos tres años, en particular, comí mucha pizza y comida chatarra… y probablemente sea por los fuertes recuerdos de esos sabores que siempre me acordé mucho de Siesta.

“¿Y tú, Siesta?”

“Hmm, es difícil de decir. No tengo nada que no me guste”.

Pregunté, luego Siesta dejó de alcanzar su vaso. Si mal no recuerdo, Siesta parecía disfrutar cada tipo de comida que comía. La única vez que frunció el ceño fue cuando le hice un mal curry… parecía que no había nada que pudiera llamar su plato favorito.

“Pero si tuviera que pensar en la última cena de mi vida”. Siesta luego respondió a mi pregunta con esta analogía.

“Creo que me gustaría cenar con la persona con la que más disfruto estar”.

Ella sonrió levemente y dio una respuesta que estaba un poco fuera de la pregunta original.

“…Comí demasiado.”

Caí de espaldas en la cama del hotel, todavía con mi ropa. “Fufu, tienes una gran barriga”.

Siesta, por otro lado, debió vaciar su plato incluso más que yo… y se sentó en una silla junto a la ventana con una sonrisa fría en su rostro. Después de una larga cena, Siesta y yo estábamos de regreso en el hotel donde nos estábamos quedando… Y una cosa más.

“Por cierto, no esperaba que retrocedieras tan fácilmente”.

Aun así, en la cama, volví la cabeza hacia el techo y volví a hablar de Arsene con Siesta. Hace unas horas, Siesta y yo estábamos rodeados de hombres en esa oficina, y terminamos dejando escapar al [Ladrón Fantasma].

“No sabíamos cómo consiguió Arsene que esos hombres lo siguieran. Yo no podía usar la fuerza bruta”.

…Ya veo. Si no hubiéramos retrocedido, no sabíamos qué les habría ordenado hacer. La única forma de garantizar la seguridad de todos los presentes era fingir estar indefenso.

“Además, aunque perdí, la [Detective Famosa] no lo ha hecho”. Siesta dijo rotundamente.

“Un día, Nagisa Natsunagi derrotará al [Ladrón Fantasma]”.

“… Sí. Ahora tendré otra razón para despertarla.”

No hay forma de que esa chica perdone a un enemigo que toma el control de las mentes de otras personas.

Nagisa Natsunagi, si es su pasión, seguramente. “Pero esa no es la razón más importante para ti”.

La cama crujió. Siesta se sentó a horcajadas sobre mi cuerpo y me miró a la cara.

“La única razón por la que quieres despertar a Nagisa Natsunagi es porque quieres volver a verla.”

“… No intentes hablar por mí.”

“Pero tengo razón, ¿no?”

Estamos en una habitación con poca luz. La luz de la luna brillaba a través de las cortinas y la sonrisa de Siesta se volvió más radiante.

“…Quién sabe.”

Sabía que no tenía que fanfarronear, pero todavía me hormigueaba que Siesta pudiera ver a través de mí, e involuntariamente volví la cabeza.

“Los hombres tsundere no son lo que está de moda, ¿sabes?”

“Eso no es asunto tuyo.”

Pero la Siesta de hoy no dejó que eso la detuviera de continuar con el asunto.

“Entonces dime una cosa que te guste de Nagisa.”

¿Qué pasa con el ‘entonces’? Tuve una situación similar hace casi tres semanas… bueno, supongo que también tuve que responder esta vez.

“… Natsunagi, bueno, de todos modos, ella es, bueno… linda, ¿supongo?”

“……”

¿Por qué el silencio? ¿O debería haber dicho algo sobre su personalidad primero?

“No, cuando escucho la palabra ‘linda’ de tu boca, me hace temblar”.

“Eso es irrazonable.”

No te pongas la piel de gallina por eso.

Dame algo de crédito. Hice lo mejor que pude para decir algo que normalmente no diría.

“Hmm. Pero ahora que lo pienso, se está poniendo interesante”.

“¿Interesante? No va a ser divertido para mí, ¿verdad?”

“Porque incluso cuando has estado bromeando con Nagisa y dándole la espalda, en realidad has estado pensando, ‘Mi compañera es súper linda’, ¿verdad?”

“¡Detén tu análisis tranquilo! ¡Definitivamente no puse esa cara!”

… Maldita sea, Natsunagi, me has avergonzado. “Eso es, ¿no?”

“Así que no leas mi mente.”

Y tú, quítate de encima. Señalé la cama a mi lado y le dije a Siesta que se moviera. Menos mal que tengo una habitación doble.

“… No, eso no es lo que quise decir con eso.”

Por alguna razón, la detective famosa comenzó a acostarse a mi lado en lugar de en la cama a mi lado.

“Oh, es cierto. No me di cuenta de eso.” Claramente lo está haciendo a propósito.

Dijo Siesta en un tono monótono, miró fijamente mi cara de reojo y su rostro se relajó.

“¿Qué quieres?”

“Estaba celosa de lo mucho que hablaste de Nagisa, así que ¿qué tal…?”

“Si estuvieras más emocionada, podría haberte abrazado”.

“Tú eres el que no tiene emoción en tus palabras”. Nos dijimos esto y terminamos soplando el viento. “No hemos cambiado, ¿verdad?”

“Sí, somos los mismos que hace un año”.

Estamos en una habitación con las luces apagadas. Siesta y yo nos miramos en la estrecha cama.

“Bueno,  ahora  que  has  satisfecho  tu  necesidad  de  sueño  y  apetito, desconfío de la posibilidad de que pidas el otro”.

“…  Entonces  dijiste  que  solo  tengo  dos  necesidades  principales.  Y vigilancia.”

Los ojos de Siesta se entrecerraron con frustración. “Dijiste eso, pero ¿no lo dijiste en ese momento?”

“¿Ese momento?”

Ha pasado más de un mes. Cuando luchamos contra el camaleón fugitivo en el crucero, Siesta, que había tomado prestado el cuerpo de Natsunagi, me dijo.

“Pensé que podrías dormir conmigo por una vez…”

“¡…….!”

Siesta pareció incómoda por un momento.

“… Estaba seguro de que te alegraría escuchar eso. Parecía que lo querías más que yo.”

Ella replicó.

En ese entonces, no esperaba volver a verte así.

“Por eso pensé que serías tú quien perdería el control de tus emociones al verme de nuevo después de un año y abrazarme”.

Y luego Siesta, que de alguna manera ha ganado la ventaja, comienza a reprenderme… uh oh.

“Eres tan cohibido, ¿lo sabías?”

Estaba a punto de mover su frente justo antes de que ella durmiera a mi lado.

“Porque…”

Siesta de repente me da una mirada triste.

“Porque estás siendo demasiado imprudente por mi bien.” Al contrario, su mano tocó suavemente mi mejilla.

… Ah, ella sabía que consumí la [semilla].

“Aunque la semilla se eliminó de tu cuerpo, una vez que la hayas ingerido, es posible que algún día tengas que sufrir sus efectos secundarios”.

Quizás fue mi imaginación, pero los ojos de Siesta parecían humedecerse.

“Por ejemplo, es posible que no puedas ver a tu amada Nagisa, o escuchar a tu amada Yui, o pelear con tu odiada Charl, y sin embargo tú…”

“No me importa.”

Dije mientras abrazaba a Siesta que estaba acostada a mi lado. “Elegí verte de nuevo ese día porque sabía que no importaría”. Porque quería volver a ver a Siesta, cueste lo que cueste.

“Lo siento. Sé que acabo de decir que no cambiaría, pero he aprendido a ser un poco más honesto”.

Porque he conocido el arrepentimiento de no haberlo hecho, dos veces. “… ¿Eres un tonto?”

Escucho la voz débil de Siesta en mi pecho. “Entonces eres como… yo.”

Pero las palabras no siguieron.

Ella simplemente se retorció un poco en mis brazos y… eventualmente suspiró ruidosamente.

“Creo que… alguien te apuñalará algún día.”

“¿De qué estás hablando de repente?”

Incluso con esta naturaleza mía, no me gustaría estar involucrado en un incidente así.

“Oye.”

Entonces Siesta salió de mis brazos. No había humedad en el aire.

“Por cierto, no te pregunté entonces, pero estoy segura de que responderás ahora”.

Siesta precedió a su pregunta preguntándome. “¿Cómo te sentiste con esos tres años?”

Esa fue la pregunta hace un mes en el crucero.

En ese entonces, dijo Siesta mientras me protegía del ataque del enemigo.

“Los deslumbrantes tres años que pasé contigo fueron recuerdos más importantes que cualquier otra cosa”.

Pero en ese momento, no tuve respuesta a sus palabras.

Y ahora tengo la oportunidad de responder de nuevo a su pregunta. Luego…

“Eso es obvio desde el principio”.

Dije con una sonrisa, sabiendo que ella no vería claramente en la oscuridad de todos modos.

“Molesto, fue divertido.” 

Al escuchar mi respuesta, Siesta dijo: “Ya veo.”

Murmuró Siesta, luciendo algo aliviada. Y esta vez, ella me abrazó y dijo: “Gracias.”

Ah, sí.

Esa fue una promesa que hice hace un año.

Si alguna vez vivo para volver a verte, mímame en tus pechos. Y ahora, después de un año, ese deseo se ha hecho realidad. “¿Qué quieres decir con gracias?”

Pero, como de costumbre, hablé a la ligera y me envolví en el calor de los brazos de Siesta.

Sin la posibilidad de luchar contra mis párpados pesados, me quedé dormido lentamente.

***

—A la mañana siguiente.

Cuando me desperté, Siesta, que se suponía que dormía a mi lado, ya se había ido.